Luego de la pretemporada, está por reanudarse el campeonato de Primera B y Atlanta afronta nuevamente el desafío y el objetivo de ascender. El hecho de que por tercera vez en cuatro años el Bohemio empieza un año calendario como puntero del torneo es notable, pero a la vez evidencia las decepciones que vinieron después. En el 2011, el conjunto de Alonso salió campeón de forma indiscutible, pero bajó tan rápido como subió. En 2013 el equipo de Rondina lideró el campeonato durante un largo tramo pero se cayó al final y se quedó sin nada. Con estos antecedentes, los corazones bohemios son difíciles de ilusionar pese a que los dirigidos por Cassano son únicos punteros. Prefieren ir despacio, de a poco, sin derrochar esperanzas.
Este equipo, con muy pocos nombres coincidentes en el once titular con respecto al equipo de la temporada anterior, tiene el complicado desafío de dejar esa mochila atrás y darle la gran alegría a Villa Crespo. No será nada sencillo. Al igual que la temporada pasada, Atlanta arrancó mal y luego fue de menor a mayor hasta llegar a la punta. Si aquel fue un campeonato parejo e imprevisible en el que terminaron ascendiendo sorpresivamente Villa San Carlos y Brown de Adrogué, ¿qué se podrá prever en éste? Atlanta supera por un punto a su escolta Morón pero apenas 9 puntos lo separan del puesto 13. Están todos ahí, aunque los miramos desde arriba. Hasta aquí podemos decir ha sido un gran mérito estar en esta posición con los recursos que se poseen. Con las complicaciones económicas, con las urgencias de armar un plantel con muchas caras nuevas, con la incertidumbre del Gallego Méndez que tantas veces amagó con irse y terminó renunciando cuando el equipo estaba encontrando el camino. Cassano agarró primero de forma interina y con los muy buenos resultados se terminó quedando. ¿Repetirá la hazaña de Alonso, otro que vino desde las Inferiores? Hay que decirlo: Atlanta tiene un plantel corto y no le sobran figuras. Encontró en Sardella, un jugador que estaba jugando en Primera C, a su gran figura en el mediocampo. Encontró en Vega, que no estaba atajando, a un arquero récord de valla invicta en el club. Recuperó a Galeano. Y halló en Francés, poco tenido en cuenta por Rondina, el patrón que necesitaba la defensa menos vencida del torneo. Hoy Atlanta tiene buenos rendimientos individuales y una idea de juego, un grupo que quiere y puede. Y así está superando por ahora a los grandes candidatos que se armaron con presupuestos gigantes: Platense, Los Andes, Morón. La lucha que se viene no será sencilla.
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