sábado, 24 de septiembre de 2011

Sin defensa, sin justicia, sin Alonso

No hay caso, la victoria sigue sin llegar. Atlanta sigue sin poder ganar desde su regreso a la B Nacional, y apenas suma 5 puntos -producto de 5 empates- en 7 fechas. Muy poco si se pretende permanecer en la categoría. Eran grandes las urgencias en Villa Crespo: el Bohemio estaba obligado a ganarle a Defensa y Justicia, un equipo que viene sorprendiendo en este torneo. Javier Alonso sabía que se estaba jugando una de sus últimas chances en su cargo: los últimos resultados lo pusieron en el blanco de los cuestionamientos de los hinchas, por no poder encontrarle la vuelta al equipo. El objetivo en este partido era ganar, y no se cumplió: Alonso debió dejar la dirección técnica, terminando así un ciclo que incluyó un brillante campeonato obtenido hace 4 meses, pero también la mala campaña en estas 7 fechas.

Atlanta mostró algunas mejoras en la parte ofensiva, pero la realidad marca que estuvo más cerca de la derrota que del triunfo. El conjunto visitante empezó mejor y se puso en ventaja de forma tempranera. Luego, aminoró su marcha, pero aun sin quererlo logró generar muchas situaciones claras de gol, ante un Atlanta indefenso, que volvió a tener serios problemas en la marca. Piriz Alvez desvió un penal y se perdió además un gol solo, en tiempo de descuento. En ese sentido, el empate tuvo sabor a injusticia para un Defensa que pudo haberse llevado los tres puntos tranquilamente.

En Atlanta algo se pudo rescatar. Alonso se la jugó con la inclusión de Matías Castro como titular, y el juvenil cumplió con una gran actuación, aunque debió irse reemplazado por una lesión. Audaz y talentoso, armó una linda sociedad con Juan Galeano, otro surgido del club. Cuando se juntaron ellos dos, se vio lo mejor del equipo. Abel Soriano estuvo muy movedizo y anotó el gol del empate. Si a estos tres jugadores se les suma un Andrés Soriano recuperado de su lesión y en su nivel habitual, podría llegar a solucionarse quizá la anemia ofensiva del equipo. De cualquier manera, el panorama es preocupante. Atlanta no parece tener jugadores desequilibrantes: el nivel del Nacional B es superior al de la B Metro, y el rendimiento individual ha decaído bastante. Quienes antes eran figuras, hoy son generalmente intrascendentes, o cometen demasiados errores. Por otra parte, los refuerzos en general no han demostrado tener la jerarquía suficiente y no han cumplido con las expectativas. El nuevo técnico deberá armar un rompecabezas para encontrar un equipo sólido defensivamente y que a su vez pueda lastimar en ofensiva.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Doblete

La foto siome del Match viene doble, y ni siquiera es del match. Pero bueno, los mandamos a los corresponsales de La Taberna para que cubran el partido y se quedaron paseando por San Juan. Qué siomes!!

Como se ve arriba, la banda bohemia estuvo presente en San Juan llevando una bandera característica. Les copamos el acto por la independencia chilena!!Por último, se ve que los sanjuaninos son gente bastante raro, porque le hicieron un Monumento al Ano, como se puede ver claramente en la foto.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La delgada línea del equilibrio

