No hay caso, la victoria sigue sin llegar. Atlanta sigue sin poder ganar desde su regreso a la B Nacional, y apenas suma 5 puntos -producto de 5 empates- en 7 fechas. Muy poco si se pretende permanecer en la categoría. Eran grandes las urgencias en Villa Crespo: el Bohemio estaba obligado a ganarle a Defensa y Justicia, un equipo que viene sorprendiendo en este torneo. Javier Alonso sabía que se estaba jugando una de sus últimas chances en su cargo: los últimos resultados lo pusieron en el blanco de los cuestionamientos de los hinchas, por no poder encontrarle la vuelta al equipo. El objetivo en este partido era ganar, y no se cumplió: Alonso debió dejar la dirección técnica, terminando así un ciclo que incluyó un brillante campeonato obtenido hace 4 meses, pero también la mala campaña en estas 7 fechas.
Atlanta mostró algunas mejoras en la parte ofensiva, pero la realidad marca que estuvo más cerca de la derrota que del triunfo. El conjunto visitante empezó mejor y se puso en ventaja de forma tempranera. Luego, aminoró su marcha, pero aun sin quererlo logró generar muchas situaciones claras de gol, ante un Atlanta indefenso, que volvió a tener serios problemas en la marca. Piriz Alvez desvió un penal y se perdió además un gol solo, en tiempo de descuento. En ese sentido, el empate tuvo sabor a injusticia para un Defensa que pudo haberse llevado los tres puntos tranquilamente.
En Atlanta algo se pudo rescatar. Alonso se la jugó con la inclusión de Matías Castro como titular, y el juvenil cumplió con una gran actuación, aunque debió irse reemplazado por una lesión. Audaz y talentoso, armó una linda sociedad con Juan Galeano, otro surgido del club. Cuando se juntaron ellos dos, se vio lo mejor del equipo. Abel Soriano estuvo muy movedizo y anotó el gol del empate. Si a estos tres jugadores se les suma un Andrés Soriano recuperado de su lesión y en su nivel habitual, podría llegar a solucionarse quizá la anemia ofensiva del equipo. De cualquier manera, el panorama es preocupante. Atlanta no parece tener jugadores desequilibrantes: el nivel del Nacional B es superior al de la B Metro, y el rendimiento individual ha decaído bastante. Quienes antes eran figuras, hoy son generalmente intrascendentes, o cometen demasiados errores. Por otra parte, los refuerzos en general no han demostrado tener la jerarquía suficiente y no han cumplido con las expectativas. El nuevo técnico deberá armar un rompecabezas para encontrar un equipo sólido defensivamente y que a su vez pueda lastimar en ofensiva.