Si a algo nos hemos acostumbrado estos años es a la frustración del ascenso que se nos niega, y a volver a empezar pronto con un nuevo sueño. Dejar atrás el sabor amargo y permitirse volver a creer. Para esta temporada 2018/19, ese sueño se sostiene por el Pepe Castro, el último gran ídolo del club. La figura indiscutible del Pepe atraviesa cualquier grieta y unifica a los hinchas en torno a un punto en común. Exitoso como jugador con dos ascensos y grandes alegrías, vuelve al club después de casi dos décadas, luego de una primera experiencia no satisfactoria en el inicio de su carrera como DT. Hoy, después de un muy buen trabajo en las Inferiores de Tigre, arriesga su prestigio, su comodidad y su idolatría para calzarse el caliente y complicado buzo de DT de la Primera de Atlanta. Un desafío nada sencillo. El objetivo, como siempre, es el ascenso. Como viene siendo costumbre, para esta temporada se verá un equipo bastante renovado, pese a que el proyecto original comenzado con Berscé implicaba teóricamente un plan de mediano plazo, con jugadores jóvenes y contratos de dos años. Con las idas de Lugo y Adrián Martínez se perdieron dos piezas clave del equipo anterior, pero sin duda la baja más polémica fue la del capitán Bianchi Arce, cuya llegada revolucionó Villa Crespo como lo hizo la del Pepe Castro, pero luego de un campeonato irregular no acordó su continuidad con la dirigencia y decidió retirarse del fútbol. A Miranda, Mazzanti, Previtali, Ochoa, Tecilla, Pedrozo, Seijas y compañía se les sumaron varios refuerzos, especialmente en el mediocampo. Si en el plantel anterior llamaba la atención el predominio de la juventud, esta vez hay varios jugadores de experiencia. Pareciera que la dirigencia no quiso cometer el mismo error: el equipo venía jugando en buen nivel pero nunca pudo recuperar la confianza y la convicción después de una serie de caídas. Entre los nombres más importantes están Nico Cherro (en su segundo ciclo en el club) y Joel Barbosa en la zaga, y Fernando Enrique y Miguel Caneo en el mediocampo. Enrique tiene una gran experiencia en el Ascenso y Caneo es la gran carta creativa. La deuda parecería estar en la delantera. Si bien Mazzanti la estuvo metiendo en los amistosos, los atacantes que llegaron -Horacio Martínez y Colombini- no son centrodelanteros naturales.
Con un plantel más rico y la conducción de Pepe Castro que renovó la ilusión en Villa Crespo, Atlanta se encamina hacia una nueva temporada con el ascenso entre ceja y ceja. Derrumbada la promesa de reestructuración, no queda otra que maximizar el potencial del equipo y apuntar al ascenso directo. ¿Esta vez se le dará?
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