martes, 11 de diciembre de 2012

En el mejor momento


Los optimistas dirán que Atlanta termina el 2012 en la punta, con una interesante ventaja sobre el resto, que no hay mejor forma de terminar el año y afrontar las vacaciones y la pretemporada. Pero desde otro punto de vista, el receso llega justo en el mejor momento del equipo. ¡Estaría bueno que el campeonato no termine! Seguir jugando y ganando mientras el resto de los equipos parece estar perdido, confundido en la mediocridad. Habrá que reanudar  el torneo en enero cuando el Bohemio reciba nada menos a Chacarita, otro que viene en ascenso y puede ser un candidato. Seguramente el clásico será esperado con gran ansiedad por los hinchas en este mes y medio de intervalo.
Quién diría que el conjunto de Rondina terminaría así el año, luego de aquel comienzo apocalíptico. Muchos hubieran apostado, incluso, que el técnico ya sería otro a esta altura del torneo. Pensar que el Huevo de hecho estuvo a punto de irse luego de perder con Claypole por la Copa Argentina, hace no mucho tiempo. Vale la pena recordar entonces cómo se llegó a este presente de encanto, en el que el Bohemio está solo en la cima, en posición de ascenso directo. El equipo que tardó seis fechas en ganar su primer partido era muy distinto a éste, no tanto en nombres sino en juego. Era totalmente apático en ofensiva, sin poder de gol, sin ideas de ataque. Los errores en defensa se pagaban caros, y cuando no se equivocaba la defensa lo hacía el arquero Gagliardo, que más de una vez debió escuchar a la hinchas pidiendo por Llinás.
El equipo levantó, consiguió una seguidilla de triunfos, se metió en la pelea, pero seguían los cuestionamientos por lo deslucido del juego. No parecía que hiciera falta hacer demasiados méritos para ganar en esta categoría de pobre nivel. Pero lo cierto es que, transcurrida más de una rueda, no se puede negar todo lo que ha mejorado Atlanta a nivel colectivo e individual, y que ha hecho los méritos para estar ahí arriba. Lo demostró en el último partido, ante Defensores de Belgrano, donde lo ganó por ambición, por vocación, por efectividad y por poderío de gol. Éste es un equipo más sólido, que juega con convicción, eficaz en ataque y que compensa la falta de brillo con voluntad y sacrificio. Gagliardó se afirmó en el arco, salvando pelotas clave y alejando los murmullos que antes se escuchaban en Villa Crespo cada vez que llegaba un centro al área. Hernán Lopes se acomodó mejor a la posición de central que la de stopper. Valdez, el jugador más regular del campeonato. Segovia sigue siendo importante pese sus frecuentes expulsiones. En el mediocampo, Palisi se ganó la titularidad y se convirtió en una de las grandes figuras del equipo, a fuerza de garra y corazón. Guzmán, aunque irregular, puede ser determinante con su velocidad por el sector derecho. Arriba, claro, el Pollo Soriano, el goleador, el que no mojaba en los primeros partidos pero se destapó y lleva ya 11 goles en el torneo. Si Atlanta recuperó el gol que le faltaba, es en gran parte por Soriano.
En el Bajo marcaron los goles justamente dos jugadores que no habían anotado en el torneo. Ferreiro abrió de cabeza y volvió a convertir después de una larga sequía que incluía su anterior paso en el club en la temporada 2010/11. Lucas está recibiendo críticas por parte de algunos hinchas y necesitaba un gol así para tener más confianza. La realidad es que Ferreiro fue importante en varios partidos. Otro que anotó por primera vez fue el pibe Sanabria: por primera vez en Primera, de hecho. El Chino había vuelto a la titularidad hace poco y venía metiendo buenas asistencias de gol últimamente.
Hay razones para ilusionarse y hay cuestiones para mejorar también. Ya se hablará de refuerzos. Por eso hay razones para creer que este equipo puede seguir creciendo y consolidándose. Eso sí, que nadie se crea que lo que viene va a ser fácil o que el ascenso está cerca...

No hay comentarios: