miércoles, 19 de diciembre de 2012

Acostumbrados a la decepción

La aprobación del proyecto de construcción del microestadio conmocionó al mundo bohemio. La noticia tiene un impacto enorme para el presente y el futuro del club. Muchos vieron en este acontecimiento el nacimiento de un nuevo Atlanta, una refundación, la posibilidad concreta de soñar con un futuro más grande. Pero no son pocos los que tienen sus dudas al respecto. Descartando cuestiones políticas, estas dudas tienen su explicación en un pasado cercano que acogió otros grandes proyectos esperanzadores que terminaron siendo simples promesas. Los socios se han acostumbrado a las decepciones, y estas experiencias los han hecho desconfiados, resistentes a aceptar nuevas esperanzas en su corazón. Se podrían mencionar como ejemplos los proyectos relacionados con la construcción del estadio de cemento: el que iba a construir la Ciudad en conjunto con un reservorio de agua para paliar las inundaciones (proyecto enterrado por la crisis de 2001) o el que iba a hacer Proinver, que terminó completando el club a pulmón. Claro, ahora cuesta creer, más allá de que este contrato parezca ser totalmente beneficioso, con pocos puntos en contra (por más que se haya informado lo contrario, no parece factible que la Policía permita la realización de eventos al mismo tiempo que Atlanta juega de local). La realidad es que si el contrato se cumple y todo marcha según lo proyectado, los beneficios para el club serán inmensos, siempre y cuando el dinero se maneje con criterio e inteligencia. De por sí, es un alivio para la dirigencia que día a día debe pelearla para pagar los sueldos y otras obligaciones mensuales que son imprescindibles para que el club siga funcionando. Claro que estos ingresos pueden permitirnos pensar más allá, en obras para el club, en mejorar la infraestructura, ampliar la oferta social, pero no hay que perder de vista el presente y el futuro próximo. Hay que dar los pasos de a poco, avanzar con firmeza y previsión.
Quizá a medida que pase el tiempo y el proyecto vaya avanzando los escépticos podrán permitirse creer e ilusionarse.

martes, 11 de diciembre de 2012

En el mejor momento


Los optimistas dirán que Atlanta termina el 2012 en la punta, con una interesante ventaja sobre el resto, que no hay mejor forma de terminar el año y afrontar las vacaciones y la pretemporada. Pero desde otro punto de vista, el receso llega justo en el mejor momento del equipo. ¡Estaría bueno que el campeonato no termine! Seguir jugando y ganando mientras el resto de los equipos parece estar perdido, confundido en la mediocridad. Habrá que reanudar  el torneo en enero cuando el Bohemio reciba nada menos a Chacarita, otro que viene en ascenso y puede ser un candidato. Seguramente el clásico será esperado con gran ansiedad por los hinchas en este mes y medio de intervalo.
Quién diría que el conjunto de Rondina terminaría así el año, luego de aquel comienzo apocalíptico. Muchos hubieran apostado, incluso, que el técnico ya sería otro a esta altura del torneo. Pensar que el Huevo de hecho estuvo a punto de irse luego de perder con Claypole por la Copa Argentina, hace no mucho tiempo. Vale la pena recordar entonces cómo se llegó a este presente de encanto, en el que el Bohemio está solo en la cima, en posición de ascenso directo. El equipo que tardó seis fechas en ganar su primer partido era muy distinto a éste, no tanto en nombres sino en juego. Era totalmente apático en ofensiva, sin poder de gol, sin ideas de ataque. Los errores en defensa se pagaban caros, y cuando no se equivocaba la defensa lo hacía el arquero Gagliardo, que más de una vez debió escuchar a la hinchas pidiendo por Llinás.
El equipo levantó, consiguió una seguidilla de triunfos, se metió en la pelea, pero seguían los cuestionamientos por lo deslucido del juego. No parecía que hiciera falta hacer demasiados méritos para ganar en esta categoría de pobre nivel. Pero lo cierto es que, transcurrida más de una rueda, no se puede negar todo lo que ha mejorado Atlanta a nivel colectivo e individual, y que ha hecho los méritos para estar ahí arriba. Lo demostró en el último partido, ante Defensores de Belgrano, donde lo ganó por ambición, por vocación, por efectividad y por poderío de gol. Éste es un equipo más sólido, que juega con convicción, eficaz en ataque y que compensa la falta de brillo con voluntad y sacrificio. Gagliardó se afirmó en el arco, salvando pelotas clave y alejando los murmullos que antes se escuchaban en Villa Crespo cada vez que llegaba un centro al área. Hernán Lopes se acomodó mejor a la posición de central que la de stopper. Valdez, el jugador más regular del campeonato. Segovia sigue siendo importante pese sus frecuentes expulsiones. En el mediocampo, Palisi se ganó la titularidad y se convirtió en una de las grandes figuras del equipo, a fuerza de garra y corazón. Guzmán, aunque irregular, puede ser determinante con su velocidad por el sector derecho. Arriba, claro, el Pollo Soriano, el goleador, el que no mojaba en los primeros partidos pero se destapó y lleva ya 11 goles en el torneo. Si Atlanta recuperó el gol que le faltaba, es en gran parte por Soriano.
En el Bajo marcaron los goles justamente dos jugadores que no habían anotado en el torneo. Ferreiro abrió de cabeza y volvió a convertir después de una larga sequía que incluía su anterior paso en el club en la temporada 2010/11. Lucas está recibiendo críticas por parte de algunos hinchas y necesitaba un gol así para tener más confianza. La realidad es que Ferreiro fue importante en varios partidos. Otro que anotó por primera vez fue el pibe Sanabria: por primera vez en Primera, de hecho. El Chino había vuelto a la titularidad hace poco y venía metiendo buenas asistencias de gol últimamente.
Hay razones para ilusionarse y hay cuestiones para mejorar también. Ya se hablará de refuerzos. Por eso hay razones para creer que este equipo puede seguir creciendo y consolidándose. Eso sí, que nadie se crea que lo que viene va a ser fácil o que el ascenso está cerca...

sábado, 8 de diciembre de 2012

10 años de siomerías

La Taberna del Siome se creó el 14 de noviembre de 2002. Sí, hace más de 10 años. Es mucho para una página de internet. Aquellos eran tiempos de pioneros en la web, cuando todavía no existían las redes sociales ni se podía chequear cómo iba San Miguel desde el celular. Había que pegar la oreja sobre la radio.  Para los radicados en el exterior, internet empezaba a ser un medio de comunicación que los volvía a acercar a Atlanta. Los partidos se vivían en el rudimentario chat y se forjaron amistades fruto de compartir tanto sufrimiento juntos. En la semana, se discutía de fútbol y del club en el Libro de Visitas, que en algún momento fue el único medio virtual con que contaban los hinchas para comunicarse, para saber qué pensaba el otro. Todo ello parece medieval desde la perspectiva actual de las redes sociales que han multiplicado -para bien- las voces, los canales, la masividad. 
Primero vinieron los siomes, y La Taberna sólo los reunió. El calificativo  de "siomes" nació como una descalificación por parte de quienes veían al fútbol como una guerra contra todo aquel que porte una camiseta diferente. Pero, en vez de rechazar este epíteto, los siomes se adueñaron del insulto y comenzaron a autodenominarse de esta manera, como una reafirmación de una forma de ser, de sentir y de pensar. Así nació la historia de estos antihéroes. Muestra de la buena convivencia es que se acercaron incluso muchos hinchas de otros equipos. En medio de un clima de amargura, nervios y violencia, el sentido del humor fue la mejor medicina. Claro, era el año 2002 y Atlanta estaba por descender a Primera C, pero eso no impedía tratar el tema con humor. Pasaron varios personajes memorables por La Taberna: Félix Camusso, Dorian Gray, el Dr. Intratable, el Marqués, Radragaz, y tantos otros que ya sea escribiendo en la página o en el Libro de Visitas alegraron desde la creatividad y originalidad de sus personajes inventados estos 10 años que han tenido en realidad más tristezas que alegrías desde lo futbolístico.
Hoy las cosas han cambiado un poco. El Libro de Visitas, sede central del siomerío, se ha convertido en un campo minado por las agresiones anónimas y cobardes. El chat ya no tiene sentido de ser. El sitio abandonó en el 2009 su lugar en el rústico Geocities para pasarse al monótono y también gratuito formato blog. Es probable que seamos la peor página de Atlanta. No tenemos fotos, no tenemos videos. Alguna vez estuvimos meses sin actualizar. No somos una fuente fidedigna ni rápida de información. Y nos acordamos un mes tarde de que cumplimos 10 años. Es que somos tan siomes... 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Premios SB2012: el poder evangelizador del sentimiento

Por primera vez, el sitio web Sentimiento Bohemio decidió premiar a los mejores deportistas del club en el año, a partir del voto de los socios. La entrega de premios fue este viernes en la Sede Social, en una ceremonia emotiva. Allí estuvo la familia bohemia, unida. Socios, hinchas, dirigentes, colaboradores, periodistas, deportistas (y varios que son muchas de estas cosas al mismo tiempo). Sin intereses políticos ni económicos. Todo por Atlanta. 
El acto fue en sí una reafirmación de ese sentimiento inigualable de ser bohemio. Recordar que fueron las pequeñas personas con gran corazón las que hicieron grande al club, y lo mantuvieron vivo en sus momentos de agonía. Un pasado glorioso del cual enorgullecerse, y a partir del cual construir una identidad común bohemia. El Atlanta que debemos buscar es aquel que logre conquistar corazones con el invencible poder evangelizador del sentimiento. Bichi Paredes y Pepe Castro son dos ejemplos, dos hijos adoptivos que no son bohemios de nacimiento sino que se vieron atrapados por esa misteriosa magia bohemia. Debemos capturarlos a todos para poder reconstruir un Atlanta cada vez más grande. Los chicos del barrio, los que hacen deporte en el club, todos deben sentirse parte, deben ser reconocidos y honrados. Que crezcan acá, y que en unas décadas sean ellos los locos bohemios que sigan pensando y trabajando para hacer un Atlanta más grande.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cuando no la gana, la empata

Esta vez Atlanta no se pudo llevar los tres puntos y perdió una chance así de alejarse en la punta de la B Metro, pero finalmente terminó yéndose con el empate de Campana. Si bien logró ponerse en ventaja en el primer tiempo, no pudo sostener la diferencia en el segundo, y el panorama de la noche cambió drásticamente cuando sufrió las expulsiones sucesivas de sus dos marcadores de punta, Fernández y Segovia (cuarta roja en el torneo para el correntino). Con dos jugadores menos, la igualdad estaba más que bien en una cancha difícil ante un Villa Dálmine que es un buen rival. Y al fin y al cabo, sumando de esta manera el Bohemio se aseguró la punta en soledad, una unidad por arriba de Platense. 
En la primera etapa se vio al puntero eficaz, práctico, que ganó los últimos partidos. El gol llegó con una fórmula conocida: asistencia de Sanabria (el tercer gol consecutivo que tiene al Chino como asistidor) y conversión de Andrés Soriano (anotación número 11 en el campeonato), tras una pelota parada que parecía perdida. El conjunto de Rondina no jugaba bien, aunque tenía más la pelota. Por momentos sufría frente a los volantes del local que se escurrían entre los defensores bohemios. En la segunda etapa el empate llegó por esta vía: Renso Pérez tomó un pelotazo y se la picó a Gagliardo. El 1-1 era más justo para un encuentro equilibrado. Atlanta intentó retomar la iniciativa pero se encontró con un escollo cuando Carlos Fernández vio la roja por una patada que no parecía de expulsión. Debió reagruparse en defensa pero no se resignó completamente a atacar. Otro duro golpe fue la ya clásica tarjeta roja a Segovia. Debió ingresar el "bombero" Peláez para cubrir los huecos y Atlanta terminó sufriendo para llevarse un punto, acorrolado por un Villa Dálmine que sin embargo no supo aprovechar la ventaja numérica. 
El punto cae bien. Atlanta está solo en la punta. Ahora queda cerrar el año ante Defensores, en donde Rondina deberá armar una defensa sin Fernández, Segovia, Mbombaj ni Pinto (estos últimos dos, lesionados).

jueves, 29 de noviembre de 2012

Acá está el puntero

Era la prueba de fuego que faltaba. Luego de alcanzar la punta tras el triunfo en la Isla Maciel, Atlanta afrontaba el duro desafío de recibir a Estudiantes, que venía con un envión importante, cerca de la cima. A lo largo de todo el campeonato, el Bohemio nunca había podido salir victorioso enfrentando a los candidatos: Chacarita, Temperley, Platense, Morón. Era una pesada deuda, un reproche para un equipo que  había llegado hasta arriba de todo legítimamente, ganándoles a los más débiles, en los encuentros teóricamente más accesibles. Pero se sabe que si la aspiración es pelear el ascenso, hay que ganar también los partidos chivos, los encuentros clave frente a los rivales directos en la pelea. Y con su trabajoso triunfo frente al temible Estudiantes Atlanta logró sacarse de encima esa mochila y demostrar que está para cosas serias, que tiene con qué pelear la punta. Porque si bien el juego no luce y se sufre mucho para ganar, alcanza para superar a la mayoría de los rivales en una categoría de pobre nivel. Claro que habrá que seguir mejorando para construir un equipo que pueda seguir manteniéndose arriba.
Villa Crespo fue una fiesta en el último partido como local en el 2012, por lo tanto la última oportunidad del público de ver en cancha a su equipo. El gol de Guzmán -tirándose para alcanzar la pelota y meterla en el arco casi sin ángulo- se gritó fuerte, y se festejó con todo el pitido final, luego de sufrir todo un tiempo. No es que Estudiantes haya hecho mucho mérito para empatarlo. Por el contrario, apenas tuvo una chance clara. Si bien tuvo más la pelota, no supo qué hacer. Fue muy buena la actuación de la defensa bohemia, muy sólida sobretodo en el segundo tiempo, cuando el asedio fue mayor. Hernán Lopes y Segovia sobresalieron como figuras destacadas. Gagliardo, siempre seguro como en los últimos partidos. Palisi, esta vez más irregular pero de incansable labor en el mediocampo. Guzmán y Sanabria jugaron bien en la primera mitad, cuando Atlanta mostró sus mejores pasajes de juego y ambición ofensiva. 
No sobró nada, pero el conjunto de Rondina dio una muestra de carácter. Sólido, eficaz, puntero.  

lunes, 26 de noviembre de 2012

El puntero que surgió de las cenizas

Durante el entretiempo el club San Telmo homenajeó a doña Rosa, una señora de 83 años de la Isla Maciel fanática del Candombero, fallecida recientemente. Increíblemente, decenas de familiares y amigos esparcieron las cenizas de doña Rosa por el césped de la cancha y por la tribuna. Luego de este extraño episodio, comenzó el segundo tiempo, y al minuto Andrés Soriano metía un derechazo cruzado en medio de las cenizas. Era el 1-0 y con ese gol Atlanta llegó a la punta por primera vez en el campeonato, compartiendo el lugar con Platense. Un gran triunfo, trabajoso, sacrificado, lleno de sufrimiento, fue el que consiguió el Bohemio en la Isla Maciel y el que lo catapulta a la punta. Superó las adversidades, aprovechó sus virtudes, y ganó nuevamente de visitante, algo que se está haciendo costumbre en el torneo.
No fue fácil. El primer tiempo fue parejo, con oportunidades de gol para ambos equipos. Cada uno tuvo un tiro en los palos, y algunas jugadas más de peligro. La apertura del marcador por parte de Soriano -cuya presencia ofensiva fue siempre un problema para los defensores locales- cambió el juego en el partido. Atlanta comenzó a manejar la pelota con mayor tranquilidad, reforzándose atrás y parándose de contragolpe, medio por el cual pudo haber liquidado el pleito en un par de chances. San Telmo se desesperó e intentó acercarse al empate pero sin fútbol, sin ideas, nervioso, a puro pelotazo. La victoria se sufrió por la mínima diferencia en el marcador pero realmente el local no tuvo situaciones claras para igualarlo. 
Palisi fue el punto más alto del equipo gracias a su eterno sacrificio en la mitad de cancha, anticipándose, mordiendo, cortando el juego del local. Gagliardo se mostró seguro en el arco. La defensa debió improvisar: dado que Valdez no se recuperó todavía de su lesión, Rondina volvió a poner una línea de cuatro, con Fernández, Lopes (regresó de la suspensión), Segovia y Mbombaj. Pero el lateral izquierdo se lesionó en el primer tiempo, y debió entrar Vega para ocupar su lugar, en un puesto que no es el suyo. Pese a las improvisaciones, el Bohemio pudo aguantar el resultado y llevarse tres puntos muy importantes. Claro que deberá ratificarlo cuando enfrente el jueves al envalentonado Estudiantes, en Villa Crespo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Desborde pasional premeditado

En su célebre Facundo, Sarmiento describe a Facundo Quiroga -que nada tiene que ver con el ex defensor de Newell's- como un hombre guiado por sus instintos salvajes, producto de sus tierras y de sus tiempos. Quiroga es la barbarie, irremediable, predestinada. Pero, según la visión de Sarmiento, los "Quiroga" no eran los principales enemigos de la República, sino Rosas, que representaba a Buenos Aires, la maldad premeditada, racional, que nace no del instinto y la pasión sino de una fría intención de subyugar y dominar. 
¿Qué tiene que ver esto con el fútbol? Nada, justamente, porque tiene mucho que ver con las barrabravas. En otros tiempos se podía asociar ciertas características quiroguianas a estos grupos.  El instinto, la pasión, el corazón, el amor desmedido por un equipo de fútbol. Estos ingredientes en exceso podían explicar en cierto modo los hechos de violencia, como una pelea con hinchas de otros equipos o parar un partido porque su equipo perdía por goleada. Se podía decir que era simplemente el folclore del fútbol argentino excediendo (ampliamente) los límites establecidos por cualquier sociedad civilizada. 
Pero increíblemente esos hechos totalmente repudiables pueden ser recordados hasta con melancolía y romanticismo cuando vemos en qué se han convertido las barrabravas en la actualidad. De Quiroga se han transformando en Rosas. Nada en su accionar puede ser justificado en la calentura por una derrota, en el exceso de pasión. Por el contrario, es todo premeditado con inteligencia. Es mafia, crimen organizado, delincuencia de guante blanco amparada en la protección de dirigentes políticos, empresarios, policías, sindicalistas. Los que antes paraban un partido para frenar una goleada ahora lo paran porque no les dan entradas. No miran el partido, no les importa el resultado ni perjudicar a su equipo sino su propia subsistencia como parásitos del club. Y si sufren los descensos, es porque saben que las ganancias se les reducen. 
Ya no hay combates entre barras de diferentes equipos. Ya no les interesa y no les reportan ningún beneficio, aunque deben mantener las apariencias. No tienen problemas en juntarse a hacer asados, o reunirse para lograr objetivos comunes, con fines corporativos. Muchos de ellos pertenecen al mismo tiempo  a barras de distintos equipos, o son transferidos de un club a otro como si fueran pases de jugadores. Ser barra es toda una profesión. Ahora las peleas son internas: se matan por el poder, por los negocios. 
Quedó muy lejos la cultura del aguante, de la épica de las batallas y de los trofeos robados. Quien diría que todas esas prácticas despreciables serían añoradas en comparación a este presente de profesionales del apriete y la violencia, cuya existencia no tiene justificación y deben ser por tanto extirpados como un tumor maligno para que el fútbol argentino no termine muriendo. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Al final, el desahogo

Cuando parecía que Atlanta no podía torcer el destino de empate del partido, cuando estaba todo preparado para lamentar un nuevo encuentro sin poder ganar como local, cuando ya sólo quedaba lamentar todas las oportunidades desperdiciadas, apareció Andrés Soriano para definirlo y sentenciar la victoria. El goleador no había pesado demasiado en el juego, pero terminó gritando el gol de los tres puntos que le permiten al Bohemio subirse al menos momentáneamente a la punta. Todo Villa Crespo se desahogó con ese gol agónico, y desató la alegría por un triunfo negado, que vale mucho. 
Los Andes, peleando el descenso y en un mal momento, estrenaba a De la Riva como técnico. A Villa Crespo vino a combatir con la esperanza de llevarse un punto, pero no mostró buenos argumentos más que el sacrificio colectivo y el oficio de Visconti. Atlanta afrontaba el cotejo improvisando en defensa: sin Lopes (suspendido) ni Valdez (desgarrado), Rondina debió armar una línea de 4 con Vega- Fernández- Segovia- Mbombaj. Una defensa con menos altura. Pero el visitante poco preocupó, fue tibio en ataque, y el Bohemio pudo salir ileso. Fue muy buena la actuación de Carlos Fernández, veloz para cortar. En el medio, Palisi se comió la cancha, transformándose en la indiscutible figura del partido.
A lo largo de los 90 minutos, Atlanta fue más, aunque tuvo altibajos. Aun en un primer tiempo mediocre, mal jugado, poco atractivo, el local fue el único que intentó ir a buscar el partido. La tendencia se acentuó con la expulsión que dejó a Los Andes con uno menos en el segundo tiempo. Codazo del 8 a Mbombaj, y la platea ayudó a promover una roja que se veía venir. Con la diferencia numérica, el Milrayita se tiró atrás, se dedicó a defender el empate, y Atlanta apretó, buscando el gol que abriera el partido. El arquero Díaz iba convirtiéndose en figura con las atajadas que le negaban al conjunto de Rondina la victoria. La pelota no quería entrar. Ingresaron Castro, Acuña y Henneberg para intentar cambiar la historia, pero no rindieron y el Bohemio se fue perdiendo en su impotencia, en su falta de ideas de cómo quebrar la defensa visitante. El 0-0 parecía difícil de romper, hasta que apareció el Pollo. 
Tres puntos merecidos para Atlanta, que fue superior, que tuvo llegadas, que hizo todo para ganarlo. Y que se anima a pelear el campeonato.

martes, 13 de noviembre de 2012

Un equipo con gol

Quién lo diría. El mismo equipo que tantos problemas ofensivos tenía en los primeros partidos del campeonato, cuando no llegaba al arco rival y parecía una utopía convertir. El mismo que juega con sólo un delantero en cancha. Es Atlanta, el más goleador de los que participan de este torneo de Primera B. Los números muestran una realidad diferente que la imagen que suele mostrar un equipo muchas veces apático, sin fútbol. El Bohemio tiene gol, convierte seguido, y eso le ha permitido acumular triunfos con los que se ha colocado en una buena posición en la tabla, aun con grandes deudas en el juego. 
Andrés Soriano es el nombre del gol, la referencia en el área, el que siempre busca y mucho encuentra. Pero en Atlanta hay otras variantes de gol. Los defensores Valdez y Segovia son peligrosos en el área rival. Y ya sabemos que es clave que los defensores la metan, para abrir de pelota parada los partidos cerrados. Guzmán, Pinto, Mbombaj, Parentini y Acuña también han anotado, demostrando que los goles también llegan desde el mediocampo. 
En definitva, es curioso lo que los números evidencian. Con Ferreiro y Acuña irregulares en la cancha, y Soriano solo arriba, muchos hinchas reclaman un cambio en el ataque. Pero Godoy y Castro no hay sabido mostrar mejores rendimientos en la creación, y los atacantes suplentes -Alfaro, Henneberg y Tirantino- han tenido actuaciones muy pobres. En ese sentido, dentro de lo que hay, el tridente actual parece ser la mejor opción, al menos por ahora. Quizá el panorama sea otro si en la segunda mitad de la temporada llega un delantero de nivel. ¿No se podrá soñar con volver a ver la dupla Soriano-Soriano en la B Metro?

domingo, 11 de noviembre de 2012

Para seguir en la pelea

Parece increíble con qué poco le alcanza a Atlanta para seguir en la pelea por el campeonato, con todos sus problemas, con todas sus falencias. Después de quedar eliminados por Claypole en la Copa Argentina, no quedaba otra que ganar en Caseros para volver a traer tranquilidad a Villa Crespo. El conjunto de Rondina cumplió: venció merecidamente al flojo Acassuso como visitante y se mantiene a la expectativa, cerca de la cima. Claro que, en un torneo mediocre y parejo, están todos juntos y la obligación es mantener el ritmo. El partido fue tan pobre como la cantidad de público que se acercó al mediodía al estadio de Estudiantes. En medio de esa pobreza, Atlanta pudo alzarse con dos goles y dejar sin nada al local. La victoria lo coloca en la segunda posición, detrás de Platense.
Un solo cambio -y obligado- presentó Rondina con respecto al equipo que empató con Morón. Gaby López reemplazó a Palisi, suspendido. Seguramente la pésima actuación de los suplentes ante Claypole conspiró con la posibilidad de introducir otros cambios. Al fin y al cabo, lo que ocurrió en la Copa Argentina y lo que vemos cada vez que algún suplente tiene una oportunidad en cancha, demuestra que si bien los titulares en general no están teniendo buenas actuaciones, son los mejores de un plantel con carencias. Hoy Atlanta no jugó bien, ni en lo colectivo ni en lo individual. Gagliardo terminó convirtiéndose en figura por sus atajadas en el segundo tiempo y por el penal que tapó sobre el final del encuentro. El Bohemio erró seguido, pero no pagó por sus equivocaciones. Desperdició varios goles para liquidar el partido y se filtraron varias pelotas en defensa, que por Gagliardo o el azar no terminaron en gol. Unos pocos momentos de dominio de la pelota, algunas llegadas claras, y eficacia en el arco, le permitieron a Atlanta superar a Acassuso y ganar el partido. Un cabezazo de Soriano, que volvió al gol. Un remate de Parentini, que anotó su primer tanto con esta camiseta. Al local no le salió una, ni siquiera el penal que tuvo a favor.
El Bohemio fue un poco más que un rival pobre, lo cual no es demasiado. Pero había que ganar para seguir en carrera, y se logró. Ahora hay que ir por Los Andes en Villa Crespo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Gusto a poco

El objetivo era conseguir un triunfo pero el Bohemio solamente pudo lograr un empate en su enfrentamiento ante Deportivo Morón en Villa Crespo. El equipo sigue en deuda en este campeonato cuando compite con los denominados "candidatos". No había podido anteriormente con Defe, Temperley y Platense. El empate tiene justamente gusto a poco porque era la oportunidad de una victoria que catapultara a Atlanta a una lucha más seria.
El primer tiempo fue entretenido, de ida y vuelta, sin escollos en el medio, y ocurrieron los dos goles que tuvo el partido. El primero fue un cabezazo de Otermín tras un córner. Como en Tristán Suárez, Atlanta pudo recuperarse pronto de la caída de su arco y empató el encuentro con una pelota parada muy bien manejada y que terminó convirtiendo Segovia. Era 1-1 pero ese primer tiempo pudo haber tenido más goles por la gran cantidad de chances desperdiciadas por ambos equipos. Al principio, Morón manejó mejor la pelota y desnudó las falencias defensivas del local, con un Akerman peligrosísimo. El Bohemio emparejó el trámite con el gol y luego se fue de lleno en su búsqueda para darlo vuelta.
La segunda etapa encontró un juego distinto. El visitante se plantó definitivamente de contra, llegando por esta vía a algunas chances claras de gol, y se fue conformando con la igualdad, por lo cual se refugió atrás e intentó hacer tiempo en cada oportunidad. Atlanta fue el que quiso ganarlo, el que asumió el rol de protagonista. Llegó al arco rival, chocando con Migliardi, y pudo haberse llevado tranquilamente el triunfo (y no hubiera sido injusto), pero falló en la definición y le faltó fútbol para insistir con más argumentos.

domingo, 28 de octubre de 2012

De paseo por Ezeiza

La tarde calurosa de domingo presentaba un panorama desértico en Ezeiza. Se jugaba al mismo tiempo el Superclásico, y muy poco público local se acercó al coqueto estadio de Tristán Suárez. Pero Atlanta tenía la obligación de ganar como visitante para recuperar la buena senda tras dos derrotas consecutivas que lo habían alejado de la punta. Ahora, gracias a esta victoria y la caída del líder Platense, el Bohemio volvió a ponerse en carrera, en el gigante pelotón de equipos que pelea por los primeros puestos.
Últimamente esta cancha viene sentándole bien a Atlanta, ya que le ganó de visitante a Tristán Suárez los últimos tres partidos disputados. El anterior había sido nada menos que aquel 4-1 con que el conjunto de Javier Alonso inició el 2011 en su camino al ascenso. Esta vez, la victoria no tuvo el brillo y el glamour de aquella goleada, pero el equipo de Rondina pudo de todas formas haber conseguido un resultado mucho más abultado. 
El primer tiempo fue muy flojo en cuanto al nivel futbolístico de ambos equipos, y la actuación bohemia era muy pobre. El local encontró el gol y parecía que se le venía la noche a un Atlanta que estaba jugando mal, pese a que no merecía perder. Sin embargo, el Chichi Acuña sacó un golazo de la galera y empató muy pronto. El Bohemio levantó en el juego y en el segundo tiempo fue superior a un rival que le dio demasiados regalos. Un error del arquero Horacio Ramírez permitió que Segovia pusiera el 2-1. Tristán se quedó con uno menos por una falta de último recurso a Guzmán y poco después el mismo Guzmán sentenció el partido al definir solo frente al arco, habilitado muy bien por Ferreiro. Si con el 3-1 ya parecía que no valía la pena seguir jugando, una segunda expulsión en el local acentuó la tendencia en el juego. Atlanta tenía a su disposición la pelota, los espacios y parecía una oportunidad perfecta para amigarse con el balón, entrar en confianza, y edificar una goleada. Pero por displicencia o por ineptitud, el visitante falló en la definición, desperdiciando gran cantidad de chances a su favor.
Le alcanzó con poco a Atlanta para ganar con comodidad y amplitud ante un rival que se equivocó mucho y que se mostró inferior. El Bohemio jugó un mal primer tiempo pero mejoró en el segundo. Valdez y Segovia fueron los puntos más altos. Ferreiro y Guzmán fueron claves en el segundo tiempo. Había que recuperarse, había que ganar.

martes, 23 de octubre de 2012

Recalculando...

Atlanta ha perdido el rumbo. Después de la levantada alimentada con triunfos que puso al equipo en una posición expectante en la parte superior de la tabla, la derrota con Platense en Vicente López y ahora esta nueva caída como local ante Comunicaciones significan un importante retroceso futbolístico y de posiciones. El malhumor volvió a sentirse en Villa Crespo. Regresaron las críticas y los cuestionamientos al técnico Rondina que habían quedando latentes, tapados por la seguidilla de victorias.
La sensación es que el Bohemio levantó a un muerto, le regaló el partido a un Comu que venía golpeado por los malos resultados. Parecía ser la tarde ideal para reencontrarse con el triunfo y volverse a encaminar en la lucha. Pero el desarrollo del juego no lo quiso así. Atlanta empezó atacando con agresividad, el gol parecía estar al caer. Hernán Lopes se lo perdió en la línea, ya sin arquero, increíblemente. En la jugada siguiente, en un tiro de esquina, un cabezazo anunciado puso en ventaja a Comu. El local estaba defendiendo muy mal sobretodo en las pelotas aéreas. En otra pelota parada, el visitante aumentó la cuenta en el segundo tiempo. El descuento de Mbombaj con un fulminante zurdazo revivió las esperanzas de los hinchas de sumar en un partido en que todo salía mal. Pero el Bohemio no logró enderezar el rumbo y acercarse a un empate que a esa altura ya parecía hazaña.
Fue pobre la imagen que dejó el equipo en Villa Crespo, cayendo ante un débil rival que lo superó en varias líneas. Comu por momentos manejó mejor la pelota y fue muy eficiente en el juego aéreo, tanto en el área de Gagliardo como en la propia. Todos los intentos bohemios ofensivos por arriba terminaron siendo despejados por los centrales del Cartero. El conjunto de Vivaldo armó una muralla defensiva que fue imposible de penetrar por un Atlanta que careció de ideas y variantes ofensivas. Con rendimientos individuales muy bajos, únicamente Mbombaj con sus desbordes, Godoy con su conducción de pelota y Palisi con su sacrificio fueron los que tuvieron actuaciones aceptables. Andrés Soriano esta vez no apareció y el Bohemio sufrió la falta de gol. Henneberg, con el antecedente de sus dos goles a la cuarta de Boca, no fue solución. Castro y Ferreiro deambularon sin rumbo. La defensa y el mediocampo tuvieron un mal día en lo que a marca respecta. Hay muchos puntos que corregir y varios de los jugadores que habían mejorado en los partidos anteriores vuelven a estar en deuda. ¿Cuál será el Atlanta que veremos en los próximos encuentros?

viernes, 19 de octubre de 2012

Una piedra en el zapato

Atlanta cortó su levantada con una derrota que lo vuelve a poner con los pies (y las rodillas y las manos) sobre la tierra. Las ilusiones de prenderse rápidamente a la pelea por el campeonato recibieron un duro golpe en Vicente López, donde el Bohemio cayó por 2-0 a Platense en un duelo entre candidatos. Una especie de final, de prueba de fuego. Y Atlanta se quemó, porque tuvo una actuación muy pobre, dejó una pálida imagen y se fue con las manos vacías, alejándose su competidor en la tabla. Claro que el torneo es largo y queda mucho por recorrer, pero este partido significa una señal de alerta, una piedra en el zapato para un equipo que venía entonado a fuerza de victorias, en pleno envíón. 
Rondina paró en cancha a su once titular, a sus hombres, pero el equipo tuvo rendimientos individuales muy bajos, y obviamente tampoco rindió en el aspecto colectivo. Solamente Gagliardo, Valdez en la defensa, Palisis en la recuperación y Andrés Soriano tuvieron un encuentro aceptable. El resto, un partido para olvidar. La defensa sufrió especialmente por el sector izquierdo. Segovia nunca pudo hacer pie, se ganó la amarilla en el primer tiempo y la roja se veía venir en cualquier momento. Siempre al límite, el ex-Lanús terminó lógicamente expulsado, por tercera vez en lo que va del torneo. Todo Atlanta estuvo nervioso con un árbitro que demostró su incapacidad pero que no perjudicó específicamente al conjunto visitante. ¿Quizá los jugadores descargaron su bronca por no poder hacer bien las cosas contra el árbitro? Lo cierto es que se vio un Ferreiro fastidioso los 90 minutos y varios jugadores que por momentos perdieron la cordura. Y subir los decibeles no sirvió de mucho, porque cuando Atlanta jugó nervioso, perdió el orden, perdió la estabilidad y Platense lo aprovechó. Solamente un tramo del primer tiempo fue dominado por el conjunto de Rondina: luego de un mal comienzo, había logrado hacerse de la pelota, emparejar el juego y llegar con peligro de la mano de Soriano, el emblema ofensivo. En definitiva, Atlanta fue a Vicente López a buscar el punto, a jugar de contragolpe, y tuvo su castigo por tantas fallas y desinteligencias dentro del campo de juego. El Calamar no hizo demasiados méritos: tuvo simplemente la convicción de ir a buscarlo, de ser protagonista, y los goles terminaron llegando. Cuando el Bohemio quiso reaccionar, ya era tarde. Únicamente tuvo una chance de gol en todo el segundo tiempo: un gran pase de Castro a Guzmán, que definió muy mal en el mano a mano.
Se perdió un partido chivo -es cierto- ante uno de los principales candidatos al ascenso, en una cancha que le es históricamente esquiva. Pero los que estábamos empezando a esperanzarnos con este equipo esperábamos algo más.

PD: Por primera vez en el campeonato, La Taberna del Siome no recibió acreditación para asistir al partido, debido al rechazo del pedido solicitado a la Secretaría de Prensa del Club Atlético Platense.

domingo, 14 de octubre de 2012

De fútbol, poco para analizar

El objetivo fue otro, no futbolístico. Era una fiesta, el aniversario 108 del club. Y como tal, cumplió su función. Hubo una buena concurrencia, los bohemios festejaron en familia, en una tarde soleada. Se aplaudieron a los pibes que hacen deporte en el club y todos los hinchas rindieron homenaje a ese sentimiento de ser de Atlanta que cumplió 108 años de vida el 12 de octubre. 
¿De fútbol? Poco se puede analizar. Boca presentó un combinado de la cuarta división de Inferiores, con chicos que quizá en algún futuro sean de Primera, pero que en la actualidad distan bastante incluso del nivel de la Primera B Metropolitana, por lo que se vio en este partido amistoso. El resultado fue un 4-1 merecido para Atlanta. No hubo equivalencias entre los dos equipos, aun teniendo en cuenta que el local presentó a los suplentes, con excepción de Godoy y Parentini, a los que Rondina colocó seguramente para darles más rodaje (ambos vienen de lesiones y de estar un tiempo sin jugar). Al técnico le sirvió para probar variantes, ver en cancha a jugadores que no suelen tener minutos de juego, y siempre dentro del esquema 3-4-2-1 que está implementando el DT en estos últimos encuentros. Godoy volvió a mostrar que puede ser un buen conductor del equipo. Otros que cumplieron buenas actuaciones fueron Mbombaj, con buena proyección en el carril izquierdo, y Francés, que jugó de líbero, una alternativa que quizá alguna vez veamos en cancha en caso de que Valdez no pudiera jugar. Mbombaj sigue peleando el puesto con Pinto, que también está rindiendo bien, y es una variante usual para ingresar desde el banco.También Matías Castro mostró algunas buenas pinceladas, como una buena habilitación a Mbombaj y un gran gol de tiro libre. Fue el debut además para Villalva y para Quirós.

jueves, 11 de octubre de 2012

La vuelta de Andrés Soriano

Una de las claves de la recuperación futbolística de Atlanta y de los buenos resultados obtenidos en los últimos partidos es el hecho de que Andrés Soriano haya vuelto a su alto nivel. Si antes el equipo sufría por la anemia ofensiva, por la falta de gol, ahora ocurre todo lo contrario. El Bohemio está festejando seguido y en gran parte festeja los goles de Andrés, que no empezó el campeonato en un buen nivel pero luego se destapó con 7 goles en 6 partidos. Volvió el goleador, y para Atlanta es una ventaja contar con un jugador completo, con olfato goleador, actitud, buen cabezazo, inteligencia, y esa capacidad de generar goles prácticamente de la nada.
La historia del Pollo en el Bohemio es una historia que tiene más buenas que malas. No por nada ha sido la camiseta con la que más rindió y con la que más se siente identificado. Llegó para la temporada 2004/05 de la mano de Salvador Ragusa. No cumplió un buen Apertura pero explotó en el Clausura, llegando a los 16 goles pese a no jugar de centrodelantero. Ese año formó una dupla memorable con Luis Salmerón. Con sus goles en Atlanta, Soriano se ganó el derecho de probar suerte en Belgrano de Córdoba, incluso en Primera A. El recuerdo que dejó en el club fue tan bueno que tras su ida se incorporó a su hermano mellizo Abel. 
Andrés, ya maduro, volvió al Bohemio a comienzos del año 2010. No había logrado triunfar en otros clubes y volvía para recuperar el nombre y el protagonismo. Esa media temporada le alcanzó para marcar 8 goles en un equipo que tenía también a otro distinto como el Mágico González pero que no era fuerte en todas sus líneas. Claro que se estaba gestando algo grande. Y en la temporada 2010/11 llegó el título y el ascenso. El Pollo convirtió 17 tantos y fue una de las grandes figuras del equipo campeón junto a Rodrigo Llinás y Lucas Mancinelli. Formó una dupla temible y mediática junto a su hermano Abel que recorrió los canales de televisión y llegó a la boca de todos. Atlanta era campeón de la B y se hablaba de los dos mellizos rubios cordobeses que rompían redes. 
Con Andrés en la cumbre y a poco de afrontar la B Nacional, Atlanta tenía que pagar para renovar el préstamo desde Belgrano. Se hizo el esfuerzo para mantener al embleme ofensivo, pero Andrés no fue el mismo que en la B Metro, si bien por momentos fue de lo mejorcito de un equipo de pésima campaña. Apenas 5 gritos en la B Nacional. Tras el descenso, decidió quedarse -a diferencia de su hermano- para volver a buscar el ascenso. Ya sin dupla, Andrés Soriano juega ahora de único delantero, peleándola todas en todo el frente de ataque, y con los volantes como socios. La sigue metiendo: lleva 7 y ya son 53 en total con la camiseta azul y amarilla. Como para ir metiéndose en la historia de los grandes goleadores bohemios. Una alegría tenerlo de vuelta.


Fuente: Datos estadísticos obtenidos de Sentimiento Bohemio

sábado, 6 de octubre de 2012

Saltó a la punta

Qué lejos parece estar aquel tiempo de críticas y frustraciones. Aquellos momentos en los que el equipo no aparecía, no respondía. Rondina estaba en la cuerda floja y los hinchas pensaban en un campeonato sin ilusiones, peleando lejos de los puestos de arriba. No pasó demasiado tiempo, no hubo tantos cambios, pero la actualidad encuentra a un Atlanta puntero por primera vez en el torneo. La victoria por 2-0 frente a Central Córdoba en Villa Crespo le permite al Bohemio esperar con confianza y buen ánimo la fecha libre que se viene. Después se verá si el equipo está para pelear este campeonato...
La victoria bohemia fue relativamente cómoda pese a los varios problemas defensivos que sufrió a lo largo del encuentro, sobretodo en la primera mitad, por el sector derecho de la defensa. Valdez esta vez no tuvo una buena tarde, y Gagliardo se mostró inseguro. En la segunda etapa, se corrigieron los desacoples en la marca del lado derecho, y ya con el 2-0 a favor, se cerró el partido. El equipo tuvo en el doble cinco Palisi-Parentini un buen tándem de recuperación. Walter Godoy, en su primer encuentro como titular, dio una muy buena impresión jugando como enganche, manejando la pelota con precisión y habilidad. Lucas Ferreiro no anduvo derecho en el primer tiempo, pero en la segunda etapa se convirtió en uno de los baluartes del equipo. La figura fue Andrés Soriano, el goleador que lleva ya siete goles en seis partidos consecutivos, y que fabricó su propio gol, de zurda, para abrir el partido, y asistió con inteligencia a Pinto, para que aumentara la cuenta.
No lució Atlanta, pero ganó bien, golpeando en los momentos justos y administrando los esfuerzos. Lo justo y necesario como para subirse a la punta y ser protagonista en este torneo.

martes, 2 de octubre de 2012

Atlanta está dulce

Atlanta está derechito, está dulce, le están saliendo las cosas bien, y eso es muy bueno. La vida le volvió a sonreír al Bohemio, que empezó perdiendo en José Ingenieros pero lo dio vuelta y se llevó tres puntos que le permiten escalar hasta el segundo puesto, a una unidad del líder Villa Dálmine, aunque vale aclarar que todavía no quedó libre y que solamente tres puntos lo separan de la mitad de tabla. El campeonato está peleadísimo, por ahora no se perfilan grandes candidatos, pero lo importante es que Atlanta encontró el buen camino, mejoró en el juego y a fuerza de triunfos se está animando a ilusionarse con ser protagonista en el torneo.
Esta victoria en un estadio que tradicionalmente le fue esquivo es valiosísima. Sobretodo porque por primera vez pudo ganar un partido que había empezado perdiendo. Paradójicamente, el equipo mostró su mejor juego en el primer tiempo, cuando el encuentro estaba 0-0. Tomando la iniciativa, jugando por abajo y dominando la pelota, Atlanta había hecho méritos para ponerse en ventaja. Sin embargo, el destino lo castigaba con un desafortunado penal cometido por Segovia, que significó la victoria parcial para un Almagro que no había llegado al arco de Gagliardo. Después, parecía que el equipo de Rondina se perdía en el partido y que todo podía terminar en una debacle, como en Adrogué. Pero Atlanta reaccionó. Retomó el dominio y la presión se acentuó cuando en la segunda etapa el local se quedó con diez jugadores. Almagro decidió en consecuencia replegarse totalmente en defensa, sin dejarle espacios a un Atlanta que tenía la pelota pero no sabía como penetrar la muralla tricolor. Por suerte, un certero cabezazo del corajudo Valdez tras un buen centro de Mbombaj abrió la muralla y empató el encuentro. Ya con el 1-1, Almagro debió adelantarse un poco más en el terreno, facilitándole las cosas al Bohemio, que tenía más espacios y más posibilidades de ganarlo. Así fue: Andrés Soriano se vistió de goleador por quinta fecha consecutiva a poco del final y puso el 2-1 que enloqueció a los hinchas bohemios que se acercaron a José Ingenieros. Fue el premio para un Atlanta que tuvo una dosis de suerte a su favor pero que al fin y al cabo mereció el triunfo que vino a buscar y que finalmente se llevó.
Ahora el objetivo será obtener una nueva victoria, como local ante Central Córdoba, para terminar luego la fecha libre lo mejor posicionado posible de cara a la segunda mitad de la primera rueda.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cuando el fútbol te sonríe

Algo cambió en Atlanta, que de sufrir en los últimos puestos de la tabla pasó, con algunos triunfos, a coquetear con la primera mitad de la tabla de posiciones. Mejoraron los rendimientos individuales, el equipo empezó a mostrar una mejor imagen, se abrió el arco y, sobretodo, comenzó a soplar el viento en popa. No tuvo que cambiar mucho para que ese equipo apático que solamente ganaba silbidos ahora sume éxitos y aplausos. A veces basta con ajustar algunos tornillos y que la suerte acompañe. No pudo ser en Adrogué, cuando el Bohemio empezó para matar y terminó cayendo por goleada. No pudo ser ante Flandria, cuando lo dio vuelta con un jugador menos pero se le escapó el primer triunfo sobre el final. Pero después el fútbol le comenzó a sonreír a Atlanta, con excepción del último martes en Temperley, en donde estuvo cerca de llevarse un gran triunfo. 
Así es el fútbol: a veces hacés los méritos pero te da la espalda. Y en otras ocasiones te devuelve lo que te quitó. En la tarde soleada de Villa Crespo, al conjunto de Rondina todo le salió bien frente a Villa San Carlos, que venía tercero e invicto. Al Bohemio le alcanzó con poco para golear por 3-0 a un rival que pareció mucho menos de lo que indicaba su campaña en el campeonato. Los de Berisso mostraron una actuación muy pobre, incompetentes en ataque y débiles en defensa. El partido se abrió increíblemente gracias a un nuevo gol en contra, un regalo del zaguero visitante Córdoba, que la clavó cual definidor de raza cuando se agotaba el primer tiempo. Atlanta se iba al descanso con una ventaja que no merecía, tras una primera etapa equilibrada, aburrida, a la que el 0-0 le calzaba a la perfección. En el segundo tiempo, un nuevo regalo, esta vez del arquero Volpe, permitió que Soriano aumentara la cuenta. De esta manera el cordobés convirtió su quinto gol consecutivo, superando ya la media centena con la camiseta azul y amarilla. Claro, con Andrés recuperando su mejor nivel todo se hace más fácil.
Atlanta controló el partido sin demasiados contratiempos y Matías Castro, en sus primeros minutos en este torneo, selló el 3-0 con una linda jugada individual. Fue el segundo triunfo consecutivo como local para un equipo que sumó 11 de los últimos 15 puntos en juego. Ahora se vienen los 30 minutos restantes del clásico ante Chacarita y luego Atlanta deberá ratificar si esta levantada se trata simplemente de una racha o si está para pelear arriba en este campeonato. Al menos, la ilusión de los hinchas está renaciendo tímidamente luego de las frustraciones de las primeras fechas. 

martes, 18 de septiembre de 2012

Esta vez la victoria se escapó

No pudo Atlanta llevarse los tres puntos en su visita a Temperley, en donde históricamente no le ha ido nada mal. En el primer minuto de descuento, cuando ya la victoria parecía ir camino a Villa Crespo, una pelota parada y un cabezazo dejaron con las ganas al Bohemio. El resultado final 1-1 no es para despreciar si se tiene en cuenta que se jugó de visitante contra un equipo invicto, que se armó para pelear arriba. Claro que queda la espina clavada por cómo se escaparon los tres puntos sobre el final.
Se pueden rescatar aspectos positivos y negativos de esta actuación del equipo de Rondina. Por momentos, intentó tomar la iniciativa, vestirse de protagonista y tratar de imponer su juego. Con un Andrés Soriano enchufado, logró conseguir de este modo chances ofensivas a su favor. En algunos tramos del partido se vio algo de ese equipo que supo ganar con justicia los encuentros frente a Colegiales y Armenio. Sin embargo, también tuvo su contracara: no controló el mediocampo y la defensa anduvo floja en la marca. Atlanta no fue a Temperley a cuidar el cero; arriesgó, y eso le costó tener varias llegadas de peligro en su contra, en una noche en que ninguno de los tres defensores cumplió una buena labor. Por suerte Gagliardo hizo méritos como para convertirse en figura de la cancha, salvando un par de pelotas increíbles. 
Luego del buen cabezazo de Soriano que significó el parcial 1-0, Atlanta se fue tirando progresivamente atrás para cuidar la ventaja. Rondina armó dos líneas de cuatro y la defensa se hizo más difícil de penetrar. Parecía que Atlanta se llevaba una enorme victoria, pero terminó pagando por el tiro en el travesaño de Soriano. En tiempo de descuento se hizo justicia si se considera lo realizado por ambos equipos en el partido. El trámite fue en suma cambiante pero equilibrado, y por eso el empate fue lo más justo. Habrá que mantener los buenos aspectos de un Atlanta que sin dudas es un equipo muy distinto al de las primeras fechas. Hay esperanza de hacer una mejor campaña, pero habrá que seguir corrigiendo errores. 

martes, 11 de septiembre de 2012

Villa Crespo volvió a festejar

Nueve meses tuvieron que pasar para que Atlanta volviera a ganar en Villa Crespo. La última victoria en el León había sido ante Ferro, por la B Nacional, en diciembre de 2011. Pero hubo otro triunfo posterior como local, cuando el Bohemio recibió a River en el Amalfitani y lo venció sorpresivamente por 1-0. Muchas cosas pasaron desde aquel batacazo hasta hoy, entre ellas un descenso a la B Metro del cual la sequía de triunfos como local fue en gran parte responsable. No puede haber éxito en el torneo si Atlanta no empieza a volver a hacerse fuerte en su casa. El 3-1 a Deportivo Armenio puede ser un buen puntapié para que ganar en VC vuelva a ser una costumbre.
Fue una victoria clara e inobjetable la del conjunto de Rondina, aunque no por elló evitó los sobresaltos y una cuota de sufrimiento. El peor momento lo pasó en el inicio del segundo tiempo, cuando el visitante descontó gracias a un tiro de esquina y se fue con todo en busca del empate. Pero Atlanta reaccionó y el penal convertido por Soriano pudo devolver la tranquilidad a los hinchas. Ya con el 3-1, el local controló el juego y no corrió peligro el triunfo.
No fue una excelente producción bohemia, y está claro que todavía hay muchas cosas por corregir y por mejorar, pero es una buena noticia que se haya encontrado la senda del triunfo y que aparezcan signos positivos en el equipo. Los tres de arriba volvieron a mostrar, como ante Colegiales, un muy buen nivel, y eso es clave para mantener una buena capacidad goleadora. Entre los tres armaron una muy linda jugada con la que Atlanta se puso en ventaja a poco de iniciado el partido: Ferreiro encontró a Acuña y éste habilitó a Soriano para que la metiera de cabeza. Y como si la capacidad ofensiva del tridente no fuera suficiente, ante Armenio apareció Segovia para meter un bombazo increíble y clavar un golazo. Así el defensor que llegaba al club desde Lanús en el año 2009 pudo redimirse de las tres expulsiones consecutivas que sufrió en los últimos partidos.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Un triunfo, una esperanza

Los primeros tres puntos no llegaron solos. Vinieron acompañados con la esperanza de haber iniciado un camino. En los primeros partidos, no solamente se cosecharon malos resultados, sino también las dudas e incertidumbres acerca de las posibilidades de un plantel que no parecía estar a la altura de las expectativas y de las pretensiones. Si ante Flandria se vio una clara mejoría por más que el triunfo se haya escapado increíblemente, la producción en Munro le dio a Rondina elementos positivos para trabajar de cara al futuro. El plantel no será de los mejores, pero puede estar más arriba. Y todavía hay variantes para mejorar.
La línea de tres abajo fue una buena alternativa. Esta disposición táctica permitió la salida de Vega, que no venía rindiendo bien, y la ubicación de Pinto como volante, dadas sus características: correcto en el manejo de la pelota, deficiente en la marca. Valdez se afirma como líder defensivo y también cabecea en el área rival. Peláez y Carlos Fernández asoman como alternativas potables en una defensa en la que es difícil imaginar el regreso de Segovia, luego de tantas expulsiones.
En el arco, Gagliardo presenta su doble faceta: es inseguro cuando le toca salir a cortar los centros, pero se agiganta en las jugadas que requieren una reacción rápida. En el mediocampo, Guzmán, aunque irregular, es peligroso. Palisi, Francés y Parentini no terminan de ganarse el puesto como volantes centrales. Arriba, el crédito de Alfaro se agotó por ahora. Acuña y Ferreiro levantaron su nivel en Munro, al igual que Andrés Soriano. Habrá que ver si pueden ratificarlo en las fechas que siguen por el bien de Atlanta.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Ni una alegría

Un empate de local ante uno de los rivales más accesibles de la categoría no puede alcanzar para llenar los tristes corazones bohemios. Ver la tabla de posiciones y encontrarnos en el último lugar es motivo de gran preocupación. Este equipo sigue sin dar una alegría a su gente cuando ya van cuatro partidos jugados: apenas dos empates y dos derrotas. Es muy poco. 
A Atlanta le sale todo mal y parece condenado a un campeonato de terror. Enfrentando a un Flandria muy pobre, se dejó dominar en el primer tiempo y un penal en contra lo puso en desventaja en el marcador. Un penal muy dudoso y que atajó Gagliardo, pero en el rebote no hubo nadie para evitar la segunda jugada. La presión comenzaba a sentirse fuerte desde las tribunas, y para colmo Segovia se hacía expulsar estúpidamente otra vez. Tercera expulsión consecutiva para un jugador muy irresponsable cuya presencia en el equipo debe ser replanteada. Qué se podía esperar de un Atlanta sin fútbol, desorientado, y encima con un hombre menos. Pero el Bohemio supo cambiar. Los ingresos de Guzmán y Valdez fueron claves. El nivel del conjunto visitante era tan bajo que la diferencia numérica no era un obstáculo, y la defensa era una invitación para los jugadores locales, que con más empeño que talento podían fabricar chances de gol. El chaqueño Guzmán tiró el centro que metió en su propia valla el 2 de Flandria. Era el empate. 
El equipo de Rondina había levantado en el juego, era protagonista y se sentía confiado para ir a buscar el triunfo. Lo dio vuelta con un gol de cabeza del ingresado Valdez, el primero en el club. Villa Crespo era pura alegría por el triunfo parcial luego de un primer tiempo en que todo había salido mal. Pero no duró mucho. Un minuto después Flandria se ponía 2-2 gracias a un error de Gagliardo. Se empezó a escuchar entonces el pedido de la gente por Rodrigo Llinás, pese a que en una encuesta realizada por Sentimiento Bohemio antes de empezar el campeonato la mayoría de los hinchas se inclinaba en sus preferencias por Maxi Gagliardo (http://sentimientobohemio.info/?p=8124).
Finalmente los jugadores terminaron recibiendo algunos aplausos por la levantada en el segundo tiempo, y otros silbidos y reproches porque el triunfo no llega y el equipo está último en la tabla. Quizá Rondina haya ganado una vida más por la forma en que se levantó el partido, pero sigue con poco crédito. Lo lamentable es que el plantel parece limitado y no hay muchas variantes. Los problemas aparecen en todas las líneas. El arquero Gagliardo está cada vez más cuestionado. La defensa no está firme. El mediocampo está perdido. Y los delanteros no tienen gol. Qué será de ti, Atlanta, y cuándo saldremos de este pozo...

martes, 28 de agosto de 2012

Rondina enfrenta (su origen y) su destino

No será un partido cualquiera el del próximo sábado ante Flandria en Villa Crespo. Sergio Rondina enfrentará a su ex-equipo cuando está atravesando un momento delicado en su actual club: lleva un punto obtenido en tres partidos jugados, el equipo está respondiendo muy por debajo de las expectativas de los hinchas, y el crédito del técnico es cada vez menor. En el fútbol actual, la paciencia es escasa. Rondina lo sabe, conoce el descontento de los hinchas, y es consciente del peligro que corre su cargo si no obtiene un resultado positivo el próximo sábado.
El Huevo enfrentará su destino paradójicamente al mismo tiempo que se reencontrará con su pasado, que al fin y al cabo lo trajo a Villa Crespo. En Flandria hizo un buen trabajo y salvó al equipo del descenso pero en definitiva terminó en la mitad de tabla. Para armar su plantel en Atlanta de cara a la temporada 2012/2013, Rondina hizo una apuesta fuerte: se la jugó por la base de su Flandria, con la llegada de Gagliardo, Parentini y Ferreiro. Es decir, el arquero, el cinco, y el conductor del juego. Cierto es que no es de Rondina la totalidad del armado del plantel. Para empezar, hay un presupuesto, y el técnico debe adaptarse a ese presupuesto. Claro está que el presupuesto bohemio está lejos de los más altos y por eso el club no puede competir en cuanto a promesas de sueldos con rivales como Morón o Platense. Prueba de ello es que la mayoría de los jugadores que vinieron son juveniles, o provienen de una categoría inferior, o no forman parte de lo más destacado de la Primera B Metro. 
Sin embargo, son decisiones. Y Rondina decidió apostar por sus hombres, pese a que no venían precisamente de integrar un equipo protagonista. Puede salir bien, o puede salir mal. Si ocurre lo primero, seguramente los sabelotodo rescatarán la humildad, el trabajo y el hambre. Si el barco no se endereza, podrán decir que se armó un equipo para, a lo sumo, naufragar en mitad de tabla. 

sábado, 25 de agosto de 2012

Del encanto a una nueva decepción

Es difícil explicar que lo mejor que se haya visto de Atlanta en este campeonato haya sido en este partido en Adrogué en donde terminó cayendo goleado por 3-0. El resultado es preocupante y desesperanzador como la paupérrima campaña del equipo en el torneo, en donde lleva un empate y dos derrotas. Tras el descenso a la Primera B Metropolitana, los hinchas esperaban ver un equipo protagonista que peleara por el ascenso, pero la realidad les está mostrando un panorama oscuro. Sergio Rondina queda con poco margen, obligado a ganar la próxima fecha ante Flandria en Villa Crespo.
Poco importará -y todos olvidarán- lo bien que jugó Atlanta en la primera media hora de partido. El resultado de tintes catastróficos opaca lo que había sido un comienzo esperanzador del equipo en el comienzo del encuentro. Arrancando con un esquema 4-3-1-2, con Francés y Gabriel López desde el inicio, el Bohemio empezó siendo claro dominador del juego. La clave estuvo en un mediocampo mcho más firme y una actitud más agresiva y dinámica. Mamberti manejó la pelota y de su pie salieron algunas de las situaciones más peligrosas. Si en los anteriores partidos el gran déficit estuvo en la generación de juego, la creación y el abastecimiento de los delanteros, lo de los primeros 30 minutos fue realmente excepcional. Atlanta no sólo dominaba la pelota sino que también llegaba con gran número de oportunidades favorables, pero Alfaro y Soriano fallaron en la definición. Hubo además dos goles anulados por posición adelantada.
Por supuesto, los goles que no se hacen en un arco, se hacen en el otro. Y Brown de Adrogué se hizo eco de este refrán, convirtiendo en gol la primera chance clara que tuvo. 100% de efectividad e inmerecida ventaja frente a un Atlanta que había hecho méritos como para llevar dos goles de diferencia, pero que pagó caro su falta de eficacia en la red. Con el 0-1 en el marcador, el partido pasó a ser otro totalmente distinto. Brown, más tranquilo, fue creciendo en el juego y llegando con más peligro. El Bohemio, nervioso, confundido, se perdió en la cancha y no pudo reaccionar para ir en busca del empate. No supo cómo reencontrarse con el juego de los primeros minutos y casi no tuvo chanches para remontarlo. El Atlanta del segundo tiempo se pareció más al de los partidos anteriores: apático, sin ideas, débil. Los ingresos de Acuña, Henneberg y Guzmán no aportaron nada fresco. Y los errores defensivos terminaron de redondear una goleada en contra en lo que fue la peor actuación de la defensa en lo que va del campeonato, con muy malas labores de Vega y Lopes, quien había sido la figura contra Barracas.
Segunda derrota consecutiva, ante un rival que no es de los mejores de la categoría. Preocupó la inseguridad defensiva, la inexistente reacción del equipo frente a la desventaja en el marcador, y la anemia goleadora que conspira contra cualquier intento de triunfo. El técnico prueba algunas variantes pero ninguna parece ser la solución. La clave para ir por el buen camino será reproducir lo hecho en la primera media hora, agregando más certeza en la definición.

lunes, 20 de agosto de 2012

Las nostalgias de un pasado cercano

Hace dos años Atlanta comenzaba a construir un campeonato glorioso que culminó en un lógico ascenso tras 12 años en la tercera categoría. Javier Alonso era el técnico de aquel equipo. Sin embargo, Alonso sufrió los cuestionamientos de parte de los hinchas prácticamente de principio a fin, y tras el mal comienzo en la B Nacional no pudo sostenerse demasiado tiempo en el cargo. Hoy en Villa Crespo lo recibieron con aplausos, como también recibieron a Pogonza y Arancibia, integrantes de aquel equipo campeón, pese a que hace unos meses sólo recibpian insultos y recriminaciones por la campaña en la B Nacional. 
El hincha, usualmente histérico y ciclotímico, en su momento supo olvidar fácil  el grato recuerdo del torneo 2010/11. Los héroes pasaron a ser villanos en muy poco tiempo. Alonso era un técnico que no sabía nada de fútbol, un tipo con suerte. Los Soriano, Arancibia, Ferragut y compañía eran simplemente jugadores para la tercera categoría. El título de la B Metro se convirtió para la memoria del hincha en un mero trámite en una categoría sencilla. Había que chocar con esta realidad para darse cuenta de que la categoría no es para nada fácil por más que el nivel sea mucho menor al de la B Nacional. Por algo tuvieron que pasar 12 años para ascender. 
Y llegamos así a este triste presente en donde nace la nostalgia de aquel gran equipo que supimos tener hace tan poco. No fue fácil construir aquel equipo ni fue fácil salir campeón tantas fechas antes, sacándoles tanta diferencia a los rivales. No se puede no extrañar aquellos tiempos, viendo a este Atlanta que da ganas de llorar y que juega tan mal como en la última temporada, con la diferencia de que antes jugaba con Central, River y Quilmes, y ahora le toca perder de local con un Barracas Central que posiblemente no pelee en los puestos de vanguardia.
Lo que se vivió hoy en Villa Crespo fue una tarde gris y triste, y dejó un panorama desolador, porque muchos hinchas concluyeron, con razón, que este año no será posible el ascenso. El equipo dejó una imagen de impotencia, de incapacidad futbolística. Ofensivamente lo de este Atlanta es prácticamente nulo. Soriano y Alfaron apenas reciben un par de pelotas por partido. En la creación las carencias son absolutas: Mamberti y Ferreiro están en un nivel paupérrimo. La esperanza estaba puesta en Fede Domínguez pero el volante proveniente de Newell's jugó tan mal como sus compañeros. Las actuaciones del equipo reclaman cambios estructurales urgentes. Atlanta no hiere a nadie, no hay jugadores desequilibrantes y no tiene una idea de juego. ¿Será Matías Castro la solución? En el mediocampo, el doble cinco no va más. La lesión de Parentini será la oportunidad de probar quizá con Francés, un jugador con experiencia en la categoría. Deberá encontrar la solución Sergio Rondina, que al fin y al cabo eligió a estos jugadores y armó este plantel. Sabe que el crédito no es infinito y que Atlanta tiene la obligación de dar mucho más de lo que está mostrando.

martes, 14 de agosto de 2012

Habrá que esperar

Tan gusto a nada tuvo el viejo clásico entre los Innombrables y Atlanta que el partido ni siquiera se terminó. Esta vez no fueron los cánticos discriminatorios ni la violencia de los salvajes: la culpa la tuvo la oscuridad brutal que invadió la tarde de San Martín, a causa de la tormenta que finalmente explotó en torrencial descarga. Sin grupo electrógeno en el estadio y por lo tanto sin forma de aportar la iluminación que el encuentro requería, no quedó otra que suspender el cotejo, cuando quedaban 30 minutos por jugarse.
Hasta el momento, se había jugado muy poco en los primeros 60 minutos. Dos equipos con miedo a perder, con pocas ideas, sin argumentos futbolísticos, armaron un partido pobre, mal jugado. Los Exiliados fueron un poco más, apenas más ambiciosos, quizá por su obligación como locales, y tuvieron la más clara con un tiro en el poste, pero en general el trámite fue parejo y trabado.
En esta segunda presentación, el Bohemio volvió a mostrar algunos de los problemas que había mostrado en la primera fecha. Un equipo apático, sin jugadores desequilibrantes, que no arriesga demasiado y sin demasiadas ideas de cómo herir al rival. En contraposición, lo mejor del equipo es que parece estar bien parado, ordenado, y firme en defensa. Pese a que no jugó Valdez, figura contra Defe, Lopes y Segovia cumplieron en la zaga central. Y Gagliardo, que había tenido un debut muy malo, se hizo fuerte en San Martín y a fuerza de atajadas dejó más tranquilos a los bohemios con respecto al arco. Sin embargo, sigue siendo una incógnita cómo logrará Atlanta mejorar en la parte ofensiva, de la mitad de cancha hacia adelante, para arriesgar más y buscar los partidos con mayor peso en ataque. Quizá haya que hacer alguna variante.

sábado, 28 de julio de 2012

¿Qué Atlanta se verá esta temporada?

Arranca un nuevo campeonato y el destino nos encuentra de vuelta en la Primera B Metro, luego de un breve paso por la B Nacional, en donde se sepultaron todas las ilusiones nacidas a partir de aquel brillante ascenso en 2011, cuando parecía que el Bohemio se llevaba a todos por delante y volvía a acercarse al lugar que le corresponde. Ahora es tiempo de empezar de nuevo, de dar vuelta la página e intentar regresar lo más pronto a la segunda categoría. ¿Pero cómo llega Atlanta a afrontar este torneo? ¿Para qué está el equipo? Hacer pronósticos es complicado: a esta altura, el año pasado, estábamos ilusionados con hacer una buena campaña en la B Nacional, y finalmente descendimos realizando un campeonato paupérrimo. 
En el cuerpo técnico continúa al mando Sergio Rondina, un hombre que vistió un año la camiseta del club y que lleva varios años dirigiendo en el Ascenso, siendo éste su desafío más importante. Rondina viene de dirigir equipos con bajos presupuestos y con menores obligaciones. Su mérito es armar equipos combativos y planteles comprometidos con un objetivo, aun sin un rico material. Atlanta viene de sufrir un descenso, debe afrontar deudas, y la situación económica no es la mejor. Por eso no se hicieron grandes contrataciones, y se armó un plantel gasolero. 
Los partidos amistosos dejaron ver cómo puede llegar a ser el equipo que pretende el DT. En el arco estará el histórico Llinás, devaluado por sus pobres actuaciones el último torneo, o Gagliardo, un conocido de Rondina en Flandria. El último parece correr con ventaja para ocupar el puesto. En la defensa, el lateral derecho lo ocupará el experimentado Vega, de larga trayectoria en el ascenso, aunque habrá que ver qué pasa cuando se recupere de su lesión la estrella Lucas Mancinelli. Pero eso recién será para la segunda rueda. Para la dupla central, el retornado Valdez parece una fija, junto a Hernán Lopes o Segovia (en su cuarta temporada en el club). Por izquierda pueden ir los refuerzos Pinto o Mbombaj, aunque también podría jugar allí Segovia, como lo ha hecho la mayoría de las veces en Atlanta. En el mediocampo, la banda derecha es una incógnita. Allí podrían estar el eterno Lucas Ferreiro, el Chaco Guzmán o algún refuerzo que todavía se busca para ese sector (¿podría ser el uruguayo Blanes?). El doble cinco arrancaría de entrada con Parentini -hombre de Rondina- y Mamberti, que tuvo un sorprendente buen final de torneo. Como sustituto de Mamberti está el volante creativo Godoy, que viene de UAI Urquiza. ¿Qué lugar tendrán los chicos del club Gabriel López y Palisi? Y como si la superpoblación de volantes centrales no fuera suficiente,  el Huevo Rondina cuenta además con un valioso jugador como Francés, que puede jugar también como marcador central. Por izquierda, la alternativa más probable es Domínguez, un juvenil de la cantera de Newell's. La delantera parece ser el sector de la cancha con menos alternativas para el técnico. La apuesta será nuevamente Andrés Soriano, que la estuvo metiendo en los amistosos, acompañado en principio por Alfaro, aunque habrá que ver el nivel del recientemente incorporado Henneberg. Por el momento, las promesas del club Castro, Sanabria y Acuña no parecen ser titulares para Rondina, pero sin dudas serán tenidos en cuenta si los goles no llegan y falta fútbol.
En una semana comienza una nueva esperanza, y Atlanta está obligado a ser protagonista, a buscar el ascenso. Lo bueno es que esta vez habrá dos ascensos directos a la B Nacional. Pero claro, habrá otros rivales que se han reforzado con mayores recursos económicos y que tienen grandes aspiraciones, como Platense, Morón, Los Andes y Temperley.

martes, 10 de julio de 2012

Divisiones verdaderamente inferiores

Pese al repunte institucional que vivió el club en los últimos años, todavía queda una deuda sin saldar y que sigue lejos de tener una solución hoy por hoy: se trata de las divisiones inferiores. Claro, invertir en inferiores es un proyecto a largo plazo, es poner plata en algo cuyos resultados recién pueden verse 5 ó 10 años después. Demasiado en un club cuyos hinchas y dirigentes sólo pueden pensar en el corto plazo, agobiados por las urgencias y necesidades del presente. 
Lo cierto es que si bien Atlanta no ha sido históricamente una fábrica ilimitada de estrellas, en sus mejores años supo aportar grandes valores al fútbol argentino y la Selección nacional. Pero no hace falta irse tan atrás en el tiempo. Mientras el club se iba destruyendo en los años '80, todavía el semillero sacaba algunos buenos jugadores. Castillo y Bonnet fueron las últimas dos figuras que salieron del club, e integraron un equipo campeón de la B Metro que estaba conformado por varios jugadores surgidos de las inferiores en el momento más crítico de la historia de nuestra institución. Sin embargo, evidentemente los chicos que comenzaron a dar los primeros pasos en Celina a fines de los '90 no eran de la misma calidad. La última década nos encontró entonces sumidos en una profunda crisis en las divisiones inferiores del club. Es llamativo que en estos años los jugadores de origen bohemio que hayan llegado a jugar en la Primera A de Argentina puedan ser contados con los dedos de una mano. Y de ellos, Cristian Pellerano fue el único que logró asentarse en la máxima categoría. Más terrible aún es que en esta última década el club haya generado muy pocos jugadores con nivel para una B Nacional, y lo peor de todo es que la mayoría de los pibes que llegan a la Primera de Atlanta no están siquiera para la Primera B Metro. Es decir, hoy por hoy, como en los últimos años, el club no puede armar un equipo con una base surgida de sus entrañas. Para obtener el último brillante campeonato en 2011, Guzmán y Galeano fueron los únicos titulares surgidos en Atlanta. 
Hoy las esperanzas se depositan en G.López, Sanabria, M.Castro, Acuña y un Guzmán ya no tan juvenil como aquel que debutó hace ya 4 años. Desde adentro debe surgir la fuerza que guíe el renacimiento futbolístico. Pero está claro que, mientras tanto, si los chicos del club no llegaran a estar a la altura de las circunstancias, habrá que buscar afuera, como se viene haciendo.

sábado, 7 de julio de 2012

Lucas Ferreiro: una vuelta a la realidad

La confirmación de Sergio Rondina como entrenador en la B Metro trajo aparejada la pronta llegada de Lucas Ferreiro, ex compañero y ex dirigido por el actual DT. Iniciando lo que sería su sexto ciclo en el club, a más de 13 años de su debut, la polémica incorporación generó rechazos y aplausos entre los hinchas, divididos por sentimientos contradictorios. Entre los detractores, argumentan que, con 33 años y un último paso frustrante por el club, Lucas no es un jugador desequilibrante que pueda aportarle mucho al equipo. Además, habrá que ver qué ocurre con el vestuario, dado que Ferreiro realizó declaraciones bastante fuertes contra Rodrigo Llinás, que también seguirá en el plantel y es un hombre de peso. Los más optimistas, en cambio, confían en que Luquitas volverá a ser el que alguna vez fue y podrá liderar un equipo que en la última temporada no tuvo fútbol pero tampoco alma. 
Más allá de todo, es innegable que Ferreiro es un símbolo de lo que ha sido Atlanta futbolísticamente en esta última década, con todas sus contradicciones, con más errores que aciertos, acostumbrado más a las frustraciones que a las alegrías. Ferreiro vuelve a Atlanta y Atlanta vuelve a su realidad de B Metropolitana, a lo que se ha acostumbrado a ser en los últimos años. Repasando la historia reciente del fútbol bohemio, en muchas imágenes aparece necesariamente Lucas, multifacético. Desde aquella joven promesa que apareció en el Nacional B, en 1999, y que encabezó la esperanza bohemia de volver rápidamente a la segunda categoría, aunque no pudo ser. El que volvió en el año 2002 para convertirse en el líder de la salvación, en su mejor etapa en el club, donde protagonizó jugadas memorables como los dos goles a All Boys en Floresta, el penal más largo del mundo a Cambaceres o el histórico gol a Tigre en Victoria que significó el fin de tanto sufrimiento. Ése era el mejor Ferreiro, el jugador de potrero, con personalidad, el que se ganó el derecho de jugar en la primera de Racing, aunque sin éxito. Tuvo una corta vuelta en 2004, y retornó en su mejor versión en 2007, otra vez de la mano de Pasini, cuando integró un equipo que supo ser protagonista del torneo. Su quinto ciclo en Villa Crespo lo encontró campeón pero con pocos minutos en cancha. Ahora vuelve de una buena temporada en Flandria, en donde convirtió ocho goles, dirigido por el Huevo Rondina, que ahora lo hace retornar a Atlanta, pese a que a hace sólo un año se había ido tras rumores que denunciaban su participación en un torneo amateur en River mientras era jugador profesional. 
Es la historia contradictoria de un jugador que nos acompañó bastante en estos 13 años. Que nos dio alegrías, pero que también participó de las tantas frustraciones que vivió Atlanta en este tiempo. Lucas es uan parte importante de nuestra historia reciente, con todo lo que ello implica.     

martes, 26 de junio de 2012

Entre la base y el cambio

Ya está, el descenso debe ser rápidamente digerido porque la próxima temporada la jugamos en la B Metro y nuestros principales rivales ya están hace rato armando sus equipos. Por eso la dirigencia y el DT Rondina están planeando el próximo plantel, pensando en refuerzos, despedidas y renovaciones. La pregunta, el gran dilema, es si conviene hacer una renovación drástica del plantel que acaba de cumplir una pésima campaña, o apostar a la reivindicación de un equipo que supo ganar de punta a punta hace un año el mismo torneo que ahora vamos a disputar. La respuesta está dividida entre los hinchas, pero desde mi opinión creo que lo mejor sería un justo balance, un equilibrio entre la conservación y el cambio, más allá que la idea de Rondina parece ser más cercana a la conservación que al cambio.
Está claro que esta desastrosa campaña en la B Nacional que culminó en descenso significó un enorme desgaste en un plantel en que pocos se salvaron de las críticas. Justamente los más elogiados son los que menos chances tienen de seguir: Milán, Lorefice, Pellegrino, Cherro, Mancinelli. Jugadores como Llinás, Arancibia, Pogonza, Segovia, Ferragut y los Soriano fueron figuras e ídolos en la 2010/11, pero la confianza ha decaído después de este último torneo. Por otra parte, la mayoría de los jugadores que llegaron de Lanús  no tuvieron mejores actuaciones. Algo hay que cambiar, no puede mantenerse un plantel entero que viene de sacar 34 puntos en 38 partidos. Hay jugadores que quizá ya cumplieron un ciclo en el club. Sin embargo, no se puede cambiar todo de golpe. Recordemos que el último equipo campeón se armó de a poco, en tres o cuatro años, trayendo jugadores que de a poco se fueron consolidando. 
No queda otra que mantener una base de jugadores que al fin y al cabo ya han rendido muy bien hace un año en la misma categoría, sumar algunos buenos refuerzos y apostar a chicos del club como Castro, Gabriel López y Acuña. No será fácil volver. Y lo cierto es que nunca Atlanta logró ascender al año siguiente (en la cancha) después de un descenso. Hay deudas económicas contraídas en la última temporada y la realidad encuentra a un club en peores condiciones de afrontar la B Metro que las que tenía hace un par de años. Habrá que tener paciencia y seguir creyendo, como hicimos siempre.

sábado, 23 de junio de 2012

El único consuelo sería el descenso de los Exiliados

Con profunda tristeza, con resignación, con la calma de la muerte, el hincha de Atlanta enfrentó un descenso doloroso pero que ya se veía venir hace rato. Desde el comienzo del campeonato el Bohemio sufrió la categoría, nunca pudo adaptarse, fue menos que sus rivales y se fue al descenso con toda justicia por no haber hecho los méritos suficientes para quedarse cuando el desafío no parecía complicado: había que superar apenas el 1 de promedio para zafar. No se requería un campañón ni una epopeya. Pero se hicieron las cosas mal de principio a fin, pasaron cuatro técnicos, se probaron a todos los jugadores, y no hubo caso. Atlanta se fue con sólo 6 victorias en la temporada, con el recuerdo de algunos triunfos increíbles (a River, Gimnasia, Ferro), pero con muchas tristezas en la mochila. Nunca pudo hacerse fuerte en Villa Crespo y no supo cómo jugarles a los equipos que venían a llevarse un punto. 
Esta tarde había que ganarle a Huracán pero Atlanta fue el mismo apático de siempre, sin ideas, nervioso. Apenas un manojo de intenciones no alcanza. El Globo aprovechó las oportunidades que tuvo y el Bohemio mostró nuevamente sus grandes carencias de juego, sus armas totalmente inofensivas. Volvió a la B Metro penando, muy lejos de salvarse, al mismo tiempo que Desamparados y C******** ganaban sus compromisos respectivos. Los sanjuaninos al menos descendieron ganándole a Central. Y los otros, los innombrables, gozan ahora de su total impunidad con un premio, como en el 2005. El hincha de Atlanta en este momento, con el descenso ya asumido, no puede desear otra cosa que la destrucción pacífica y legal de ese club horroroso, que representa la suma de todos los males de la sociedad. No se ría, en serio lo digo. C******** es la corrupción, la mafia, la iimpunidad, la falta de justicia. No hace falta que me remonte a los '90 y la era Barrionuevo. En el 2005 fuimos testigos de cómo, tras aquel partido ante la CAI que debió decretar el descenso de C******** a la B Metro, la AFA lo perdonó y los Exiliados pudieron salvarse  increíblemente gracias a la manito que le dio el poco profesional DT Chulo Rivoira. Y ahora, en este 2012, todo parece ir camino hacia el mismo desenlace. Los gravísimos hechos ocurridos en el clásico frente a Atlanta en San Martín merecieron una pena más dura que el punto quitado y la suspensión de cancha por "canciones antisemitas". Es que en C******** no son solamente los hinchas indómitos, salvajes, violentos. Hay una dirigencia cómplice que desplazó a la dirigencia honesta anterior y que fue partícipe de los hechos de violencia, más allá de que Rappalini no se haya animado a denunciar nada. Una dirigencia mafiosa que pudo haber masacrado con su complicidad a decenas de personas inocentes. Pero claro, para la AFA no fue demasiado grave. Apareció la platita en San Martín, aparecieron los triunfos de repente como en aquel 2005, y por si fuera poco, C******** volvió a zafar con el caso Pajón, aparentemente. Todavía en Pajón y  en Chicago residen las esperanzas del sufrido hincha bohemio, que ahora no desea otra cosa que se haga justicia, ya sea en la cancha o en los escritorios. Por supuesto, nunca desde la violencia ya que esos modos se los dejamos a los incivilizados. 

domingo, 17 de junio de 2012

Hay vida después del infarto

Hay esperanza, hay vida en Villa Crespo. Atlanta está escribiendo una historia de película, dramática, de ciencia ficción, con todos los condimentos. Cuando parecía que ya estaba prácticamente descendido, cuando solamente un milagro podía mantenerlo vivo en esta B Nacional, el milagro se hizo presente e increíblemente el sufrido equipo bohemio llega a la última fecha con chances concretas de alcanzar la promoción y salvarse del descenso directo. Todo depende de Atlanta, que debe vencer sí o sí a Huracán en el Gran León, y de Central, que si le gana a Chacarita y le empata a Desamparados cumplirá con su parte. Ahora la salvación parece mucho más real, y las ilusiones de permanencia renacieron en los hinchas que ya habían aceptado el descenso como inevitable. Es que este Atlanta venía de brindar muchas frustraciones, de desperdiciar demasiadas chances. Parecía imposible ganar un partido siquiera. Pero se trata de este mismo Atlanta que en las peores situaciones, con el agua entrando en los pulmones, supo tomar algunas bocanadas de aire. Justamente el Bohemio no ganaba desde aquella hazaña totalmente inesperada ante River. Y si nos remontamos a la última victoria antes de River, debemos ir al último partido del 2011, también ante Ferro. Seis de los modestos 34 puntos obtenidos hasta ahora fueron frente al Verdolaga.
Fue un partido atípico en Caballito. Un clima enrarecido se vivía por los rumores y sospechas acerca de un posible arreglo. Lo cierto es que si hubo arreglo estuvo muy bien actuado por los jugadores locales que remontaron un 0-2, por los árbitros que amonestaron a medio equipo bohemio y cobró un penal en contra, o por el cuestionado arquero De Giorgi, que más allá de sus groseros errores tapó enormemente un tiro libre de Ramírez a poco del final. Ni el más optimista de los hinchas podía esperar un buen resultado a priori por los once que presentaba en cancha el técnico Rondina. Ocho cambios, y dejando afuera a Lorefice, uno de los mejores jugadores del plantel esta temporada. Sorpresivamente, Rondina incluyó entre los titulares a Lolli y Lugo en la defensa, y armó un mediocampo con Galeano- G.López- Mamberti- Pasquini. Lo cierto es que la apuesta le salió bien al ex DT de Flandria. Atlanta salió ordenado, prolijo con la pelota, paciente y con intenciones de protagonismo. Ferro dejó espacios, dejó jugar al visitante y el Bohemio aprovechó. Mamberti   se encontró solo en el segundo palo en un córner y definió para poner el 1-0. El juvenil de Lanús, relegado por los técnicos que tuvo el plantel en la temporada, tuvo su oportunidad jugando como volante central y fue  la manija del equipo. Ferro reaccionó y comenzó a apretar sobre el arco de Pellegrino, encontrando grandes ventajas en el sector derecho defendido por Lolli y Galeano. Pero Nico Ramírez aprovechó un regalo del arquero De Giorgi -burlado e insultado por la hinchada local- y puso el 2-0. 
Los hinchas bohemios que se habían acercado a Caballito no lo podían creer. Era el mismo Atlanta al que tanto le costaba hacer un gol, ahora muy efectivo. Sin embargo, el cuento color de rosas tuvo su nudo, el conflicto que debe tener toda película hollywoodense. Los villanos verdolagas, heridos en su orgullo y envalentonados por las exigencias de su público, lograron ponerse 2-2. Descontaron con un penal sobre el final del primer tiempo y lo igualó Salmerón en la segunda parte. El Pupi, de pasado bohemio, no se ahorró en festejos y se lo dedicó a un plateísta que le había hecho algún reproche en el entretiempo. El empate parecía una tumba para un Atlanta que estaba obligado a reponerse del golpe e ir a buscarlo. Así lo hizo, con fuerza y coraje, conducido por un encendido Nico Ramírez. Y faltando pocos minutos para el pitido final, llegó la alegría, el desahogo, el desenlace del conflicto, la perfecta culminación de la película. El ingresado Bielkiewicz, con la cabeza, mandó a la red un córner y convirtió su primer gol en el torneo, pero qué gol, el gol de la vida, de la esperanza. El 3-2 que fue resumido en un genuino grito de pasión en la tarde fría de Caballito.

domingo, 10 de junio de 2012

Sentencia firme

La tristeza inundó Villa Crespo cuando Atlanta se iba despidiendo con pena y sin gloria de esta B Nacional. Todavía las matemáticas no han condenado al conjunto de Rondina, pero la posibilidad de salvación es mínima. Sobretodo para un equipo que ahora está obligado a ganar los dos que quedan, y que en el año ha podido ganar un solo partido. Con el pitido final, se escucharon algunos silbidos, algunos insultos aislados. La resignación le ganó a la bronca, el silencio se hizo dueño de la tarde. Todos sabían lo que significaba esta derrota ante Deportivo Merlo. Atlanta estaba obligado a ganar, pero nuevamente dio lástima. Lástima como aquella tribuna prácticamente vacía en Muñecas, o como el orgullo por una bandera que vaya a saber cuánto habrá costado. Dio lástima como en casi todo el campeonato. Atlanta fue un equipo sin respuestas, sin ideas, sin fútbol, sin alma, sin nada que ofrecer, sin argumentos para triunfar. 
Parece todo tan simple cuando se tiene al Bohemio de rival. Merlo no hizo mucho, pero el local le regaló una contra estúpidamente y así logró convertir el único gol del partido. Los jugadores bohemios, salvo Milán -que pasó de ser el más resistido al líder del equipo junto a Lorefice- tuvieron una tardecita pésima. Pellegrino no agarró una, la defensa volvió a ofrecer ventajas, y arriba no se les cayó una idea. Pero bueno, que la falta de gol y de creación ofensiva es un problema ya lo sabemos desde hace 35 fechas. Lo inexplicable es que Atlanta no haya intentado llevarse por delante al rival con todos los recursos disponibles. No se entiende porqué Rondina durante los primeros 45 minutos quiso insistir con inútiles estrategias en las pelotas paradas, cuando el partido reclamaba centros a la olla. Si al fin y al cabo así llegó el gol contra Quilmes y contra Independiente. Si lo único que se puede esperar de este Atlanta es que la suerte lo favorezca con algún rebote. Cuando las propias limitaciones futbolísticas no se compensan con inteligencia, es muy difícil conseguir un buen resultado. Sobretodo si los árbitros no ayudan. Rappalini fue muy cuestionado por no haber cobrado un claro penal en el primer tiempo, cuando la cosa todavía estaba 0-0. 
Fue derrota e impotencia. Ver cómo se diluían las últimas esperanzas de permanecer en la B Nacional. El hincha bohemio ya piensa en la Primera B, por más que en Caballito tendrá la oportunidad de agarrar el último tren.

sábado, 26 de mayo de 2012

Una luz de esperanza

El convulsionado y golpeado Atlanta todavía muestra signos vitales. Con 31 puntos, un puntaje con el que ya estaría descendido en otros campeonatos, sigue con vida en esta B Nacional y da pelea por permanecer. Los hinchas saben que la situación es delicada, que el descenso es lo más probable. Pero el Bohemio no se rinde. En el debut del Huevo Rondina como cuarto técnico del equipo en la temporada, se llevó un punto valioso de Quilmes, aunque lo que se necesitan ahora son más triunfos que empates, y con la sensación amarga de haber empatado después de estar 75 minutos arriba en el marcador. No hubo otro batacazo como aquel en cancha de Vélez ante River, pero Atlanta mostró al menos una notable mejoría futbolística y casi se trae un heroico triunfo ante uno de los candidatos al ascenso.
Se sabe que cuando viene un nuevo entrenador hay borrón y cuenta nueva, nuevos aires, y la posibilidad de levantar anímicamente a un plantel golpeado. Rondina, que sabe de batallas, apostó a la inyección anímica en un partido durísimo. De todas maneras, no es novedad en esta segunda rueda un mejor rendimiento del equipo en las paradas más complicadas, contra rivales que son protagonistas. Para visitar al Cervecero, el Huevo armó un novedoso 4-4-2, con cuatro marcadores centrales en la defensa, un doble cinco combativo, y Ferragut y Ramírez como carrileros. Por cómo se fue desarrollando el partido, parecía que Atlanta estaba iluminado por el Señor: era una tarde de suerte, como para aprovecharla. En el primer minuto, los rebotes en una pelota parada beneficiaron a Milán, que sólo tuvo que empujarla para sorprender con el 1-0. ¡Al fin las pelotas paradas le sonreían al Bohemio! Después, el conjunto visitante se replegó totalmente para defender la ventaja, apostando al contragolpe aunque sin éxito. Cedió la posesión del balón y combatió con garra y entrega en la defensa y el mediocampo. El equipo estaba bien parado, ordenado, y los jugadores estaban concentrados en el objetivo. La defensa de los cuatro centrales prácticamente no tuvo fisuras, liderada por un Milán enorme. En el mediocampo, Lorefice y Pogonza mordieron y lucharon. Pero no alcanzó. Quilmes fue por momentos un vendaval: acorraló al Bohemio en su arco a fuerza de córners y tiros libres, generando gran cantidades de situaciones de peligro. Atlanta se salvaba, la suerte y el esfuerzo lo acompañaban, pero a 15 minutos del final el local encontró el gol, y se derrumbó la resistencia bohemia. Nuevamente la gran deficiencia estuvo en el ataque, en donde Atlanta no encontró la forma de desequilibrar o aprovechar los espacios que le dejaba Quilmes en los contraataques. No pudieron Ramírez, Castro ni Bielkiewicz. Tampoco Aparicio y Abel Soriano cuando ingresaron. Por eso, finalmente el visitante debió conformarse con un empate que lo deja vivo, por más que la soga del descenso le esté apretando fuertemente el cuello. Todavía queda una luz de esperanza. Por lo pronto, Desamparados está abajo, pero habrá que ganar un par de partidos para superar también a Chacarita.

sábado, 19 de mayo de 2012

No pudo dar vuelta la historia

Por más que la matemática todavía mantenga vivo a Atlanta, la sensación general es que el descenso está escrito. Las chances son virtuales porque la teoría asigna cierta probabilidad no nula de que el triunfo bohemio ocurra, pero en la realidad vemos que ganar parece imposible. Este equipo ya hizo todos los méritos posibles para irse al descenso y está culminando la temporada a tono. Desperdició múltiples oportunidades de superar a sus rivales por la permanencia, habiendo conseguido en este 2012 una sola victoria, nada menos que frente a River. Todo lo demás fueron puras decepciones. Este sábado sumó un fracaso más a la larga cuenta, otra derrota dolorosa a la que ya nos acostumbramos los hinchas en este campeonato. Nuevamente la obligación era ganar, no quedaba otra. Y nuevamente el equipo no pudo cumplir con las exigencias mínimas para intentar luchar por salvarse. Quedan partidos, quedan oportunidades, pero ya casi no quedan esperanzas. Debería ocurrir un milagro para que este equipo destruido reviva y pueda hilvanar un par de triunfos. 
Villa Crespo se tiñó de gris con la derrota que Atlanta que sufrió ante Independiente Rivadavia. Los mendocinos, sin ser mucho más, simplemente fue efectivo en las dos primeras chances que tuvo en el primer tiempo, y con eso le alcanzó para llevarse los tres puntos. El Bohemio regaló mucho. No se entendió la decisión de Roldán de dejar afuera a Pellegrino y volver a incluir a Llinás. Rodrigo cometió un error en el primer gol y quedó marcado por el resto del partido. La defensa tampoco se quedó atrás en otro partido signado por errores defensivos, sobretodo en el sector izquierdo que volvió a ser ocupado por Lugo. Arancibia y Segovia no dieron seguridad atrás. En el medio, apenas Lorefice intentó hacer malabares para no verse desbordado por un visitante que se plantaba mejor. Atlanta fue lo mismo de siempre: un equipo nervioso, sin ideas, con muchos errores y falencias en todas sus líneas. Y eso que esta vez arriba no faltaron las llegadas, pero no estuvieron finos los delanteros en la definición. La única que entró fue la pelota que entró pidiendo permiso, cuando Andrés quedó solo frente al arco. Fue el descuento pero Atlanta no aprovechó el envió y no logró empatarlo, pese a acumular jugadores más ofensivos en el campo. No era cuestión de nombres, es que faltaron las ideas de fútbol como en todo el campeonato. 
El equipo y el técnico se fueron silbados. El clima no era el mejor. Pero por suerte no hubo mayores incidentes.  Era más el dolor por un descenso que a esta altura parece muy cercano.

domingo, 13 de mayo de 2012

Barras: ¿Por casa cómo andamos?

El mundo del fútbol argentino se sorprendió esta semana con lo que debería ser regla y no excepción. Javier Cantero, presidente de Independiente, fue noticia porque enfrentó a la temida barrabrava que parasita el club de Avellaneda, tal cual como ocurre en la mayoría de los clubes del país. Cortó sus beneficios de los cuales gozaban sobretodo en la era Comparada y los barras obviamente reaccionaron, porque se les terminaba su juego y su negocio. Pero lo más rescatable, lo positivo, lo que da una luz de esperanza en este apocalíptico fútbol nacional, es que los socios e hinchas "comunes" de Independiente apoyaron a su presidente en esta embestida. Así, Cantero y los socios a los cuales representa compartieron la valentía de combatir a un grupo de personas que solamente reportan perjuicios para el club y para la sociedad en general, pero que habitualmente utilizan su poder político y su poder físico para mantenerse indemnes e impunes.
Por supuesto no alcanza con este acto individual para terminar con este flagelo del fútbol. Pero lo de Cantero puede funcionar como un golpe de efecto que despierte a los hinchas dormidos, que seguramente quieren un fútbol distinto al actual. No basta con el pasivo apoyo que recibió Cantero de políticos y otras personalidades, si bien es altamente positivo el rechazo de la opinión pública a las barras. Esta iniciativa debe ser acompañada por los demás clubes, con sus socios y dirigentes imitando las acciones para combatir esta enfermedad. Lo cual inevitablemente nos lleva a preguntarnos si algo así sería posible en Atlanta, cómo están dadas las cosas. El ascenso a la B Nacional desnudó el alto potencial de poder que tiene la barrabrava bohemia, con beneficios de entradas y transporte en los partidos de visitantes en el Interior. Al menos, la violencia parece contenida, en comparación con lo que ocurre en otros clubes. Pero no podemos esconder un problema que existe y que perjudica al club económicamente, además de alejar a las familias de la cancha. 
No podemos esperar que mágicamente la iniciativa de la dirigencia caiga del cielo. Ellos también tienen familias y vidas que conservar. Las ganas de combatir este mal debe nacer de todos los hinchas genuinos, de los socios. Sólo si estamos todos unidos y tenemos claro nuestro objetivo podremos lograrlo. No habrá un Libertador iluminado que venga a liberarnos.

domingo, 6 de mayo de 2012

Amparados por Desamparados

Atlanta volvió a jugar un muy mal partido como local, sigue sin poder ganar desde aquella hazaña ante River, pero increíblemente al mismo tiempo logró con este mísero punto salir de la zona de descenso directo. A seis fechas del final, con Brown de Madryn recuperado futbolísticamente y tres puntos arriba, la lucha será mano a mano con Desamparados y Chacarita. Una lucha que no premiará al mejor sino al "menos peor". Pese al pésimo momento por el que está pasando el Bohemio y pese a la pésima campaña realizada no sólo en las últimas fechas (ganó sólo un partido en lo que va del 2012) sino a lo largo de la temporada en general (30 puntos en 32 partidos), las chances de zafar del descenso directo y apostar a una Promoción para salvarse siguen intactas. Y todo porque Chacarita ya poco depende de sí mismo y porque Desamparados viene en pendiente negativa, con una racha incluso peor que la de Atlanta. Pensar que si no fuera por aquel triunfo sanjuanino en Villa Crespo estarían muertos. 
La mueca de tristeza mutó débilmente en esperanzadora sonrisa cuando los buenas noticias llegaban desde San Juan. La tranquilidad de saber que no estamos descendidos, pero la realidad es que Atlanta juega como si lo estuviera. O mejor dicho, juega para descender. La historia frente a Boca Unidos fue similar a otras películas que ya hemos visto en Villa Crespo este campeonato: un equipo impotente, sin fútbol, sin ideas, sin argumentos para ganar el partido. ¿Podrá jugando así el Bohemio lograr los puntos necesarios como para salvarse? Por lo pronto, hacer un gol parece una tarea imposible. En este 1-1 el gol sólo pudo llegar con un penal, convertido por Abel Soriano. El último gol del equipo había sido aquel de Lorefice en el Amalfitani. Lo peor de todo es que a Atlanta le cuesta muchísimo generar jugadas de peligro, y cuando las tiene las desperdicia. En este encuentro sólo tuvo dos a favor, en los primeros minutos del primer tiempo, en lo que era un tramo auspicioso del partido. Pero con la lesión de Mancinelli perdió a su pieza más peligrosa en ofensiva, y luego no pudo generar un solo ataque. Roldán, desorientado, ya probó de todo. Usó distintos esquemas, distintos jugadores. Esta vez le tocó el turno a Carou, que no jugaba en el club desde la Primera B Metro. El 10 manejó por momentos la pelota pero fue inofensivo. Mientras tanto, arriba Abel y Bielkiewicz no agarraban una. A ellos se sumaba un Galeano totalmente impreciso. 
La verdad es que antes de lamentarse por un empate que nos impide nuevamente un triunfo en casa, vale la pena decir que Atlanta estuvo mucho más cerca de perderlo que de ganarlo. Los correntinos, con el oficio de Visconti, complicaron mucho y tuvieron situaciones como para llevarse los tres puntos. La defensa bohemia tuvo otra actuación para el olvido y es preocupante porque no se supo suplir la ausencia de Nico Cherro. Para colmo, Milán llegó a las 10 amarillas, y Arancibia también se retiró lesionado. El futuro de Atlanta pinta oscuro, pero todavía puede dar pelea en la lucha por ser el menos peor.