jueves, 28 de enero de 2010

La verdà de la Moilanesky: Temperley 2-Atlanta 0

TEMPERLEY 2 ATLANTA 0

Un duro golpe con gusto a decepción ha sufrido Atlanta en este segundo partido del 2010. Es que había ganado 4-0 en el debut del año y con la goleada había alimentado la ilusión de sus hinchas, que esperaban ver un equipo protagonista, vistoso y ganador. Los ánimos estaban por los cielos tras el triunfo inicial, pero Temperley se encargó de bajar los humos y enfriar las esperanzas. Si la goleada era un signo de que grandes cosas estaban por venir, esta derrota es un aviso: Atlanta deberá recorrer un duro camino en lo que resta de la temporada.

Es fácil explicar esta caída sin atenuantes, por 2-0 en el Sur. Muy fácil: el Bohemio jugó muy mal a lo largo de todo el partido y fue superado por su rival tanto en el juego como en el marcador. Eso es lo que se puede tras haber observado el encuentro y nadie puede discutirlo. Lo que quizá no sea posible explicar es la decepcionante actuación bohemia. Javier Alonso paró los mismos once titulares que contra Estudiantes, pero esta vez el nivel individual y colectivo fue muy bajo. Cómo será el fútbol que Temperley venía de 6 partidos sin ganar y Vivaldo tambaleaba en la dirección técnica.

La defensa dejó grandes huecos y marcó muy mal. Los defensores fueron muchas veces superados en los mano a mano o pases en profundidad. De hecho, Luis López les pegó un baile y no lo pudieron parar. Con más potencia que habilidad, el nueve local fue determinante porque anotó el primer gol, en el primer tiempo, y le cometieron el penal que derivó en el 2-0 final, en la segunda etapa.

El mediocampo no pudo hacerse del control de la pelota. Rutili recién se asentó hacia el final del partido, y el Mágico González tuvo una de sus actuaciones más pobres en la temporada. Apareció poco, y cuando tuvo la pelota la manejó mal. Casi siempre la terminó perdiendo. El Mágico fue la gran decepción de la noche porque de él se esperaba más, dado que es una de las figuras del campeonato.

Los delanteros poco pudieron hacer en el marco de un equipo totalmente apático, gris, sin ambición, sin cohesión, sin sorpresa, sin ideas, y con grandes errores e imprecisiones. Atlanta fue un verdadero desconcierto a lo largo de todo el partido. Temperley propuso más, pese a sus limitaciones defensivas, y encontró la ventaja. El conjunto visitante, en la segunda parte, por obligación, fue a la búsqueda del empate pero sin argumentos ofensivos. El Gasolero lo liquidó y Atlanta siguió en la misma apatía. Daba la sensación de que podían jugarse dos horas más y el gol nunca iba a llegar.

Pero la derrota ya pasó y es tiempo de recuperarse frente a Central Córdoba. Habrá que prestar atención a los errores cometidos para que el equipo vuelva a ser el del segundo tiempo contra Estudiantes.

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