sábado, 28 de octubre de 2017

Heterodoxo Martínez

Adrián Martínez es el goleador de este Atlanta versión 2017/18. Su historia es increíble, pero no es intención repetir lo que ya se dijo en otro momento en una muy buena entrevista realizada por Página/12 ni lo que se reprodujo hasta el hartazgo como nota de color en la previa del mediático encuentro ante River. Martínez llegó a Atlanta para calzarse la 9 en un plantel escaso, en el que no había mucho margen para equivocarse en la elección de jugadores. Una gran responsabilidad hacer olvidar a Dorregaray, Ramos, Altobelli y Pons, los cuatro centrodelanteros que tenía el rico plantel anterior. Adrián llegaba con un gran antecedente de 21 goles convertidos la última temporada para CADU, en la Primera C, pese a que no era el 9 de área en ese equipo.
Los primeros pasos del ex CADU en Atlanta no fueron prometedores. Los hinchas pedían traer otro centrodelantero como refuerzo urgente, y hasta Berscé lo sacó del equipo y probó con Pedrozo en esa posición. Hoy son todas flores para el goleador, que lleva anotados 7 tantos y está en una muy buena racha.
Martínez parece efectivamente un bicho raro. Quizá algo tenga que ver el hecho de que no haya hecho Inferiores, que haya estado preso por un delito que no cometió, que se haya convertido en ferviente creyente en esa estadía en la cárcel. Pareciera descontaminado de los vicios del fútbol. Vive como en otro planeta. Y juega a este deporte a su propia manera. Técnicamente, no destaca. La habilidad no es lo suyo. No tiene aspecto físico de nueve, y hasta quizá no tenga aspecto de futbolista profesional. Sus movimientos son extraños, heterodoxos. Pero compensa todo esto con un sacrificio enorme, una solidaridad incansable para entregar el cuerpo y el alma. Una gran inteligencia táctica para ubicarse en el lugar y el momento justos. Una fe divina para buscar el gol cuando todos los demás creen que está perdido. Sus anotaciones contra Tristán, Almirante, Platense o Defensores son una muestra de la flexible heterodoxia de Adrián Martínez cuando se trata de encontrarse, de alguna manera o de otra, con su amigo el gol.

ATLANTA 2 DEFENSORES 0

El Bohemio sumó otra victoria, otros tres puntos que le permiten seguir creciendo en la tabla de posiciones, cuando todavía debe dos partidos postergados. Esta vez la víctima fue Defensores de Belgrano, en Villa Crespo. El encuentro fue intenso, atractivo, abierto, y el triunfo no fue sencillo pese a que Atlanta contó con un hombre más durante más de la mitad del partido. El primer tiempo reveló las diferentes intenciones e ideas de ambos equipos. Por un lado, el conjunto de Berscé, fiel a su estilo, intentó jugar por abajo, apostar al juego asociado. Fue prolijo, pero un tanto previsible e impreciso. Así no logró inquietar a Anconetani pese a haber dejado una buena imagen. El visitante, por el contrario, fue más pragmático. Apostó al juego aéreo, al oficio de Vazzoler y al error bohemio en la salida. Mal no le fue: evidenció algunas dudas defensivas de Atlanta y avisó que podía incomodar. La expulsión de Nadal en la primera parte cambió el desarrollo del juego por completo. Los de Nardozza se pusieron nerviosos y al seguir con el juego brusco se llenaron de amarillas. Atlanta aprovechó: se hizo dueño de la pelota y se volcó al ataque para buscar el triunfo, con mayor profundidad y contundencia. La hegemonía local tuvo su premio en el segundo tiempo, cuando el goleador Adrián Martínez fabricó la apertura del marcador con un derechazo. Se podía suponer que con la ventaja en el resultado y en la cantidad de jugadores todo se le iba a hacer más fácil al Bohemio. De hecho, luego del primer gol, el equipo de Berscé tuvo todo para liquidarlo: la pelota, espacios, un rival herido y oportunidades claras. No logró definirlo y el equipo fue sintiendo físicamente el desgaste. Con rendimientos en merma e ingresados que no podían adaptarse y ordenarse en la cancha, Atlanta ofrecía muchas dudas. Pese a tener todas las posibilidades en contra, Defe se animó y hasta pudo haber conseguido un empate heroico. Ya en tiempo de descuento, Martínez se la llevó en una contra y dejó solo a Pedrozo para que pusiera el 2-0 definitivo, el gol que llegó más tarde de lo esperado pero que finalmente decretó la victoria.

