martes, 12 de diciembre de 2017

Balance de un semestre agitado

Se acabó el año futbolístico para Atlanta, con la primera rueda del campeonato casi terminada. En menos de cinco meses, pasó de todo en el fútbol profesional bohemio. Como viene siendo costumbre desde hace unos cinco años, Atlanta comenzó la temporada con muchas caras nuevas luego de la frustración de quedarse otra vez en la puerta del ascenso. Esta vez, con un presupuesto bastante menor, se debió recurrir más al ingenio que a los nombres de jerarquía. En este contexto comenzó la era de Francisco Berscé, ex arquero del club con un pasado futbolístico poco memorable y un entrenador con experiencia en juveniles, con fama de trabajador y cultor de la pelota al piso. El plantel que se armó era escaso, sin muchas variantes como en años anteriores. Llegaron varios juveniles de clubes de Primera (Bettini, Ochoa, Tecilla, Monserrat, Álvarez, Oyola) y algunos jugadores con buenas actuaciones en el Ascenso (Lugo, Miranda, Martínez). El regreso de Pedrozo y la incorporación del jugador-hincha Bianchi Arce parecían las mayores garantías dentro de un plantel que, por los nombres, no colocaba a Atlanta entre los candidatos. Sin embargo, el comienzo fue prometedor. Pronto Berscé logró plasmar su idea en un equipo que intentaba elaborar juego asociado y al que le sobraba hambre y entusiasmo. Un equipo que en pocos partidos logró contagiar de ilusión al hincha, con alegrías resonantes en la Copa Argentina. Lamentablemente, la grata sorpresa devino en oscuro panorama. Cuando Atlanta sostenía un buen rendimiento colectivo y estaba a tiro de la punta, ésa que parecía que una vez que la agarrara podía no soltarla más, se derrumbó. Caída libre en el rendimiento y en los resultados. 6 derrotas en los últimos 8 encuentros son todo un síntoma del bajón futbolístico. El Bohemio perdió totalmente el rumbo desde lo futbolístico. Varios rendimientos individuales bajaron increíblemente. Berscé probó cambios pero no reencontró la identidad que había perdido. Quizá en esta instancia se pagó por la juventud e inexperiencia del plantel, al que le costó salir del pozo para revertir la situación. El técnico tiene la tarea de devolverle la confianza a sus dirigidos. Lograr que vuelvan a creer que pueden jugar como lo hicieron hace un par de meses.

lunes, 4 de diciembre de 2017

ATLANTA 2 COMUNICACIONES 0

Después del horror de cinco derrotas consecutivas, se hizo la luz. Atlanta volvió a conocer la feliz cara del triunfo. Ya la punta quedó, por ahora, lejos. El objetivo para este 2017 es mucho más modesto: entrar a la Copa Argentina. Lo importante es que el Bohemio no sólo retomó la senda de la victoria, sino que también recuperó su juego, aquel que hizo ilusionar al hincha a principios del campeonato. Para este encuentro en Villa Crespo el técnico Berscé innovó en nombres y en esquema táctico, tal como nos tenía acostumbrados en estos partidos en que las cosas no salían. Obligado por la suspensión de Tecilla, tomó la polémica decisión de no incluir a alguno de los marcadores centrales del plantel y se la jugó por Guillermo Sánchez. En realidad, Atlanta jugó con línea de 4 para defender y con línea de 3 cuando tenía la pelota, con Ochoa mucho más adelantado, de manera que Sánchez pasaba a jugar de stopper. En el mediocampo, donde Vega debió salir por lesión, Berscé incluyó una formación inusual con Leonel Álvarez, Previtali y Ochoa Giménez. Miranda libre y Pedrozo esta vez no como extremo ni como delantero sino más retrasado, como mediapunta. Los cambios le cayeron bien al equipo. Hubo una clara mejoría en el mediocampo, con buenas actuaciones de los pibes del club Previtali y Ochoa Giménez. El Bohemio recuperó la agresividad, el entusiasmo y la vocación ofensiva. Jugó el partido con la actitud de intentar arrollar a Comunicaciones, que fue muy tibio. De todos modos, Atlanta no solucionó sus problemas defensivos y siguió sufriendo sobretodo en los tiros de esquina del rival. Mantuvo a raya a Comu porque tuvo más la pelota y logró cortar el juego en el mediocampo, sector de la cancha donde estuvo el fuerte del conjunto de Berscé. En el segundo tiempo, llegaron los goles. Primero por un penal convertido por Sánchez, y finalmente lo liquidó con un cabezazo frontal certero del ingresado Milton Giménez, en su primera anotación en el club en que se formó.
Atlanta recuperó la memoria y se llevó merecidamente los tres puntos. Que esta actuación sirva como plataforma para afirmar un rendimiento más regular, estable, y corregir los errores del equipo.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Atlanta 0 UAI-Urquiza 1

Cuarta derrota consecutiva y lo que empezó como festival del tiki-tiki muestra ya tintes "caprianos". Un equipo con intenciones de jugar por abajo, de tocar, de jugar, pero sin argumentos, sin recursos, sin intérpretes a la altura del libreto. Y olvidando lo más importante: nada vale en el fútbol si no se posee solidez. Un equipo frágil es un equipo llamado a la derrota permanente. Atlanta recibió 7 goles en los últimos 4 encuentros y les hizo las cosas muy fáciles a sus rivales. La imagen constante fue la de un equipo débil, quebradizo, impotente. UAI Urquiza no tuvo que hacer demasiado para llevarse el jugoso premio de la victoria en Villa Crespo. Apenas aprovechó un penal cometido tras un córner en el inicio del partido y listo. Luego se dedicó a navegar el partido, en aguas tranquilas, teniendo por momentos la pelota pero nunca fue arrinconado por el conjunto local. El Bohemio produjo y llegó muy poco. No tuvo ideas, profundidad ni precisión para llegar con peligro al arco rival. El visitante no sufrió para mantener el resultado favorable con que se encontró en el comienzo.
Es un momento muy duro para Atlanta. Después de golear a Sacachispas podía agarrar la punta, pero cayó en un tremendo bajón futbolístico, en un círculo vicioso de derrotas. La actitud del equipo se desarmó. Si antes parecía convencido de su idea y la llevaba a cabo con firmeza, ahora apenas esboza intentos fallidos, inconsistentes. El funcionamiento colectivo requiere el sostén de las performances individuales y en la actualidad hay muchos jugadores que no están rindiendo en el buen nivel que habíamos visto algunos partidos atrás. Berscé deberá trabajar en lo táctico pero sobretodo en lo anímico para recuperar a este Atlanta que pasó muy rápidamente de la gran ilusión a la catástrofe futbolística.

martes, 21 de noviembre de 2017

FENIX 3 ATLANTA 1

Otro paso en falso. La tercera derrota consecutiva y se enciende una alarma roja furiosa en Villa Crespo. El equipo de Berscé, el que conquistó el entusiasmo de los hinchas a base de buen juego y de triunfos, el que estaba cerca de agarrar la punta, cayó en el pantano de la desgracia y no puede salir. Como en las arenas movedizas, sus intentos para salir a flote lo hunden cada vez más. El técnico cambió de esquema, de nombres, y los resultados se escapan. Lo más preocupante es que el rival, esta vez Fenix, no tuvo que hacer demasiados méritos. Atlanta ofreció todas las facilidades atrás. Con una defensa tan débil, con un arco propio tan abierto, es más probable que el rival se lleve la victoria. El Bohemio fue otra vez un manojo de voluntades inconexas, sin fútbol, sin solidez. El equipo no apareció. Por primera vez en el campeonato, no se llevó los tres puntos después de empezar ganando un encuentro. El cabezazo de Vega en el inicio parecía indicar una tarde auspiciosa. Sin embargo, Atlanta se desmoronó. No supo cómo reemplazar a los lesionados Bianchi Arce y Vega, y se enmarañó en la desorganización táctica, en la apatía y la impotencia. Fue demasiado fácil para Fénix. Ahora viene un duelo importante frente a la UAI Urquiza, para intentar retomar el rumbo.

martes, 14 de noviembre de 2017

ATLANTA 0 ACASSUSO 2

Segunda derrota consecutiva de Atlanta, que afronta el momento más duro de la era Berscé, justo cuando tenía la posibilidad de tomar la punta. Fue quizá la peor actuación del conjunto del Pepi en lo que va del campeonato. Hizo todo mal y al modesto Acassuso le alcanzó con poco para dar el batacazo. El Quemero golpeó al principio y al final. El gol tempranero en una de las tantas pelotas paradas en que Atlanta marcó muy mal fue un golpe del que el Bohemio nunca pudo reponerse. Inicialmente, con un Miranda enchufado, amagó con reencontrarse con su fútbol pero pronto se diluyó en una impotencia anodina. Atlanta jugó realmente muy mal. No tuvo los argumentos de juego que había mostrado en anteriores presentaciones. Sin precisión en los pases, sin ideas, sin actitud agresiva. No salió nada de lo que intentó. Prácticamente no generó peligro teniendo casi todo un partido la responsabilidad de ser protagonista, con la desventaja en el marcador. La ausencia de llegadas fue todo un síntoma de la pobreza futbolística del local. El equipo no apareció y los rendimientos individuales fueron muy bajos, tanto en defensa como en ataque. Acassuso, por el contrario, hizo el partido que vino a buscar.

domingo, 5 de noviembre de 2017

SACACHISPAS 0 ATLANTA 3


Fue una fecha ideal para Atlanta, que sumó a las derrotas de los punteros Tristán Suárez y UAI Urquiza -y el empate de Platense- una contundente victoria en Villa Soldati para quedar a tres unidades de la cima cuando todavía tiene dos partidos menos. Fue clara y rotunda la diferencia entre el Bohemio y Sacachispas, en el primer duelo en la historia entre estos clubes. El equipo de Berscé ratificó su buen momento. Asumió la responsabilidad de llevarse los tres puntos en esta visita frente a un rival inferior y se ilusiona con prenderse a la punta lo más pronto posible. Fue importantísimo el gol que fabricó de la nada el heterodoxo Adrián Martínez, que ganó la posición entre los centrales y logró definir con la marca encima. El partido se abrió y el Bohemio jugó más tranquilo con la ventaja. No fue de todos modos una gran producción del conjunto de Berscé. No se vio juego asociado ni un dominio hegemónico de la pelota. Al contrario, con el 1-0 apostó a la explosión de los contraataques, intentando agarrar desprevenido al local. Sacachispas demostró ser un equipo con buenas intenciones ofensivas, entusiasta, pero con graves problemas para defenderse. Dio muchas ventajas, ofreció muchos espacios atrás. Y Atlanta supo aprovecharlos. No necesitó dominar el juego para herir a su rival. Controló el trámite con oficio, y esperó los momentos justos para golpear. Los goles llegaron solos: primero con un gran pase de Álvarez que definió Miranda, y sobre el final con una maniobra individual excelente de Chaves. Así se terminó redondeando una goleada que se explica en las diferencias de efectividad y solidez de ambos equipos. Ahora, a los Polvorines a buscar la punta.

sábado, 28 de octubre de 2017

Heterodoxo Martínez

Adrián Martínez es el goleador de este Atlanta versión 2017/18. Su historia es increíble, pero no es intención repetir lo que ya se dijo en otro momento en una muy buena entrevista realizada por Página/12 ni lo que se reprodujo hasta el hartazgo como nota de color en la previa del mediático encuentro ante River. Martínez llegó a Atlanta para calzarse la 9 en un plantel escaso, en el que no había mucho margen para equivocarse en la elección de jugadores. Una gran responsabilidad hacer olvidar a Dorregaray, Ramos, Altobelli y Pons, los cuatro centrodelanteros que tenía el rico plantel anterior. Adrián llegaba con un gran antecedente de 21 goles convertidos la última temporada para CADU, en la Primera C, pese a que no era el 9 de área en ese equipo.
Los primeros pasos del ex CADU en Atlanta no fueron prometedores. Los hinchas pedían traer otro centrodelantero como refuerzo urgente, y hasta Berscé lo sacó del equipo y probó con Pedrozo en esa posición. Hoy son todas flores para el goleador, que lleva anotados 7 tantos y está en una muy buena racha.
Martínez parece efectivamente un bicho raro. Quizá algo tenga que ver el hecho de que no haya hecho Inferiores, que haya estado preso por un delito que no cometió, que se haya convertido en ferviente creyente en esa estadía en la cárcel. Pareciera descontaminado de los vicios del fútbol. Vive como en otro planeta. Y juega a este deporte a su propia manera. Técnicamente, no destaca. La habilidad no es lo suyo. No tiene aspecto físico de nueve, y hasta quizá no tenga aspecto de futbolista profesional. Sus movimientos son extraños, heterodoxos. Pero compensa todo esto con un sacrificio enorme, una solidaridad incansable para entregar el cuerpo y el alma. Una gran inteligencia táctica para ubicarse en el lugar y el momento justos. Una fe divina para buscar el gol cuando todos los demás creen que está perdido. Sus anotaciones contra Tristán, Almirante, Platense o Defensores son una muestra de la flexible heterodoxia de Adrián Martínez cuando se trata de encontrarse, de alguna manera o de otra, con su amigo el gol.

ATLANTA 2 DEFENSORES 0

El Bohemio sumó otra victoria, otros tres puntos que le permiten seguir creciendo en la tabla de posiciones, cuando todavía debe dos partidos postergados. Esta vez la víctima fue Defensores de Belgrano, en Villa Crespo. El encuentro fue intenso, atractivo, abierto, y el triunfo no fue sencillo pese a que Atlanta contó con un hombre más durante más de la mitad del partido. El primer tiempo reveló las diferentes intenciones e ideas de ambos equipos. Por un lado, el conjunto de Berscé, fiel a su estilo, intentó jugar por abajo, apostar al juego asociado. Fue prolijo, pero un tanto previsible e impreciso. Así no logró inquietar a Anconetani pese a haber dejado una buena imagen. El visitante, por el contrario, fue más pragmático. Apostó al juego aéreo, al oficio de Vazzoler y al error bohemio en la salida. Mal no le fue: evidenció algunas dudas defensivas de Atlanta y avisó que podía incomodar. La expulsión de Nadal en la primera parte cambió el desarrollo del juego por completo. Los de Nardozza se pusieron nerviosos y al seguir con el juego brusco se llenaron de amarillas. Atlanta aprovechó: se hizo dueño de la pelota y se volcó al ataque para buscar el triunfo, con mayor profundidad y contundencia. La hegemonía local tuvo su premio en el segundo tiempo, cuando el goleador Adrián Martínez fabricó la apertura del marcador con un derechazo. Se podía suponer que con la ventaja en el resultado y en la cantidad de jugadores todo se le iba a hacer más fácil al Bohemio. De hecho, luego del primer gol, el equipo de Berscé tuvo todo para liquidarlo: la pelota, espacios, un rival herido y oportunidades claras. No logró definirlo y el equipo fue sintiendo físicamente el desgaste. Con rendimientos en merma e ingresados que no podían adaptarse y ordenarse en la cancha, Atlanta ofrecía muchas dudas. Pese a tener todas las posibilidades en contra, Defe se animó y hasta pudo haber conseguido un empate heroico. Ya en tiempo de descuento, Martínez se la llevó en una contra y dejó solo a Pedrozo para que pusiera el 2-0 definitivo, el gol que llegó más tarde de lo esperado pero que finalmente decretó la victoria.

martes, 24 de octubre de 2017

ATLANTA 2 PLATENSE 1

Lo que se jugó de partido fue breve pero la alegría terminó siendo inmensa. Atlanta se recuperó rápidamente de la eliminación en la Copa Argentina: se llevó un triunfo increíble en los 21 minutos que quedaban del partido suspendido frente a un rival directo como Platense en la lucha por el ascenso, y se acomodó en la tabla de posiciones cuando todavía debe dos encuentros postergados. Fue un hecho totalmente atípico, desde todo punto de vista. El escenario fue un estadio vacío, con las puertas cerradas. Justamente en el choque de los dos clubes con más historia del fútbol argentino de esta categoría. El 1-1 no parecía mal negocio para ambos, pero caía mejor en el visitante. El Bohemio jugó una primera etapa de 10 minutos muy mala, en la que no pisó el área rival y apenas logró pasar mitad de cancha. Platense, mejor parado y con más actitud, aprovechó las desconcentraciones defensivas bohemias. Se venía la noche con un penal polémico de Lugo, pero el mismo arquero se hizo enorme y se lo tapó a Vizcarra, para revivir a Villa Crespo. En el segundo tiempo, Atlanta emparejó, llegó con un remate claro de Miranda y luego lo ganó con un centro de Oyola y un gran cabezazo de Adrián Martínez, que hizo todo bien para sacarse de encima la marca y colocar la pelota junto a un palo. No faltaron emociones en un encuentro breve pero intenso. Atlanta pasó de lo que hubiera sido una durísima derrota a una gran victoria que no sólo lo fortalece de cara a lo que viene sino que debilita también a su rival.

miércoles, 18 de octubre de 2017

ATLANTA 1 RIVER 4

La lógica impuso su autoridad en San Juan: Atlanta cayó derrotado por una amplia e indiscutible diferencia ante River y quedó eliminado en los cuartos de final de la Copa Argentina, luego de memorables actuaciones sobretodo frente a San Martín de San Juan y Belgrano de Córdoba. La derrota no careció de dignidad para un Atlanta que no fue humillado pero que se vio claramente superado por uno de los mejores equipos del país y del continente. La posibilidad de un empate o una victoria heroica terminó siendo muy lejana, y se desvaneció repentinamente sobre el final de la primera parte. Hasta ese momento, el Bohemio había logrado sobrevivir inteligentemente. El 0-0 daba tranquilidad y se extendía en el tiempo. River dominaba la pelota y el juego ocurría en el campo de Atlanta, pero no lograba llegar con profundidad ni quebrar a un equipo tenaz, disciplinado, sacrificado y concentrado en mantener el cero. Berscé había planteado un esquema conservador. Sacó a Adrián Martínez y puso a Previtali para disponer un 4-5-1. La idea era cortar el circuito de juego de River, aunque así sacrificaba casi totalmente las posibilidades ofensivas propias. Vale decir que un partido cerrado, cortado, era lo que más le convenía a Atlanta y así se jugó la mayor parte del primer tiempo, mientras el conjunto de Gallardo se sentía incómodo. Pero pronto todo se derrumbó. La jerarquía enorme de Scocco para descolocar a la defensa bohemia y la habilitación a Saracchi. Y el golpe de nocaut, medio minuto después, con la definición de Nacho Fernández tras una mala salida de Bianchi Arce cuando el Bohemio sacaba del medio y ni siquiera había logrado reponerse del primer gol. 2-0 y olor a partido aniquilado.
Para el segundo tiempo, Berscé volvió al esquema que suele usar, con el ingreso de Martínez. El análisis de lo que ocurrió en esta etapa quizá carezca sentido porque ambos la disputaron sabiendo que el resultado final difícilmente fuera otro que la victoria riverplatense. Con un delantero más y la obligación de ir a buscarlo, Atlanta se acercó más al área, generó algunas chances y hasta logró descontar con una buena jugada de Miranda, Pedrozo y Martínez, cuando el partido ya iba 3-0. Pero al mismo tiempo, con más espacios y más tranquilo por la ventaja, River tuvo la oportunidad de lucir su evidente superioridad. Así contó con una gran cantidad de chances a su favor, y pudo haber coronado una goleada mayor que el 4-1 final.
No hubo equivalencias. Atlanta sólo pudo acariciar el sueño por casi un tiempo. Le faltó hacer un partido perfecto para poder disputarle a River la serie. De todos modos, puede irse con la frente en alto por lo que hizo en esta Copa, y ahora a pensar en el objetivo del ascenso.

lunes, 16 de octubre de 2017

Atlanta en los mano a mano

En los últimos 20 años, Atlanta disputó 22 series eliminatorias (partidos "mano a mano"), por campeonatos de Ascenso y por Copa Argentina, ya sea de ida y vuelta, o a un partido. De estas 22 series, ganó 5, empató 7 y perdió 10. De las 7 series empatadas, ganó 4 por penales. La estadística es muy particular distinguiendo la categoría del rival enfrentado en cada serie. Cuando Atlanta enfrentó a rivales de una categoría superior a la que se encontraba (siempre por Copa Argentina), nunca perdió: de 5 series disputadas, ganó 2 y empató 3, ganando 2 de estas 3 en los penales. Además, siempre les convirtió goles, y todos estos rivales fueron de Primera A, la mayoría de las veces dos categorías arriba de Atlanta. La estadística también es favorable frente a rivales de categoría inferior: 2 victorias y 2 empates, con una definición por penales perdida y otra ganada en los empates. Estos fueron partidos de Copa Argentina y la promoción frente a Argentino de Merlo. Sin embargo, la estadística se torna infernal al considerar las series eliminatorias contra rivales de la misma categoría, donde el historial es desfavorable en Copa Argentina y humillante en torneos de Ascenso. Una victoria, 2 empates (una definición por penales ganada) y 10 derrotas en el tiempo de juego reglamentario. Números que muestran una clara tendencia. Por suerte ya no quedan rivales de la misma categoría en esta Copa Argentina. Podemos soñar con otra hazaña.

sábado, 14 de octubre de 2017

ATLANTA 2 BARRACAS 2

Le está costando ganar a Atlanta en este campeonato. Este equipo que se está metiendo entre los mejores de la Copa Argentina, que juega un fútbol que entusiasma, no la tiene para nada fácil en un torneo duro. Después de darle una lección a Belgrano en Santa Fe, el conjunto de Berscé tenía que olvidarse por un momento del próximo encuentro ante River, y pensar en la complicada parada frente a Barracas Central, por la B Metro, con el objetivo de crecer en la tabla de posiciones. El técnico decidió colocar a todos los titulares, los mismos que habían protagonizado la hazaña en la Copa, para enfrentar a uno de los candidatos al ascenso a la B Nacional, por nombres y jerarquía de jugadores. El primer tramo del partido mostró lo mejor de Atlanta: un fútbol de alto vuelo, con juego asociado, agresivo, pelota al pie. Villa Crespo deliraba con el exquisito pase largo de Leonel Álvarez, el perfecto centro de Ochoa y la certera aparición en el área de Monserrat. Sacó Barracas del medio y el Bohemio tuvo inmediatamente la oportunidad de aumentar el marcador, pero Pedrozo no pudo definir en el mano a mano. Del posible 2-0 que podía terminar en un festival, Atlanta pasó rápidamente al estancamiento y la desazón. No pudo sostener (¿físicamente, quizá?) el juego ni el dominio de la pelota. Barracas mostró sus armas y apretó, evidenciando fisuras defensivas inéditas en los últimos encuentros. De penal, Juan Martín igualó antes del entretiempo. Atlanta había desaprovechado su mejor momento, su fuego se había apagado, y debía volver a empezar. Pero en el segundo tiempo no se volvió a ver la mejor versión del equipo de Berscé. Por el contrario, le costó generar juego, amigarse con la pelota y atacar con precisión. El visitante aprovechó y Juan Martín, de cabeza, dio vuelta el resultado. Por suerte, cuando al Bohemio le faltaban ideas, apareció una pierna rival para desviar un remate de Miranda y poner el definitivo 2-2. Un resultado que terminó siendo lo más justo para el desarrollo del partido. Ahora llega el momento de soñar. Para lastimar a River, Atlanta deberá repetir, de mínima, la perfecta actuación que tuvo frente a Belgrano, cuando fue efectivo, sólido, preciso, compacto y mantuvo la intensidad durante los 90 minutos. Un gran desafío para este grupo que tiene la ilusión y el apoyo de todos los hinchas, pero que recién empieza a dar sus primeros pasos.

martes, 10 de octubre de 2017

BELGRANO 1 ATLANTA 2

Una fiesta emocionante se vivió en Santa Fe, en el pequeño codo del estadio de Unión, donde cientos de bohemios apretujados celebraron un triunfo enorme. Y el sueño continúa. Porque casi que no hubo tiempo para inflar el pecho por la contundente y merecidísima victoria frente a Belgrano de Córdoba, que ahora aparece River en el horizonte cercano y crece la ilusión de un batacazo que sería histórico. De las emociones, mucho se ha dicho y mostrado. Bianchi Arce festejando con su gente. Las lágrimas del técnico Berscé. La emoción y el agradecimiento de los jugadores. Fue muy intenso. Pero antes hubo un partido de fútbol, en el que Atlanta, un equipo de la tercera categoría, superó en todos los aspectos a Belgrano, un representante de Primera División. No en una instancia cualquiera sino en octavos de final, lo que coloca a Atlanta entre los ocho mejores de la Copa Argentina.
Fue la mejor expresión del fútbol que pregona Berscé, ante un rival importante. Un partido consagratorio. La actuación de Atlanta fue excelente. Tácticamente, el planteo salió a la perfección. Berscé apostó a un 5-3-2 que no puede confundirse con un esquema defensivo. El equipo fue dinámico, rápido para atacar y para defender. La defensa cumplió una labor impecable, con Bianchi Arce y Tecilla despejando todo lo que venía al área. El mediocampo tuvo mucho juego y recuperación del balón. Monserrat fue un punto alto, Álvarez mostró cosas interesantes en su esperado debut, y Miranda la descosió. El 10 los volvió a locos a todos. Arriba, aparecieron los goles de los delanteros. Pedrozo hizo un gran sacrificio: convirtió el primero y asistió a Martínez en el segundo. Rendimientos individuales muy altos, y un gran funcionamiento colectivo. El conjunto del Gallego Méndez se vio sorprendido ante un equipo que dominó la posesión de la pelota y se atrevió a atacarlo, y nunca pudo desarrollar su juego ni llegar con serio peligro, salvo en la última jugada del partido en que descontó. Quizá la postura de los cordobeses favoreció a Atlanta, que esta vez no se encontró con el cerrojo defensivo que suelen disponer los habituales rivales bohemios en la B Metro. Con espacios, Miranda, Monserrat y compañía pudieron volar. Y Atlanta consiguió un triunfo inmenso que lo vuelve a colocar en los primeros planos.

miércoles, 4 de octubre de 2017

TRISTAN SUAREZ 1 ATLANTA 1

En un partido abierto, de ida y vuelta, con muchas llegadas para ambos, el empate terminó siendo el resultado más justo. Cualquiera lo podía haber ganado o perdido. Para el Bohemio, sacarle el invicto al puntero en su propia casa hubiera sido un gran envión anímico luego de la dolorosa derrota sobre la hora en Villa Crespo frente a Estudiantes. No se llevó los tres puntos, pero sí la tranquilidad de haber buscado la victoria en todo momento. Sin embargo, no fue globalmente una gran actuación de Atlanta, ya que si bien expuso virtudes, también mostró grandes defectos. El arranque fue muy malo. El extraño cambio de esquema táctico y de nombres que dispuso Berscé empezó dando malos resultados. Atlanta fue un equipo desequilibrado, con una gran vocación de ataque gracias a la movilidad de Pedrozo y el buen pie de Miranda, pero no tuvo la solidez defensiva que venía mostrando en los últimos partidos. Si antes le llegaban poco, esta vez Tristán tuvo a su favor varias situaciones claras de gol. Además del gol, el local pegó un cabezazo en el palo y otro en el travesaño, y Lugo salvó el arco en un par de oportunidades. El conjunto de Berscé fue frágil, pero compensó esta fragilidad con ímpetu, con espíritu de juego ofensivo. Así logró el empate, con una avivada de Pedrozo y la definición heterodoxa de Martínez, que ya lleva tres tantos convertidos. En la segunda etapa, el Bohemio fue dominador y tuvo las mejores situaciones para ganarlo. Los (re)ingresos de Bettini y Ochoa en los carriles fueron positivos. Las actuaciones de Bazán y Ochoa Giménez en esos sectores no fueron buenas. La victoria no se pudo dar pero Atlanta sigue en la pelea y ahora se viene un partido fundamental por Copa Argentina.

domingo, 1 de octubre de 2017

ATLANTA 0 ESTUDIANTES 1

Atlanta tuvo su primer golpe, su primera derrota. Fue claramente injusta, inmerecida ante un Estudiantes que se dedicó a destruir el juego, apostar al contragolpe y logró convertir la única chance que generó, en el último minuto de partido. De todos modos, el conjunto de Berscé no jugó bien. No tuvo el volumen de juego que había lucido ante Almirante, ni la contundencia que había mostrado ante Pacífico. Fue el que tuvo las mejores intenciones, el que intentó jugar y buscar el triunfo, pero no le alcanzó. Los rendimientos individuales fueron más bajos, y la producción colectiva fue mucho más pobre. Miranda, el jugador del que más se espera en la creación, estuvo poco inspirado y apareció de manera intermitente. En su mejor jugada, habilitó mano a mano a Martínez, que definió al cuerpo del arquero. Fue la situación más clara que generó el Bohemio y no hubo mucho más que eso: aproximaciones, intenciones, una búsqueda sin precisión ni profundidad. Lo más lógico hubiera sido una igualdad en cero como castigo a Atlanta por su impericia y a Estudiantes por su mediocridad. Esto recién empieza y pronto el equipo de Berscé tiene la oportunidad de redimirse cuando visite el miércoles al puntero Tristán Suárez. ¿Las preocupaciones? La dificultad de Atlanta para resolver un partido que lo encontró como dominador de la pelota, la falta de alternativas en el banco de suplentes y la responsabilidad en el gol del arquero Lugo, que venía de cometer otro error en el gol recibido en Copa Argentina.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Una revolución

En pocos partidos jugados, el nuevo Atlanta de Francisco Berscé trocó la desconfianza en ilusión. El panorama no parecía alentador. Se había desarmado completamente un plantel rico, con jugadores de jerarquía especialmente en ofensiva, y para esta temporada había que arrancar de cero, con un presupuesto menor, muchos jugadores jóvenes y un técnico con poco nombre y escasos antecedentes. Sin embargo, el Bohemio fue creciendo, de menor a mayor, y a fuerza de buen juego y buenos resultados en el torneo y la Copa Argentina ya se ganó el corazón de los hinchas. Berscé logró algo que hacía mucho que no ocurría en Atlanta: plasmar en la cancha una idea de juego, una identidad. Presión alta, intensidad física, circulación de pelota, juego por las bandas con extremos y laterales que pasan al ataque, mediocampo con volantes de buen pie y asociados a la creación. Un equipo conectado y enchufado en función de una idea colectiva, con algunos altos rendimientos individuales. Bianchi Arce es el líder del espíritu y de la defensa. Miranda aporta el desequilibrio de mitad de cancha para adelante. Martínez empezó a convertir goles para intentar despejar la mayor duda que mostraba el equipo: la falta de definición.
Se jugó muy poco y falta muchísimo. Las revoluciones pueden ser exitosas y duraderas, o breves y frustradas. El equipo entusiasma al hincha y eso es importante para que haya apoyo del público. Habrá que seguir creyendo en lo que puede dar este grupo de jugadores.

sábado, 16 de septiembre de 2017

ATLANTA 1 ALMIRANTE 0

Y una noche los aplausos fueron estruendosos, unánimes. El equipo fue incluso despedido en el entretiempo con el mayor reconocimiento del público, cuando el marcador todavía no se había abierto. Después de mucho tiempo, Atlanta jugó un partido casi perfecto en Villa Crespo y le dio una alegría a su gente. Pero lo más importante: le generó la ilusión de poder repetir más partidos así en este campeonato que recién empieza. No hubo goleada, no hubo festival de contundencia. Pero la victoria fue rotunda. Almirante Brown, uno de los candidatos en los papeles, quedó totalmente anulado. No existió en la cancha. No pudo tener la pelota, no pudo llegar. No pudo apretar cuando estaba en desventaja. El partido sólo lo jugó Atlanta. Berscé debe estar satisfecho de haber podido plasmar en la cancha su idea de juego. Su equipo superó al rival en todos los aspectos posibles: física, táctica, anímica y técnicamente. Los rendimientos individuales fueron todos de bueno para arriba, con puntos muy altos en Bianchi Arce, Previtali (en su mejor partido desde su debut) y Miranda. Lugo mostró seguridad en el arco. La defensa cumplió un encuentro excepcional, con una zaga central impasable y dos laterales que tuvieron oficio de marca y proyección. Bianchi Arce fue un verdadero líder. En el medio, Previtali se destacó tanto en el quite como en el pase. Se hizo dueño del mediocampo y permitió que Monserrat y Miranda pudieran dedicarse al juego asociado y creativo. En el primer tiempo, Atlanta fue muy paciente para hacer circular la pelota, apostar al juego colectivo. Con volumen de juego, generó situaciones claras pero volvían a aparecer los problemas de definición. Por suerte en el segundo tiempo el delantero Adrián Martínez se sacó la mufa tras varias chances desperdiciadas y anotó el gol de la victoria, a pura fe y voluntad.
Esto recién empieza. El campeonato es muy largo y cada partido es una historia diferente. El Bohemio, con un plantel corto y con pocos nombres importantes, con un DT poco conocido en la categoría, empieza a mostrar un fútbol que ilusiona. Comienza a mostrar una identidad que le puede dar muy buenos resultados. Claro que no será fácil sostenerla en el tiempo. Pero hay con qué.

domingo, 10 de septiembre de 2017

ATLANTA-PLATENSE (Susp.)

Como no podía ser de otra manera, en el mejor momento de Atlanta se hizo presente la ira de la Naturaleza. Cuentan que cuando los dinosaurios bohemios estaban por salir campeones cayó un meteorito gigante. Pero bueno, antes se jugó más de una hora de fútbol. Era una prueba de fuego para este equipo de Berscé que apenas había empatado sin goles ante un pobre Colegiales en su debut. Allí había mostrado algunas buenas intenciones pero también debilidades. El Platense de Fernando Ruiz llegaba como candidato, con un plantel armado como para buscar el ascenso. Un examen de carácter para un conjunto joven, con poca experiencia, en formación.
El partido no empezó nada bien para Atlanta. Con problemas para recuperar y conservar la pelota y elaborar juego, sufrió además las esporádicas incursiones de un Platense que parecía tener mayor jerarquía. Curuchet clavó un golazo, aprovechando una distracción de Tecilla. En el otro arco, al Bohemio le costaba generar situaciones de peligro. La falta de un centrodelantero de peso, con el arco entre ceja y ceja, se hacía evidente. La voluntad de Martínez por ahora no compensa su falencia para el remate. ¿Quién la podía meter? ¿Quién podía hacer un gol en este Atlanta sin 9? Miranda, volcado hacia la izquierda, no desequilibraba como lo había hecho en el primer encuentro ante Colegiales.
En el segundo tiempo, llegaron las respuestas. El ingreso de Oyola por Ochoa Giménez le dio una oportunidad de vértigo y desequilibrio por izquierda a Atlanta, que empató el encuentro gracias a una gran jugada del ex Tigre y de la cabeza de Monserrat, que sólo tuvo que empujarla en el área chica. Ahí empezó a verse lo mejor del Bohemio. Empujado anímicamente, vio que Platense era falible y que podía penetrar para darlo vuelta. Con Miranda enchufado, con espacios, había revivido el conjunto de Bersce. Sin embargo, aparecieron los rayos y Bresba decidió suspender definitivamente el encuentro. Así nos quedamos con las ganas de intentar buscar una victoria que hubiera significado una gran inyección de ánimo para lo que viene.

martes, 5 de septiembre de 2017

ATLANTA 0 COLEGIALES 0

Luego de las campañas políticas y las elecciones, le llegó el turno al fútbol en Atlanta. Comenzó una nueva temporada, con Berscé como nuevo DT y con un plantel totalmente renovado. Esta vez, con un presupuesto menor y sin grandes nombres. Ya no veremos la jerarquía ofensiva y el recambio que había la temporada pasada, en la que, de todos modos, al Bohemio no le alcanzó para pelear mano a mano el ascenso. Berscé apostó por jugadores jóvenes y un sistema de juego audaz, con vértigo, la pelota al piso, y buscando el juego asociado. Claro que el fútbol necesita en todo esquema de intérpretes adecuados.
El rendimiento de Atlanta en su primera presentación fue aceptable, aunque no pudo superar a un débil Colegiales en Villa Crespo. Por momentos, el local intentó jugar bien, con la movilidad de sus jugadores de ataque. Miranda, el ex Fenix, fue lo más destacado en la generación de juego. Muchas de las jugadas de peligro pasaron por los pies de este intrépido enganche. El centrodelantero Martínez, ex CADU, también tuvo sus chances. El conjunto de Berscé falló en la definición: estuvo muy impreciso a la hora de convertir. Milton Giménez, suplente, es el único 9 tradicional del plantel: un cambio abrupto con respecto al torneo anterior en el que teníamos a Ramos, Altobelli y Dorregaray.
Si bien por momentos el equipo mostró una saludable actitud, no pudo sostener el ritmo todo el partido. A veces el juego se hizo de ida y vuelta, y eso posibilitó que Colegiales se arrimara en varias oportunidades, mostrando dudas en el nuevo arquero Lugo. En la defensa, que tuvo el debut del capitán-hincha Bianchi Arce, los dos laterales Bettini y Ochoa mostraron capacidad para la proyección más que para la marca. En el último tramo del partido, el Bohemio pareció quedarse físicamente y ya no pudo sostener el ritmo de ataque. Sin buen recambio, dejó la pelota en los pies del visitante, que pudo haber sorprendido sobre el final.
El empate no era el resultado que se pretendía para empezar el torneo, pero esto recién empieza. El sábado Atlanta tendrá un duro examen frente a uno de los candidatos, Platense, dirigido por Fernando Ruiz.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Triunfo de Renacimiento Bohemio

Después de años, meses y días convulsionados, finalmente se llevó a cabo la elección de autoridades y el socio eligió por segunda vez consecutiva a Gabriel Grecco como presidente de Atlanta. Como en 2014, el actual presidente superó a Pablo Trombert, candidato de Bohemios de Primera, aunque en esta oportunidad por una diferencia de votos mucho menor. ¿Cómo podemos interpretar los resultados de esta elección?
La mayoría de los socios se inclinó por la continuidad de una generación de dirigentes que, con varios cambios de nombres, lleva las riendas del club desde hace 12 años. La campaña de Renacimiento Bohemio no se centró en las promesas sino en los hechos, en remarcar lo logrado en materia institucional y social (la recuperación de la Sede, la reconstrucción del estadio, el crecimiento como institución). Haber estado trabajando desde los peores momentos del club, no contar con acusaciones de corrupción, son elementos que deben haber pesado en el voto de muchos socios que se inclinaron por ratificar la confianza en estos dirigentes.
En la otra vereda, Bohemios de Primera proponía un cambio abrupto, de 180 grados. La estrategia fue efectiva para captar el voto de muchos socios muy disconformes con la dirigencia actual, especialmente con los resultados futbolísticos. El gran punto débil para Renacimiento Bohemio fue y es el fútbol profesional. Sin buena producción en Celina, apenas un ascenso en 12 años que culminó con un rápido descenso, son mochilas pesadas difícil de llevar. Seguramente el desgaste del oficialismo y los últimos ascensos frustrados hayan sido las principales causas de los varios votos que pasaron a Bohemios de Primera de 2014 a 2017. 
La agrupación opositora, por otra parte, deberá analizar porqué no pudo triunfar cuando parecía que el cambio era inevitable. Apeló a una campaña extraordinaria, con un trabajo muy intensivo en eventos y redes sociales. Convocó a viejas glorias del club. Prometió volver a Primera. Quizá, en un club chico como Atlanta y que ha sufrido el desguace de mecenas y salvadores que han hecho negocios con el club, el socio elige votar al que conoce. Desconfía de lo desconocido, de los mesías, de las promesas grandilocuentes. Bohemios de Primera ha querido demostrar en su campaña que era una agrupación de Primera que venía a sacar de la B al club con mentalidad de la B.
Por otra parte, el terreno está también preparado para que una tercera agrupación esboce una alternativa diferente a las dos existentes. Si el oficialismo continúa su desgaste y la agrupación opositora no logra convencer al electorado que confíe en el cambio que propone, podría aparecer otra opción que entienda qué es lo que el socio quiere cambiar y qué es lo que quiere mantener. Claro que será difícil sobrevivir en esa delgada línea de la tercera posición en que oficialistas y opositores acusarán de ser funcionales a los otros. Esto es política, la misma historia desde hace miles de años, desde que los hombres peleaban con los dinosaurios, según Larreta.

lunes, 24 de julio de 2017

Vidas paralelas

Podemos realizar el siguiente ejercicio mental, únicamente con fines lúdicos: trazar una especie de paralelismo entre las vidas económico-político-institucionales del Club Atlanta y la República Argentina. La comparación será interpretada, sin dudas, como elogio o como afrenta en ambos de los bandos por igual, en tiempos de grieta bohemia y grieta nacional. Recordemos, es sólo un juego. A reclamar rigurosidad a otro lado.
Podríamos empezar nuestra historia con la quiebra de Atlanta, coincidente con la crisis económica del país durante la transición entre las décadas del '80 y del '90. Los noventa en Argentina estuvieron marcados por la fiesta menemista y en Villa Crespo también tuvimos a nuestro Carlos Saúl. Si hubo que achicar el club y vender la sede para sobrevivir, el Estado argentino también se redujo con la privatizaciones. La fiesta duró unos años. Disney y la ilusión de volver a Primera con un mecenas que escondía la realidad de un club no sustentable. Pronto la crisis estalló de nuevo. Para el país fue de golpe y de manera traumática. 2001. Atlanta evidenció su deterioro institucional: sin sede social, con un estadio pronto a ser inutilizado, sin conducción, sin recursos, y cerca de la Primera C. 
Después de tocar fondo, Argentina tuvo a Duhalde y Atlanta tuvo a Moreno. La antesala a una etapa de mayor estabilidad institucional. Llegó la era K. Más de una década de un mismo color político. Tanto el discurso kirchnerista como el del oficialismo bohemio se sustentan en remarcar el resurgimiento luego de una gran crisis. Lógicamente, después de tantos años, el oficialismo llega desgastado y en la otra vereda aparece un Cambio. Al igual que el macrismo, el discurso opositor diagnostica que en estos años se debió haber logrado mucho más de lo que se logró. 
El socio dirá si le otorga continuidad al proceso actual, extendiendo la era K por otro período, o si, al igual que el 51% de los argentinos, se decide por cambiar de rumbo. La ventaja es que ya tenemos dos años de ventaja para ver cómo viene la mano.

sábado, 8 de julio de 2017

Balance futbolístico de otra decepción

Una nueva temporada en que Atlanta no consiguió su único objetivo posible: ascender a la B Nacional. Desde el último descenso en 2012, peleó por el ascenso en 5 de los 6 torneos disputados, terminando entre el segundo y el cuarto puesto de la tabla. Cuatro veces pereció en la primera ronda del Reducido y tuvo su chance de ascender con un triunfo en una última fecha. Siempre en Villa Crespo. La desolación, la bronca de los hinchas es lógica. Duele acercarse al éxito y no poder conseguirlo.
El arranque del equipo en este 2016/17 fue a pura ilusión. Con la llegada de Fernando Ruiz como entrenador y el armado de un plantel plagado de jugadores de jerarquía en ofensiva, Atlanta parecía apostar a llevarse a todos por delante. La irreverencia de Guri García, el desequilibrio de Peralta, la sorpresiva aparición de Dorregaray, el aporte goleador de Ramos, las promesas de goles de Pons, la clase de Ezequiel Rodríguez en su nueva posición de volante central. Había material para creer. Sin embargo, pronto el poderío ofensivo decayó y persistieron los problemas defensivos. Atlanta entró en el terreno de la total irregularidad, sin encontrar el equipo, el esquema, la idea de juego. Nunca pudo resolver sus problemas defensivos y su bajísimo rendimiento en Villa Crespo, donde perdió y empató partidos increíbles, ante rivales débiles.
Las performances individuales también bajaron su nivel. Peralta fue el caso emblemático en este sentido: clave en la primera etapa, intrascendente al final. La ida de Rodríguez también le agregó una cuota fatídica: Atlanta perdió mucho con su salida ya que era un volante con quite, presencia y manejo de la pelota. Algo que Seijas y Guerra no pudieron aportar ni sumados los dos. La llegada de Duró al banco por momentos dio esperanzas, y Atlanta entregó un par de buenas actuaciones, pero también mostró las peores versiones del equipo de Ruiz.
El final fue cantado. El Bohemio no jugó a nada, como en casi todo el campeonato en Villa Crespo, salvo el gran partido que le ganó al campeón Morón, jugando como si fuera una final. La misma actitud con que encaró el encuentro de Copa Argentina ante los sanjuaninos. No se vio el mismo Atlanta en el partido más importante, los cuartos de final del Reducido. Había que empatar.

martes, 4 de julio de 2017

ATLANTA 0 ESPAÑOL 1

Una mancha más al tigre. Un nuevo capítulo del interminable compendio de frustraciones bohemias en los mano a mano por el ascenso a la B Nacional. Casi dos décadas en que las historias se vuelven a reescribir. Ya más como comedia que como tragedia.
Un empate le bastaba a Atlanta para pasar a las semifinales. Era local. Tenía todas las de ganar. En teoría. También sabíamos que en Villa Crespo este equipo siempre la tuvo muy complicada y le costó conseguir resultados. Sin ir más lejos, le había tocado perder contra el mismo rival hace no mucho, en la misma cancha. Este martes se vio de lo peor de este Atlanta irregular, inestable. Pero tampoco fue nada nuevo. La misma impotencia, la misma fragilidad habían sido elementos presentes en partidos anteriores. Varias veces. El visitante se pone en ventaja en su primera llegada y después hay que remontarlo, con los nervios y una mochila pesadísima. ¿Cuántas veces leímos esa historia este torneo? En todo el campeonato el Bohemio no pudo solucionar su alarmante debilidad defensiva. Sin embargo, esta vez no apareció la jerarquía de los jugadores, ni que hablar de la contundencia ofensiva que apenas fue un espejismo en el principio de la temporada. Estuvieron todos en la cancha. Duró los juntó a todos en un segundo tiempo en que acumuló delanteros y jugadores creativos. Ramos, Dorregaray, Pons, Barría, García y Peralta juntos. Ni una chance clara para encontrar ese gol que otorgaba la clasificación. ¿Del lado de Español? Un equipo limitado pero inteligente, práctico, compacto, con plena confianza anímica y táctica. Un Amarilla que hizo las veces de Messi, autor del gol y absolutamente imparable. Si la actuación colectiva de Atlanta no estuvo a la altura de las circunstancias, los rendimientos individuales fueron paupérrimos. No se salvó ni uno de los jugadores de campo. Todo lo que tenía que hacer el conjunto de Duró para quedarse afuera lo hizo. Todo lo que temíamos que podía pasar pasó. La confianza y las ilusiones depositadas en función de los buenos méritos de un equipo que algo hizo para salir tercero en la tabla fueron fulminadas. Otra maldita frustración que cuesta digerir.

lunes, 5 de junio de 2017

¿Identidad futbolística?

En el medio del fútbol, se suele dar por sentado que cada club tiene cierta identidad futbolística, una tradición histórica que debe ser respetada y que representa distintivamente a la institución en materia de fútbol. Una manera de jugar, un espíritu de juego. Puede tener aspectos tácticos, anímicos o técnicos. Pero ¿existe tal cosa? ¿Es chamuyo? ¿Un invento? ¿Una exageración? ¿Un mito?
Muchas veces tales tradiciones se sustentan en la memoria de algún (o algunos) equipo glorioso en la historia del club. Sin embargo, a lo largo de las décadas, cambian los dirigentes, los jugadores, los técnicos y los hinchas. La única forma de que una tradición futbolística se conserve es el riguroso control ciudadano, el reclamo popular. Además, debe haber una dirigencia y un DT que le den sentido a esa pertenencia a una tradición identitaria. No son muchos sin embargo los casos de clubes en el fútbol argentino que puedan ostentar una identidad histórica tan clara y vigente. Boca, River, Independiente, Estudiantes, Argentinos, son los ejemplos más emblemáticos, cada uno con su estilo particular.
En el resto de los clubes (o sea, la gran mayoría), la cuestión de la identidad se vuelve más amorfa y confusa. No hay elementos para definir una tendencia histórica constante, repetida a lo largo de generaciones como si se tratara de un rito sagrado. Los hinchas, sin embargo, en su espíritu más romántico asocian a su propio equipo con una identidad relacionada con el poder ofensivo, con el ataque, la búsqueda. Claro que la elección de una forma de jugar no tiene porqué, racionalmente, estar relacionada con una supuesta identidad del club al que representa un equipo, sobretodo en este tiempo de contratos efímeros y jugadores trotamundos. Los jugadores y técnicos son empleados circunstanciales de un club y su obligación es trabajar en pos de un objetivo, no hacer las veces de sacerdotes del culto.
¿La identidad futbolística existe? Si existe ¿tiene algún valor? ¿Es algo deseable? ¿O puede ser un lastre, una mochila pesada? Mientras tanto, propongo el ejercicio mental de pensar cuál sería la identidad de Atlanta, si la tuviera. Si nos tuviéramos que apoyar en los grandes equipos de Atlanta, más allá del "aislado" campañón de 1973, los mejores años bohemios en fútbol fueron entre el ascenso de 1956 y la primera parte de la década del '60. En ese período de enorme crecimiento institucional, Atlanta se coló varias veces entre los primeros puestos del campeonato, ganó la Copa Suecia y sacó de sus inferiores grandes estrellas. Lamentablemente, no hay manera de comprobar cuál era la idea de juego de los equipos de esa época brillante. ¿Qué era lo que lo distinguía de los demás? ¿Era más ofensivo? ¿Tenía mejores jugadores de ataque? Por lo pronto, podemos decir que en esa época el Bohemio fue el laboratorio de Osvaldo Zubeldía, un maestro innovador de cuya escuela nacieron las últimas tres finales mundiales disputadas por la Selección argentina. Y en ese equipo jugaba Carlos Timoteo Griguol, otro maestro del fútbol nacional. Zubeldía y Griguol realzaron la táctica, la rigurosidad y la estrategia como herramientas de los humildes para darles pelea a los más poderosos, a los que pueden sacar la billetera y hacerse de los mejores jugadores. Justamente ese Atlanta de los '60 irrumpió en un escenario dominado por los grandes.
Quizá, sólo quizá, si es que existe algo así como la identidad futbolística de un club, haya que empezar por ahí para saber de dónde venimos. Es sólo una idea.

ATLANTA 1 T.SUÁREZ 1

El empate con gusto a poco obtenido en el partido número 1000 en el León Kolbowsky fue una buena síntesis del ciclotímico e irregular andar de Atlanta en este campeonato. En el primer tiempo, el Bohemio fue un equipo gris, sin alma, sin ideas de juego. Débil en defensa, ofreció oportunidades a un visitante que jugó mejor y supo aprovechar para ponerse en ventaja. El equipo de Duró no llegó en toda la primera parte. Los delanteros no se conectaron con el juego, García y Peralta estuvieron en un muy bajo nivel. En el medio, Previtali volvió a brindar una pálida imagen y Seijas no logró hacerse dueño de la cancha. Sin mediocampo y sin inspiración ofensiva, díficil atacar con peligro. En el segundo tiempo, el técnico metió dos cambios de una, evidenciando que el equipo necesitaba cirugía mayor para intentar dar vuelta la historia. Se la jugó por dos rapiditos como Barría y Tolosa, mientras Suárez se dedicó a conservar la ventaja que había conseguido. La producción en la segunda parte fue mucho mejor, con una gran actuación del Rayo Barría que revitalizó al equipo y asistió a Dorregaray para marcar el empate. Mereció incluso la victoria.
En un torneo que tiene a Morón como virtual campeón, lo único que queda es luchar por el segundo ascenso en un Reducido que ya tiene a Atlanta muy cerca de la clasificación. El Bohemio tiene material para ascender pero necesita mejorar su funcionamiento, alcanzar la regularidad que nunca encontró en todo el campeonato. El equipo es una caja de sorpresas, capaz de poner de rodillas al más fuerte y caer ante el más débil. La cuestión parece pasar más por lo anímico e individual que por lo táctico, ya que han pasado los esquemas, jugadores en distintas posiciones, y no hay solución. Gómez puede salvar con sus atajadas como ser responsable de goles evitables. La defensa alterna partidos de firmeza con días de hot sale. En el medio, la ausencia de Rodríguez se siente mucho. García y Peralta son jugadores desequilibrantes, de jerarquía, pero muchas veces están apagados. Los delanteros no están enchufados con el gol. 

