martes, 28 de febrero de 2012

La defensa es lo que hay

Resulta una obviedad a esta altura del campeonato afirmar que la defensa bohemia es uno de los puntos más bajos del equipo. Probablemente sea el mayor problema futbolístico de Atlanta en la actualidad. Lejos quedaron aquellos recientes tiempos en que Mancinelli, Arancibia, Cherro y Segovia no solamente cumplían una satisfactoria labor defensiva -pese a que la defensa no era justamente lo más fuerte de aquel equipo campeón- sino que también hacían goles (importantes y muchos) en el área de enfrente. Aquello ocurrió en la B Metropolitana, en donde un Atlanta enorme podía arriesgar, atacar a mansalva, y salvaguardarse en el oficio de sus defensores y las manos milagrosas de Llinás. Aquí, en la B Nacional, las manos de Rodrigo se hicieron endebles, y los defensores comenzaron a tener serios problemas en la marca. Como si esto fuera poco, en los partidos que se llevan jugados, ningún defensor pudo convertir goles: lamentablemente pierden en las dos áreas.
Ciertamente la defensa no es exactamente la misma en composición que la de la B Nacional. Pero Alonso y Ghiso han probado variantes, con los viejos y con los refuerzos, y no le han encontrado la vuelta. Las lesiones de Arce, Cherro y Lugo son para lamentar ya que serían variantes provechosas a la hora de pensar una nueva defensa, pero esto es relativo, ya que los tres tuvieron sus chances al principio de la temporada y tampoco tuvieron buenos rendimientos. Por otra parte, hay que recordar que la lesión de Arce permitió traer a Mancinelli. A propósito de Lucas, seguramente sea uno de los mejores jugadores que tiene el plantel, pero en la marca sufre, y últimamente parece rendir mejor jugando como volante.
La exigencia de todos es que la defensa debe modificarse. Algo funciona muy mal allí y no es noticia. Pero cabe preguntarse si hay en el plantel variantes para probar algo nuevo. Arancibia y Milán, los dos centrales, son los más apuntados y reprochados por la cantidad de errores que vienen cometiendo. El Roli se equivocó feo en Villa Crespo y le regaló el gol a los tucumanos. Milán no tiene una buena relación con los hinchas desde el partido con River, y paga con insultos cada error, pero también tiene sus buenos partidos. Hernán López podría ser una buena alternativa como marcador central, pero también ha fallado groseramente, como ante Huracán. Nadie se salva. Segovia venía siendo de lo más regular en la primera rueda, pero sus últimas actuaciones fueron muy malas. Quiles, que empezó mostrando muy poco en sus primeras presentaciones, al menos tuvo un rendimiento aceptable en Rosario.
El panorama es complicado, y ninguna defensa es garantía. Habrá que encontrar la mejor defensa posible y en ella inevitablemente estarán jugadores que se vienen equivocando bastante, por el simple hecho de que ningún defensor bohemio está pasando por un buen momento. La última carta es la de Brian Resch, el refuerzo que llegó en enero y todavía no tuvo minutos de juego. Uno pensaría que si Ghiso no lo puso, por algo es; pero si las pálidas siguen llegando seguramente tendrá su oportunidad.

martes, 21 de febrero de 2012

Arde Atlanta

Jorge Ghiso no es más el técnico del club. Su ciclo fue más corto de lo pensado, y estuvo marcado por los escándalos y las polémicas. Ilusionó a todos con el triunfo inicial en La Plata, pero provocó un incendio con las dos estrepitosas goleadas recibidas ante River e Instituto. Luego, se recuperó con dos victorias consecutivas, pero nunca se pudo recomponer totalmente del Rivergate. Ghiso había dejado en claro que había agarrado el equipo sin saber que estaba integrado, según él, por jugadores de inferior calidad al resto de la categoría. "Es lo que hay", afirmó. La frase nunca se pudo borrar, y la relación entre el DT y el plantel arrancó mal desde el principio. Su primer error fue aceptar el cargo cuando no conocía la realidad a la que se iba a enfrentar. Podríamos decir en su favor que quizá aceptó la propuesta sin pensarlo, por el cariño que le tiene al club. No dudamos de la capacidad profesional de Vitrola: es un técnico de la categoría. Pero cometió un segundo gran error -el crucial, el que marcó su destino- que fue no darle confianza a un plantel que necesitaba un envión anímico. Ghiso podía pensar lo que quisiera para sus adentros (y quizá tenía razón), pero no tenía porqué hacer públicos sus pensamientos. Declarar que su plantel no era apto para la categoría fue su gran error y su condena. Si este plantel es lo que hay, había que tratar de llegar lo más arriba posible, y para ello no sólo se requiere conocimiento táctico, sino también mantener motivado al plantel.
Ghiso no pudo encontrarle la vuelta al equipo. Probó distintas variantes, puso seguramente lo mejor que tenía, pero los resultados no lo acompañaron. No estoy diciendo que no haya cometido errores eligiendo a sus titulares o su planteo táctico o los cambios, pero en general no había mucho más que hacer. ¿O acaso alguien cree que los partidos se ganan amontonando jugadores de ataque? ¿Acaso no se probaron diferentes defensas a lo largo de estos partidos?
Las culpas son compartidas. Vitrola Ghiso se equivocó pero tampoco merecía irse como se fue de Villa Crespo, agredido. Los jugadores no están rindiendo pero en nada servirá insultarlos y aumentar los nervios. La dirigencia es obviamente responsable, pero nada útil saldrá de los insultos y las amenazas. Atlanta arde, y no parece lo mejor tirar más leña al fuego. Está en cada uno ver si lo que grita en la cancha o escribe en internet es útil de alguna manera o si sólo sirve para generar más caos y confusión. Para descargar la bronca -que todos la tenemos- existen otras actividades.

