lunes, 21 de septiembre de 2009

El Commento del Marques: Espanyol 0 - Atlanta 1

ABRACADABRA

¿No era realmente extraño, mi fiel escudero, que los españolita tuvieran a un Calabria y a un Milán y que nosotros tuviéramos un Catalán? Pensamientos vanos- es ciero- pero a veces suelo enredarme en estas disquisiciones existenciales, sobre todo luego solazarme con la primera victoria de nuestra escuadra en la presente temporada. Victoria, por otra parte asaz inesperada y, a fuer de ser sincero, no del todo justa.
El cuadrito de nuestros amores llegó a los bajíos del Cíldañez con una retahíla de empates pocos gloriosos, casi sin haber vulnerado las ansiadas redes enemigas y la formación establecida para este sábado contra el Socialismo Español, no daba pie para ilusionarse demasiado, con nada distinto.
Si bien el dibujo táctico no sufría grandes modificaciones, los nombres propios que lo componían hacían presuponer una actitud más conservadora que el gallego Rajoy. Sobre todo cuando de delanteros se habla, ya que con Galeano y Rolón como dupla ofensiva no era poco lo que se apostaba en función de ataque.
Entonces, Negretti dispuso de los siguientes once ágiles para enfrentar a los ibéricos: Don Rodrigo al arco; Izquierdoz, el salteño Arancibia y Cherro (en lugar de Segovia) como primera línea defensiva. En la contención el petiso Lolli -casi como un marcador de punta-,
un poco más adelante el torito Guzmán, Catalán de eje y Grandis recostado sobre la izquierda; el Mágico González de armador y muy cerca de él Rolón por afuera y Galeano por adentro, pero pisando el área rival lo menos posible.
Arrancaron las acciones y tomaron la iniciativa los de la orilla norte del Maldonado, intentando penetrar por la diestra del terreno. Triangulando bien entre el Mágico, Guzmán y un muy contenido Lolli. Mientras tanto le costaba trabajo entrar en este circuito al pibe Grandis, y a los mencionados Rolón y Galeano. Además de las imprecisiones, hay que sumar la poca envergadura física de los atacantes bohemieros, que facilitaba la tarea de los gigantones vestido de rojo, encabezados por el central Milán.
Quien fue edificando de menor a mayor una faena más que interesante, hasta convertirlo en una de las figuras del partido fue el centrojás Luis Catalán. Tranquilo para transitar, siempre bien ubicado y aportando una cuota de lucha y claridad que a Atlanta le estaba faltando en esa región del terreno.
Y ese esforzado trabajo se vio cuando los dueños de casa empezaron a dominar las acciones y sus volantes comenzaron a hacerse dueños de la pelota y a progresar en el terreno acercándose a las inmediaciones del reducto defendido por Llinás.
Atlanta había tenido algunas al principio, no para escandalizarse, pero un cabezazo de Izquierdoz y un zapatazo de Lolli bien pudieron terminar en golcito. Y de los 20’ en adelante le tocó el turno al enemigo, donde la presencia de Soriano hacía temer una nueva e inexorable verificación de la “ley del ex”.
Pero el gran arquero de Atlanta debía, además cuidarse de los suyos, porque Izquierdoz casi la clava en un ángulo, un roce en Arancibia por poco se cuela junto a su palo izquierdo y el pobre Cherro pasaba las de Caín jugando con la pierna cambiada, por donde ingresaban alegremente los combatientes enemigos.
Así y todo el primer tiempo terminó 0 a 0, ya que los galleguitos jugaron un poco mejor, pero tampoco se comen crudo a nadie.
En el segundo la cosa no varió demasiado, lo único es que los villacrespenses fueron retrocediendo en el terreno, un poco como elemento táctico y otro poco porque los de Batista fueron a por la punta del campeonato. Con más ganas que ideas, con más fuerza que fútbol, y con menos profundidad que las playas de Olivos.
A tal punto que la situación más clara fue otra travesura de un defensa atlante, en este caso de Cherro cuyo tiro, no entró gracias al Dios todopoderoso, y luego de pegar en el palo, la pelota se llegó mansamente a las manos de un sorprendido Llinás.
Entran Marecos y Martínez en lugar de los anónimos Rolón y Galeano y el Mágico encuentra más compañía y Atlanta abre espacios más amplios en el abigarrado tránsito del mediocampo. Pero no lo aprovecha bien
Cuando todo indicaba que nos retirábamos del coqueto estadio con otro miserable empate con el marcador en blanco, porque ya los celtíberos se aprestaban a renunciar al triunfo y los bohemios a cerrar el negocio de un puntito fuera del barrio, vino un tiro libre desde los corrales de Mataderos.
Entonces el Mágico sacó la varita, dijo Abracadabra y clavó un golón a lo Gómez Voglino que dejó a la españolada impávida como en un película de Almodóvar.
Faltaba poco y ya no hubo nada que hacer. Es más, hasta la injusticia pudo haber sido más grande, sí Martínez lograba picar la pelota frente a Demaneses o sí Palisi afinaba un poco la puntería.
Sin otra cosa digna de mención, se terminó el encuentro y nos fuimos a Villa Crespo con tres puntitos más. Los primeros que reunimos en una sola jornada y esperemos sean el comienzo de un camino que nos lleva terminar el torneo coronados de gloria.

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