sábado, 20 de mayo de 2017

ATLANTA 2 DEFENSORES 1

Importante triunfo en Villa Crespo frente a uno de los equipos más fuertes de este campeonato, ratificando que en este 2017 al Bohemio le cuesta con los débiles y se siente más cómodo enfrentando a los poderosos. Justamente después de un sorprendente 4-0 a Almirante en Casanova, Atlanta volvió a ganar y se acomodó en la tabla, por ahora en el segundo puesto. Fue un duro enfrentamiento ante Defensores, pese a que jugó más de un tiempo con un jugador de más. El conjunto de Duró no jugó bien, pero con voluntad y perseverancia se llevó puesto al visitante. De hecho, en la primera etapa, ofreció una mejor imagen Defensores, manejando la pelota con criterio y mostrando una idea más clara de juego. A Atlanta le costó tenerla y generar en el mediocampo, con Guerra y Previtali muy imprecisos en los pases y un García intrascendente. Ramos y Pons quedaron poco abastecidos y debieron luchar entre la férrea y sólida defensa del visitante.
En la segunda parte, con la ventaja numérica, Duró decidió cambiar al esquema. Sacó a Previtali que estaba en un muy bajo nivel e incluyó al Rayo Barría, que mostró interesantes incursiones por el extremo derecho. El cambio le dio al equipo mayor vuelo ofensivo, pero al mismo tiempo generó desequilibrios defensivos. Arriesgar implica ambas consecuencias. Defe aprovechó y logró convertir. El partido parecía complicarse demasiado porque Atlanta sufrió anímicamente el inesperado gol en contra y el conjunto de Della Pica se iba encerrando en su mejor virtud: defenderse. Mientras Anconetani continuaba su show. Duró metió dos cambios juntos para intentar dar vuelta la historia, aunque puesto por puesto. Gogna empató en un tiro de esquina y García clavó el segundo para humillar el abatido Anconetani. Faltaba poco. Fue un premio para un Atlanta que siempre quiso aunque sin jugar bien, y un castigo para un Defensores que terminó jugando sin delanteros en pos de aferrarse a al menos un punto.

miércoles, 10 de mayo de 2017

ATLANTA 1 SAN TELMO 1

El agónico gol de Leo Ramos en el minuto 97 apenas se festejó tibiamente en la fría noche de Villa Crespo. Es que el empate como local ante un débil San Telmo tiene sabor a muy poco para Atlanta, que necesita ganar para volver a creer que tiene alguna chance en el Reducido. Claro que una derrota hubiera tenido el mismo tono que otras caídas increíbles ante equipos modestos en el Kolbowski, como ocurrió varias veces esta temporada.
El conjunto dirigido por Duró jugó muy mal. El primer tiempo fue por momentos aceptable. El Bohemio intentó ser protagonista y mostró algunas buenas intenciones. Generó así algunas oportunidades para ponerse en ventaja, aunque repitió las fallas en la definición que viene mostrando últimamente. Con voluntad, igualmente, no podía hacer olvidar las ausencias de Gurí García, lesionado, y Rodríguez, una ausencia a la que ya nos tendremos que acostumbrar. Guerra es el símbolo semántico del equipo: con mucho sacrificio, pero sin fútbol. Atlanta no tuvo mejores ideas que apostar a los pelotazos a los tres nueves: Altobelli, Pons y Ramos, pero sin éxito. Peralta nuevamente falló en un partido en que se le reclamaba aportar el juego y la conducción del equipo.
En el segundo tiempo, el Bohemio ofreció su peor versión. No pudo generar situaciones, de hecho le costó pisar el área rival. Buscando la victoria Duró realizó cambios de nombres y tácticos. Deshizo el triple nueve y el doble cinco para incluir a jugadores jóvenes, más rápidos. Ingresaron Cequeira, Tolosa y Nakache. Pero el equipo no pudo hilvanar una jugada y hasta perdió la pelota y el orden. En medio de la confusión, San Telmo se acercó un poco y pudo convertir con un penal dudoso. Parecía sentenciado porque Atlanta no tenía reacción. Hasta que apareció Ramos en la última jugada para poner un poco de justicia y salvar un punto en una muy mala noche bohemia.

miércoles, 3 de mayo de 2017

ATLANTA 1 FENIX 0

Pasó una eternidad de novelas y dramas entre aquella derrota en Barracas y esta vuelta a Villa Crespo para recibir a Fenix. Un antes y un después. Ya no está Ruiz en el banco y llegó Guillermo Duró para ocupar su lugar. Ya no está más Ezequiel Rodríguez en el plantel. La barra, después del episodio vergonzoso en la semana, aislada en su tribuna se dedicó a insultar a los jugadores e incluso también a los hinchas y socios de verdad, que no quisieron avalar su accionar. Justamente este accionar fue la causa de algunos problemas futbolísticos del equipo en este partido. Duró dispuso un tradicional 4-4-2 con pocas innovaciones. Era el mismo sistema que había preferido Ruiz durante la primera rueda del campeonato. Gogna, como el segundo tiempo ante Barracas, fue el improvisado lateral derecho, relegando a Monje. La vuelta de Tenaglia se espera con ansias. Sánchez recuperó la titularidad en lugar de Jerez, quien había regalado el tercer gol en el último encuentro. En el mediocampo, el doble cinco Seijas-Guerra ofreció voluntad y sacrificio pero falló en la distribución y el manejo de la pelota. Atlanta sufrió la ausencia de Rodríguez, un jugador con presencia y buen pie en el medio. Esta falta generó imprecisión y problemas para armar juego, arrancar las jugadas de ataque. La responsabilidad del juego pasó por los costados: García y Peralta, que jugaron a pierna cambiada la mayor parte del partido.
Fue una pobre actuación bohemia, pero alcanzó para llevarse un ajustado triunfo y eso no es poco. Después de perder muchos puntos frente a rivales débiles como Fenix y de una semana agitada, nada mejor que empezar ganando en el comienzo de ciclo de un nuevo entrenador. Lo que se vio de fútbol no da muchas esperanzas, pero este grupo necesita un envión anímico: hay buenos jugadores que bajaron su rendimiento, y quizá sea todo una cuestión mental. El hecho de que Agustín Gómez haya sido figura por haber salvado algunos mano a mano y varias pelotas complicadas da una idea de que el partido no fue cómodo para Atlanta. Si bien por momentos controló el juego y tuvo momentos en que fue protagonista y se mostró levemente superior, le generaron situaciones, generalmente por errores en defensa. El equipo intentó salir jugando de abajo y muchas veces por no despejarla a tiempo terminó complicándose. En ataque, dependió demasiado de la inspiración de García. Arriba, Ramos y Pons quedaron aislados y se conectaron poco con el juego. Nuevamente, el Bohemio pudo convertir gracias a un penal. Un síntoma de la falta de gol de este equipo que supo ser contundente y goleador.

miércoles, 26 de abril de 2017

El actor que faltaba

Hace pocos días, publicamos una nota en esta misma página en la que analizábamos las estrategias y la situación de los tres agrupaciones partidarias existentes de cara a las elecciones del club de agosto. Hoy la realidad nos dio un sopapo y nos mostró que el análisis había dejado ingenuamente afuera a un cuarto -y quizá el principal- actor de este juego político: la barra. Justo a tiempo, aparecieron los muchachos para marcar la cancha y dar un claro mensaje al mundo bohemio: "No nos dejen afuera, nosotros también existimos y somos poderosos". 
Luego de años de tranquilidad -seguramente consolidados por acuerdos poco felices con la gestión oficial- la barra volvió a irrumpir en escena, en un episodio vergonzoso, tristísimo, que trascendió el mundo Atlanta y fue noticia en los principales medios argentinos. A cuatro meses de las elecciones, es imposible no creer que el hecho tiene un matiz político. Esto no quiere decir necesariamente que a los muchachos los hayan mandado oficialistas u opositores para debilitar a sus rivales partidarios (estas prácticas suelen ocurrir en los clubes, pero parecen en este caso opciones muy burdas para ser ciertas). Es político porque la barra, si bien no se presenta como agrupación, también juega en las elecciones del club. Porque, ante un eventual cambio de mando, quisieron demostrar su fuerza y su influencia. La dirigencia que arranque su mandato deberá lidiar con ellos. En agosto los socios votarán quiénes conducirán en teoría los destinos del club, pero la barra seguirá estando. Ese quiste canceroso, esa mafia parásita que mediante el uso de la violencia y la gracia de la impunidad judicial ostenta con comodidad el poder real. 
La única forma de combatir esta enfermedad es no dejar sola a la dirigencia, sea ésta o sea la que viene después. Los socios deben afrontar la lucha con responsabilidad y compromiso, sin caer en las trampas de la cultura del aguante que funciona como escudo protector de los violentos.

domingo, 23 de abril de 2017

El juego político

A cuatro meses de las elecciones en el club y cerca de la resolución del torneo de fútbol, el clima político entra en su punto de ebullición. Bohemios de Primera (BdP) ha tomado la iniciativa política y se asegura como ganadora de la elección. Con un espíritu triunfalista, instala la idea de que el ciclo de gestión actual se ha acabado y que se viene un tiempo de cambio. Los problemas relacionados con el Microestadio y los malos resultados futbolísticos le dan fuerza como portavoz del descontento popular. Como agrupación opositora, BdP se ha construido a sí misma en total contraposición a la gestión oficialista. Define a Greco, Korz y compañía como soberbios, mediocres e incapaces, y por lo tanto se presenta ante la sociedad como dialoguista, ambiciosa y profesional. Fotos de integrantes de la agrupación mirando un documento Word en una notebook y mensajes pacificadores pintan de lleno la imagen que BdP quiere entregar al mundo bohemio. Por otra parte, la apelación a lo emocional ha sido una constante desde su fundación. El nombre de la agrupación y el lema "Volver a ser" hace nreferencia a un pasado glorioso que los hinchas anhelan y que hoy resulta muy lejano, no sólo en el tiempo. La promesa de trabajar con ex jugadores como Ribolzi, Pichón Rodríguez o el Narigón Torres intenta acercarse a ese pasado y también a los socios de mayor edad, que en la anterior elección se habían inclinado más bien por el oficialismo, según una minuciosa y rigurosa encuesta realizada por Sentimiento Bohemio. El diagnóstico de BdP es que el oficialismo desperdició oportunidades para ascender y crecer -a diferencia de otros clubes- en un contexto aparentemente favorable. El riesgo está en que el camino que puede llevar a BdP a la presidencia del club puede convertirse en el mismo camino que lo lleve a su propio fracaso. La visión de que el club está obligado a ascender (y no sólo a la B Nacional, sino también a Primera) y que esto sólo se logra con la capacidad y la eficaz administración de recursos que BdP posee es un arma de doble filo, porque los socios esperarán que las promesas se cumplan. 
En la vereda opuesta está el oficialismo, representado en Renacimiento Bohemio (RB). Sin iniciativa política para la campaña, ha puesto sus energías en salvar su gestión para mostrar resultados positivos ante los socios. Suena lógico: el oficialismo no puede hablar ni prometer, puede hacer. En sus vitrinas, tiene como trofeos importantes logros extrafutbolísticos en la última década: la recuperación y puesta en funcionamiento de la sede social, la reconstrucción del estado y la vuelta a Villa Crespo, y el saneamiento institucional del club. Es un hecho y un logro histórico que esta dirigencia agarró el club en un momento muy crítico (quizá el más crítico en la Historia después de la quiebra) y lo levantó para ponerlo de pie, para volver a ser un club con recursos propios (sin oscuros mecenas) y un futuro por delante. Esta idea está plasmada en el nombre de la agrupación. Sin embargo, su deuda más importante fue en el plano futbolístico. Mientras que la mayoría de los clubes similares -o incluso varios inferiores- lograron subir una o dos categorías, Atlanta solamente logró un ascenso y descendió rápidamente al año siguiente. En los últimos años, el club ha presentado equipos muy competitivos pero se ha quedado siempre en la puerta del éxito, sin poder alcanzarlo. En la última elección, los socios valoraron más el crecimiento institucional, el fresco acuerdo por el Microestadio y la confianza en muchos dirigentes conocidos y respetados por quienes transitan el mundo Atlanta desde hace años. Hoy quizá el balance sea distinto. La acumulación de frustraciones deportivas y la caída del proyecto del Microestadio son dos piedras difíciles de levantar, aunque si el oficialismo logra revertir alguno de estos dos frentes puede recuperar la fe. 
Ha surgido también un tercero en discordia: Unidos por Atlanta (UxA). ¿En qué consistiría esta especie de "Tercera Posición"? Como en los casos anteriores, el nombre siempre dice mucho. UxA busca ofrecer una imagen de síntesis ante el juego de tesis-antítesis que representan RB y BdP en el campo político bohemio. En desacuerdo con la gestión, puede que algunos de sus integrantes hayan integrado quizá antiguamente la filas del oficialismo. Mientras que BdP se construyó a sí misma como el negativo de RB, UxA toma una distancia menor, y esta actitud le vale la acusación de opositora de ser lo mismo que el oficialismo. UxA puede capturar muchos votos de socios descontentos con la gestión, pero que temen a lo abrupto e incierto que puede significar el cambio representado por BdP. Es difícil saber si UxA captura más votos que podrían ir para BdP o para RB, o quizá esta nueva agrupación podría sorprender y en vez de terminar en tercer lugar disputar competitivamente la presidencia. Ante la duda, UxA ha recibido ataques políticos de las otras dos agrupaciones, que lógicamente prefieren una polarización.  En cuanto a la campaña, UxA se ha intentado mostrar como una agrupación fresca, joven, entusiasta, descontaminada de los vicios políticos. Son grandes los esfuerzos por alejar una imagen de inexperiencia. 
El clima político está caliente y los acontecimientos de estos próximos meses serán claves para definir el resultado de la elección. Las estrategias de campaña funcionan como un buen termómetro para interpretar el entramado político que enreda al club.   

sábado, 22 de abril de 2017

BARRACAS 3 ATLANTA 1

La mala racha de Atlanta sumó una nueva frustración. Hoy, aunque faltan varias fechas, ya el título resulta alejado de la realidad, con un Morón que se encamina derechito hacia al primer ascenso. El equipo sigue sin dar respuestas, acumula derrotas y va cayéndose en la tabla. Tal es así que la clasificación al Reducido está seriamente comprometida: un presente muy triste para un Atlanta que empezó la temporada en gran nivel, fue puntero por un buen tramo del torneo y tenía la pretensión de pelear por subir de categoría. Hoy el Bohemio es una invitación para sus rivales de turno. Les hace las cosas muy sencillas. Ruiz intentó dar un volantazo con varios cambios importantes para visitar a Barracas Central, pero nuevamente la apuesta táctica le salió mal y tuvo que cambiar sobre la marcha. Dejó a Ramos, García y Peralta en el banco, e incluyó a los juveniles Ochoa, que ya venía jugando, y Nakache, en su primer partido como titular. La innovación en defensa fue la inclusión de Otermin como lateral derecho, algo que debió modificar en el segundo tiempo ya que el ex capitán perdió siempre en los desbordes. El primer tiempo fue muy malo para el Bohemio, que sólo tuvo un minuto de lucidez en el que generó dos llegadas: un remate de Nakache sobre el arquero y un travesaño estrellado por Pons. Barracas llevó serio peligro cada vez que se animó a pasar mitad de cancha. Los defensores bohemios tuvieron grandes problemas para marcar, y el local pudo haber hecho una diferencia mayor que la que consiguió con un gol tempranero de Martin.
En el segundo tiempo, el Bohemio tuvo una ráfaga de 15 minutos de clara superioridad que no aprovechó totalmente. El ingreso de García fue clave. Ya Ruiz había cambiado totalmente el esquema: pasó del 4-3-3 al 4-4-2 y Gogna cambió posiciones con Otermin. En la primero que tocó García generó el penal que Pons convirtió en el empate parcial. Parecía que Atlanta se comía crudo a un Barracas confundido, pero no la pudo meter. Pons tuvo un cabezazo en el travesaño. En el mejor momento bohemio, Martin puso en ventaja nuevamente al local. Luego, con el partido ya moralmente terminado, se lució con una joyita para completar un hattrick.
Fue otro mal partido de Atlanta. Desorientado, sin solidez. Regaló un tiempo y fue débil en defensa. No tuvo contundencia para definir. Con un rato de fútbol no alcanza para ganar un partido. Se requiere concentración, firmeza y determinación durante 95 minutos. No se puede regalar un tiempo, no se pueden regalar tantos goles. El equipo está derrumbado y pareciera que Ruiz no sabe cómo reconstruirlo. ¿Tiene sentido que continúe en estas condiciones?

martes, 18 de abril de 2017

ATLANTA 0 UAI URQUIZA 2

Otra triste derrota en Villa Crespo, de esas que debilitan cualquier tipo de esperanza. La campaña de Atlanta como local ha sido muy pobre y se aleja de las posibilidades de ascenso. Los jugadores no responden, el equipo no aparece. ¿Puede seguir Ruiz en estas condiciones? Parece muy difícil. El partido de ayer tuvo olor a determinante en ese aspecto. El primer tiempo del Bohemio había sido aceptable y hasta había jugado un poco mejor que su rival, aunque sólo llegó una vez de manera clara, a través de una corrida de Dorregaray que no pudo definir. Con Guerra y Peralta en buen nivel, no se extrañaban las ausencias de Tenaglia, Rodríguez, Ramos y Seijas. Pero Atlanta, como en tantos partidos, no hizo los méritos suficientes para convertir, y se empantanó en la paridad del juego que te puede premiar con una victoria como castigar con una derrota. Terminó ocurriendo esta última tragedia. Urquiza, que vino a proponer con sanas intenciones, aprovechó un grosero error de Agustín Gómez y abrió el marcador. Fue el decreto de muerte para el conjunto local, que a partir de ahí se hundió en la confusión, los nervios y una impotente agonía. No tuvo fútbol ni actitud para reaccionar. Ruiz quiso arriesgar con los cambios pero se equivocó feo: armó línea de tres con Previtali de stopper y Monje como carrilero, y por ese sector llegó el segundo gol de Urquiza, gracias al verdugo Mbombaj. Finalmente terminó incluyendo a Tolosa y al debutante Nakache en lo que parecía más un partido de entrenamiento para foguear juveniles que un intento por dar vuelta la historia. Atlanta llegó al pitido final dando una imagen lamentable, la de un equipo sin alma y sin argumentos. Con los últimos resultados en Villa Crespo, la punta que fecha a fecha se va a alejando, y la falta de respuestas futbolísticas, da la impresión de que fue el último encuentro de Fernando Ruiz como entrenador bohemio.

sábado, 8 de abril de 2017

La Trituradora Bohemia

Atlanta se ha convertido en los últimos 5 años en una máquina de desechar jugadores y técnicos. Ninguneados, criticados, cuestionados, insultados por los hinchas desde las tribunas o desde las redes sociales. No sirven. Son un desastre. No saben nada. No califican para Atlanta. Sin embargo, muchos luego de su paso por el club logran crecer y jugar o dirigir en categorías superiores, incluso con éxito. ¿Casualidad? ¿Suerte? ¿O será que nos habíamos equivocado o que nos les dimos el tiempo suficiente? ¿Será que no habremos sabido valorarlos? La máquina trituradora bohemia no admite errores ni dudas: sus veredictos son absolutos, perfectos, implacables e incuestionables. Se alimenta devorando y desechando camada tras camada de futbolístas y técnicos. 
Luego del último descenso a la B Metro, se acentuaron la impaciencia y la ansiedad por un ascenso que lógicamente es el único objetivo posible de un club que tiene la historia y el material para lograrlo. Desde aquel descenso, Atlanta peleó por el ascenso en 5 de 6 temporadas disputadas (contando la que está en curso, con desenlace todavía incierto). Son muchas ilusiones seguidas de frustraciones para los hinchas, que reaccionan pidiendo constantes cambios de DT y de plantel. Paradójicamente, el malestar es mayor cuando se pelea por algo y no se consigue, que cuando directamente no se pelea por nada.
Las evidencias de la máquina trituradora son numerosas. Entre los técnicos de los últimos años, la mayoría logró dirigir en Primera A o B Nacional luego de pasar por Atlanta: Rondina, Méndez, Mayor, Biggeri. Sialle tuvo un paso poco feliz por la B Nacional. Y Ruiz viene de ascender y dejar a Almagro en la segunda categoría con un buen promedio. Ninguno salió ileso del categórico "No sabe nada" o el estigmatizador "Es un cagón", frases con las cuales los hinchas suelen sentenciar a los DT desde su pedestal de supremo conocimiento futbolístico. 
Entre los jugadores, también hay ejemplos. Los casos más tristes son los de Galeano y Guzmán, dos jugadores salidos de la cantera, con muchos partidos en el club. Ambos fueron piezas clave del último equipo campeón en 2011, y sin embargo no se salvaron de las feroces críticas. ¿Serán los mismos que piden constantemente darles un mayor lugar a los pibes de Inferiores? Galeano logró jugar en categorías superiores y si bien a Guzmán no le fue bien en la B Nacional, hoy es un jugador importante en el puntero de la B Metro. 
¿Quién será el próximo desechado al que le espera un futuro promisorio en el fútbol? Por lo pronto, Ezequiel Rodríguez, hoy la gran figura del equipo, sufrió duros cuestionamientos el torneo pasado por parte de los dueños del Saber. Y ya había rumores a principio de campeonato sobre pretensiones de Primera. 

