En la húmeda y gris tarde de Villa Crespo, Atlanta consiguió su segunda victoria consecutiva y volvió a encender la ilusión, esperando que se caiga el líder Defensores. Una victoria merecida, justificada, 2-0 a un Deportivo Armenio que en ningún momento hizo mérito para llevarse algo. Si Atlanta no jugó demasiado bien, lo poco que hizo le alcanzó para ser superior y hacerse de los tres puntos. Incluso pudo recuperarse de la salida de su gran figura, Mancinelli, a los pocos minutos de partido, por un pelotazo en la cara.
La sorpresa fue la inclusión de tres cambios con respecto al equipo que había goleado 5-0 a Comunicaciones. Sialle se la jugó por los dos nuevos refuerzos, el arquero Aurrecochea y el volante Soto Torres, y por la vuelta de Pedrozo por Maraschi en la delantera. Los planes cambiaron pronto por la lesión de Mancinelli y la necesidad de ubicar a Fernández Silva por derecha. Sin Mancinelli, Atlanta sufrió en la primera parte la incapacidad para generar peligro, confiando únicamente en las maniobras de Galeano como conductor. Como Armenio no propuso, se hizo un partido chato, aburrido, sin fútbol. Pero el Bohemio logró abrir la cuenta gracias a un penal: Galeano se encargó de ejecutarlo a la red y cortar así con una mala racha de penales errados por distintos jugadores.
Con la diferencia en el marcador, el visitante tampoco apretó, pero el encuentro se le hizo más sencillo al local, que tuvo más espacios y oportunidades para aumentar. Pedrozo forzó el error del arquero rival en la salida y se la robó para marcar el 2-0 con el que se liquidó el pleito. Atlanta ganó sin sobrarle nada, pero con tranquilidad, efectividad y solidez defensiva. La dupla central conformada por Díaz Villán y Martínez Montagnoli despejó todas las pelotas, y el Vasco Aurrecochea brindó la seguridad en el arco que los hinchas estaban esperando.
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