domingo, 24 de febrero de 2013

Un zurdazo del Pollo y el desahogo

Un pase largo de Mancinelli encontró el pecho de Andrés Soriano, y el goleador se acomodó para mandar un zurdazo cruzado que desencadenó el desahogo de todo Atlanta. No estaba teniendo un buen partido el 9, pero una vez más demostró que es la llave maestra del gol en el equipo. Cuando se enciende, puede valer tres puntos. Y vale mucho este triunfo porque es una recuperación después de una caída por goleada como local y un empate con sabor a derrota contra los 9 jugadores de Flandria. No se podía perder puntos frente a Colegiales. en Villa Crespo. El conjunto de Rondina, que metió algunos cambios, mejoró en el juego con respecto a los encuentros anteriores, pero no lograba resolver el partido hasta que apareció Soriano con la llave mágica, para convertir en gol una jugada que no era netamente de peligro. Fue el 1-0, sufrido, trabajado. Para destacar, la gran labor de Mancinelli en su posición tradicional de lateral derecho y la incansable tarea de Palisi, quizá el jugador más regular del equipo en la temporada, y nuevamente figura de la cancha. Los puntos altos del líder del campeonato, el que mira bien de arriba a todos.
Verdaderamente este Atlanta no luce, pero no se entiende la actitud de muchos hinchas, ensañados con el director técnico y con varios jugadores puntuales, como Ferreiro o, especialmente, Parentini. Desde el primer minuto se hacen sentir los murmullos, la desconfianza y, pronto, los insultos. Atlanta va puntero desde hace varias fechas pero eso no parecería sentirse afuera del campo de juego. ¿No hay confianza en el equipo? ¿No hay fe en el ascenso? El conjunto de Rondina no contagia con su fútbol, ni se luce como el anterior campeón de Alonso, pero deja todo en la cancha, y multiplica los esfuerzos para compensar la falta de juego con corazón e inteligencia táctica. No se puede decir que falten ganas de ganar. De la alineación que jugó ayer, hubo solamente cuatro jugadores con características defensivas. No todos los equipos presentan dos laterales que suben más de lo que marcan y dos volantes por afuera que piensan en el arco de enfrente. Si nos quedamos con que el doble cinco es malo y jugar con un solo delantero es satánico, es un análisis muy pobre. El Barcelona juega con triple cinco y un punta. No sería de extrañar que algún plateísta catalán engreído insufrible en el Camp Nou se la pase recitando la ecuación de que al fútbol se gana si ponés muchos delanteros y un volante central. 

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