martes, 24 de octubre de 2017

ATLANTA 2 PLATENSE 1

Lo que se jugó de partido fue breve pero la alegría terminó siendo inmensa. Atlanta se recuperó rápidamente de la eliminación en la Copa Argentina: se llevó un triunfo increíble en los 21 minutos que quedaban del partido suspendido frente a un rival directo como Platense en la lucha por el ascenso, y se acomodó en la tabla de posiciones cuando todavía debe dos encuentros postergados. Fue un hecho totalmente atípico, desde todo punto de vista. El escenario fue un estadio vacío, con las puertas cerradas. Justamente en el choque de los dos clubes con más historia del fútbol argentino de esta categoría. El 1-1 no parecía mal negocio para ambos, pero caía mejor en el visitante. El Bohemio jugó una primera etapa de 10 minutos muy mala, en la que no pisó el área rival y apenas logró pasar mitad de cancha. Platense, mejor parado y con más actitud, aprovechó las desconcentraciones defensivas bohemias. Se venía la noche con un penal polémico de Lugo, pero el mismo arquero se hizo enorme y se lo tapó a Vizcarra, para revivir a Villa Crespo. En el segundo tiempo, Atlanta emparejó, llegó con un remate claro de Miranda y luego lo ganó con un centro de Oyola y un gran cabezazo de Adrián Martínez, que hizo todo bien para sacarse de encima la marca y colocar la pelota junto a un palo. No faltaron emociones en un encuentro breve pero intenso. Atlanta pasó de lo que hubiera sido una durísima derrota a una gran victoria que no sólo lo fortalece de cara a lo que viene sino que debilita también a su rival.

miércoles, 18 de octubre de 2017

ATLANTA 1 RIVER 4

La lógica impuso su autoridad en San Juan: Atlanta cayó derrotado por una amplia e indiscutible diferencia ante River y quedó eliminado en los cuartos de final de la Copa Argentina, luego de memorables actuaciones sobretodo frente a San Martín de San Juan y Belgrano de Córdoba. La derrota no careció de dignidad para un Atlanta que no fue humillado pero que se vio claramente superado por uno de los mejores equipos del país y del continente. La posibilidad de un empate o una victoria heroica terminó siendo muy lejana, y se desvaneció repentinamente sobre el final de la primera parte. Hasta ese momento, el Bohemio había logrado sobrevivir inteligentemente. El 0-0 daba tranquilidad y se extendía en el tiempo. River dominaba la pelota y el juego ocurría en el campo de Atlanta, pero no lograba llegar con profundidad ni quebrar a un equipo tenaz, disciplinado, sacrificado y concentrado en mantener el cero. Berscé había planteado un esquema conservador. Sacó a Adrián Martínez y puso a Previtali para disponer un 4-5-1. La idea era cortar el circuito de juego de River, aunque así sacrificaba casi totalmente las posibilidades ofensivas propias. Vale decir que un partido cerrado, cortado, era lo que más le convenía a Atlanta y así se jugó la mayor parte del primer tiempo, mientras el conjunto de Gallardo se sentía incómodo. Pero pronto todo se derrumbó. La jerarquía enorme de Scocco para descolocar a la defensa bohemia y la habilitación a Saracchi. Y el golpe de nocaut, medio minuto después, con la definición de Nacho Fernández tras una mala salida de Bianchi Arce cuando el Bohemio sacaba del medio y ni siquiera había logrado reponerse del primer gol. 2-0 y olor a partido aniquilado.
Para el segundo tiempo, Berscé volvió al esquema que suele usar, con el ingreso de Martínez. El análisis de lo que ocurrió en esta etapa quizá carezca sentido porque ambos la disputaron sabiendo que el resultado final difícilmente fuera otro que la victoria riverplatense. Con un delantero más y la obligación de ir a buscarlo, Atlanta se acercó más al área, generó algunas chances y hasta logró descontar con una buena jugada de Miranda, Pedrozo y Martínez, cuando el partido ya iba 3-0. Pero al mismo tiempo, con más espacios y más tranquilo por la ventaja, River tuvo la oportunidad de lucir su evidente superioridad. Así contó con una gran cantidad de chances a su favor, y pudo haber coronado una goleada mayor que el 4-1 final.
No hubo equivalencias. Atlanta sólo pudo acariciar el sueño por casi un tiempo. Le faltó hacer un partido perfecto para poder disputarle a River la serie. De todos modos, puede irse con la frente en alto por lo que hizo en esta Copa, y ahora a pensar en el objetivo del ascenso.