En el fútbol una de las virtudes más valoradas de un equipo es el equilibrio. Esta mágica condición permite obtener los frutos de la ofensiva y asegurar el arco propio de una manera ordenada, balanceada. El equilibrio parecería llevar al éxito, pero el gran problema es cómo llegar a ese equilibrio. Es la búsqueda de todo director técnico y signó el camino transitado por Javier Alonso desde su llegada al equipo en el año 2009. Como un alquimista, fue oscilando entre distintas fórmulas, recorriendo ámbitos muchas veces opuestos, con resultados dispares.
Este técnico joven, de perfil bajísimo, desconocido en el mundo futbolístico, llegó primero como interino tras la salida de Nigretti y se terminó quedando para toda la temporada y más. El Atlanta de Nigretti era un equipo al que le hacían pocos goles, pero sin poder de gol: del medio para arriba sólo estaba el Mágico González. Con Alonso el equipo tuvo más soltura, más frescura, y con una racha de cinco triunfos seguidos no sólo logró salir del pozo sino pelear por un lugar en el Reducido. Con Andrés Soriano como refuerzo para la segunda rueda, mejoró la jerarquía del plantel, y daba la sensación de que el equipo estaba para más, pero se quedó en la puerta en la última fecha. Alonso fue catalogado como técnico defensivo, cagón. Atlanta no se animó a pasar por arriba a sus rivales, ni siquiera en Villa Crespo, en partidos supuestamente accesibles.
Sin embargo, pese a no cumplir el objetivo de entrar al Reducido, con Alonso había habido una mejora futbolística considerable con respecto a la era Nigretti, y la dirigencia decidió afrontar la temporada 2010/11 con la continuidad de Javier en el banco, en una decisión en la que influyó también las limitaciones del presupuesto. Atlanta había conservado la base del plantel anterior -aunque ya no estaba el Mágico- y había traído otros refuerzos interesantes, más los juveniles de Lanús. Pero los primeros partidos mostraron nuevamente a un equipo irregular, tímido, por debajo de su potencial. Los más pesimistas pensaron que la decisión de renovarle a Alonso había sido muy mala, y que ése iba a ser otro año perdido.
Hasta que la historia se dio vuelta y el fútbol volvió a sonreírle a Atlanta. Se vio un equipo arrollador, de una jerarquía superior al resto de la categoría. Más allá de las individualidades en un alto nivel, el equipo funcionó en lo colectivo. El desenlace es conocido: campeón holgado y ascenso. En cuanto a esa búsqueda del equilibrio de la que hablaba al principio, Alonso se alejó de los cuidados defensivos e inclinó la balanza para el otro lado. Es que el Atlanta campeón no fue un Boca de Bianchi, sólido por todos lados, equilibrado en todas sus líneas. Al contrario, era un equipo que iba al frente siempre, atacaba en todas las canchas y en todo momento, sin importar el rival o el resultado momentáneo. La ecuación terminó saliendo más que positiva, gracias a los goles que se cansaron de gritar los Soriano, y gracias también a la buena labor defensiva de Llinás, Arancibia, Cherro y compañía. Claro que si bien esta estrategia funcionó bien la mayoría de las veces -por algo son los 86 puntos- también se dio golpes duros, como el 0-3 en Jáuregui o en Berisso. Por salir a ganar siempre, Atlanta perdió partidos que otros líderes hubieran empatado, pero también se llevó triunfos a montones. Vale mencionar que muchos de los más críticos a Alonso vieron peligrar el campeonato en esta actitud "golpe por golpe" que mostraba el equipo en todos los partidos, sin medir el rival.
Finalmente, la llegada a la B Nacional planteó un nuevo interrogante: ¿Atlanta saldría a jugar de la misma manera que en la Primera B o habría un giro hacia una postura más conservadora? El amistoso ante Racing y el debut ante Aldosivi parecieron confirmar la primera opción: Atlanta no resignaría su forma de jugar pese a estar en una categoría superior. Sin embargo, los problemas defensivos encendieron una luz de alarma. Alonso decidió entonces resguardarse un poco más, buscando ahora inclinar la balanza en forma opuesta. El resultado: tres empates 0-0 en cuatro partidos. Así, en este juego del ying-yang, logró en parte restablecer el equilibrio defensivo, pero a costa de poderío ofensivo. Sin gol, no hay triunfos. Sin triunfos, no hay permanencia.
El interrogante entonces sigue planteado. Alonso deberá encontrar ese utópico equilibrio en un momento en que el triunfo se hace urgente. Arriesgar puede implicar una derrota, pero cuidarse puede implicar seguir penando empates. Sabe que se juega su futuro.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Futbol para todos: Atlanta-CaCarita

El Juego de la DiferenCias

Fuente Diario el Día: "Los de San Martin, a pesar de no poder ingresar, armaron su recibimiento desde las afueras del estadio. Cuando el equipo conducido por Héctor Rivoira pisó el césped, desde las vías del ferrocarril San Martín surgieron nubes de humo con los colores de Chacarita y se escucharon estruendos de pirotecnia por varios minutos."



