El campeonato futbolístico terminó para Atlanta el domingo pasado, con la dura caída frente a Platense por penales en la semifinal por el segundo ascenso. Sin embargo, hay otro campeonato que se sigue jugando en Villa Crespo y que adquiere cada vez mayor intensidad: el campeonato político. La final se jugará el 10 de agosto, día de las elecciones y de la verdad. Allí se verá la opinión de los socios, se acabarán las especulaciones y los rumores. La gente del club deberá decidir si aprueba la gestión de la última década o si le da la chance a la agrupación opositora. Por primera vez en más de dos décadas se plantearán dos alternativas en las urnas y es histórico. También es signo de cuanto ha cambiado el club: hace algunos años nadie quería agarrar el fierro caliente, un club quebrado y desierto, y hoy por suerte tenemos dos agrupaciones, con proyectos diferentes, que quieren dirigir Atlanta cada uno a su manera.
Las dos agrupaciones han adoptado distintas estrategias y las han variado a lo largo del tiempo desde que se presentó Bohemios de Primera en la escena pública. La oposición se fue gestando alimentándose del descontento de parte de los hinchas con la dirección de Korz y se materializó en BdP. Irrumpió en la escena con gran visibilidad y tirando dardos de fuego contra las decisiones dirigenciales. En principio dominó la opinión pública. La aparición del oficialismo se hizo esperar pero finalmente terminó presentando su lista antes que Bohemios de Primera.
Una encuesta de Sentimiento Bohemio reflejaba una clara ventaja del oficialismo. Después de esa encuesta, se reflotó el tema del Microestadio, cuyo estancamiento había sido uno de los puntos más criticados por la oposición. El oficialismo aprovechó para anunciar obras en la Sede a partir de los pagos del Microestadio. Por otra parte, los resultados futbolísticos siempre influyen en el ánimo de los hinchas. Atlanta no pudo conseguir el ascenso, que era el gran objetivo, y resultó una gran decepción. La CD esta vez intentó torcer el rumbo contratando a Mayor a poco del final, para evitar lo que había ocurrido en el ciclo de Rondina. El equipo mejoró, la peleó hasta el final y el hincha reconoció el esfuerzo de los jugadores, pero hay que ver si es atenuante suficiente para el malestar de los hinchas que esperaban un final feliz. La expectativa por el minitorneo de los cuatro ascensos es grande: el oficialismo confía en ratificar su mandato en las urnas y redimirse con un nuevo ascenso, mientras que la oposición quiere debutar en su gestión con un ascenso.
Hay que ver cuáles serán las estrategias de uno y otro en estos meses, cuando no hay fútbol y mientras la CD debe ocuparse también de armar el plantel para la segunda mitad del año. Los socios deberán estar atentos: proliferarán los rumores, las acusaciones cruzadas. A medida que se acerque la fecha todo será válido si el trofeo en juego es el poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario