martes, 26 de abril de 2011

Calcio per Tutti!!!! Atlanta DUE Italiano UNO



Atalanta DUE - Sportivo Italiano UNO

C'e l'abbiamo Dentro!!!
Il Russo c'e la pusso!!!!
Vaffanculo!!!!!!
Funiculi Funicula in Villa Crespa tutto l'anno e Bar Mitzvah!!!!!!!!!

Il Commento del Marquese: Atlanta 2- Sportivo 1

CON ESTOS TANOS NO JUGAMOS NUNCA MÁS

Ni con estos Tanos, ni con los Gaitas, ni con los Dragones, Gasoleros, Toritos, ect... ect…. Porque Atlanta ya se va de la B para nunca más volver!!!
!!!Festejá tranquilo, mi fiel escudero, que ya volvemos al Nacional !!! ¡Que no hay Dios ni Diablo que pueda torcer el glorioso destino, y agreguemos en estas Pascuas de Resurrección, a las roscas y a los huevos, el Campeonato de Atlanta como motivo de celebración!
¡Y no me jodás con las matemáticas, que yo me cago en Pitágoras y en Arquímedes!
¡ Atlanta puede perder, sin problemas, los seis partidos que faltan y que sí Defensores hace catorce puntos sobre dieciocho yo me hago Carmelita Descalza y me encierro en el mismísimo convento de Yuste.
Pero cumplamos con nuestro deber y relatemos a toda la orbe mundial los detalles de este trámite que tuvo que realizar la escuadra de nuestros amores, el pasado Sábado de Gloria, ante la modestísima scuadra itálica que subyace, sin esperanzas, en los fondos de la tabla de posiciones.
Pero en futuro Campeón, hoy por hoy, tiene dos equipos: uno sentado en la platea con Andrés, Arancibia, Valdéz, Lolli y Segovia, producto de heridas de guerra y sanciones disciplinarias y otro, el aquitectó el Xavi Alonso para enfrentar la emergencia.
Así los once craks de la institución que Don Osvaldo Miranda llevaba en el corazón saltaron al campo de los sueños con esta original alineación: Don Rodrigo Llinás; el rayo Mancinelli, Nico Cherro, el pibe Mazzittelli y el zurdo Ferragut; el capitán Guzmán, el pulpo Pogonza, Leandro Álvarez y Nico Pasquini; Lucas Sparapani y Abel Soriano.
El partido, como era de esperarse, era una mala película de misterio donde el enigma a resolver era hasta cuando iba a aguantar Italiano, que había traído a los delanteros de adorno.
Así los peninsulares se refugiaron atrás con dos líneas de cuatro y se cuidaban como de hacerse pis en la cama de que el rayo Mancinelli no cristalizara algunas de sus punzantes escaladas, advertidos seguramente que esa era un arma letal que poseía el enemigo.
Mientras los defensores le pegaban a la bola con la delicadeza con que Aníbal Fernández trató de boludo al gran Savater, los volantes berlusconianos intentaban ahogar las arremetidas del capitán Guzmán y las maniobras de un Sparapani bastante impreciso. En tanto Pasquini de carrilero estaba perdido como los nabos de Gran Hermano en la Feria del Libro.
Atrás, Nico Cherro tomó la posta y el solo se las arregló para desbaratar las torpes incursiones de los garibaldinos.
Abel, con paciencia, había tirado el espinel para ver si había pique.
Y hubo sin tener que esperar mucho. A los quince –minutos más, minutos menos – agarró de aire una pelota en medio del área y lo fusiló sin miramientos al siempre recordado Albano Anconetani.
Instanes después unos de los potrillos que la visita trajo como zaguero se llevó puesto al Capitán Guzmán en los quince metros, penal, Abel, 2 a 0 y pasta cuccinata.
De ahí en más Atlanta solo se preocupó planchar el combate, y de juguetear un poco esperando que el tiempo pase, que nos volvamos más viejos y que sumemos tres puntos más sin despeinarnos demasiado.
Le resto de la etapa y parte del segundo tiempo fue más de lo mismo, con un Italiano que hacía de cuenta que iba a buscar el empate, con menos convicción Kadhafi hablando de democracia.
A mitad del complemento entró Lucas Ferreiro para que en medio de los festejos se empezara a despedir como se merece de su gente y a punto estuvo de convertir un golazo.
En el último minuto, y para recordarnos que Atlanta es Atlanta, nos comimos un gol de biógrafo, que nos terminó brindando un inevitable sufrimiento de dos minutos.
Pitazo final, fiesta moderada –por que uno se acostumbra fácil a la buena- y ahora a esperar que en breve días se pueda cantar que esta años de Villa Crespo, saldrá el nuevo Campeón