Habria que avisarles a los Ex VeCinos, que dicen que somos pocos, que no somos su clasico, que son el Cesto Grande que un descanzo no es llevar 4 personas a tirar humos de colores.
habria que avisarle a los de El Dia de San Martin, que la pirotecnia y los fuegos de artificio salieron de la SEDE DE ATLANTA y que la hinchada de ATLANTA lo hace todos los sabados que juega de local.
Ex veCino, si queres ver un buen desCanzo fijate abajo en la cancha de Moron, si si la misma donde vos te olvidaste un camion y te lo prendieron fuego!

Yo pense que habias tocado fondo con las banderas alquiladas a central Ballester!!!!



Que hubieran escrito los muchachos de El Dia si el descanzo a Moron lo hubiera hencho ellos?????

sábado, 10 de septiembre de 2011

El clásico dolor de ojos

Foto siome del match: Baldassi quiso hacer jueguitos pero le quedó larga. Un fotógrafo quiso intervenir no dejando caer la pelota y casi le pega al juez. Será porque eligió los colores de chacarita para dirigir el clásico??????


El día tan esperado llegó: desde que el ascenso comenzaba a hacerse realidad, los hinchas bohemios venían imaginando este partido, la vuelta del viejo clásico ante Chacarita. Fueron doce años de espera: para los más chicos, casi toda una vida. Los bohemios recordaron a su rival su participación en la Primera C y el exilio a San Martín al que se vio obligado tiempo atrás. Pero no hubo festejo, no hubo victoria. La fiesta fue incompleta. El color y las ganas no tuvieron premio. Las expectativas no fueron satisfechos. No quedaba otra que ganar -era imprescindible- pero nuevamente el equipo apenas pudo regalarles un pálido empate a sus hinchas. Con cuatro puntos en cinco fechas, y sin haber podido ganar aun en el torneo, la lucha por la permanencia promete ser complicada. Ganar se torna cada vez más urgente; aumenta la presión, la necesidad, y eso quizá repercute negativamente en el juego.

Este Atlanta ha sabido encumbrarse con paciencia, jugando por abajo, y apostando al fútbol asociado de jugadores de buen pie. En la B Nacional intentó en principio seguir el mismo camino, con algunos errores. Sin embargo, el triunfo no llegó, perdió el invicto en Paraná, y sufre por su anemia ofensiva: sólo convirtió tres goles en 450 minutos. El clásico en Villa Crespo parecía la gran oportunidad de despegar: enfrentaba a un Chacarita golpeado, caído, y un triunfo hubiera significado un enorme envión anímico. El conjunto exiliado, dirigido por Soborno Rivoira, vino a buscar el punto, conociendo sus limitaciones y sabiendo que no podía permitirse una derrota.

Atlanta no intentó jugar. Se embarulló con los pelotazos buscando a los Soriano, que perdieron en su batalla con la defensa funebrera. ¿Por abajo? Comenzado el segundo tiempo, se intentó una vía futbolística más acorde a los jugadores locales y a lo que pedía el partido, pero pronto Galeano fue reemplazado y se perdió al conductor que llevaba la pelota. Nico Ramírez ofreció algunos pasajes de velocidad, pero en definitiva Atlanta no generó ninguna chance de gol en todo el partido. La actuación fue muy mala -aunque no peor que la de su rival- y el empate fue sentido una derrota. Es que el panorama a futuro, jugando de esta manera, no es el mejor.

Ante esta situación, el apuntado por varios hinchas es el técnico Javier Alonso, el mismo que supo disfrutar del campeonato meses atrás. Esto es fútbol, y si el DT no le encuentra la vuelta, y los resultados no lo acompañan, no sabemos qué puede ocurrir.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Siome photo of the Match en Paraná



Con el regreso del visitante, para poder preservar un ambiente de no violencia, vino la policía del festival de Canes que tiene experiencia en la contención de revoltosos

Foto: Jorge de Gregorio