sábado, 15 de septiembre de 2018
ATLANTA 1 FLANDRIA 1
Dolió más el pésimo segundo tiempo jugado por Atlanta que la victoria que se escapó en tiempo de descuento. El Bohemio estuvo cerca de llevarse los tres puntos en un duro encuentro ante Flandria en Villa Crespo, pero hubiera sido un triunfo muy soso y deslucido. Los interrogantes futbolísticos fueron enormes. El local no merecía ganar: incluso una derrota no habría sido injusta. El primer tiempo fue parejo, aunque el conjunto del Pepe Castro fue un poco más. Porque intentó dominar el juego, porque buscó el protagonismo con un Miranda encendido en su mejor partido del campeonato, después de un arranque flojo del ex Fénix. Con la vuelta de Enrique en el mediocampo y la elegancia de Previtali, parecía que Atlanta podía amagar con volver a ser el equipo ganador de los primeros partidos. Muy tímidamente, claro está. Le alcanzó para ponerse en ventaja en la única chance clara que generó: pase largo de Miranda a Horacio Martínez, al que le cometieron penal cuando iba a quedar mano a mano con el arquero. El mismo delantero fue el encargado de convertirlo en gol. Hasta ahí parecía un partido normal, un triunfo ajustado de Atlanta que podía desarrollarse y justificarse en la segunda etapa. Pero después del entretiempo fue otro partido. Miranda salió lesionado y el Pepe incluyó a Seijas, un jugador de otras características y que además no está en su nivel de otros torneos. Atlanta se tiró atrás, se replegó demasiado. Dejó avanzar a un Flandria que se agrandó y empezó a cascotear el rancho. Este esquema no pudo ser revertido en todo el segundo tiempo. Atlanta lo sufrió, aguantando, salvándose del empate en varias oportunidades. Con los carrileros jugando prácticamente de laterales. Sin poder tener la pelota ni generar una contra. Miguel Caneo se puso por primera vez la camiseta bohemia pero no apareció en el partido. Jugando prácticamente de delantero, nunca pudo agarrar la pelota. Atlanta parecía superado físicamente por su rival, que buscaba y buscaba. Finalmente el visitante lo encontró, cuando parecía que era posible el milagro de irse con una victoria. Ocurrió lo lógico. Mientras tanto, el Bohemio volvió a ofrecer una mala imagen y acumuló tres partidos sin ganar, luego de aquel arranque demoledor.
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