La verdà de la Moilanesky: Russsos 2 - Tanos 1


Como en un plácido viaje a través de un camino seguro, Atlanta se acerca a su destino y lo sabe. Las señales tranquilizan al viajante: ya falta poco, cada vez menos. Habrá que seguir transitando un poco más, como lo hizo en todo este trayecto, para llegar finalmente al lugar que merece. Paciencia: si no es hoy, será mañana. Y si no, pasado. Pero en algún momento llegaremos, y podremos decir que somos campeones, sin necesidad de bajar la voz por temor a llamar a las brujas. Paciencia que mientras el fútbol se desarrolla normalmente con su reparto de triunfos, empates y derrotas, las matemáticas siguen ajustando las probabilidades, y la nefasta posibilidad de una catástrofe se hace cada vez más pequeña y lejana.

Más allá de los detalles, Villa Crespo sigue de fiesta. Atlanta cumplió y venció a Italiano. Ahora entonces mantiene los 14 puntos de ventaja sobre Defensores, que ganó sobre la hora. El campeonato podría llegar oficialmente la fecha próxima, cuando el Bohemio visite a Morón.

Había que demostrar que la estrepitosa caída en Berisso había quedado atrás, y que el líder podía volver a levantarse como en otras ocasiones. Era necesario un saneamiento futbolístico pero la situación no era la mejor: Andrés Soriano, Valdez, Arancibia, Lolli lesionados, y Segovia suspendido. Javier Alonso decidió sacar además del once titular a Galeano y Carou, por bajos rendimientos. Por lo tanto se vieron varios nombres no habituales, entre ellos del debut absoluto del juvenil Mazzitelli en la zaga central. Por otra parte, el técnico eligió usar un 4-4-1-1, con Sparapani y Abel Soriano como jugadores más adelantados en un esquema nunca usado hasta ahora en esta temporada.

Está claro que en los últimos partidos Atlanta ha perdido un poco el hilo de juego y el concepto que lograron catapultarlo al cómodo liderato. Estando tan cerca de cumplir el objetivo, es una gran tentación ganar como sea para dar los últimos pasitos al título. Además, las constantes lesiones y suspensiones no han ayudado a mantener la regularidad que supo mostrar el equipo en otros momentos.

El funcionamiento defensivo era una incógnita, pero Cherro se lució sacando todo lo que pasaba cerca, y le facilitó el trabajo a su compañero debutante Mazzitelli, que no sufrió contratiempos. Mancinelli volvió a ser una importante arma ofensiva, y Ferragut cumplió correctamente su labor como lateral izquierdo. De este modo, esta defensa improvisada no tuvo demasiados problemas para frenar los débiles avances de Italiano, que solamente preocupó con las pelotas paradas.

Atlanta no jugó muy bien, pese a que se le dieron las condiciones necesarias en el partido para hacerlo. Abel Soriano encontró el gol en el primer tiempo y pocos minutos después convirtió el segundo al ejecutar un penal cometido a Guzmán. Abel, sin la compañía de su hermano mellizo, tuvo una gran actuación en el ataque bohemio, más allá de sus dos goles. Pogonza completó el podio del encuentro, junto a Cherro y Abel. Ellos fueron las referencias de un equipo que tenía ausencias importantes y que necesitaba que sus jugadores más experimentados estuvieran en su nivel. Atlanta, con poco, por su jerarquía y su búsqueda, se quedó con el merecido triunfo.

miércoles, 20 de abril de 2011

El Commento del Marques: San Carlos 3 - Atlanta 0

BAILE DE EGRESADOS

¡Que milonga nos dieron los carlistas de Berisso el sábado que pasó, Santa Madre de Dios! Ahora que estamos a punto de egresar de esta divisional que siempre nos quedó chica, la gente de la otrora pujante ciudad industrial, nos organizó una baile de despedida a toda orquesta, en su modesto estadio y televisado en directo para el mundo entero.
Menos mal que arribamos a los arrabales de La Plata con puntos para regalar y con el campeonato metido en el bolsillo, sino ahora estaríamos más preocupados que Moyano ante la justicia.
Lo cierto es que nos llegamos hasta donde el diablo perdió el poncho para seguir a nuestra querida escuadra y ver sí la misma continuaba con su paso triunfal que conduce a la victoria siempre, pero en cambio nos vinimos con tres pepas en la canasta.
Atlanta siguió esta fecha padeciendo del mal de ausencias productos de las tantas batallas que le dejaron un tendal de combatientes en inferioridad de condiciones, sobre todo en la zona defensiva donde Arancibia y Valdés siguen en la convalecencia y el Pollo Soriano andaba con algunas nanas que lo sacaron enseguida de la lucha.
El conjunto de la reina del Plata emergió del túnel berissense con: Don Rodrigo llinás; el rayo Mancinelli, Nico Cherro, Juampi Segovia y Nicolás Pasquini; el poeta Galeano, el pulpo Pogonza y el zurdo Ferragut; el patagónico Carou y los mellizos Soriano.
No nos habíamos terminado de acomodar como cocodrilos bajo el sol y ya perdíamos 1 a 0, con un gol convertido a espaldas del rayo Mancinelli, que siempre tiene un boleto de ida, pero que le cuesta comprar el de vuelta.
Era de suponer que el inalcanzable puntero iba a reaccionar, pero los dueños de casa le escondieron la pelota a los volantes bohemios. Galeano y Carou estaban perdidos por el lado de Punta Lara, Abel se la pasaba en orsay y Pogonza cuando la recuperaba inmediatamente después la devolvía.
Mientras tanto ellos tocaban, conociendo como baqueanos los secretos de su campo de juego de reducidas dimensiones y secretos recovecos.
Para peor a los quince la pierna de Andrés dice basta y el mejor jugador de Atlanta deja su lugar al fogoso Diego Bielkiewicz para que se sume al desbande generalizado del escuadrón villacrespense.
Atrás, la defensa era un flan casero sin crema ni dulce de leche: Mancinelli contenido en sus subidas, se olvidaba de defender, Cherro y Segovia no se acoplaban nunca y Pasquini estaba atacado por los nervios que produce el pánico escénico.
El encuentro era el reino del revés: Villa San Carlos parecía el Barcelona y Atlanta jugaba como Cambaceres.
A la media hora otro macanazo: Mancinelli rechaza mal para el medio, Cherro la deja picar, Melillo que se la afana y pone el 2 a 0.
Con este resultado se terminó el primer tiempo sin que los delanteros de Atlanta le hayan visto la cara al arquero adversario y sin haber pisado el área carlista.
Para el segundo período, el Javi Alonso lo pone a Sparapani con la peregrina esperanza de que el volante modifique el preocupante curso de los acontecimientos.
Y da la impresión que la cosa da un vuelco, pero es sólo un espejismo. Los berissenses retroceden astutamente y les entregan una porción de terreno a sus visitantes. Pero ante la falta de ideas de los atlantes, esto se convierte en una trampa para el contrataque que les da óptimos resultados.
Porque si Atlanta no tiene en la valla al gran Don Rodrigo se vuelve de la Villa San Carlos con una goleada histórica.
Y parecía que no la cosa terminaba baratita para Atlanta, pero la resistencia del gran arquero, que se había revolcado heroicamente por toda la gramilla de la cancha, llegó hasta el minuto 88’, donde después de soportar un fusilamiento continuo, le decretaron un tres a cero que en otra circunstancias hubiese adquirido los visos de una tragedia.
No importa mi fiel escudero, con la autoridad que me confiere haber estado presente en los 35 partidos que disputó este equipo inolvidable, puedo afirmar que la actuación de esta jornada es absolutamente falsa, porque – por lejos- somos los mejores del torneo, se lo hemos demostrado al universo todo y no alcanza este traspié para empañar un campeonato que nadie nos puede quitar, ni discutir.
¡Es cierto que nos pegaron flor de baile, pero fue un baile de despedida!

La Verdà de la Moilanesky: VSC 3 - CAA 0


Saint Charles Village 3 ATLANTA 0

Una aplastante e indiscutible derrota sufrió Atlanta en la primera visita a Berisso en toda su historia. El alicaído San Carlos lo vapuleó con una goleada que pudo haber sido mayor que lo que fue, y habría causado una gran preocupación si no fuera porque el campeonato está cerca de terminarse y la ventaja de puntos es lo suficientemente grande como para no temer por la integridad de la punta. El gran alivio vino al día siguiente, cuando se conoció el empate de Defensores en Lomas de Zamora, lo que determina que la diferencia es de 14 puntos cuando faltan 21 en juego. Con tres triunfos más el Bohemio se asegurará el título, aun cuando su escolta gane todos los partidos que quedan.

