miércoles, 30 de abril de 2014

El mito del federalismo en el fútbol

Uno de los argumentos que mayor apoyo pareciera encontrar en la población en favor de la nueva reestructuración de los torneos de fútbol argentino es el de la supuesta necesidad de federalizar el deporte más popular del país. ¿Quién podría negarse a semejante argumento? ¿Quién podría rechazar a los hermanos del Interior? Aparentemente, solamente un porteño egocéntrico y soberbio.
Sin embargo, hay que tener cuidado. Es cierto que el fútbol argentino se ha caracterizado históricamente por ser protagonizado casi exclusivamente por equipos de Buenos Aires y sus alrededores, a diferencia de otros países en donde hay varios equipos importantes en cada ciudad (Brasil, Colombia, México, España, Italia, Inglaterra, etc). Pero también es cierto que Argentina es un país poco federal, en el sentido de que Buenos Aires ha siempre concentrado toda actividad política, económica, cultural. El fútbol es un ejemplo. No se puede pretender que federalizando el fútbol se logre federalizar el país entero: el proceso debe ocurrir a la inversa. Si Brasil tiene equipos igualmente fuertes en Rio, San Pablo, Porto Alegre y Belo Horizonte es porque son ciudades más o menos igualmente fuertes también.
La Historia nos enseñó que experimentos como éstos no ayudan a federalizar, sino a exponer las grandes diferencias que existen entre los equipos. En 1967 se dio la primera gran reestructuración del fútbol argentino, con la inclusión de los equipos del Interior en los torneos Nacionales. Previamente, el sistema era claramente injusto porque ningún equipo del Interior podía participar de la Primera División a menos que se afiliara directamente a la AFA. Aquella reestructuración permitió el crecimiento y fortalecimiento de equipos exteriores a Buenos Aires como Rosario Central, Newell's (que ya participaban de todos modos en Primera porque estaban afiliados), los cordobeses Belgrano, Talleres, Instituto y Racing, y en menor medida algún que otro equipo con campañas dignas. El resto en general mostró un nivel muy por debajo de la categoría. Puerto Comercial de Bahía Blanca recibió la peor goleada en Primera en el profesionalismo: 13-1. Muchos partidos no tenían demasiado interés, y los torneos Metropolitanos eran más atractivos porque jugaban mejores equipos. 
Pronto los cordobeses fueron incluidos en los Metropolitanos y en 1985 volvió a reestructurarse el fútbol. Desaparecieron los Nacionales: luego de casi 20 años el fútbol argentino se había federalizado muy poco. La creación del Nacional B fue una decisión correcta: de esa manera se podía determinar qué equipos jugarían en Primera en base al mérito deportivo y no por pertenecer a una determinada región. Los ascensos y descensos a lo largo de estos casi 30 años de Nacional B mostraron, con oscilaciones, que los equipos del Interior nunca llegaron a "copar" la Primera División por méritos propios. Hubo equipos de Chaco, Corrientes, San Juan, Mendoza, Tucumán, Jujuy, Salta, pero siempre fueron una minoría, y en general peleando por el descenso. Nunca un título de Primera viajó más lejos que Rosario.
No se puede federalizar por decreto, no se puede inventar lo que no existe. Esto no es discriminación positiva. Los clubes del Interior no son las provincias relegadas por el puerto de Buenos Aires en la época de Bernardino Rivadavia. Tienen detrás importantes sponsors y el dinero y el apoyo político de gobernadores e intendentes, algo de lo que no gozan los pequeños clubes de Capital Federal, que en estos tiempos han sido los peores perjudicados en la repartija de favores y ayudas. Que no nos metan más el verso de la federalización del fútbol argentino.

sábado, 26 de abril de 2014

Sin triunfo y sin DT

Volvió a sumar una nueva decepción Atlanta, que lleva seis partidos sin ganar y empieza a correr peligro la clasificación al Reducido, cuando ya Chicago se vuelve prácticamente inalcanzable. El Bohemio ratificó parcialmente algo de las mejoras futbolísticas exhibidas en Morón, pero no pudo llevarse los tres puntos. Se repitió la misma historia que en otros partidos: empezó ganando pero no logró sostener la ventaja y otra vez se le escapó sobre el final. No pega una Atlanta. Ahora, cuando quedan 5 encuentros por disputarse, se quedó sin técnico: Pipa Cassano ya había acordado con los dirigentes antes del encuentro terminar este ciclo que tuvo un gran comienzo pero una importante declinación en el último tramo. El Bohemio intentará levantar vuelo con un nuevo DT, con el objetivo de pelear por el segundo ascenso. 
En Villa Crespo, fue más que un Defensores que solamente piensa en zafar del descenso a Primera C, pero otra vez se le negó la victoria. En el comienzo del primer tiempo, Acuña puso arriba al local. El Chichi venía de ser figura en el Oeste y hoy, aunque no jugó bien, tuvo su premio de gol. Posteriormente, Atlanta tenía el partido a su favor: parecía que si aceleraba podía llegar el segundo. Pero no lo definió cuando era el momento de hacerlo, y se cayó. Perdió el mediocampo y dejó llegar a Defensores. El cambio de Nanía por Acuña pareció tardío, pero de todos modos el empate llegó a poco del final, en una jugada muy polémica: el juez de línea había marcado córner para Atlanta, pero el árbitro Giménez marcó saque de arco, y de allí vino la contra del conjunto visitante. En lo que quedaba del tiempo, los jugadores locales estaban muy nerviosos y no pudieron reaccionar. 
El Bohemio dejó pasar otra chance y sigue flaco de triunfos. Sumando tan poco se van acercando los rivales. Como el año pasado, Atlanta punteó este torneo y se ilusionó con el título pero se cayó al final y ahora debe pelear para entrar al Reducido. A diferencia del campeonato anterior, cuando muchos hinchas pedían la renuncia de Rondina, esta vez los dirigentes decidieron dar un timonazo y cambiar de técnico para intentar revertir esta tendencia negativa.

