sábado, 9 de mayo de 2015

ATLANTA 0 SAN CARLOS 3

Humillante derrota que cortó el invicto en Villa Crespo, donde Atlanta venía realizando una excelente campaña en el torneo y en donde había vencido de manera extraordinaria a Barracas hace solamente una semana. Inesperada caída por goleada frente al último del campeonato, uno de los conjuntos más débiles de la categoría. Todo mal hizo Atlanta y de esta manera rompió en pocos días con toda la ilusión que se había generado tras la buena racha de resultados y la enorme mejoría en el nivel de juego. Una gran parte de la responsabilidad se la lleva el técnico, que luego de enderezar (tardíamente) el rumbo volvió a tomar dos malas decisiones que costaron dos derrotas dolorosas. El martes Sialle deshizo el equipo que había deslumbrado frente a Barracas para un partido fundamental ante el líder Defensores, y se teminó viniendo sin nada del Bajo Belgrano. Hoy, volvió a alinear los mismos once de la última victoria, pero inexplicablemente decidió no incluir ningún marcador central entre los suplentes. Podría haber incluido a Díaz Villán. O a Peláez. Incluso podría haber puesto un cono, que hubiera sido más útil que incluir a Fernández Silva. El error podría haber pasado desapercibido, pero Talamonti debió salir lesionado en el primer tiempo (y no es la primera vez que ocurre) y Sialle se vio obligado a improvisar con Cortizo de zaguero. La defensa fue un desastre, y una de las razones por las cuales el Bohemio terminó perdiendo por semejante diferencia el encuentro.
La facilidad con que los rivales cabecean en el área de Atlanta es preocupante. Ya sea por pelota parada o en juego, la vía aérea es una invitación al rival, que nos está costando muchos puntos. A la impericia de los defensores (altura no les falta), se suma la incapacidad del arquero Dobler de dominar el área. Villa San Carlos, con todas sus limitaciones técnicas que demuestran porqué ocupa la posición que ocupa en la tabla, supo explotar al máximo las debilidades del local, y aprovechar las más mínimas virtudes propias. San Carlos ganó de arriba en las dos áreas y así ganó el partido. Devolvió sistemáticamente todas las pelotas que llegaban a la suya, y aprovechó sus pocas chances para convertir, las dos primeras de cabeza. 
Claro que los problemas de Atlanta no estuvieron solamente en la marca defensiva. Los bajos rendimientos individuales fueron generalizados, y el equipo no tuvo ideas, no ofreció nada de fútbol. Galeano y Serrano, los encargados de manejar la pelota, no le encontraron la vuelta. Si contra Barracas todos absolutamente todos jugaron bien, hoy se puede decir que todos jugaron decididamente mal. Es difícil encontrar a alguien que se haya salvado. Es que ciertamente solamente una actuación tan mala puede explicar perder por tres goles de diferencia, de local, con uno de los peores equipos. 

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