El partido que no había perder lo perdió. Y de qué manera. Después de ese arranque prometedor con ventaja en el marcador, y con un gol en los últimos minutos. De la peor manera. Un golpe durísimo para las aspiraciones de ascenso de Atlanta, que ahora debe revivir para afrontar otra gran final frente a otro rival directo: Acassuso, en Villa Crespo, este domingo. No hay tiempo para lamentos. El campeonato sigue y queda mucho por jugar.
Se habló mucho en la semana sobre las ayudas arbitrales que el conjunto de Stinfale recibe constantemente, y el encuentro en la primera rueda era un antecedente fuerte. Sin embargo, pese a algunos fallos polémicos como la terrible falta que sufrió Rago que era para expulsión, Riestra esta vez no lo ganó por el árbitro. Hay que saber reconocer los errores propios. No hay excusas. Atlanta se podía haber llevado un empate valiosísimo tranquilamente y hasta hubiera sido justo, pero lo perdió por defectos propios y virtudes del rival.
El primer tiempo venía con viento en popa. Atlanta dominaba la pelota, jugaba mejor, tocaba y lo hacía lejos de su propio arco. Le faltaba profundidad y ser más incisivo. Pero el gol de Nico Cherro tras un córner parecía que podía abrir el trámite y facilitar las cosas. Además, Riestra se quedaba sin su figura, Bravo, que se iba lesionado. Todo iba saliendo demasiado bien en el partido más temido. Sin embargo, todo se derrumbó. El empate de chilena tras un tiro libre volvió a poner el marcador igualado. En el segundo tiempo, fue el local el que mostró las intenciones de dominio y ataque. El Bohemio no reaccionaba. Se convirtió en un equipo largo, sin contacto con la pelota y con el mediocampo peligrosamente partido. Con problemas en la marca, los atacantes de Riestra se venían y amenazaban el punto. El Pepe decidió meter mano y cambiar el esquema a uno similar al que utilizó con éxito en Monte Castro, con Seijas de doble cinco y Oyola haciendo la banda izquierda. Atlanta recuperó el equilibrio aunque no logró generar situaciones de peligro. El empate tenía muy buen gusto, ya lo saboreaba, después de un segundo tiempo muy malo en el que sufrió más de lo que jugó. Hasta que en otra pelota parada, cuando el partido se agotaba, también se agotó la ilusión bohemia. El derrumbe. El dolor. La caída que no queríamos tener. Momento de dejar este martes negro atrás y pensar en lo que viene: Acassuso, que ocupa el primero de los puestos que no ascienden directamente.
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