lunes, 3 de abril de 2017

ATLANTA 1 ESPAÑOL 3


La buena racha de Atlanta y su ilusión de alcanzar la cima encontraron un inesperado obstáculo en la lluviosa tarde villacrespense: el modestísimo Deportivo Español, que pelea por salvarse del descenso, dio el batacazo y alejó al Bohemio del puntero Morón. Ya se volvió una costumbre perder puntos de local ante equipos débiles: San Carlos, Acassuso, Colegiales fueron antecedentes cercanos.
Cuando el inspirado Dorregaray abrió la cuenta con un cabezazo a poco de iniciado el partido, parecía que Atlanta continuaba el camino de los últimos triunfos. Sin embargo, después de conseguir la ventaja inicial, el conjunto de Ruiz en nada se pareció al que apabulló a Excursionistas en Belgrano. Por el contrario, se relajó y cedió la pelota, confiando quizá en que el desarrollo sería sencillo y la victoria sería cómoda como ante el mismo rival en la primera rueda. Pero en vez de un triunfo tranquilo recibió una dura cachetada. Español lo dio vuelta pronto en ese primer tiempo con dos pelotas paradas bien ejecutadas, mientras ejercía el dominio del juego. Atlanta se había dejado estar y nunca pudo reaccionar para asumir el protagonismo que debía. Volvió a ser un equipo apático, endeble, sin ideas de juegos ni actitud. García nunca apareció para aportar su fútbol. El mediocampo estaba quebrado, sin respuestas. La defensa, que se venía mostrando firme, evidenció fisuras por todas partes, ofreciendo oportunidades al visitante. En la segunda etapa, mientras pasaban los minutos y la reacción bohemia no llegaba, Español aumentó tras convertir el rebote de un penal. La diferencia de dos goles era virtualmente igualable, pero Atlanta estaba en una tarde negra. Ni siquiera con la ventaja numérica tras una expulsión en el Gallego. Ni siquiera con el ingreso de Peralta, Pons y Altobelli. Un Atlanta irreconocible no supo cómo resolverlo y no creó chances claras para acercarse a una remontada. Los jugadores volvieron a irse con las cabezas bajas.

sábado, 25 de marzo de 2017

EXCURSIONISTAS 1 ATLANTA 3

Tercer triunfo al hilo del Bohemio, que luego de haber superado a Morón en un partido clave se mantiene a tiro de la punta. Atlanta jugó su mejor encuentro en mucho tiempo para vencer con suma justicia de visitante frente a Excursionistas. El resultado debió haber tenido la amplitud propia de una goleada, pero el descuento local sobre el final y las oportunidades desperdiciadas impidieron redondear una brecha más ancha en el marcador. El equipo de Ruiz fue claro dominador de principio a fin, explotando y exponiendo los evidentes problemas del local para defender y para armar juego. Le fue sencillo a Atlanta, con su claridad en el juego y sus jugadores de mayor jerarquía, imponerse en el desarrollo y llegar con grave peligro al arco de Excursionistas. En el primer tiempo se vio lo mejor de la producción colectiva ofensiva, con un Dorregaray enchufadísimo. Justamente él fue quien abrió la cuenta y quien asistió a Ramos, para que los de Ruiz se fueran al entretiempo con una ventaja de 2-0 que no quedaba grande.
En la segunda parte, la producción aflojó, pero aun así tuvo chances para liquidarlo. Ramos volvió a meterla para construir el 3-0 parcial que ya daba por terminado el pleito. Fue un gran partido de Atlanta, que creció en la construcción de juego y mostró una gran personalidad y autoridad para imponerse sobre su rival. No hubo equivalencias entre los dos equipos, que parecían de categorías distintas. Nuevamente Gómez se mostró seguro en el fondo, Tenaglia firme en la defensa, Rodríguez y Seijas sosteniendo el mediocampo y Dorregaray como gran referencia ofensiva. Con este funcionamiento, pareciera que Ruiz ha encontrado una idea para seguir apostando en las fechas que siguen. No hay mucho margen: Atlanta necesita seguir sumando de a tres si quiere ganarle el ascenso a Morón.

miércoles, 22 de marzo de 2017

ATLANTA 1 MORON 0

Un triunfo tremendo, como hacía tiempo que no se festejaba en Villa Crespo. ¿Cuánto hacía que no se gritaba un gol así y se salía cantando por las calles del barrio? De repente, volvió la poderosa fuerza de la ilusión: Atlanta ganó un partido clave y demostró que puede pelear el campeonato. Derrotó al todavía único líder, Deportivo Morón, y se puso como escolta, a un solo punto de la cima. La película tuvo tensión, fue intensa, pero terminó con un final feliz: victoria agónica en tiempo de descuento y ratificación de la histórica paternidad bohemia sobre el conjunto del Oeste.
En un encuentro muy peleado, en donde corría la sensación de que cualquier error podía sentenciar a uno de los dos equipos, Atlanta tuvo su merecido premio por intentar buscar el triunfo desde el primer hasta el último minuto. El conjunto de Otta vino al Gran León a llevarse de un partido difícil un punto que le permitiera seguir cómodo en la punta. Con ese objetivo, usó todas las artimañas conocidas en el fútbol. Se dedicó a hacer tiempo sistemáticamente, sobretodo en la segunda etapa y en momentos en que se vio acorralado. En cuanto al fútbol, arriesgó muy poco. Buscó tener la pelota pero sin profundizar. Tal es así que no pateó una vez al arco, en parte por su mezquindad, pero también por la gran tarea de la defensa bohemia, que junto con Agustín Gómez mostraron una bienvenida seguridad en los últimos dos encuentros (justamente terminaron con valla invicta).
Atlanta fue puro fútbol. No apareció el fútbol que sigue ausente desde hace ya varios partidos, pero sí se notó que los jugadores salieron a disputar cada pelota como si fuera la última. El local entendió que estaba jugándose una final. Con una gran actitud y un despliegue físico notable, el equipo de Ruiz supo hacerse protagonista en distintos tramos del partido. En el segundo tiempo empezó a sumar las chances más claras. El tiempo se agotaba y parecía que Atlanta no había podido aprovechar sus mejores chances para ganarlo. Para colmo, varios jugadores estaban cansados por el enorme sacrificio, y el equipo no tenía resto para seguir presionando. Ruiz se demoró con los cambios que debía haber hecho para renovar las energías del equipo. Sin embargo, todavía quedaba un restito cuando en el tiempo de descuento apareció Diego Dorregaray para marcar el gol que hizo explotar las gargantas bohemias.

sábado, 18 de marzo de 2017

TALLERES 0 ATLANTA 1

El Bohemio volvió al triunfo luego de una racha negativa, justo antes de un choque fundamental ante el puntero Morón. Si logra vencer al Gallo en Villa Crespo quedará a un punto y podrá demostrar que puede volver a soñar con el ascenso. Por lo demás, la ajustada y sufrida victoria ante Talleres, el último de la tabla y que viene de perder 9 de sus últimos 10 encuentros, no dejó mucho material para ilusionarse. Atlanta ganó y nada más.
Ruiz sorprendió con un esquema extraño que nunca había utilizado: 4-3-3 en vez del 4-4-2 tradicional. Llamaron la atención las posiciones de Dorregaray y García como extremos derecho e izquierdo, respectivamente. Peralta empezó sentado en el banco, tal como lo hizo en los amistosos de pretemporada. El partido fue malo, chato, parejo. Parecía ir camino a un justo 0-0 que castigaba a dos equipos que habían hecho muy pocos méritos para ganarlo. Atlanta mostró siempre una mejor imagen que en la primera etapa ante Colegiales, pero no aparecía el fútbol en ataque para pensar en el triunfo. Dorregaray y García jugaron lejos del arco, muy pegados contra la raya. El gol de Leo Ramos, de cabeza, tras una jugada fortuita, sentenció el encuentro y cambió el desarrollo del juego. A partir de ahí, el local jugó nervioso, desesperado, y dejó enormes huecos atrás. El conjunto de Ruiz, cómodo con la ventaja, se tranquilizó y se paró de contragolpe. Fabricó así un buen número de oportunidades clarísimas para liquidarlo pero falló increíblemente en la definición. Lo mejor para destacar, además de los tres puntos: la seguridad defensiva, gracias a una impecable labor del arquero Gómez y un gran debut en la zaga de Leonardo Gogna, uno de los dos refuerzos bohemios para esta segunda rueda. 
Quedan abiertas las incógnitas en la formación para el trascendental encuentro del martes. ¿Pons volverá a la titularidad luego de su suspensión? ¿Gogna saldrá del equipo si está para jugar el capitán Otermin? ¿Peralta volverá pese a que no levanta su nivel?  

sábado, 11 de marzo de 2017

ATLANTA 1 COLEGIALES 1

Después de un largo parate, pareciera que el tiempo no hubiera pasado. Atlanta comenzó la segunda rueda no con la contundencia y la potencia con que había empezado la primera, sino con el desconcierto y las dudas con que la terminó en diciembre. Por el rival y la situación del equipo en la tabla, la conclusión es que perdió dos puntos al empatar como local ante el débil Colegiales. La realidad es que el desarrollo del partido le fue sumamente desfavorable, y terminó salvándose de no irse con las manos vacías en la vuelta del fútbol argentino.
El Bohemio mostró dos caras futbolísticas en cada tiempo. En el primero, su lado más oscuro. Sin juego, sin ideas, sin dominio de la pelota y ofreciendo muchas ventajas atrás. Colegiales aprovechó y se puso 1-0 con un remate de Scatularo. Si la derrota parcial y la imposibilidad de crear peligro eran ya grandes obstáculos para pensar en buen resultado, ¿qué se podía esperar luego de la insólita expulsión de Pons? El delantero volvía después de casi un año tras su lesión ligamentaria y no pudo terminar el primer tiempo. Los hinchas no podían soñar con una inspiración del goleador del campeonato de transición 2016.
Todo pintaba para desastre. Sin embargo, en el segundo tiempo hubo un cambio importante en la actitud del equipo. Se afirmó atrás y fue a buscarlo con más ímpetu que fútbol. Pese a la desventaja numérica, hizo un esfuerzo enorme y apretó al conjunto visitante. Dorregaray, ingresado en lugar de Sánchez, inventó un gol gracias a su astucia, su empuje y su fe. Con el 1-1 y Atlanta agrandado se podía pensar en una heroica victoria. Pero pronto se hizo sentir el gran esfuerzo físico realizado y el equipo de Ruiz se fue quedando, retrayéndose. Había que conservar el empate. Colegiales, con más resto físico, fue el que intentó llevarse el triunfo.
La igualdad fue justa. Atlanta no pudo empezar el 2017 con una victoria y sigue empantanado en sus propias lagunas.