A Atlanta solamente le quedó la dignidad y el orgullo de este gran desafío que significó enfrentar en los octavos de final de la Copa Argentina al último campeón del fútbol argentino y uno de los cincos grandes históricos del país. Los penales esta vez le negaron la ilusión, después de haber avanzado en tres instancias consecutivas por esta vía, contra Laferrere (Primera C), Olimpo (Primera A) y Comunicaciones (Primera B). Dar el batacazo hubiera sido una gran alegría, e incluso hasta un acto de justicia, pero no se dio.
En el Estadio Bicentenario de San Juan, Cocca puso mayoría de suplentes para este compromiso, dejando únicamente a Saja, Lollo y Aued. Claro que aun los suplentes en un plantel medianamente rico de Primera División deberían tener una jerarquía mayor que los titulares de uno de Primera B. Sialle arrojó lo mejor en cancha, con un esquema más bien conservador pensando en el rival que tenía enfrente. En el mediocampo colocó a cinco jugadores: dos volantes de marca como Palisi y Cortizo, Galeano un poco más libre, y Mancinelli y Pedrozo por las bandas. El objetivo era raspar, mantener el orden, no dejar jugar a Racing. Y el Bohemio cumplió bien su libreto, sin grandes sobresaltos. Con actitud, garra y una férrea disciplina táctica en el medio y en la defensa, se las arregló para anular a la Academia, que mostró mucha tibieza y pocas ideas de juego. Y en el primer tiempo hasta se dio el lujo de asustar con dos peligrosas intervenciones de Mancinelli que encontraron buenas respuestas de Saja.
Parecía que la extraña expulsión de Acuña en la primera etapa le facilitaría el trámite a un Atlanta que ya parecía tener bastante controlado el partido, pero Racing aprovechó su jerarquía y una desatención defensiva para abrir el marcador, con uno menos, con un derechazo de Pavone al comenzar el segundo tiempo. ¿Partido terminado? El Bohemio tuvo un rato de dudas y todo parecía complicarse más con la expulsión de Cortizo, pero llegó el penal salvador que volvió a poner el encuentro empatado. Galeano fue nuevamente el encargado de ejecutar el penal y llevar tranquilidad para Villa Crespo. Lo increíble es que lo que quedó del partido fue casi todo de Atlanta, que volvió a encontrar la compostura y hasta se animó a buscar el triunfo. La más clara la tuvo Bonfigli, tras un lateral, en una de las últimas jugadas de la noche. Para lamentarlo por mucho tiempo.
El empate en los 90 minutos había sido justo. Atlanta y Racing no se habían sacado diferencias en el juego y llegaba el turno de los penales. Allí el conjunto de Cocca demostró mayor solidez. Solamente Lollo erró al estrellar en el travesaño. Galeano hizo lo mismo en el primer penal de la tanda, pero la clave estuvo en el que Saja le atajó a Bonfigli, cuando tenía la oportunidad de igualar la serie y definió mal, a un costado pero sin fuerza. Pavone decretó el triunfo racinguista y el acceso a cuartos de final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario