sábado, 27 de septiembre de 2014

Que empiece otra historia

La primera rueda de Atlanta en este torneo de transición estuvo marcada por la catástrofe deportiva. Todo salió mal desde el comienzo y solamente había podido cosechar 4 puntos. Primero, la renuncia de Mayor a poco del debut. Luego, la desastrosa gestión del inexperimentado Capria al mando del plantel, con cinco derrotas en cinco partidos. Cassano en algunos partidos le agarró un poco más la mano, pero en otros se le fue de las manos. Las lesiones impidieron armar una defensa sólida, y tampoco ayudó la decisión de improvisar con juveniles o directamente dejar de lado la faceta defensiva del equipo, como si defender fuera un pecado. El primer gran error fue creer que para ganar solamente hay que salir a atacar. El resultado fue que Atlanta empezó abajo en el marcador en todos los partidos de la primera rueda y acumuló muchísimas derrotas. El bajo nivel futbolístico de algunas piezas importantes como Santillo, Díaz Villán, Sardella y Maraschi también fueron un obstáculo para que el equipo levantara.
Cassano se animó a enfrentar a los prejuicios de quienes denominan "cagón" a cualquiera que no pone cinco delanteros como si estuviéramos en los años 30, y en Suárez puso un 4-4-2 con Sardella-Palisi de doble cinco. Atlanta jugó bien pero volvió a caer derrotado. El mismo esquema no le sirvió en el siguiente partido de local, en donde es difícil ganar con un esquema así cuando el rival no tiene la iniciativa. Pero al menos no perdió, a diferencia del resto de los partidos en los que salió a arriesgar sin ningún sustento.
Hoy, en la primera fecha de la segunda rueda, se ganó bien. Volvieron Francés y Peláez a la defensa. Sí, un tres que marca y no sube. Pero que marca. Así se volvió a formar una defensa similar a la del campeonato pasado, que fue una de las claves para que Atlanta pudiera pelear el ascenso. Con Torres jugando de volante y no de lateral. 4-4-2. Esta vez con Galeano en vez de Sardella para tener más juego (y Atlanta efectivamente lo tuvo), pero 4-4-2 al fin.
El Bohemio pudo ganar y verificar que puede volver a la normalidad, que es algo alejado de ese equipo destruido perdía siempre. Porque tiene jugadores, que tienen que recuperar la memoria. Ahora hay que mantener la sintonía en el clásico, donde habrá que ver si Cassano repite la alineación o se inclina por la dupla Palisi-Sardella para cortar el juego de Chacarita, como aquel gran segundo tiempo en que Atlanta se llevó el triunfo en este mismo 2014. Esperemos que hoy, ante Fenix, haya empezado otra historia diferente a la que sufrimos hasta ahora.

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