De todas maneras, incluso convenciéndonos de que el ascenso no está en riesgo, lo ocurrido en Berisso no deja de ser un llamado de atención para un equipo acotumbrado a los éxitos, pero que también es capaz de sorprender con actuaciones desastrosas como ésta. Atlanta hizo todo mal de principio a fin, y pareció más bien un equipo que pelea en los últimos puestos antes que el cómodo líder del torneo. Y Villa San Carlos no venía precisamente bien, sino que por el contrario acumulaba malos resultados y rondaba por debajo de la mitad de tabla. El fútbol dio una muestra más de que es un deporte en el cual todo puede suceder.

Quizá podamos preguntarnos qué hubiera pasado si el local no encontraba ese gol a los dos minutos de iniciado el encuentro. O podríamos imaginar si hubiera sido lo mismo si Andrés Soriano no se hubiese lesionado en el primer cuarto de hora. Definitivamente son hechos que afectan el posterior desarrollo del juego, pero no podemos negar la realidad de los hechos que luego sucedieron. San Carlos fue ampliamente superior: mostró oficio, precisión y fútbol para complicar constantemente a los defensores bohemios. De contragolpe tuvo sus mejores chances, pero también gracias al juego aéreo. La falta de definición y las intervenciones de Llinás evitaron que se diera una goleada histórica.

Atlanta tuvo una tarde en que todo le salió mal. Ausentes Arancibia y Valdez por lesiones, Alonso armó una defensa con Mancinelli, Cherro, Segovia y Pasquini. Los dos centrales ganaron muy poco de cabeza en los pelotazos frontales y los laterales dejaron espacios para los avances locales. Pasquini jugó su primer partido como titular y lamentablemente no cumplió con las expectativas que generó en los pocos minutos que había estado en cancha anteriormente. En el medio, los volantes estuvieron perdidos y no pudieron tomar el control de la pelota en ningún momento. Sólo Sparapani, ingresado en el segundo tiempo, intentó manejar el balón y jugar, pero no fue suficiente. Atlanta no tuvo juego, ni propuestas ofensivas. Prácticamente no generó situaciones de gol: Bielkiewicz tuvo tiempo para demostrar sus aptitudes pero se perdió en la lucha con los defensores locales.

Un San Carlos picante en ataque y seguro en defensa fue demasiado para la peor versión del equipo bohemio en este campeonato. Defendió mal y atacó mal. Imposible no perder jugando así.

martes, 12 de abril de 2011

Futbol y FISURA para todos!!!!!!



GOOOOOOL !!!!!! el gol Bohemio y los ultimos instantes del Match con el Comentario de "FISURA"!!!!!!!!!