lunes, 16 de octubre de 2017

Atlanta en los mano a mano

En los últimos 20 años, Atlanta disputó 22 series eliminatorias (partidos "mano a mano"), por campeonatos de Ascenso y por Copa Argentina, ya sea de ida y vuelta, o a un partido. De estas 22 series, ganó 5, empató 7 y perdió 10. De las 7 series empatadas, ganó 4 por penales. La estadística es muy particular distinguiendo la categoría del rival enfrentado en cada serie. Cuando Atlanta enfrentó a rivales de una categoría superior a la que se encontraba (siempre por Copa Argentina), nunca perdió: de 5 series disputadas, ganó 2 y empató 3, ganando 2 de estas 3 en los penales. Además, siempre les convirtió goles, y todos estos rivales fueron de Primera A, la mayoría de las veces dos categorías arriba de Atlanta. La estadística también es favorable frente a rivales de categoría inferior: 2 victorias y 2 empates, con una definición por penales perdida y otra ganada en los empates. Estos fueron partidos de Copa Argentina y la promoción frente a Argentino de Merlo. Sin embargo, la estadística se torna infernal al considerar las series eliminatorias contra rivales de la misma categoría, donde el historial es desfavorable en Copa Argentina y humillante en torneos de Ascenso. Una victoria, 2 empates (una definición por penales ganada) y 10 derrotas en el tiempo de juego reglamentario. Números que muestran una clara tendencia. Por suerte ya no quedan rivales de la misma categoría en esta Copa Argentina. Podemos soñar con otra hazaña.

sábado, 14 de octubre de 2017

ATLANTA 2 BARRACAS 2

Le está costando ganar a Atlanta en este campeonato. Este equipo que se está metiendo entre los mejores de la Copa Argentina, que juega un fútbol que entusiasma, no la tiene para nada fácil en un torneo duro. Después de darle una lección a Belgrano en Santa Fe, el conjunto de Berscé tenía que olvidarse por un momento del próximo encuentro ante River, y pensar en la complicada parada frente a Barracas Central, por la B Metro, con el objetivo de crecer en la tabla de posiciones. El técnico decidió colocar a todos los titulares, los mismos que habían protagonizado la hazaña en la Copa, para enfrentar a uno de los candidatos al ascenso a la B Nacional, por nombres y jerarquía de jugadores. El primer tramo del partido mostró lo mejor de Atlanta: un fútbol de alto vuelo, con juego asociado, agresivo, pelota al pie. Villa Crespo deliraba con el exquisito pase largo de Leonel Álvarez, el perfecto centro de Ochoa y la certera aparición en el área de Monserrat. Sacó Barracas del medio y el Bohemio tuvo inmediatamente la oportunidad de aumentar el marcador, pero Pedrozo no pudo definir en el mano a mano. Del posible 2-0 que podía terminar en un festival, Atlanta pasó rápidamente al estancamiento y la desazón. No pudo sostener (¿físicamente, quizá?) el juego ni el dominio de la pelota. Barracas mostró sus armas y apretó, evidenciando fisuras defensivas inéditas en los últimos encuentros. De penal, Juan Martín igualó antes del entretiempo. Atlanta había desaprovechado su mejor momento, su fuego se había apagado, y debía volver a empezar. Pero en el segundo tiempo no se volvió a ver la mejor versión del equipo de Berscé. Por el contrario, le costó generar juego, amigarse con la pelota y atacar con precisión. El visitante aprovechó y Juan Martín, de cabeza, dio vuelta el resultado. Por suerte, cuando al Bohemio le faltaban ideas, apareció una pierna rival para desviar un remate de Miranda y poner el definitivo 2-2. Un resultado que terminó siendo lo más justo para el desarrollo del partido. Ahora llega el momento de soñar. Para lastimar a River, Atlanta deberá repetir, de mínima, la perfecta actuación que tuvo frente a Belgrano, cuando fue efectivo, sólido, preciso, compacto y mantuvo la intensidad durante los 90 minutos. Un gran desafío para este grupo que tiene la ilusión y el apoyo de todos los hinchas, pero que recién empieza a dar sus primeros pasos.

martes, 10 de octubre de 2017

BELGRANO 1 ATLANTA 2

Una fiesta emocionante se vivió en Santa Fe, en el pequeño codo del estadio de Unión, donde cientos de bohemios apretujados celebraron un triunfo enorme. Y el sueño continúa. Porque casi que no hubo tiempo para inflar el pecho por la contundente y merecidísima victoria frente a Belgrano de Córdoba, que ahora aparece River en el horizonte cercano y crece la ilusión de un batacazo que sería histórico. De las emociones, mucho se ha dicho y mostrado. Bianchi Arce festejando con su gente. Las lágrimas del técnico Berscé. La emoción y el agradecimiento de los jugadores. Fue muy intenso. Pero antes hubo un partido de fútbol, en el que Atlanta, un equipo de la tercera categoría, superó en todos los aspectos a Belgrano, un representante de Primera División. No en una instancia cualquiera sino en octavos de final, lo que coloca a Atlanta entre los ocho mejores de la Copa Argentina.
Fue la mejor expresión del fútbol que pregona Berscé, ante un rival importante. Un partido consagratorio. La actuación de Atlanta fue excelente. Tácticamente, el planteo salió a la perfección. Berscé apostó a un 5-3-2 que no puede confundirse con un esquema defensivo. El equipo fue dinámico, rápido para atacar y para defender. La defensa cumplió una labor impecable, con Bianchi Arce y Tecilla despejando todo lo que venía al área. El mediocampo tuvo mucho juego y recuperación del balón. Monserrat fue un punto alto, Álvarez mostró cosas interesantes en su esperado debut, y Miranda la descosió. El 10 los volvió a locos a todos. Arriba, aparecieron los goles de los delanteros. Pedrozo hizo un gran sacrificio: convirtió el primero y asistió a Martínez en el segundo. Rendimientos individuales muy altos, y un gran funcionamiento colectivo. El conjunto del Gallego Méndez se vio sorprendido ante un equipo que dominó la posesión de la pelota y se atrevió a atacarlo, y nunca pudo desarrollar su juego ni llegar con serio peligro, salvo en la última jugada del partido en que descontó. Quizá la postura de los cordobeses favoreció a Atlanta, que esta vez no se encontró con el cerrojo defensivo que suelen disponer los habituales rivales bohemios en la B Metro. Con espacios, Miranda, Monserrat y compañía pudieron volar. Y Atlanta consiguió un triunfo inmenso que lo vuelve a colocar en los primeros planos.

miércoles, 4 de octubre de 2017

TRISTAN SUAREZ 1 ATLANTA 1

En un partido abierto, de ida y vuelta, con muchas llegadas para ambos, el empate terminó siendo el resultado más justo. Cualquiera lo podía haber ganado o perdido. Para el Bohemio, sacarle el invicto al puntero en su propia casa hubiera sido un gran envión anímico luego de la dolorosa derrota sobre la hora en Villa Crespo frente a Estudiantes. No se llevó los tres puntos, pero sí la tranquilidad de haber buscado la victoria en todo momento. Sin embargo, no fue globalmente una gran actuación de Atlanta, ya que si bien expuso virtudes, también mostró grandes defectos. El arranque fue muy malo. El extraño cambio de esquema táctico y de nombres que dispuso Berscé empezó dando malos resultados. Atlanta fue un equipo desequilibrado, con una gran vocación de ataque gracias a la movilidad de Pedrozo y el buen pie de Miranda, pero no tuvo la solidez defensiva que venía mostrando en los últimos partidos. Si antes le llegaban poco, esta vez Tristán tuvo a su favor varias situaciones claras de gol. Además del gol, el local pegó un cabezazo en el palo y otro en el travesaño, y Lugo salvó el arco en un par de oportunidades. El conjunto de Berscé fue frágil, pero compensó esta fragilidad con ímpetu, con espíritu de juego ofensivo. Así logró el empate, con una avivada de Pedrozo y la definición heterodoxa de Martínez, que ya lleva tres tantos convertidos. En la segunda etapa, el Bohemio fue dominador y tuvo las mejores situaciones para ganarlo. Los (re)ingresos de Bettini y Ochoa en los carriles fueron positivos. Las actuaciones de Bazán y Ochoa Giménez en esos sectores no fueron buenas. La victoria no se pudo dar pero Atlanta sigue en la pelea y ahora se viene un partido fundamental por Copa Argentina.

domingo, 1 de octubre de 2017

ATLANTA 0 ESTUDIANTES 1

Atlanta tuvo su primer golpe, su primera derrota. Fue claramente injusta, inmerecida ante un Estudiantes que se dedicó a destruir el juego, apostar al contragolpe y logró convertir la única chance que generó, en el último minuto de partido. De todos modos, el conjunto de Berscé no jugó bien. No tuvo el volumen de juego que había lucido ante Almirante, ni la contundencia que había mostrado ante Pacífico. Fue el que tuvo las mejores intenciones, el que intentó jugar y buscar el triunfo, pero no le alcanzó. Los rendimientos individuales fueron más bajos, y la producción colectiva fue mucho más pobre. Miranda, el jugador del que más se espera en la creación, estuvo poco inspirado y apareció de manera intermitente. En su mejor jugada, habilitó mano a mano a Martínez, que definió al cuerpo del arquero. Fue la situación más clara que generó el Bohemio y no hubo mucho más que eso: aproximaciones, intenciones, una búsqueda sin precisión ni profundidad. Lo más lógico hubiera sido una igualdad en cero como castigo a Atlanta por su impericia y a Estudiantes por su mediocridad. Esto recién empieza y pronto el equipo de Berscé tiene la oportunidad de redimirse cuando visite el miércoles al puntero Tristán Suárez. ¿Las preocupaciones? La dificultad de Atlanta para resolver un partido que lo encontró como dominador de la pelota, la falta de alternativas en el banco de suplentes y la responsabilidad en el gol del arquero Lugo, que venía de cometer otro error en el gol recibido en Copa Argentina.