miércoles, 23 de abril de 2014

Difícil de explicar

Resulta complicado digerir una derrota como la que sufrió Atlanta este martes a la noche. Venía de empatar cuatro encuentros consecutivos, jugando cada vez en un nivel futbolístico más bajo y la paciencia de la gente se había agotado. Ante Morón parecía ser otra la historia: empezó ganando, mejoró el nivel de juego, pero se lo dieron vuelta y se fue con las manos vacías sobre el final. Como para no amargarse: las cosas no le están saliendo nada bien al Bohemio, que merecía llevarse un triunfo enorme que se correspondiera con la clara superioridad que demostró ante un rival duro, pero se fue derrotado. No aprovechó la caída de Chicago, el puntero, y se le acercan cada vez más los perseguidores.
¿Alcanzará la luz de esperanza que apareció con esta recuperación futbolística exhibida en el Oeste? ¿O el resultado negativo opacará todo y volveremos a ver el equipo anodino, nervioso, de las últimas fechas? Una victoria hubiera sido justa, ideal para volver a creer. Ahora hay que hacer un gran esfuerzo para volver a ilusionarse cuando los resultados vienen siendo tan esquivos. Es que el fútbol es así: en la tabla de posiciones solamente quedará registrado el 2-1 a favor de Morón, los dos goles de un Akerman que tuvo el sentido de la oportunidad que no tuvieron los definidores bohemios.
Sin Maraschi, lesionado, Atlanta encontró el fútbol de la mano de un Acuña enchufado, movedizo, que jugó su mejor partido en la temporada y se ganó seguramente la titularidad para reemplazar a Maraschi. Junto a Guzmán en el primer tiempo y Marcos Godoy, comandaron la ofensiva de un Atlanta que fue más, por ambición y claridad. Generó las mejores chances, con el partido 1-0 gracias al cabezazo del uruguayo Díaz Villán, y luego del empate 1-1 a principios del segundo tiempo. Pero pagó muy caro sus fallas en la definición (el ingresado Collavini se perdió la más clara) y las distracciones defensivas.
No tiene respiro Atlanta. Hace cinco que no gana y eso es mucho para pelear arriba. Únicamente un triunfo traerá algo de tranquilidad a Villa Crespo.

sábado, 19 de abril de 2014

Sin respuestas

Cuarto empate consecutivo de un Atlanta que se aleja cada vez más de la punta. El título se le escapa al anterior puntero y las ilusiones están en baja en Villa Crespo: pocos confían en que pueda luchar por el segundo ascenso. Todavía está a tiempo: quedan varias fechas y el equipo de Pipa Cassano se mantiene por ahora cómodamente en la segunda posición, aunque los perseguidores se acercan. Todavía Atlanta puede recuperar el fútbol y clasificar al Reducido con mejores expectativas. 
Pero en los últimos partidos no hubo respuestas. Por el contrario, el Bohemio juega cada vez peor, y está cada vez más lejos del nivel que lo llevó a pelear arriba. Esta tarde-noche, los hinchas explotaron y, por primera vez en mucho tiempo, despidieron a los jugadores con estridentes insultos y silbidos. La gente, todavía dolida por el ascenso perdido en el ciclo Rondina, siente que nuevamente sufrirá una decepción. Las críticas al DT van en aumento: ¿se mantendrá la confianza de la CD al técnico que inicialmente había sido interino pero que por los buenos resultados se quedó definitivamente, como Javier Alonso en su momento? Por lo pronto, Cassano no tiene mucho margen de acción. Al revocar la sanción de Godoy y hacerlo entrar en la segunda etapa, ahora no parece haber muchos cambios posibles para meter en la alineación: los de adentro no andan bien, pero cuando entran los de afuera es peor.
Atlanta jugó un pésimo partido recibiendo en su cancha por primera vez en la historia a Ferrocarril Urquiza, hoy patrocinado por la Universidad Abierta Interamericana. El primer tiempo fue un desastre: el Bohemio fue inferior a su rival, no encontró la pelota y no generó una buena chance de gol en toda la primera etapa. Una imagen lastimosa, lamentable, estaba dejando un equipo que pretende luchar el ascenso. En el segundo tiempo, con el ingreso de Godoy, Atlanta mejoró un poco. Produjo, al menos, algunas situaciones de peligro, pero sin contundencia, sin constancia. No insistió, no pudo arrinconar a un rival débil, humilde, que festejó el empate como un triunfo. 
Villa Crespo fue un festival de errores, de pifias y pases al rival. Luego llegaron los insultos. Los ánimos están bajos, y Atlanta tiene que recuperarse lo más pronto posible si no quiere dejar pasar el tren este campeonato. Ahora se viene un choque duro de visitante en Morón.

domingo, 13 de abril de 2014

No encuentra el camino

Tres empates consecutivos y Atlanta no encuentra la senda del triunfo que lo devuelva a la lucha. Chicago sigue ganando y se aleja cada vez más, por eso ahora el objetivo es recuperar al menos la memoria futbolística. En Caseros, no pudo frente a un Estudiantes que deambula en los últimos puestos de la tabla y que en la primera parte del partido lo superó con claridad. En el primer trampo del primer tiempo fue mucho más el local y se puso en ventaja con un remate que se desvió en un defensor bohemio. Atlanta hacía agua por los costados, no podía hacerse de la pelota y le era imposible generar algo de juego. Lazzarini y Maraschi no recibían, Galeano y Nanía no podían jugar. Un comienzo desesperanzador que parecía tener un claro destino de derrota y que era una continuación del pésimo partido realizado frente a Armenio.
Sin embargo, por algo Estudiantes está donde está y pronto se vieron sus falencias, sus debilidades. Atlanta, que se mostraba sin alma y sin ideas, comenzó a animarse y encontró el empate con un penal que le cometieron a Lazzarini y que él mismo convirtió en gol. A partir del 1-1 el Bohemio empezó a creer y a crecer, y emparejó el juego. En la segunda etapa, el triunfo pudo haber sido para cualquiera de los dos. Vega tapó algunas pelotas importantes pero también Lazzarini se perdió increíblemente el gol de la victoria y a Maraschi le anularon un gol por posición adelantada. 
El equipo de Cassano mejoró su imagen luego de un mal comienzo en el partido, y pudo haberse llevado los tres puntos de Caseros. Sin embargo, sigue mostrando un rendimiento pobre y no ofrece variantes. En el banco no parece haber alternativas tampoco. ¿Se terminará la sanción a Godoy, a quien el equipo extrañó mucho en estos dos partidos?

jueves, 10 de abril de 2014

Lollipop

Los bohemios vivieron un partido para amargarse en la noche villacrespense. Ni siquiera cuando el equipo estaba ganando se vieron rostros de alegría. Finalmente, con el empate de Armenio consumado, se hizo sentir la bronca y la desesperanza. Es que Atlanta jugó muy mal los 90 minutos, con algunos rendimientos individuales bajos y un nivel colectivo que invita a olvidarse de la lucha por el campeonato. Mientras Chicago sigue imparable, Atlanta sigue dejando puntos en el camino y no da respuestas futbolísticas. 
Fue un encuentro mal jugado por ambos, especialmente por el conjunto visitante. Con más razón, se podía esperar más de el equipo de Cassano, que tuvo la posesión de la pelota a su favor pero mostró una gran carencia de ideas. Con Godoy mirándolo desde la platea tras el escándalo en Agronomía, Atlanta no tuvo un centrodelantero entre los 18 convocados. Lazzarini, de bajísimo nivel en este 2014, no pudo suplantar a un Godoy que esta noche todo Villa Crespo extrañó. La panquequeada fue total: Marcos pasó de ser el gran culpable y centro de las críticas, a indiscutible e imprescindible entre los once. ¿Habrá perdón de parte de Cassano para con un jugador polémico y con problemas en el grupo pero que en la cancha es muy importante para el equipo? Ojalá se puedan arreglar las diferencias porque hay que buscar lo mejor para Atlanta. El Bohemio falló en la creación y en la ejecución del juego, y en general todo el equipo estuvo desafinado, con problemas también en la mitad de cancha y en la defensa. El gol de carámbola de Peláez (la pelota se desvió en un jugador de Armenio) otorgaba tres puntos que significaban solamente eso: tres puntos. Pero si el Bohemio había hecho poco para merecer el triunfo -si bien había sido más que su rival- terminó regalando la ventaja al retrasarse demasiado y dejar crecer a Armenio. La igualdad perpetrada sobre el final por un ex, Gastón Lolli, fue el gran golpe. Y pudo haber sido derrota si entraba un tiro libre que dio en el travesaño, tras la expulsión de Nelson González.