The Real Comment: Atlanta 1 - Comu0

¡ES UN AFANO, SUSPENDANLO¡

¡Tirenle los galgos a Atlanta a ver si lo pueden agarrar! ¡Drogancitos, picharratones, toritos, carteros y tricolores miren a los bohemios como los saluda desde una legua de distancia! ¡Vean gallinas, como alza vuelo el águila y mientras ustedes se quedan aleteando levantando polvareda sin poder despegar las patas del suelo!
Y mientras nuestros rivales se pelean entre ellos haber quien pierde más punto y quien va a entrar primero en el Grupo de los 8, la gloriosa escuadra de la calle Von Humboldt no para de ganar y no deja títere con cabeza.
Esta vez le tocó tomarse venganza con los amarrillos de la Agronomía, que es uno de los pocos equipos que se atrevió a mojarle la oreja y a infligirle una de las escasas derrotas, que sufrió Atlanta en este campeonato.
Pero el gallardo líder no perdonó y aunque tuvo que esperar casi hasta el final y cuando parecía que los comunicadores se salían con la suya, otra vez apareció Roberto Carlos Mancinelli y con su disparo fulminante le dio la victoria a los villacrespense y desató la fiesta en el barrio de Don Osvaldo Pugliese y Juan Gelman.
Todo había empezado una hora y media antes, cuando los dirigidos por el Xavi Alonso (Licenciado: Hemos impuesto esa denominación ahora coreada por toda la tribuna) saltaron al terreno de los sueños con muchas ausencias y nuevas presencias:
Don Rodrigo Llinás al arco; el Rayo Mancinelli, Nico Cherro, Matías Valdés y el Juampi Segovia en la defensa; el poeta Galeano, el pulpo Pogonza y el reaparecido Leandro Álvarez; el patagónico Carou y arriba, el Chichi Acuña y Abel.
Los agrónomos pusieron tres delanteros, pero eso era una engañapichanga porque salieron haciendo tiempo desde el vestuario, se abroquelaron atrás y se prepararon para la resistencia heroica.
Encabezados por el anciano Banegas, se las arreglaron bastante bien para neutralizar al mellizo Abel que extrañaba mucho a sur hermano gemelo y al pibe Acuña todavía muy tiernito.
En el medio la cosa estuvo muy pareja ya que tanto Galeano, Álvarez y Pogonza peleaban sin sacarse ventaja con sus colegas de Comu.
Por los bajos fondos los zagueros atlantes no le daban posibilidades a los timoratos atacadores visitantes en inquietarle la tarde al gran Rodrigo Llinás. Encima el pelado Segovia se lucía con matemáticos cambios de frente para la escalada del Rayo Mancinelli.
Primer tiempo malo y aburrido, haciendo honor al enfrentamiento entre Atlanta y Comunicaciones que históricamente han brindado soberanos bodrios. Así se fueron al descanso con un amargo 0 a 0.
En el complemento todo siguió más o menos igual, con los dueños de casa un poquito más ambiciosos, pero sin comer vidrio. Su adversario, mientras tanto andaba buscando un escribano para firmar el empate.
Y Atlanta no veía con malos ojos sumar un puntito habida cuenta que el Dragón había perdido insólitamente al mediodía.
Pero como este es el año bohemio en el calendario senegalés, primero avisó Carou de media vuelta y pegó en el madero y cuando el combate legaba a su fin Mancinelli se filtró como un rayo y con un zurdazo monumental decretó una nueva victoria para acariciar el campeonato y remontar su sueño de Nacional.
Un sueño que ya nada puede evitar que se convierta en realidad. ¡Atlanta demostró que es el mejor y por afano!

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 1 - Comu 0


El sueño del campeonato está cada vez más cerca de convertirse una dulce realidad. Todos lo sienten y lo saben. Por más que las matemáticas –siempre tan rigurosas- todavía no han dado su veredicto final, un análisis incluso cauto de la situación permite concluir que es muy difícil que a Atlanta pueda escapársele este torneo. Por eso Villa Crespo ya se prepara para la gran fiesta, que vendrá recién cuando el ascenso esté totalmente asegurado.

Fue una fecha fantástica, redondita. Defensores cayó sorpresivamente de local ante Acassuso, y Atlanta jugó con el resultado puesto frente a Comunicaciones, con la tranquilidad de que al menos la ventaja de 12 puntos no podía acortarse. Pese a que el empate no era un mal resultado teniendo en cuenta la derrota de su rival en la lucha por el título, el Bohemio logró llevarse una victoria ajustada sobre el final del encuentro, extendiendo así la diferencia a 15 puntos, cuando faltan solamente 24 por disputarse. Son cinco ya los triunfos obtenidos en forma consecutiva.

Era ésta una parada difícil para el puntero de la B, por el hecho de que Andrés Soriano y Ferragut estaban suspendidos, y Arancibia seguía lesionado. Tres titulares importantes afuera, y había que rearmar el equipo para suplantarlos. Javier Alonso apostó por las vueltas de Leandro Álvarez y Carou en el mediocampo, y la titularidad del juvenil Acuña en la delantera.

A esta altura del torneo, en Villa Crespo se han olvidado de la necesidad y la desesperación. Como la victoria en cada partido no es algo urgente, el equipo puede darse el lujo de no salir a arrollar al rival, y de tomar ciertas precauciones, sabiendo que si no se puede ganar, la igualdad no es para despreciar. De todos modos, Atlanta salió a buscar el triunfo frente a un Comunicaciones herido que vino a buscar el punto. La primera parte fue pareja. El local no logró completar sus circuitos de juego para llegar con gran peligro al arco rival, y debió irse al descanso con un 0-0 chato.

