Hay esperanza, hay vida en Villa Crespo. Atlanta está escribiendo una historia de película, dramática, de ciencia ficción, con todos los condimentos. Cuando parecía que ya estaba prácticamente descendido, cuando solamente un milagro podía mantenerlo vivo en esta B Nacional, el milagro se hizo presente e increíblemente el sufrido equipo bohemio llega a la última fecha con chances concretas de alcanzar la promoción y salvarse del descenso directo. Todo depende de Atlanta, que debe vencer sí o sí a Huracán en el Gran León, y de Central, que si le gana a Chacarita y le empata a Desamparados cumplirá con su parte. Ahora la salvación parece mucho más real, y las ilusiones de permanencia renacieron en los hinchas que ya habían aceptado el descenso como inevitable. Es que este Atlanta venía de brindar muchas frustraciones, de desperdiciar demasiadas chances. Parecía imposible ganar un partido siquiera. Pero se trata de este mismo Atlanta que en las peores situaciones, con el agua entrando en los pulmones, supo tomar algunas bocanadas de aire. Justamente el Bohemio no ganaba desde aquella hazaña totalmente inesperada ante River. Y si nos remontamos a la última victoria antes de River, debemos ir al último partido del 2011, también ante Ferro. Seis de los modestos 34 puntos obtenidos hasta ahora fueron frente al Verdolaga.
Fue un partido atípico en Caballito. Un clima enrarecido se vivía por los rumores y sospechas acerca de un posible arreglo. Lo cierto es que si hubo arreglo estuvo muy bien actuado por los jugadores locales que remontaron un 0-2, por los árbitros que amonestaron a medio equipo bohemio y cobró un penal en contra, o por el cuestionado arquero De Giorgi, que más allá de sus groseros errores tapó enormemente un tiro libre de Ramírez a poco del final. Ni el más optimista de los hinchas podía esperar un buen resultado a priori por los once que presentaba en cancha el técnico Rondina. Ocho cambios, y dejando afuera a Lorefice, uno de los mejores jugadores del plantel esta temporada. Sorpresivamente, Rondina incluyó entre los titulares a Lolli y Lugo en la defensa, y armó un mediocampo con Galeano- G.López- Mamberti- Pasquini. Lo cierto es que la apuesta le salió bien al ex DT de Flandria. Atlanta salió ordenado, prolijo con la pelota, paciente y con intenciones de protagonismo. Ferro dejó espacios, dejó jugar al visitante y el Bohemio aprovechó. Mamberti se encontró solo en el segundo palo en un córner y definió para poner el 1-0. El juvenil de Lanús, relegado por los técnicos que tuvo el plantel en la temporada, tuvo su oportunidad jugando como volante central y fue la manija del equipo. Ferro reaccionó y comenzó a apretar sobre el arco de Pellegrino, encontrando grandes ventajas en el sector derecho defendido por Lolli y Galeano. Pero Nico Ramírez aprovechó un regalo del arquero De Giorgi -burlado e insultado por la hinchada local- y puso el 2-0.
Los hinchas bohemios que se habían acercado a Caballito no lo podían creer. Era el mismo Atlanta al que tanto le costaba hacer un gol, ahora muy efectivo. Sin embargo, el cuento color de rosas tuvo su nudo, el conflicto que debe tener toda película hollywoodense. Los villanos verdolagas, heridos en su orgullo y envalentonados por las exigencias de su público, lograron ponerse 2-2. Descontaron con un penal sobre el final del primer tiempo y lo igualó Salmerón en la segunda parte. El Pupi, de pasado bohemio, no se ahorró en festejos y se lo dedicó a un plateísta que le había hecho algún reproche en el entretiempo. El empate parecía una tumba para un Atlanta que estaba obligado a reponerse del golpe e ir a buscarlo. Así lo hizo, con fuerza y coraje, conducido por un encendido Nico Ramírez. Y faltando pocos minutos para el pitido final, llegó la alegría, el desahogo, el desenlace del conflicto, la perfecta culminación de la película. El ingresado Bielkiewicz, con la cabeza, mandó a la red un córner y convirtió su primer gol en el torneo, pero qué gol, el gol de la vida, de la esperanza. El 3-2 que fue resumido en un genuino grito de pasión en la tarde fría de Caballito.
1 comentario:
Mamberti estuvo con una lesión muy fea que le llevó una larga recuperación, tanto Gizo como Alonso lo tenían en cuenta, el tema es que su tobillo quedó colgado en una práctica después de una patada de Pogonza, cuando se puso a punto, Roldan relegó a él y a otros de lanús por el solo hecho que venían de ese club.
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