viernes, 7 de septiembre de 2012

Un triunfo, una esperanza

Los primeros tres puntos no llegaron solos. Vinieron acompañados con la esperanza de haber iniciado un camino. En los primeros partidos, no solamente se cosecharon malos resultados, sino también las dudas e incertidumbres acerca de las posibilidades de un plantel que no parecía estar a la altura de las expectativas y de las pretensiones. Si ante Flandria se vio una clara mejoría por más que el triunfo se haya escapado increíblemente, la producción en Munro le dio a Rondina elementos positivos para trabajar de cara al futuro. El plantel no será de los mejores, pero puede estar más arriba. Y todavía hay variantes para mejorar.
La línea de tres abajo fue una buena alternativa. Esta disposición táctica permitió la salida de Vega, que no venía rindiendo bien, y la ubicación de Pinto como volante, dadas sus características: correcto en el manejo de la pelota, deficiente en la marca. Valdez se afirma como líder defensivo y también cabecea en el área rival. Peláez y Carlos Fernández asoman como alternativas potables en una defensa en la que es difícil imaginar el regreso de Segovia, luego de tantas expulsiones.
En el arco, Gagliardo presenta su doble faceta: es inseguro cuando le toca salir a cortar los centros, pero se agiganta en las jugadas que requieren una reacción rápida. En el mediocampo, Guzmán, aunque irregular, es peligroso. Palisi, Francés y Parentini no terminan de ganarse el puesto como volantes centrales. Arriba, el crédito de Alfaro se agotó por ahora. Acuña y Ferreiro levantaron su nivel en Munro, al igual que Andrés Soriano. Habrá que ver si pueden ratificarlo en las fechas que siguen por el bien de Atlanta.

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