Increíble. Como aquel 2-2 del 2004 en que el equipo de Giunta escondió las pelotas y Molina terminó vacunándolo en la última jugada, el Bohemio volvió a amargar a Estudiantes de Caseros en tierras de Hugo Omar Curto. El partido se estaba agotando, Estudiantes ganaba 2-1 y Atlanta no podía acercarse a la igualdad. Eran los últimos segundos y el conjunto de Rondina tenía un lateral a su favor, pero no aparecía ninguna pelota disponible para seguir el juego. Yamil Possi se vio obligado a adicionar un minuto más de descuento, además de los tres que ya se habían consumido, y Atlanta tuvo una última oportunidad para lograr el milagro. Centro de Segovia rasante y la empujó al gol el batallador Martín Palisi, que festejó eufóricamente su primera conquista con la camiseta bohemia. Era el 2-2, un punto agónico que le permitía a Atlanta ingresar al Reducido por el segundo ascenso. Paradójicamente, se terminó festejando este logro pese a que al mismo tiempo, con este resultado, morían las chances matemáticas de salir campeón, algo que se había convertido en el gran objetivo luego de ir tantas fechas puntero y llevar en algún momento seis puntos de ventaja sobre el segundo. Pero ya está, ahora en la última fecha el título se dirimirá entre San Carlos y Platense, y en Villa Crespo solamente queda la ilusión de ascender vía Reducido.
Es cierto que el equipo no está en su mejor momento sino todo lo contrario, pero no se puede dejar de creer. No se puede permitir no intentarlo. Con el grito de Palisi, evitó una nueva derrota que hubiera sido otro golpe duro, y revivió Atlanta. Más allá del nivel futbolístico del equipo que se parece mucho más al de las primeras fechas del torneo que al del que supo consagrarse como líder. Evidentemente el problema no está en si juega con dos delanteros o con uno, o si juegan o no Ferreiro o Parentini, los dos jugadores más cuestionados del plantel. Cuando la defensa hace agua y Estudiantes llega tantas veces de forma clara, cuando ni Soriano logra definir las chances generadas, se hace difícil conseguir buenos resultados. Pero Atlanta está todavía a tiempo de cambiar rumbo, como lo hizo a principios del campeonato luego de ese pésimo comienzo. Ganas, garra, no le faltan. Lo demostró Palisi, el guerrero bohemio, haciendo su primer gol en Primera. Qué gol, y cómo se gritó.
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