Nada más y nada menos que tres puntos. No se puede rescatar más que la victoria que se llevó Atlanta, que le sirve para recuperarse tras la derrota ante Chicago, para retomar la punta que había perdido, y para llegar con mayor confianza de cara al clásico en San Martín la semana que viene. Fue un 1-0 ajustado en Villa Crespo, frente a un Almagro que se mostró con grandes limitaciones.
El partido fue pobre, impreciso, mal jugado, aunque no faltaron las situaciones de peligro. El Bohemio fue apenas un poco más: por voluntad, por generación, por oportunidades. Cassano metió dos cambios con respecto al equipo que había perdido la última fecha, pero no se vio una clara mejoría. Al menos, esta vez, los problemas defensivos fueron menos evidentes. Quizá tenga algo que ver la diferencia marcada entre los dos rivales: mientras que Chicago intentó buscar siempre, Almagro se dedicó a navegar sin rumbo, sin claridad, sin grandes armas, exigiendo poco a la defensa local. En este sentido, el Bohemio tuvo un partido más tranquilo, en donde pudo salir ileso de sus falencias, e incluso pudo aprovechar los errores del rival, que se equivocó más y peor. Así llegó el único del gol, en la segunda etapa, cuando Lazzarini la robó y se la dio a Maraschi, que desbordó o remató pero terminó metiéndola en contra Schunke.
Nanía, uno de los que volvió a la titularidad, fue de lo más destacado junto a Maraschi. El ex Ferro mostró toques de calidad con los cuales Atlanta generó lo mejor en ofensiva. Sin embargo, llegó a su quinta amarilla y no podrá estar en el trascendental clásico. Todavía queda mucho por mejorar si Atlanta quiere volver a ser el equipo sólido y contundente que vimos a finales del año pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario