sábado, 18 de julio de 2015

La reivindicación de Bonfigli

Es sorprendente que este Atlanta que hoy lucha arriba en la tabla no sea tan diferente en nombres al equipo que tan mala campaña realizó en el segundo semestre de 2014. Jugadores como Silva, Díaz Villán, Torres, Palisi, Galeano, Maraschi, Pedrozo y Bonfigli son protagonistas en este Atlanta de Sialle y ya venían del plantel anterior. Los rendimientos sin duda han mejorado muchísimo, aunque la mayor sorpresa seguramente haya sido la de Emiliano Bonfigli. 
El delantero llegó de la mano de Carlos Mayor para afrontar el torneo de transición de 2014 con el objetivo de lograr el ascenso, pero ese campeonato todo le salió mal a Atlanta, incluso desde antes de empezarlo. Bonfigli era en principio el 9 titular pero sus actuaciones fueron tan pálidas como la del equipo. Un increíble gol desperdiciado en el clásico con Chacarita dejó una huella difícil de borrar para el hincha. El club decidió incluso incorporar un centrodelantero más, Juan Manuel Cavallo, para intentar reforzar sin éxito el ataque. Una lesión y sus rendimientos no beneficiaron a Bonfigli.
Para esta temporada, más allá de su lesión, arrancó atrás en la consideración de Sialle. El nueve del entrenador era Diego Martínez. Pero el Payaso logró hacerse un lugar y ganar minutos en cancha. Ante Riestra ingresó y liquidó el partido en la primera que tocó. Su gran partido fue ante Platense, ya como titular, cuando anotó un triplete en la histórica goleada bohemia en Vicente López. Desde aquel encuentro se ganó la titularidad, acompañado generalmente por Pedrozo aunque también por Maraschi, y disputó 10 partidos en los cuales marcó 7 goles. Lleva 8 en total en el campeonato. Su buen momento es un reflejo del buen momento del equipo, más allá de algunos traspiés. 
Bonfigli no es un nueve tradicional. No es un centrodelantero pesado que aguante la pelota o juegue de espaldas, pero se eleva bien y tiene un cabezazo letal. Presiona, genera espacios, constantemente en movimiento aunque no participa demasiado del juego. Sin gran habilidad, se destaca por su oportunismo, capacidad de definición y olfato de gol. Atlanta necesita que siga por este camino para seguir consiguiendo buenos resultados.

viernes, 17 de julio de 2015

ATLANTA 3 FLANDRIA 0

Por segunda vez en la temporada, Atlanta pudo conseguir tres victorias consecutivas, y mantiene la marcha con la mira puesta en la punta de Defensores. Volvió a conseguir un triunfo sólido, cómodo, en el que cumplió con la obligación de ir a buscarlo y llevarse los tres puntos en casa. Algo que en otras oportunidades había costado mucho. Nuevamente, los regalos defensivos del rival tuvieron un rol importante en el resultado, aunque también estuvo el mérito propio de presionar.
El trámite se hizo un poco más sencillo cuando Flandria se quedó con diez en el primer tiempo, por una roja directa cuando el partido se estaba calentando. El descontrol le costó caro al visitante, que debió replegarse y confiar en su línea de cinco defensores para conservar el empate. Atlanta ya había sido más en condiciones numéricas equitativas: había tenido más la pelota y mostrado mayor iniciativa y ambición, aunque sin mucho fútbol. Era de suponer que con el monopolio del balón y la presencia asfixiante en tres cuartos de campo, el gol estaría al caer. Pero costó mucho. El Bohemio no sabía cómo entrar y no encontraba lucidez en sus jugadores ofensivos para clarificar y llegar con profundidad. En el segundo tiempo ingresó Maraschi por Soto Torres para intentar tener más vuelo ofensivo pero el cambio no fue grande. Atlanta no abría la cancha. Hasta que Bonfigli aprovechó una mala salida de un defensor rival que rebotó en su propio cuerpo, y definió muy bien ante Griffo para abrir el marcador y llevar tranquilidad.
El 2-0 llegó por un nuevo error defensivo que derivó en un penal que convirtió nuevamente Galeano, para empezar a ir dejando atrás la mala racha de penales errados. Ya no había partido que jugar, pero de todos modos Fernández Silva se dio el lujo de darle características de goleada a una victoria merecida y que no tuvo mayores sobresaltos. El equipo de Sialle, sin volar alto, encontró la efectividad en el arco rival y mayor seguridad en el arco propio, con una defensa más firme. Con argumentos así se hace más probable acumular triunfos.

domingo, 12 de julio de 2015

ATLANTA 2 ARMENIO 0

En la húmeda y gris tarde de Villa Crespo, Atlanta consiguió su segunda victoria consecutiva y volvió a encender la ilusión, esperando que se caiga el líder Defensores. Una victoria merecida, justificada, 2-0 a un Deportivo Armenio que en ningún momento hizo mérito para llevarse algo. Si Atlanta no jugó demasiado bien, lo poco que hizo le alcanzó para ser superior y hacerse de los tres puntos. Incluso pudo recuperarse de la salida de su gran figura, Mancinelli, a los pocos minutos de partido, por un pelotazo en la cara. 
La sorpresa fue la inclusión de tres cambios con respecto al equipo que había goleado 5-0 a Comunicaciones. Sialle se la jugó por los dos nuevos refuerzos, el arquero Aurrecochea y el volante Soto Torres, y por la vuelta de Pedrozo por Maraschi en la delantera. Los planes cambiaron pronto por la lesión de Mancinelli y la necesidad de ubicar a Fernández Silva por derecha. Sin Mancinelli, Atlanta sufrió en la primera parte la incapacidad para generar peligro, confiando únicamente en las maniobras de Galeano como conductor. Como Armenio no propuso, se hizo un partido chato, aburrido, sin fútbol. Pero el Bohemio logró abrir la cuenta gracias a un penal: Galeano se encargó de ejecutarlo a la red y cortar así con una mala racha de penales errados por distintos jugadores. 
Con la diferencia en el marcador, el visitante tampoco apretó, pero el encuentro se le hizo más sencillo al local, que tuvo más espacios y oportunidades para aumentar. Pedrozo forzó el error del arquero rival en la salida y se la robó para marcar el 2-0 con el que se liquidó el pleito. Atlanta ganó sin sobrarle nada, pero con tranquilidad, efectividad y solidez defensiva. La dupla central conformada por Díaz Villán y Martínez Montagnoli despejó todas las pelotas, y el Vasco Aurrecochea brindó la seguridad en el arco que los hinchas estaban esperando. 

sábado, 4 de julio de 2015

ATLANTA 0 ESPAÑOL 1

En la noche fría y triste en la que se nos fue Ariel Alcami, el equipo jugó demasiado mal y sufrió una dura derrota como local ante Deportivo Español, la segunda en esa condición en esta temporada. Atlanta no encuentra la tranquilidad y la regularidad en un campeonato en el que alterna grandes triunfos con derrotas y empates, rendimientos altísimos con pésimas actuaciones. En este balance de altibajos, el resultado es negativo porque el puntero Defensores a veces aminora la marcha, pero sigue avanzando, y la diferencia no se achica sino que se mantiene o incluso se agranda. Además, otros equipos que también están la pelea ya superan o alcanzan al Bohemio. 
¿Por qué será tan difícil mantener el rendimiento? Es lo que se preguntan todos en Villa Crespo. La ciclotimia del equipo quizá se deba a la irregularidad de varios jugadores que suben y bajan su nivel partido a partido. El viernes por ejemplo varios jugadores eran candidatos a salir reemplazados por su mala noche. Lo que hay en el banco tampoco ofrece garantía. ¿Qué se podrá esperar del nuevo refuerzo Soto Torres? Ante Español, Atlanta fue solamente algún intento de Galeano, alguna arremetida de Mancinelli, alguna pelota parada en forma de centro. Por tramos muy largos de partido, el conjunto visitante dominó el trámite: se apoderó de la pelota, se plantó en campo bohemio y, aunque sin generar demasiado peligro, complicó mucho las pretensiones del local. El primer tiempo fue letal: Español convirtió gracias a un penal. Atlanta no produjo nada, y terminó nervioso por un polémico arbitraje de Di Bastiano, que repartió amarillas con facilidad para el local pero no a la hora de sancionar al visitante. En la segunda etapa el conjunto de Sialle tuvo algunas chances que desperdició, pero no jugó bien ni pudo sostener un asedio prolongado en el tiempo. La imagen final fue de impotencia, por una actuación muy mala y una derrota que representa un nuevo golpe para las aspiraciones de ascenso.