Cuando parecía que Atlanta no podía torcer el destino de empate del partido, cuando estaba todo preparado para lamentar un nuevo encuentro sin poder ganar como local, cuando ya sólo quedaba lamentar todas las oportunidades desperdiciadas, apareció Andrés Soriano para definirlo y sentenciar la victoria. El goleador no había pesado demasiado en el juego, pero terminó gritando el gol de los tres puntos que le permiten al Bohemio subirse al menos momentáneamente a la punta. Todo Villa Crespo se desahogó con ese gol agónico, y desató la alegría por un triunfo negado, que vale mucho.
Los Andes, peleando el descenso y en un mal momento, estrenaba a De la Riva como técnico. A Villa Crespo vino a combatir con la esperanza de llevarse un punto, pero no mostró buenos argumentos más que el sacrificio colectivo y el oficio de Visconti. Atlanta afrontaba el cotejo improvisando en defensa: sin Lopes (suspendido) ni Valdez (desgarrado), Rondina debió armar una línea de 4 con Vega- Fernández- Segovia- Mbombaj. Una defensa con menos altura. Pero el visitante poco preocupó, fue tibio en ataque, y el Bohemio pudo salir ileso. Fue muy buena la actuación de Carlos Fernández, veloz para cortar. En el medio, Palisi se comió la cancha, transformándose en la indiscutible figura del partido.
A lo largo de los 90 minutos, Atlanta fue más, aunque tuvo altibajos. Aun en un primer tiempo mediocre, mal jugado, poco atractivo, el local fue el único que intentó ir a buscar el partido. La tendencia se acentuó con la expulsión que dejó a Los Andes con uno menos en el segundo tiempo. Codazo del 8 a Mbombaj, y la platea ayudó a promover una roja que se veía venir. Con la diferencia numérica, el Milrayita se tiró atrás, se dedicó a defender el empate, y Atlanta apretó, buscando el gol que abriera el partido. El arquero Díaz iba convirtiéndose en figura con las atajadas que le negaban al conjunto de Rondina la victoria. La pelota no quería entrar. Ingresaron Castro, Acuña y Henneberg para intentar cambiar la historia, pero no rindieron y el Bohemio se fue perdiendo en su impotencia, en su falta de ideas de cómo quebrar la defensa visitante. El 0-0 parecía difícil de romper, hasta que apareció el Pollo.
Tres puntos merecidos para Atlanta, que fue superior, que tuvo llegadas, que hizo todo para ganarlo. Y que se anima a pelear el campeonato.
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