lunes, 20 de febrero de 2012

Dejó pasar una gran chance

Las caras de los hinchas reflejaban el dolor y la tristeza de imaginar, como una realidad cercana, aquello que no se animan a decir en voz alta. Faltan 17 partidos, y Atlanta está a sólo dos puntos de Guillermo Brown, pero la situación es la de un equipo que no brinda respuestas futbolísticas y parece incapaz de ganar un partido en este 2012. Era prácticamente obligatorio vencer a Atlético Tucumán en Villa Crespo para no perderle pisada a Brown, y el desarrollo del encuentro se dio de forma favorable, pero el Bohemio chocó con todos sus problemas y no pudo llevarse los tres puntos, lo que resultó en una nueva y gran decepción. El panorama es entonces muy preocupante.
Atlanta no da pie con bola. Esta vez no fue un desastre, pero no le alcanzó lo que hizo para ganar. Los problemas defensivos son los más graves: Quiles, Arancibia, Milán y Segovia tuvieron un partido pésimo, inaugurado por un grosero error de Arancibia que significó la apertura del marcador. Por suerte, Abel Soriano empató poco después de penal. La defensa ofreció todo tipo de facilidades y nunca se consolidó. Si Atlético no hizo más goles fue porque su planteo fue mezquino, sobretodo cuando se quedó con diez jugadores al iniciar la segunda etapa.
Atlanta, de local, con un jugador de más durante casi un tiempo, tenía todo para ganarlo. ¿Cuándo se le iba a presentar una oportunidad mejor? Pero las cosas no salieron. Mancinelli, el único jugador que puede marcar diferencias, salió del mediocampo para ocupar el lateral derecho, y dejó de gravitar. Guzmán ingresó con expectativas pero se lesionó a los pocos minutos. Bielkiewicz entró para mejorar la presencia ofensiva, pero no encontró su gol. El conjunto de Ghiso, desorientado, sin ideas creativas, impreciso, tuvo alguna oportunidad de gol, pero fue muy poco lo que ofreció cuando el triunfo tenía que quedarse sí o sí en casa.
El panorama es muy oscuro. Ghiso no encuentra el equipo, la defensa es una cordial invitación a los rivales, no hay fútbol, y no parece haber a quién poner para revertir esto. ¿Acaso son mejores los que están afuera? ¿Acaso hay algún técnico que pueda levantar este equipo? Todavía falta, pero cada vez falta menos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Aquí está el fútbol federal

El reciente episodio acontecido la semana pasada con respecto a la arbitraria y ridícula inhabilitación de la tribuna visitante del José María Minella saca a la luz algunas verdades que pintan la realidad de la mayoría de los equipos del Interior y de incluso algunos equipos del Conurbano bonearense. En este momento en que desde distintos puntos de la Argentina se reclama por una mayor federalización del fútbol, lo que supondría establecer de una vez por todas la total igualdad entre los clubes metropolitanos y los del Interior, no nos podemos olvidar de que hoy, en muchos aspectos, estos últimos cuentan con ciertas ventajas que los primeros no, generando una situación de injusticia, más allá de que todo parezca estar dentro de las reglas de juego.

Sin la intención de llorar o ponerse en situación de víctimas, vale decir que a los clubes de la Ciudad de Buenos Aires las cosas se les suelen hacer cuesta arriba en muchos aspectos. En una ciudad de 3 millones de habitantes que solamente consta de un gobierno central (los CGPs recién empiezan a asomar), con barrios de cientos miles de habitantes que no tienen un gobernante propio, no se da lógicamente la misma interacción entre clubes y gobernantes que ocurre en el Conurbano y en el Interior. Atlanta se las arregla solito luchando contra todo, y nadie le regala nada. Seguramente esté bien que así sea. Todos podemos recordar todos los inconvenientes que hemos tenido con la Policía y con la habilitación del estadio: hubiera sido menos problemático tramitar la ciudadanía estadounidense de Bin Laden. Nos alejamos 20, 200 ó 2000 kilómetros, y la situación es distinta. Gobiernos provinciales y municipales facilitan el desarrollo de los clubes: prestan estadios, pagan operativos policiales, y hasta a veces otorgan recursos económicos.

Los clubes de la Capital tienen que competir contra todo eso para meterse en la pelea y discutirle a equipos del Interior que son fuertes y que tienen mucha espalda detrás. Aquí está por fin el viejo sueño del fútbol federal en la Argentina.

domingo, 5 de febrero de 2012

Nuremberg bohemio: Lo que yo anello, es verte preso

La web bohemia se conmocionó con los dichos del Sr. Gabriel Anello, que por Twitter aludió a Hitler en respuesta a comentarios de hinchas de Atlanta (en realidad se refirió a Adolfo, pero creemos que no se trataba de Rodríguez Saá ni de Pedernera). Todo empezó cuando en su programa de TV, Anello afirmó que de la mano de José María Aguilar Atlanta había logrado tener un arbitraje favorable en su partido ante Huracán, en el que no faltaron las polémicas. Esta afirmación provocó la furia de los hinchas bohemios, que no tardaron en responder con insultos al periodista. No es la primera vez que Anello tiene problemas de este tipo con algún club ni con Atlanta en particular, ni tampoco es la primera vez que alude al líder nazi para responder.

El tema es que no podemos quedarnos simplemente en la estúpida provocación de referirse a Adolf Hitler en un tweet: no sabemos si es nazi, antisemita. Lo más probable es que su intención haya sido solamente provocar, materia en la cual es un experto. Este hombre se hizo famoso por anunciar un supuesto ascenso arreglado en favor de Quilmes. Su fama aumenta con cada polémica, con cada furia, con cada insulto. Es un monstruo que necesita de todo este circo para vivir. Para lograr escalar posiciones mediáticas, no le importará quebrar ninguna barrera moral ni mentir descaradamente, o afirmar algo contundente en televisión o radio sin tener la más mínima prueba al respecto.

Todavía más, detrás de este periodista despreciable y provocador, cuyo nivel no llega siquiera al de un programa de chimentos de las 3 de la tarde, se esconde una trama más oscura y temible. Lo que pueda decir Anello sobre su amigo Adolfo es un poroto en comparación con lo que hay detrás. Al fin y al cabo, Gaby no es más que el Smithers de Daniel Vila, un hombre rico y poderoso que quiere tener más dinero y más poder. Vila, además de poseer varios medios masivos de comunicación, es el presidente de Independiente Rivadavia, uno de los rivales de Atlanta en la lucha por la permanencia. Vila le paga el sueldo a Anello y no nos extrañamos si su misión es desprestigiar al club bohemio y luchar en todos los terrenos para hundirnos. Debemos estar preparados.

sábado, 4 de febrero de 2012

RAMIRAZO

La alegría de los hinchas bohemios al terminar el partido tiene su explicación pese a que no se haya conseguido una victoria y que el empate en sí no es un resultado de mucha utilidad. Es que estaba todo dado para llevarse nada más que una derrota de Parque Patricios, y por eso el punto se festejó como si fuera un triunfo. El 2-2 en un atractivo encuentro fue demasiado premio para un Atlanta que fue superado pero que nunca se rindió. Huracán tuvo las chances más claras y las generó en generosa cantidad, pero sus dos goles no le alcanzaron para ganar. Al partido no le faltó polémica porque varios goles a favor del Globo fueron anulados, y por ello el público local se fue furioso con el arbitraje de Luis Álvarez y sus jueces de línea.

Se cerró la primera rueda de la temporada y el Bohemio suma 20 puntos. Tendrá que mejorar considerablemente su cosecha si quiere salvarse del descenso, aunque todo depende también de lo que hagan sus rivales. Por lo pronto, la premisa para esta segunda parte era mejorar en aquellas cuestiones en las que el equipo estaba en deuda: mayor seguridad en defensa, más presencia en el medio, más poder goleador. En el Ducó, Atlanta se vio superado por un Huracán más ambicioso e incisivo, aunque no invulnerable. El conjunto de Ghiso perdió mucho en el medio y sufrió especialmente por el sector izquierdo de la defensa. Le costó controlar la pelota y atacar con una cantidad de hombres suficientes como para herir. Aun así, con sus dudas y problemas, nunca dejó de luchar, no perdió la cabeza, y se las arregló para hacerle la vida difícil a un Globo que estuvo dos veces en ventaja pero no supo retenerla. La primera vez, Andrés Soriano empató en menos de un minuto tras una buena combinación de Castro y Guzmán: los hinchas locales no tuvieron ni tiempo de festejar el gol de Villegas. La segunda ya parecía definitiva. Fue en el segundo tiempo, y Ghiso tuvo que hacer algunos cambios para que su equipo fuera más ofensivo e intentara revertir la situación. El ingresado Nicolás Ramírez, jugando como carrilero por izquierda, fue la solución, porque de repente sacó un bombazo que dejó mudos a los locales. Fue un disparo de otro partido, como aquel que se mandó contra Ferro, en la última fecha del 2011. Esta vez sirvió para darle vida a un Bohemio que no hacía pie y que merecía la derrota que se reflejaba en el marcador.

Ahora se viene Aldovisi en Mar del Plata y habrá que tocar algunas cosas en el equipo. Galeano no anduvo bien como volante por izquierda, y Ramírez tiene todos los números para entrar en el once titular después de sus dos golazos consecutivos. Tampoco fue buena la labor de Ferragut como doble cinco. Quiles tuvo un aceptable debut.