martes, 12 de diciembre de 2017

Balance de un semestre agitado

Se acabó el año futbolístico para Atlanta, con la primera rueda del campeonato casi terminada. En menos de cinco meses, pasó de todo en el fútbol profesional bohemio. Como viene siendo costumbre desde hace unos cinco años, Atlanta comenzó la temporada con muchas caras nuevas luego de la frustración de quedarse otra vez en la puerta del ascenso. Esta vez, con un presupuesto bastante menor, se debió recurrir más al ingenio que a los nombres de jerarquía. En este contexto comenzó la era de Francisco Berscé, ex arquero del club con un pasado futbolístico poco memorable y un entrenador con experiencia en juveniles, con fama de trabajador y cultor de la pelota al piso. El plantel que se armó era escaso, sin muchas variantes como en años anteriores. Llegaron varios juveniles de clubes de Primera (Bettini, Ochoa, Tecilla, Monserrat, Álvarez, Oyola) y algunos jugadores con buenas actuaciones en el Ascenso (Lugo, Miranda, Martínez). El regreso de Pedrozo y la incorporación del jugador-hincha Bianchi Arce parecían las mayores garantías dentro de un plantel que, por los nombres, no colocaba a Atlanta entre los candidatos. Sin embargo, el comienzo fue prometedor. Pronto Berscé logró plasmar su idea en un equipo que intentaba elaborar juego asociado y al que le sobraba hambre y entusiasmo. Un equipo que en pocos partidos logró contagiar de ilusión al hincha, con alegrías resonantes en la Copa Argentina. Lamentablemente, la grata sorpresa devino en oscuro panorama. Cuando Atlanta sostenía un buen rendimiento colectivo y estaba a tiro de la punta, ésa que parecía que una vez que la agarrara podía no soltarla más, se derrumbó. Caída libre en el rendimiento y en los resultados. 6 derrotas en los últimos 8 encuentros son todo un síntoma del bajón futbolístico. El Bohemio perdió totalmente el rumbo desde lo futbolístico. Varios rendimientos individuales bajaron increíblemente. Berscé probó cambios pero no reencontró la identidad que había perdido. Quizá en esta instancia se pagó por la juventud e inexperiencia del plantel, al que le costó salir del pozo para revertir la situación. El técnico tiene la tarea de devolverle la confianza a sus dirigidos. Lograr que vuelvan a creer que pueden jugar como lo hicieron hace un par de meses.

lunes, 4 de diciembre de 2017

ATLANTA 2 COMUNICACIONES 0

Después del horror de cinco derrotas consecutivas, se hizo la luz. Atlanta volvió a conocer la feliz cara del triunfo. Ya la punta quedó, por ahora, lejos. El objetivo para este 2017 es mucho más modesto: entrar a la Copa Argentina. Lo importante es que el Bohemio no sólo retomó la senda de la victoria, sino que también recuperó su juego, aquel que hizo ilusionar al hincha a principios del campeonato. Para este encuentro en Villa Crespo el técnico Berscé innovó en nombres y en esquema táctico, tal como nos tenía acostumbrados en estos partidos en que las cosas no salían. Obligado por la suspensión de Tecilla, tomó la polémica decisión de no incluir a alguno de los marcadores centrales del plantel y se la jugó por Guillermo Sánchez. En realidad, Atlanta jugó con línea de 4 para defender y con línea de 3 cuando tenía la pelota, con Ochoa mucho más adelantado, de manera que Sánchez pasaba a jugar de stopper. En el mediocampo, donde Vega debió salir por lesión, Berscé incluyó una formación inusual con Leonel Álvarez, Previtali y Ochoa Giménez. Miranda libre y Pedrozo esta vez no como extremo ni como delantero sino más retrasado, como mediapunta. Los cambios le cayeron bien al equipo. Hubo una clara mejoría en el mediocampo, con buenas actuaciones de los pibes del club Previtali y Ochoa Giménez. El Bohemio recuperó la agresividad, el entusiasmo y la vocación ofensiva. Jugó el partido con la actitud de intentar arrollar a Comunicaciones, que fue muy tibio. De todos modos, Atlanta no solucionó sus problemas defensivos y siguió sufriendo sobretodo en los tiros de esquina del rival. Mantuvo a raya a Comu porque tuvo más la pelota y logró cortar el juego en el mediocampo, sector de la cancha donde estuvo el fuerte del conjunto de Berscé. En el segundo tiempo, llegaron los goles. Primero por un penal convertido por Sánchez, y finalmente lo liquidó con un cabezazo frontal certero del ingresado Milton Giménez, en su primera anotación en el club en que se formó.
Atlanta recuperó la memoria y se llevó merecidamente los tres puntos. Que esta actuación sirva como plataforma para afirmar un rendimiento más regular, estable, y corregir los errores del equipo.