sábado, 23 de enero de 2010

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 4 - Estudiantes 0


Fue una tarde realmente mágica. En la reanudación del campeonato la gente bohemia se retiró del Gran León muy contenta por la goleada que le regaló su equipo y se ilusiona con cumplir una gran campaña en este semestre. Las expectativas ya eran a priori bastante altas porque el conjunto de Javier Alonso había encontrado el rumbo al finalizar el 2009, y para este 2010 se sumaba como refuerzo Andrés Soriano, un delantero que ya había demostrado su capacidad goleadora en el club, cinco años atrás.

Finalizado el partido, uno puede decir que todo ha salido de maravillas: Atlanta ganó, goleó y gustó en su casa. Logró un categórico 4-0 frente a un rival nada sencillo y llega embalado para lo que se viene. Sin embargo, el trámite no resultó tan simple como lo indica el resultado final.

En el primer tiempo, de hecho, Estudiantes dejó una mejor imagen que el local. Tuvo más la pelota, la manejó mejor y por momentos dominó el juego. La defensa y el mediocampo bohemisos estaban desorientados, y se cometían demasiados errores. Sin embargo, incluso en ese primer tiempo, en medio de la imprecisión reinante en los pases, Atlanta llegó a tener las situaciones más claras, en las que el arquero Lisandro Mendoza salvó increíblemente. Es decir, aun jugando mal, dio varios avisos de peligro. Pero el bajo nivel general del equipo y los errores en el fondo eran un llamado de atención.

El segundo tiempo fue una cosa totalmente distinta. Izquierdoz y Segovia se afianzaron en defensa, Quiroga apareció en su mejor versión y el equipo recuperó su buen nivel, el nivel que se esperaba. Atlanta pasó a dominar el partido y arrinconó al Pincha. Desde la apertura del marcador fue absolutamente todo bohemio. Fueron cuatro verdaderos golazos los que dibujaron la estruendosa goleada. Todos para gritarlos, sacarse el sombrero y aplaudir. El Mágico González aportó toda su calidad con dos brillantes tiros libres: el primero, el 1-0, al palo de la barrera, y en el 3-0 engañó al arquero colocándola a su propio palo. Espléndido lo del Mágico, que se retiró merecidamente ovacionado de la cancha. Para convertir el 2-0, Soriano se hizo un autopase con caño incluido y habilitó muy bien a Acosta Cabrera, que definió. Finalmente, cuando ya el público se deleitaba viendo el toqueteo bohemio frente a un rival moribundo, Quiroga envió un pase largo para el ingresado Guzmán, que llegó antes que Mendoza y luego con un toque sutil quedó solo frente al arco.

Está claro que este equipo tiene mucho para dar. En ofensiva hay cuatro jugadores –Mágico, Soriano, Quiroga y Acosta Cabrera- que saben mucho con la pelota y tienen gol. Nada se puede reprochar en un 4-0, pero no hay que perder de vista tampoco el primer tiempo errático. Mientras tanto, vale disfrutar este gran triunfo conseguido.

1 comentario:

Rey Mago Siome dijo...

¿Para cuándo los goles?