En el jolgorio del éxito, hay que ser cautos. Atlanta se volvió con un triunfo de su visita a Merlo, un triunfo que necesitaba mucho tras la caída en el clásico, pero no se llevó mucho que eso. Tres puntos. Fue demasiado premio para un equipo que en el primer tiempo fue ampliamente superado por su rival, que mereció irse al descanso dos goles abajo en el marcador, y que recién pudo reponerse con un penal polémico y darlo vuelta cuando tenía un jugador de más en el campo (dos si tenemos en cuenta que Pasquagol jugó los 90 minutos en el Charro).
Hay que ser honestos. Así como este conjunto de Méndez se fue con menos de lo que merecía frente a Chicago o ante Villa Dálmine, esta vez la victoria fue inmerecida. Y así como algunas veces nos hemos quejado de los arbitrajes, qué estaríamos diciendo ahora de Gonaldi si cobraba al revés todo lo que cobró hoy. Posiblemente Korz volvería a ser el ajedrecista que no tiene presencia en AFA. ¿Y hoy entonces es Don Corleone? Así es el fútbol, como el viento, a veces sopla para un lado y a veces para otro. Desde nuestra posición, no podemos asegurar si fue penal o no. Es dudoso. Lo cierto es que la decisión del árbitro de cobrar el penal y expulsar a Floris fue clave en el partido. Y otras decisiones fueron muy cuestionadas por el público local.
Hasta ese penal, Atlanta había penado en el partido. El cambio táctico de Méndez, del 4-2-3-1 al 4-3-1-2 con tres volantes centrales, no estaba dando resultado. El equipo estaba desorientado, no podía asentarse en la cancha ni tener la pelota. Los tres cincos no hacían pie, Castro no se encontraba como conductor y a los delanteros no les llegaba la pelota. La defensa sufría por las bandas. Después del gol olímpico de Torresi, Merlo estuvo cerca de aumentar. Jugando así, parecía no irse con las manos vacías del Oeste. Sin embargo, con el penal convertido por Godoy en empate, y con un jugador más, todo se hizo más fácil. Merlo perdió el rumbo y a Atlanta le aparecieron los espacios para que Castro, Maraschi y Godoy hicieran de las suyas. El gol del triunfo llegó tras un gran desborde de Godoy, sutil toque de Galeano y definición de Matías Castro. Un muy buen gol. Después fue todo de Atlanta, salvo algún susto. Y terminó ganando un partido que en el primer tiempo se había hecho muy complicado.
No hay que confundirse. El triunfo sirve para seguir en camino, pero el equipo sigue en deuda y hay muchos problemas por resolver. El más urgente es el problema defensivo, sobretodo por los laterales. Luego, el técnico deberá resolver si sigue jugando con el triple cinco, con el cual el equipo tuvo nulo volumen de juego, o vuelve al 4-2-3-1. El tema es que, sin Guzmán, parece difícil encontrar un jugador que pueda jugar como extremo derecho. Por otra parte, el Bohemio consiguió sus dos victorias en calidad de visitante. Todavía hay que encontrar la forma de volver a sonreír en Villa Crespo.