Atlanta volvió a la victoria en su casa y alcanzó los 13 puntos en 6 encuentros, una campaña hasta ahora excelente en su regreso a la B Nacional. Fueron tres puntos de oro ante un rival que, se supone, peleará la permanencia. Tres cambios metió Orfila para este partido. Uno obligado, el de Caro Torres por el lesionado Coronel. Y otros dos seguramente por rendimientos: Flores y Valdez Chamorro por Molina y Talpone. Una nueva banda derecha, que fue justamente lo más destacado del primer tiempo. El lateral Flores se combinó muy bien con Valdez Chamorro, que la rompió desplegando un fútbol atrevido y audaz. El enganche devenido en interior derecho manejó los hilos del equipo y formó una gran sociedad con Mazzanti, que quizá tuvo su mejor partido en Atlanta. El puntero desequilibró constantemente y fue muy punzante en sus arremetidas. No lo podían parar. El Bohemio mostró momentos de alto vuelo futbolístico, aunque no estuvo tan preciso en la definición. Cuando Pedrozo abrió la cuenta tras una serie de rebotes parecía que se abría el partido. Pero nuevamente, como en el debut ante los mendocinos, la alegría duró muy poco. El equipo se relajó, se distrajo, y un gol en contra volvió a poner igualado el marcador. Pero Atlanta reaccionó pronto y tras un buen desborde de Mazzanti generó otro gol en contra para volver a estar arriba en el partido. El local se fue al descanso con algunas preocupaciones defensivas y habiendo realizado un gran desgaste en ataque. Merecía haberse ido con una diferencia mayor pero estaba ganando sólo por la mínima.
En el entretiempo, salió a comerse crudo a Brown. Tuvo dos jugadas clarísimas en los primeros minutos pero las desperdició. Hubiera sido un golpe letal para el visitante. Sin embargo, con el 2-1 estaban a tiro del empate. El gasto físico de la primera etapa se empezó a sentir en Atlanta. Mazzanti y Valdez Chamorro ya no estaban encendidos. El mediocampo era un colador y los patagónicos se venían. Brown fue un equipo ordenado, aunque con muchas limitaciones futbolísticas. Emanuel Moreno fue lo más destacado en un medio que abastecía a una delantera sin poder de gol. Para Atlanta, el trámite era complicado, porque no podía solucionar sus problemas en la marca, había perdido el equilibrio y ya no dominaba el juego. Los cambios llegaron y arreglaron mayormente el problema. Era lógico: salieron cansados Mazzanti y Valdez Chamorro. Marinucci y Talpone aportaron frescura y dinámica a un equipo que necesitaba un cambio de aire. Con más piernas y pulmones, Atlanta afrontó mejor el último tramo. Finalmente se llevó un triunfo más que merecido antes de su visita a Mar del Plata.
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