En el segundo tiempo el conjunto visitante fue retrasándose. Atlanta, sin lucirse, fue más y mostró mayor ambición. Pero el empate parecía sellado, la pelota no entraba. Hasta que apareció Mancinelli en una de sus arremetidas, a poco del final del partido, para convertir nuevamente –como en Mataderos- el gol de la victoria, desatando el festejo de los bohemios que empezaron a sentirse cada vez más campeones.

lunes, 4 de abril de 2011

Pero que digo gol?? GOLAZO Don Niembraaaaa!!

Los muchachos de La Taberna cazan toros en el zoologico y te muestran el gol de Mancinelli, Goles, Atlanta y Patys para todos!!!!!!!!
Ustè tambien la tiene adentraaa don Niembraaaaaaaaa!!!!



the resium of the match By Felix Adalberto Lupescu

Te dejamos el link porque somos tan Siomes que si lo pegamos aca se desarma el diagrama del sitio!!!!

The Real Comment: Chicago 0 - Atlanta 1

NACIO UN HIJO EN MATADEROS
¡Gracias al Zeus tronante, al Dios Todopoderoso, al gran Mahoma y a los espirales Buda, que son todos hinchas de Atlanta! Sino, mi fiel escudero ¿Cómo explicar el habernos traído tres puntos de la republiqueta de Mataderos sino es por la milagrosa intervención de la Divina Providencia?
O es que lo mayas en su infinita sabiduría, decretaron en su calendario que el equipo de Atlanta debe consagrarse Campeón antes de que llegue la fin del mundo pronosticada para el 2012.
Porque los chicaguense nos cascotearon el rancho de lo lindo todo, sobre todo en el segundo tiempo y parecía que, además del gran Don Rodrigo Llinás estaba parado el hombre invisible, en la línea del gol.
Pero el bohemio está de liga y se trajo una victoria mas valiosa que una vaquillona de los Corrales, porque hizo un gol y porque aguantó como los trescientos espartanos en las Termóphilas, las embestidas verdinegras.
Atlanta llegó al barrio Los Perales con la baja del “Mariscal” Arancibia, herido en una de sus piernas y el Xavi Alonso debió apelar a losa servicios del lanusero Matías Valdés para relevarlo. Así que con ese solo cambio, el único y lejano puntero del Campeonato saltó de esta manera en la soleada tarde del pasado sábado: Don Rodrigo Llinás; Mancinelli, Cherro, Valdés y Segovias; cuatro volantes con el Guzmán, Pogonza, Galeano y Ferragut; y adelante Andrés y Abel Soriano.
Antes que nada hagamos un minuto de silencio en homenaje a los pibes que murieron inútilmente por los caprichos de los militares genocidas que quisieron usar Las Malvinas para perpetuarse en el poder.
Volvamos al fútbol: al principio la cosa fue pareja, con la escuadra visitante más replegada entregándole tierra y libertad a su adversario y dejando que se venga para presionarlo con rigor ni bien cruzaba la mitad de la cancha.
Allí el pulpo Pogonza, el poeta Galeano y el zurdo Ferragut establecían la primera línea de choque, mientras que a sus espaldas esperaban los cuatro zagueros con los dientes bien apretados.
La idea era salir rápido de contra aprovechando las escaladas de Mancinelli, la velocidad del chaqueño Guzmán y la capacidad para definir de los mellizos Soriano.
En los momentos de paridad se advertía que quienes mejor trataban a la de cuero eran los hombres llegados de Villa Crespo y eran los que mejor entendían de que como se juega a la pelotita. Chicago era ganas y empuje, nada más.
Y en medio de ese equilibrio, pasadita la media hora, Ferragut desde Liniers le hace un brillante cambio de frente a Mancinelli que venía desde Lugano y el defensor- volante se lleva puesto a Domenez que dormía apaciblemente la siesta y fusila sin ningún tipo de miramientos al portero del Torito.
Gol, no muy merecido pero gol al fin y Atlanta que pasa a ganarle a Chicago 1 a 0.
Los de la avenida Cárdenas empezaron a reaccionar y a asediar la ciudadela visitante, pero como dijo el gran filósofo bohemio Confusio, “Sí querés ser campeón tenés que tener un gran arquero”. Y Atlanta lo tiene, y en sus benditas manos se ahogaron un par de llegadas claras que tenían destino de red.
Pero si había que sufrir (como siempre) faltaba el segundo tiempo y ellos se vinieron con todo de la mano de Pablo Ruíz y el ex Vélez, Berón y cada centro llegado al área bohemia era una puñalada trapera dirigida al medio del corazón.
Los delanteros chicaguenses se deglutían los goles de palomita, de cabeza, con los pies para adelante, o algún defensa de Atlanta casi lo mete en contra o sino el monumental Rodrigo Llinás aparecía para la salvación.
Sin embargo sería injusto achacarle todo a la suerte y a la impericia de los delanteros mataderiles. Nuestros bravos backs aguantaron valientemente jugándose la vida en cada pelota.
Allí estaban Cherro y Valdés resistiendo con todo el cuerpo los ímpetus del rival. Allí estaban Segovia, Mancinelli y luego Lolli y Palisi poniéndoles el pecho a las balas para soportar las tempestades más bravías.
Porque este equipo que nos enorgullece a demostrado que cuando faltó fútbol sobraron cojones para defender la gloriosa divisa azul y amarilla.
Y así a pura resistencia llegamos al final y hasta casi Mancinelli se manda su doblete en la postrera jugada del encuentro.
Cuarto triunfo al hilo en el torneo para seguir firmes en la cúspide de la tabla y con algo que ya se hizo costumbre ganarle a Chicago tanto en Villa Crespo como en Mataderos.
¿Qué no lo merecíamos? ¡A llorarle a San Pantaleón y Fernando Niembro!

La Verdà de la Moilanesky: New Chic 0 - Atlanta 1


La alegría no tiene fin. Atlanta fue a Mataderos con la comodidad de los 12 puntos de ventaja, y la tranquilidad de saber que un empate no le venía nada mal. Pero terminó llevándose un triunfo grandísimo ante un rival de peso, en una cancha difícil, y se fue con el pecho inflado, más cerca del objetivo que es el campeonato. Por la victoria de Defensores, la diferencia sigue siendo de 12 puntos, pero lo cierto es que el final del torneo se avecina, y Atlanta supo sobrepasar airosamente lo que parecía ser la seguidilla de partidos más complicada. Venció a dos candidatos, Estudiantes y Chicago, y prácticamente los dejó fuera de carrera por el campeonato. Además, ya son cuatro los partidos ganados consecutivos tras aquella mala racha de tres encuentros en los que sólo sumó 1 punto.

Estaba claro que la obligación en Mataderos la tenía el local. Chicago no quería perderse el último tren, y por eso necesitaba no otra cosa que un triunfo. Atlanta, en cambio, se conformaba con un empate. Estas dos necesidades contrapuestas se hicieron evidentes en las actitudes de cada uno desde el inicio del partido, y condicionaron el desarrollo del juego. Chicago salió a buscar el gol, a dominar la pelota y buscar la forma de entrarle al Bohemio. Atlanta se paró firme atrás con dos líneas de cuatro, con el objetivo de no dejar jugar al conjunto de Finarolli, de cubrir todos los espacios e impedir el riesgo en el arco de Llinás. Fue un planteo inteligente, sin asumir demasiados riesgos, e intentando sorprender en ataque cuando se diera la oportunidad. Ya sea por defecto del local, o por mérito propio, Atlanta tuvo algunas chances, las más claras de hecho en los pies de Mancinelli. Le alcanzó con convertir una de ellas, en el primer tiempo, para ganar el cotejo por 1-0. Fue una mala tarde para los Soriano, a los que sólo les llegaron pelotazos, pero cuando se proyectó Mancinelli hizo estragos y hasta pudo haber hecho algún gol más.

Plantear un partido con la idea de llevarse un empate tiene sus riesgos, a veces quizá mayores que los que implica ir al ataque. Atlanta corrió esos riesgos, pero le salió bien, ya que terminó con la valla invicta, pese a que Chicago jugó mejor, tuvo más la pelota, y generó una gran cantidad de situaciones a su favor. Para que el arco se mantuviera en cero debieron confluir varios factores. Por un lado, el líder gozó de una muy buena suerte: varias pelotas pasaron rozando el palo y no entraron de milagro. Por otro lado, Chicago mostró grandes problemas en la definición, en oposición a la practicidad bohemia. Además, los jugadores visitantes cumplieron en su mayoría una gran actuación defendiendo y cuidando el arco propio. Pogonza dio pelea en el mediocampo, luego acompañado por el eficiente Palisi. La defensa tuvo un rendimiento excelente, sobretodo los dos marcadores centrales –Cherro y Valdez- que sacaron casi todas. Por último, cuando ya todo parecía perdido, apareció San Llinás en varias ocasiones para salvar las papas.