martes, 29 de marzo de 2011

The Real Comment: Atlanta 2 - Estiudents 0

SIGAN PARTICIPANDO

¡Que fin de semana, mi fiel escudero! ¡Perfecto por donde se lo mire! ¡Ganó El Bohemio nuevamente y espantó todos los fantasmas que habían aparecido días atrás, perdieron sus frágiles perseguidores que resultaron ser un bluff y para mejor los pingüinos de Floresta entraron en zona de promoción y los fúnebres de San Martín siguen barranca abajo!
Y ahora a recorrer el último tramo del campeonato llenos de orgullo y bizarría, con la conciencia tranquila por haber demostrado al mundo y a la humanidad la condición de ser el mejor de todos y el legítimo puntero que se encamina decidido a coronar con gloria una campaña colosal.
Claro que no hay que dormirse en los laureles y seguir sin aflojar ni un tranco de pollo para afrontar los partidos que se avecinan, tanto en Villa Crespo como lejos de nuestro dulce hogar.
Este sábado, le bajamos los humos a los estudiantiles casereños, que llegaron al renovado estadio atlante, verseando con que librarían su última batalla por el Campeonato, pero que salieron al field a buscar cobardemente un puntito.
Los conducidos por el Xavi Alonso emergieron de la manga casi con la misma formación que le ganó a Colegiales, sufriendo como una madre, el último domingo de verano. Para esta emergencia estos fueron los once de la gloriosa escuadra fundada en 1904: Don Rodrigo Llinás, Mancinelli, Arancibia, Cherro y Segovia; Galeano, Pogonza y Ferragut, Sparapani y los gemelos Abel y Andrés.
Empezó y jugó mejor el primer tiempo el conjunto anfitrión, que de a poco fue cercando y le fue cascoteando el rancho al arco defendido por el petizo Ríos.
El otro petizo, Sparapani trataba de convertirse en la guía y el tutor de sus camaradas, pero no encontraba los espacios geográficos y terminaba casi siempre enredado en un intrincado laberinto de piernas y camisetas enemigas. A su diestra, el poeta Galeano hacía una de cal y otra de arena, junto a un Mancinelli más contenido, seguramente por directivas de su DT preocupado por las grandes oquedades que suelen producirse detrás del dorso del veloz marcador de punta auriazul. Y por el sector izquierdo el zurdo Ferragut también procuraba progresar en el campo, pero con dispar suerte en cada intentona.
En la vanguardia, esta vez era Abel el que mejor hacía las cosas, mientras que a Andrés siempre se lo veía escoltado por un par de zagueros pincharratones.
Atrás, Atlanta sufría sus habituales sofocones por los costados y tenían que aparecer Cherro y Arancibia, anque Don Rodrigo para salvar las papas.
Los invitados a casa, se pararon a la espera de algún error ajeno, en tanto que Atlanta buscó siempre ser el protagonista. Pero los primeros 45’ fueron muy mezquinos, con alguna que otra a favor del futuro campeón y después de que el arquero bohemio le impidiera a Solchaga -compadre- la apertura del score, los players se retiraron a las profundidades de los vestuarios con un amargo 0 a 0.
Al reanudarse las acciones, nada parecía alterarse. Atlanta más incisivo, los del Tano Pasini conservadores apostando al albur de un contrataque o de alguna macana del rival.
Pero a eso de los diez minutos se armó la de San Quintín. Tiro libre, pelota al área estudiantil, rebote, Abel que le pega de voleo, un nabo que rechaza sobre la raya y el linesman que levanta la banderita. ¿Qué entró o no entró? ¿A quien corno le importa? ¡Gol de Atlanta! y que vayan a llorar a la Virgen de Lourdes que les queda cerca.
Allí los casereños se pusieron nerviosos y dieron la impresión que tenían sangre en las venas para ir a por la igualdad. La tuvo el rey Sol –compadre- pero cabeceó como el ajo en las barbas mismas de Don Rodrigo.
Los bohemios controlaban bastante bien el partido, aunque cada tanto le daban un soponcio a sus sufridos hinchas.
Pero a quince del final Gojmerac demostró que sigue siendo el mismo de siempre y se llevó puesto a Abel dentro de los quince metros, ¡penal! El mellizo que factura y se acabó lo que se daba.
Atlanta terminó la tarde floreándose, a puro ole y ole y la algarabía de sus hinchas que armaron un carnaval en la cancha y en la barriada.
Ahora a descansar, y a prepararse para viajar a Mataderos y subir uno de los diez peldaños que nos faltan escalar para clavar nuestra bandera en las altas cumbres reservadas a los héroes.

1 comentario:

Unknown dijo...

Volvió la Magia, la Poesía. Viva el Lic. Camusso !