domingo, 30 de octubre de 2016

ATLANTA 1 ALMIRANTE 0

Nueva victoria de Atlanta para asegurarse quedar como único puntero al término de esta fecha. Volvió a recuperar la posición de privilegio luego de dos triunfos consecutivos y un regreso también a un fútbol de elevado nivel. No fue cómodo el triunfo: se sufrió hasta la última jugada, pero el conjunto de Ruiz fue muy superior a Almirante Brown y le ganó merecidamente. La producción en el primer tiempo fue muy buena, aunque no tuvo la efectividad de otros partidos. Igual le alcanzó para establecer una diferencia en el marcador que terminó siendo definitiva, gracias a un gol de laboratorio que culminó con una zurda letal del 9 del equipo, Leo Ramos. En aquella primera etapa, el Bohemio fue mucho más porque insistió constantemente en ser protagonista, intentando quebrar a su rival con juego asociado y buen pie. Pese al mal partido de Peralta, que venía de anotar un triplete en la Isla Maciel, Gurí García logró encontrar como socio a un encendido Julián Barría. El pibe de las Inferiores aprovechó su chance como titular por la lesión de Dorregaray y fue una de las figuras, importante para el dominio futbolístico del local en el primer tiempo.
En la segunda parte, en cambio, el equipo de Ruiz se desdibujó. Se notó el cansancio de García, que ya no pudo desequilibrar. El técnico intentó darle más aire colocándolo como mediapunta, ubicando a Tolosa como carrilero. Sólo el despliegue y el manejo de los enormes Seijas y Rodríguez en el mediocampo mantuvieron indemne a un equipo que estaba desordenado, confundido. Almirante aprovechó su momento y se vino al ataque, buscando la igualdad. Atlanta no logró volver a hacerse dueño del partido y terminó sufriendo en cada pelota del rival, aunque por suerte logró mantener en cero su valla y llevarse tres puntos importantes para seguir prendidos en la pelea grande.

sábado, 22 de octubre de 2016

ATLANTA 0 PLATENSE 0

Segundo 0-0 consecutivo y una sola victoria en los últimos cuatro partidos muestran la merma en el rendimiento de Atlanta y explican porqué perdió la punta. Otra vez el Bohemio estuvo flojo en el juego y no pudo quebrar a su rival. Platense, en un momento crítico, vino a Villa Crespo con el único objetivo de apostar al empate y lo logró. Para eso, recurrió a un esquema netamente defensivo y se dedicó a destruir el juego, muchas veces abusando de la violencia. El árbitro Vigliano fue totalmente cómplice del accionar del visitante, ya que en su afán por "controlar" el partido y evitar expulsiones en un primer tiempo agitado, castigó insuficientemente al Calamar. El 3 visitante se salvó increíblemente de una segunda amarilla indiscutible y al rato Kopriva lo sacó para evitar quedarse con uno menos. Hizo bien: no se entiende porqué Vigliano no lo expulsó, pero con fallos como éste perjudicó claramente a Atlanta. Los jugadores locales se pusieron nerviosos y no ayudó a clarificar un juego que venía turbio, opaco. 
El conjunto de Ruiz fue superior a un Platense mezquino que no pateó al arco en todo el partido, pero no le alcanzó para ganarlo. Es que no fue el mismo Atlanta de otros partidos, con alto vuelo futbolístico, con volumen de juego. Fue el que propuso, el que intentó ser protagonista, pero llegó poco. Las más claras las tuvieron Altobelli en el inicio del encuentro y Tolosa a poco del final. Peralta no desequilibró y los centrodelanteros perdieron mucho ante los centrales. García no pudo asociarse. Previtali no tuvo una buena actuación reemplazado al sancionado Seijas. Los cambios tampoco ayudaron sino que aportaron algo de desorden y confusión al equipo en un momento en que Platense sintió incluso que podía animarse a un poco más. 
Ruiz deberá volver a encontrar la buena senda. El equipo ganó en seguridad defensiva (lleva tres seguidos con la valla invicta) pero perdió el poder goleador que lo caracterizaba en los primeros partidos. 

domingo, 9 de octubre de 2016

ATLANTA 1 BARRACAS 0

Gran triunfo de Atlanta, para reafirmar su condición de líder y candidato, en un partido difícil justamente ante otro candidato: Barracas Central, el conjunto de la billetera abultada. Villa Crespo fue así una fiesta en una ideal tarde soleada de domingo. Se sabía que iba a ser un encuentro chivo, complicado, y era la chance de ver cómo respondía el equipo ante este desafío. Fernando Ruiz se decidió por el esquema 4-3-1-2 para darle más libertad a García, pero el sistema fue mutando y por momentos García jugó como volante por derecha, como lo venía haciendo en anteriores partidos, para cubrir espacios en la marca. El primer tiempo mostró una imagen más bien pálida de Atlanta. Confundido tácticamente, al principio no pudo hacerse de la pelota y se vio levemente dominado por Barracas, que intentó ser protagonista, con Juan Martín como principal arma de ataque. El mediocampo no tenía presencia y el Bohemio no podía generar juego. 
Hacia el final de la primera etapa el local fue afirmándose, aceitando su juego, y emparejó el trámite, ilusionando a sus hinchas con volver a ver el fútbol con que se había lucido en otras presentaciones. Atlanta salió muy decidido en la segunda parte a ganar el partido, con un importante volumen de juego y agresividad ofensiva. Ramos fue fundamental arriba y, aunque esta vez no apareció Peralta, crecieron las figuras de Seijas y Rodríguez. Interesante la tarea de Guerra en su polémica posición de lateral derecho: el volante jugó esta vez como para ganarse el puesto. Sin embargo, todos los flashes (si se hubiera jugado de noche) fueron para Leonel Altobelli, que en la primera pelota que tocó inventó un gol a partir de una jugada que no era de peligro. El centrodelantero la peinó y encontró adelantado a Elías Gómez para poner el 1-0, el gol de la victoria. A partir de ahí todo se le hizo más sencillo a Atlanta, que de todas maneras había hecho los méritos más que suficientes para ganarlo. Barracas entró en nervios y terminó quedando con nueve jugadores. Claro que eso no evitó el sufrimiento bohemio. Pese a la ventaja numérica, el marcador era ajustado y no podía liquidarlo ni monopolizar la pelota. De todas formas, poco pudo hacer el visitante para inquietar seriamente. Los tres puntos quedaron en casa.

jueves, 6 de octubre de 2016

Cuentas claras

El dramático caso de Estudiantes de San Luis escandaliza al mundo futbolístico, pero esconde detrás cientos de casos más que pintan una realidad crítica del fútbol argentino. El caso muestra gráficamente los inconvenientes del gerenciamiento, que endulza a los socios con grandes inversiones que pueden traer cegadores éxitos deportivos, pero a la larga, cuando el negocio deja de ser rentable, da lugar a la retirada y el club queda a la deriva. Ante la amenaza de una desafiliación, ahora el Gobierno de San Luis pretende hacerse cargo de los gastos del club. No es una solución. Por el contrario, es otra cara del mismo problema. 
El fútbol argentino es inviable en la medida que fondos externos (no genuinos) aparecen para pagar los enormes presupuestos de los planteles, con los exorbitantes sueldos de los jugadores. El contexto deja a los clubes honestos, que pretenden mantener las finanzas ordenadas y armar un plantel acorde a sus propios recursos, en una situación de clara inferioridad y desventaja en cuanto a competitividad. Es así que de repente aparecen pequeños clubes apadrinados por algún mecenas logrando varios ascensos consecutivos y ocupando un lugar inédito en el fútbol argentino. Claro que en general nadie pone plata por amor. Los objetivos de estos mecenas pueden ser de distinta índole: lavado de dinero, proyección política, negocios, etc. Si el objetivo es oscuro, más oscuro puede ser su origen: narcotraficantes, sindicalistas y empresarios corruptos, dirigentes políticos. La intervención de gobiernos provinciales e intendencias municipales, en contacto íntimo con sus clubes, da una ventaja a los clubes del Interior, aparentando un federalismo inexistente. Los ejemplos ya los conocemos todos. No hace falta más que analizar las campañas de los últimos años y googlear un poco para saber porqué ese equipo está ahí donde está. No compremos los espejitos de colores, no creamos en el chamuyo.