martes, 26 de febrero de 2013

Otro empate con gusto a poco

La igualdad en Ingeniero Maschwitz no conformó. Porque Atlanta estuvo prácticamente un tiempo entero con un hombre más y no lo pudo ganar. La diferencia numérica le sirvió para apenas empatarlo. Porque se jugó en un muy bajo nivel, con actuaciones individuales muy pobres. Porque aun con uno más, pudo haberlo perdido tranquilamente. Armenio le perdonó la vida; y la única razón por la que cabe la posibilidad de irse conformes de Maschwitz es justamente ésa, que pudo haber sido derrota. El punto lo mantiene al Bohemio en la punta, manteniendo cierta ventaja prudencial sobre sus perseguidores, pero el nivel de juego preocupa a los hinchas, que temen que la levantada de algún rival termine arrebatando el liderazgo. 
Atlanta se defendió muy mal. Lopes nuevamente no sintió la posición jugando como lateral derecho. Valdez y Pinto estuvieron inseguros. Armenio filtró muy buenos pases en el primer tiempo, y pudo haberse puesto dos goles arriba. Con uno menos, el local se las arregló para complicar enormemente a la defensa bohemia y exigir a Gagliardo. El mediocampo bohemio hizo agua. Un Guzmán desconocido, un Tirantino que no participó del juego. Palisi debió salir para no irse expulsado. Y Gaby López no logró justificar su presencia en lugar del cuestionado Parentini. ¿Esto significará el regreso del jugador más resistido por los hinchas? Lo cierto es que, fuera Parentini, las críticas se las llevó de a montones Lucas Ferreiro, pese a convertir el gol del empate. El conductor participó mucho pero acumuló demasiados errores, imprecisiones, pases sin destino. Esta vez no pudo salvarnos Andrés Soriano, que luchó en vano. Para rescatar, los pocos minutos en que funcionó la sociedad Suárez (debutante)-Mancinelli, aunque no alcanzó para ganar el partido. 
Siguen las dudas en el puntero. El técnico ha probado variantes pero no encuentra la solidez y el fútbol.

domingo, 24 de febrero de 2013

Un zurdazo del Pollo y el desahogo

Un pase largo de Mancinelli encontró el pecho de Andrés Soriano, y el goleador se acomodó para mandar un zurdazo cruzado que desencadenó el desahogo de todo Atlanta. No estaba teniendo un buen partido el 9, pero una vez más demostró que es la llave maestra del gol en el equipo. Cuando se enciende, puede valer tres puntos. Y vale mucho este triunfo porque es una recuperación después de una caída por goleada como local y un empate con sabor a derrota contra los 9 jugadores de Flandria. No se podía perder puntos frente a Colegiales. en Villa Crespo. El conjunto de Rondina, que metió algunos cambios, mejoró en el juego con respecto a los encuentros anteriores, pero no lograba resolver el partido hasta que apareció Soriano con la llave mágica, para convertir en gol una jugada que no era netamente de peligro. Fue el 1-0, sufrido, trabajado. Para destacar, la gran labor de Mancinelli en su posición tradicional de lateral derecho y la incansable tarea de Palisi, quizá el jugador más regular del equipo en la temporada, y nuevamente figura de la cancha. Los puntos altos del líder del campeonato, el que mira bien de arriba a todos.
Verdaderamente este Atlanta no luce, pero no se entiende la actitud de muchos hinchas, ensañados con el director técnico y con varios jugadores puntuales, como Ferreiro o, especialmente, Parentini. Desde el primer minuto se hacen sentir los murmullos, la desconfianza y, pronto, los insultos. Atlanta va puntero desde hace varias fechas pero eso no parecería sentirse afuera del campo de juego. ¿No hay confianza en el equipo? ¿No hay fe en el ascenso? El conjunto de Rondina no contagia con su fútbol, ni se luce como el anterior campeón de Alonso, pero deja todo en la cancha, y multiplica los esfuerzos para compensar la falta de juego con corazón e inteligencia táctica. No se puede decir que falten ganas de ganar. De la alineación que jugó ayer, hubo solamente cuatro jugadores con características defensivas. No todos los equipos presentan dos laterales que suben más de lo que marcan y dos volantes por afuera que piensan en el arco de enfrente. Si nos quedamos con que el doble cinco es malo y jugar con un solo delantero es satánico, es un análisis muy pobre. El Barcelona juega con triple cinco y un punta. No sería de extrañar que algún plateísta catalán engreído insufrible en el Camp Nou se la pase recitando la ecuación de que al fútbol se gana si ponés muchos delanteros y un volante central. 

domingo, 17 de febrero de 2013

Los peligros de la democracia

Luego del período más siniestro de la Historia argentina, que dejó 30 mil seres humanos desaparecidos y sumió al país en una atroz crisis económica y social, el regreso de la democracia parecía verse como una panacea universal. Raúl Alfonsín afirmó que con la democracia se come, se educa y se cura. Una solución mágica que resolvería todos los problemas. 30 años después, podemos ver que no basta con elegir gobernantes periódicamente para solucionar los problemas.
En Atlanta se está viviendo una revolución política. Se creó una agrupación opositora -Bohemios de Primera- y parece que habrá elecciones en el club después de mucho tiempo. Renació entonces en muchos  socios el entusiasmo por tener un presidente que haya sido elegido democráticamente. Ciertamente celebro que haya más gente interesada en dirigir al club, y si hay dos grupos de socios que piensan diferente sobre cómo conducir al club, es lo más sano y justo que lo decidan todos los socios en elecciones. Sin embargo, no creo para nada que esto traiga más beneficios que los que enumeré en la oración anterior.  
Para empezar, Atlanta no es un país de 40 millones de habitantes, sino un club de barrio, una gran familia en donde nos conocemos todos, y bastarían los dedos de la mano de Berscé para contar en miles a nuestros hinchas genuinos. En estos últimos años, más que una puja por el poder, hubo bastantes problemas porque nadie quería agarrar el carro. De hecho falta gente que se sume y aporte al club desde donde pueda y quiera. Cuando el club empezó a levantar, se ascendió a la B Nacional, se recuperó la Sede y aumentaron los recursos, aparecieron los conflictos políticos, el quiebre de la Comisión Directiva y la consiguiente creación de la primera agrupación política bohemia del siglo XXI. Claro que haber estado en los momentos más duros tampoco le da derecho a Korz a eternizarse en el poder. Lo ideal -y ahora seré tan ingenuo como el Alfonsín de 1983- sería que se forme una generación de socios con vocación dirigencial, que tiren todos para el mismo lado. Porque somos muy pocos como para que los buenos valores se dispersen en las dos o tres agrupaciones. No tengo dudas de que habrá gente capaz en cada agrupación, pero cada agrupación tendrá sus grandes limitaciones, y gane quien gane nos perderemos de la gente que se quedó afuera. Igual, que quede claro, si estas diferencias son irreconciliables, lo mejor es que haya elecciones y lo decidan democráticamente los socios.
De lo que tengo miedo realmente es que el período pre-electoral (que ya empezó) se convierta en un circo de chicanas, golpes bajos y puterío, como ya está empezando a avizorarse. Una copia patética de lo que es la política a nivel nacional, provincial o municipal: no se discuten proyectos, no se plantean ideas concretas, solamente se limitan a promocionar eslóganes simples y vacíos de contenido, a agredir al adversario político, a insultarlo y a ponerle palos en la rueda. Por lo pronto, como a nivel nacional, no faltan los socios e hinchas virulentos que piden la cabeza del técnico todos los partidos desde que tengo memoria, odian al otro y no tienen respeto por el que piensa distinto. Esperemos que las primeras elecciones del milenio en Atlanta no se conviertan en lo que parece que se está gestando, porque sería un gran retroceso y mucho perjuicio para el bienestar del club.

sábado, 16 de febrero de 2013

Misión imposible

Lamentablemente no es muy difícil de explicar cómo Atlanta, el puntero del campeonato, no pudo derrotar a Flandria cuando jugó una buena parte del partido con dos hombres de más, y otra buena parte con uno de más. La ventaja numérica no le alcanzó para establecer una ventaja en el marcador y apenas pudo llevarse un punto de Jáuregui. Sin embargo, pese a haber obtenido solamente 5 puntos sobre 12 en juego en este 2013, sigue como único líder. Ahora le lleva tres a San Carlos, el escolta. En un torneo parejísimo en donde ningún equipo sobresale del resto, el Bohemio sigue como único puntero y por ahora le alcanza para mantenerse ahí. Pero claro que el Destino no le deparará la misma suerte si sigue con estos malos resultados:  pronto habrá que mejorar en el juego y en la cosecha de puntos si se quieren conservar los privilegios de punta. 
Entonces, ¿por qué no pudo ganarlo Atlanta? Tuvo la posesión de la pelota a su completa disposición, pero no supo qué hacer con ella. Palisi y Villalva llegaban con el balón hasta la más adelantada de las dos líneas de cuatro que puso Flandria, y no sabían cómo resolver, cómo clarificar, cómo abrir el juego. Sobre el final incluso se rebeló Soriano y bajó a buscar la pelota, intentando encontrar la solución a la falta de ideas. No fue cuestión de actitud ni de ambición ni de ganas: a Atlanta le faltó fútbol. Alguien que eludiera, que gambeteara, que dejara en posición de gol a un compañero. Porque cuando intentó ir a los tumbos, con centros a la olla, chocó contra los férreos defensores locales, que sacaron todo. Era imposible ir al ataque más que cómo lo hizo el conjunto de Rondina: el problema es que cada vez que se encontró con la resistencia rival terminó desperdiciando la pelota, con centros imprecisos, pases poco inteligentes, o inútiles maniobras individuales. Pese a tener tanto la pelota, Atlanta generó poco, aunque ciertamente tuvo un par de chances clarísimas para convertir. Y ahora estaríamos hablando de otra cosa. Tampoco hay que restarle mérito al conjunto local, que hizo un enorme esfuerzo para mantener el cero y se defendió con fiereza. Incluso el habilidoso Barbieri les dio varios dolores de cabeza a los defensores bohemios.
Párrafo aparte para el árbitro Paletta, de actuación vomitiva. Los números naturales no sirven para calificar su desempeño. El partido se le fue de las manos con la primera amarilla que le sacó a Valdez a poco de iniciado el encuentro. Con el mismo criterio, siguió sacando amarillas y, en una muestra de su autoridad, echó en poco tiempo a dos jugadores locales. El descontrol total. No pudo evitar comenzar a inclinar la cancha para compensar, y la expulsión de un jugador visitante estaba al caer. Valdez fue la víctima. 

sábado, 9 de febrero de 2013

Una tarde en el infierno

A Atlanta le salió absolutamente todo mal. Eso resume lo que ocurrió en Villa Crespo esta tarde, donde perdió por goleada frente a Brown de Adrogué, el mismo verdugo que le había ganado por el mismo resultado -3-0- en la primera rueda. El Bohemio jugó un pésimo partido en todas sus líneas y cayó merecidamente, en uno de sus peores partidos de la temporada, que podría compararse con aquellos del principio, cuando el equipo no ganaba e iba último. El horroroso estado del campo de juego (es raro encontrar uno similar en esta categoría) puede funcionar como excusa, pero parcialmente. Es cierto que si el campo de juego está muy malo, perjudica al equipo que debe ser protagonista y tener más la pelota. Pero por otro lado, mientras que Atlanta no pudo dar dos pases seguidos ni armar una sola situación de gol en los 90 minutos, Brown por momentos pudo tocar y desarrollar un juego más elaborado. Y en el mismo césped, Atlanta supo jugar un aceptable primer tiempo frente a Chacarita. Por otra parte, la buena actuación en Barracas, con triunfo incluido, demuestra que a este equipo le va mejor cuando el campo de juego le permite jugar por abajo. Porque la diferencia la saca ahí.
Al margen de esta excusa, no se puede salvar el hecho de el equipo no haya hecho nada bien en todo el encuentro. Fue un concierto de horrores. Ninguno de los 14 jugadores se salvó. Hubo actuaciones desastrosas, como las de Lopes, Mbombaj y Parentini. Pero todos jugaron en general muy mal. Brown supo aprovechar los terribles errores defensivos y golpear en los momentos justos. En principio, el cambio de Segovia por Vega logró asentar la defensa, pero pronto volvió a decaer. Tampoco sirvieron las variantes en ofensiva. Esta vez Mancinelli no se vistió de héroe: el carrilero tuvo una actuación tan pobre como la de sus compañeros. Y debutó Pasquale, que es un 9 para aguantar la pelota y ganar de arriba. Pero el equipo nunca apareció. Ganaron los nervios, faltó el fútbol. Lo que no hay que perder de vista es que Atlanta sigue puntero, y que esto puede ser simplemente un tropezón. El Bohemio puede levantarse de esta caída cuando visite a Flandria, en Jáuregui. ¿Rondina le dará una nueva chance al equipo que supo agarrar la punta y ahora muestra fisuras?¿O será el momento de introducir algunos cambios?

domingo, 3 de febrero de 2013

El regreso del Jedi

Lucas Mancinelli, uno de los jugadores más queridos por los hinchas en los últimos años, vive en Atlanta una vida de película. No faltan los toques épicos, dramáticos, en una historia siempre intensa, llena de emociones, alegrías, y también momentos tristes. A los golpes, a los tumbos, llevándose todo por delante, como juega Lucas en la cancha. Con ese sacrificio y esas ganas con que pelea cada pelota, descuidando su propia integridad física, se ha ganado el corazón de los hinchas. Y claro, también le ha costado sufrir varias lesiones. Como la grave lesión en la rodilla que lo dejó 9 meses fuera de las canchas. Pero pudo volver, ayer, frente a Barracas Central, donde escribió un nuevo capítulo de su épica película.
Ni un minuto le bastó para convertir el gol del triunfo, el 3-2. Reemplazó a Guzmán en el puesto de volante por derecha, una posición en la que es capaz de llegar más al gol y generar más peligro en el arco rival. Porque si bien Lucas es lateral, lo suyo no es la marca sino la proyección ofensiva. Se asocia al juego ofensivo, toca, corre, la va a buscar, la pelea. Genera, exige. Es un problema para los rivales. Por eso lo buscan, lo golpean. Pero Mancinelli sigue avanzando. 
Habrá que ir de a poco. No se puede esperar que LM4 sea ya titular, el próximo partido. Debe ir de a poco, ganando minutos de juego, tomando confianza. No hay que cometer errores que ya se cometieron, cuando volvió de una lesión antes de tiempo. Y ojalá que podamos aprovecharlo para lograr un nuevo ascenso, como en el año 2011.