A Atlanta le salió absolutamente todo mal. Eso resume lo que ocurrió en Villa Crespo esta tarde, donde perdió por goleada frente a Brown de Adrogué, el mismo verdugo que le había ganado por el mismo resultado -3-0- en la primera rueda. El Bohemio jugó un pésimo partido en todas sus líneas y cayó merecidamente, en uno de sus peores partidos de la temporada, que podría compararse con aquellos del principio, cuando el equipo no ganaba e iba último. El horroroso estado del campo de juego (es raro encontrar uno similar en esta categoría) puede funcionar como excusa, pero parcialmente. Es cierto que si el campo de juego está muy malo, perjudica al equipo que debe ser protagonista y tener más la pelota. Pero por otro lado, mientras que Atlanta no pudo dar dos pases seguidos ni armar una sola situación de gol en los 90 minutos, Brown por momentos pudo tocar y desarrollar un juego más elaborado. Y en el mismo césped, Atlanta supo jugar un aceptable primer tiempo frente a Chacarita. Por otra parte, la buena actuación en Barracas, con triunfo incluido, demuestra que a este equipo le va mejor cuando el campo de juego le permite jugar por abajo. Porque la diferencia la saca ahí.
Al margen de esta excusa, no se puede salvar el hecho de el equipo no haya hecho nada bien en todo el encuentro. Fue un concierto de horrores. Ninguno de los 14 jugadores se salvó. Hubo actuaciones desastrosas, como las de Lopes, Mbombaj y Parentini. Pero todos jugaron en general muy mal. Brown supo aprovechar los terribles errores defensivos y golpear en los momentos justos. En principio, el cambio de Segovia por Vega logró asentar la defensa, pero pronto volvió a decaer. Tampoco sirvieron las variantes en ofensiva. Esta vez Mancinelli no se vistió de héroe: el carrilero tuvo una actuación tan pobre como la de sus compañeros. Y debutó Pasquale, que es un 9 para aguantar la pelota y ganar de arriba. Pero el equipo nunca apareció. Ganaron los nervios, faltó el fútbol. Lo que no hay que perder de vista es que Atlanta sigue puntero, y que esto puede ser simplemente un tropezón. El Bohemio puede levantarse de esta caída cuando visite a Flandria, en Jáuregui. ¿Rondina le dará una nueva chance al equipo que supo agarrar la punta y ahora muestra fisuras?¿O será el momento de introducir algunos cambios?
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