Una de las claves de la recuperación futbolística de Atlanta y de los buenos resultados obtenidos en los últimos partidos es el hecho de que Andrés Soriano haya vuelto a su alto nivel. Si antes el equipo sufría por la anemia ofensiva, por la falta de gol, ahora ocurre todo lo contrario. El Bohemio está festejando seguido y en gran parte festeja los goles de Andrés, que no empezó el campeonato en un buen nivel pero luego se destapó con 7 goles en 6 partidos. Volvió el goleador, y para Atlanta es una ventaja contar con un jugador completo, con olfato goleador, actitud, buen cabezazo, inteligencia, y esa capacidad de generar goles prácticamente de la nada.
La historia del Pollo en el Bohemio es una historia que tiene más buenas que malas. No por nada ha sido la camiseta con la que más rindió y con la que más se siente identificado. Llegó para la temporada 2004/05 de la mano de Salvador Ragusa. No cumplió un buen Apertura pero explotó en el Clausura, llegando a los 16 goles pese a no jugar de centrodelantero. Ese año formó una dupla memorable con Luis Salmerón. Con sus goles en Atlanta, Soriano se ganó el derecho de probar suerte en Belgrano de Córdoba, incluso en Primera A. El recuerdo que dejó en el club fue tan bueno que tras su ida se incorporó a su hermano mellizo Abel.
Andrés, ya maduro, volvió al Bohemio a comienzos del año 2010. No había logrado triunfar en otros clubes y volvía para recuperar el nombre y el protagonismo. Esa media temporada le alcanzó para marcar 8 goles en un equipo que tenía también a otro distinto como el Mágico González pero que no era fuerte en todas sus líneas. Claro que se estaba gestando algo grande. Y en la temporada 2010/11 llegó el título y el ascenso. El Pollo convirtió 17 tantos y fue una de las grandes figuras del equipo campeón junto a Rodrigo Llinás y Lucas Mancinelli. Formó una dupla temible y mediática junto a su hermano Abel que recorrió los canales de televisión y llegó a la boca de todos. Atlanta era campeón de la B y se hablaba de los dos mellizos rubios cordobeses que rompían redes.
Con Andrés en la cumbre y a poco de afrontar la B Nacional, Atlanta tenía que pagar para renovar el préstamo desde Belgrano. Se hizo el esfuerzo para mantener al embleme ofensivo, pero Andrés no fue el mismo que en la B Metro, si bien por momentos fue de lo mejorcito de un equipo de pésima campaña. Apenas 5 gritos en la B Nacional. Tras el descenso, decidió quedarse -a diferencia de su hermano- para volver a buscar el ascenso. Ya sin dupla, Andrés Soriano juega ahora de único delantero, peleándola todas en todo el frente de ataque, y con los volantes como socios. La sigue metiendo: lleva 7 y ya son 53 en total con la camiseta azul y amarilla. Como para ir metiéndose en la historia de los grandes goleadores bohemios. Una alegría tenerlo de vuelta.
Fuente: Datos estadísticos obtenidos de Sentimiento Bohemio
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