Una nueva temporada futbolística ha comenzado. La undécima consecutiva en la Primera B Metropolitana. Todo indica que las posibilidades de ascender son mínimas y que Atlanta deambulará otro año por las oscuridades de la tercera categoría del fútbol argentino. Los bolsillos están vacíos y el cinturón está ajustado: serán tiempos de hacer lo que se pueda con un plantel de escasa jerarquía. Si este debut ha sido un anticipo de lo que se viene, las expectativas deben ser muy bajas. Si este partido ha sido una verdadera muestra de lo que puede dar el equipo, las ilusiones quedan truncas. Lo único que se puede esperar es mejorar: la pregunta es si hay con qué, y si el técnico sabe cómo.
El conjunto de Nigretti fue a Caseros con un esquema inusual. El conocido Llinás en el arco. Línea de tres en defensa con el experimentado Arancibia de líbero, escoltado por las torres granates Izquierdoz y Segovia. Tres en el medio para la contención: Lolli, Palisi y Silva, con los dos carrileros sumándose a la zaga en el momento de defender. Leandro Álvarez más adelantado, acompañado por Guzmán y Quiroga en la parte ofensiva del mediocampo. Arriba, únicamente Leandro Martínez. Una especie de 3-3-3-1.
Lo que se vio de Atlanta en este debut no puede conformar a nadie. Más allá del resultado, una derrota que repercute negativamente en los ánimos villacrespenses, lo más preocupante fue el nivel de juego exhibido. La realidad es que en Caseros el Bohemio se encontró con un rival muy limitado, con tantos problemas futbolísticos quizá como los que mostró Atlanta. Es decir, pareciera que Estudiantes no será uno de esos equipos que peleará arriba esta temporada. Lo que preocupa es entonces que el Bohemio no haya podido hacer casi nada ante un rival bastante débil. El partido fue más bien parejo, pero el Pincha encontró un gol sobre el final del primer tiempo y no tuvo muchos problemas en mantener esa ventaja conseguida.
Atlanta dejó una imagen muy pobre, muy tibia. Con el 0-0 en el marcador, se dejó llevar por la comodidad del empate y navegó flotando en el partido, pero cuando se vio en desventaja y tuvo que tomar las riendas no supo bien qué hacer. Martínez apareció muy solo en el ataque, a Guzmán no le llegaba la pelota y Quiroga no podía culminar sus jugadas. El mayor déficit estuvo siempre en la creación de situaciones. Tampoco compensó la falta de fútbol con una actitud agresiva: ¿hará falta un líder en la cancha?
En algún momento del segundo tiempo, Atlanta revivió y mostró mayor movilidad, mayor posesión del balón, pero eso no desembocó en un dominio claro ni en un aluvión de chances de gol que apretaran a Estudiantes. Los ingresos del Mágico González, Acosta Cabrera y el pibe Martino no modificaron la tibieza bohemia en la tarde de Caseros. En resumen, el local no hizo mucho para merecer la victoria, pero el visitante tampoco hizo algo para no merecer la derrota.
Igor Moilanesky
2 comentarios:
Andate NIGRETTI!!!!!!!
Nos gusta mucha su pagina y sobre todo el comentario .
somos un grupo de pibas del bohemios que nos gusta el futbol y ademas estudiamos periodismo y keremos al club. Y somos fans del Pacman.
Saludos
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