El Bohemio volvió al triunfo luego de una racha negativa, justo antes de un choque fundamental ante el puntero Morón. Si logra vencer al Gallo en Villa Crespo quedará a un punto y podrá demostrar que puede volver a soñar con el ascenso. Por lo demás, la ajustada y sufrida victoria ante Talleres, el último de la tabla y que viene de perder 9 de sus últimos 10 encuentros, no dejó mucho material para ilusionarse. Atlanta ganó y nada más.
Ruiz sorprendió con un esquema extraño que nunca había utilizado: 4-3-3 en vez del 4-4-2 tradicional. Llamaron la atención las posiciones de Dorregaray y García como extremos derecho e izquierdo, respectivamente. Peralta empezó sentado en el banco, tal como lo hizo en los amistosos de pretemporada. El partido fue malo, chato, parejo. Parecía ir camino a un justo 0-0 que castigaba a dos equipos que habían hecho muy pocos méritos para ganarlo. Atlanta mostró siempre una mejor imagen que en la primera etapa ante Colegiales, pero no aparecía el fútbol en ataque para pensar en el triunfo. Dorregaray y García jugaron lejos del arco, muy pegados contra la raya. El gol de Leo Ramos, de cabeza, tras una jugada fortuita, sentenció el encuentro y cambió el desarrollo del juego. A partir de ahí, el local jugó nervioso, desesperado, y dejó enormes huecos atrás. El conjunto de Ruiz, cómodo con la ventaja, se tranquilizó y se paró de contragolpe. Fabricó así un buen número de oportunidades clarísimas para liquidarlo pero falló increíblemente en la definición. Lo mejor para destacar, además de los tres puntos: la seguridad defensiva, gracias a una impecable labor del arquero Gómez y un gran debut en la zaga de Leonardo Gogna, uno de los dos refuerzos bohemios para esta segunda rueda.
Quedan abiertas las incógnitas en la formación para el trascendental encuentro del martes. ¿Pons volverá a la titularidad luego de su suspensión? ¿Gogna saldrá del equipo si está para jugar el capitán Otermin? ¿Peralta volverá pese a que no levanta su nivel?
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