Está claro que de visitante es otra historia. Después de sufrir consecutivas frustraciones en Villa Crespo, el alivio de la victoria llegó en Munro. Atlanta obtuvo 11 de los 13 puntos que tiene en el torneo en condición de visitante, mientras que de local no puede ganar, ni siquiera convertir. Más que la presión de los hinchas, la clave parecería estar en las posturas de Atlanta y el rival de turno en cada condición. En el León, el trámite se pone complicado porque el Bohemio tiene que ir a buscarlo y no encuentra la forma de quebrar la resistencia rival. De visitante, en cambio, se abren los espacios y aparecen las oportunidades. El Gallego Méndez hizo cambis tácticos y de nombres para enfrentar a Colegiales, que está anteúltimo y venía de cambiar a su técnico. Atlanta pasó a jugar con un claro 4-4-2, con Palisi-Sardella de doble cinco, y Nanía y Acuña por los costados. Guzmán, seguramente con problemas físicos, Galeano (suspendido por expulsión) y Mati Castro salieron del equipo. El Bohemio fue mucho más que el Tricolor y lo superó casi desde el vestuario. Es cierto que tuvo suerte. En diez minutos ya ganaba con gol de Maraschi, con ayudita del arquero Mattinella y quizá también de la cancha, embarrada por la lluvia. Después, también en la primera etapa, Maraschi aumentó la cuenta. Cabeceó solito, con complicidad de toda la defensa local. Atlanta jugó mejor. Con un Acuña enchufado en el primer tiempo, un Nanía que aportó el fútbol que no había mostrado en anteriores presentaciones, y una dupla Palisi-Sardella que se comió la cancha. Los cambios en el mediocampo dieron sus frutos: el dominio del medio fue fundamental. También fue importante la tarea de la dupla central defensiva conformada por Francés (voz de mando en el fondo) y el uruguayo Díaz, que sacó todo de cabeza en una cancha chica en donde los centros caían desde todos los sectores del campo. El Bohemio, de contra, pudo haber golpeado de nuevo y liquidado el partido, pero también pudo haber sufrido el descuento en alguna pelota aérea.
Atlanta se defendió bien, jugó con inteligencia, y por momentos tocó bien por abajo. Fue otro equipo. Pero a no engañarse. Colegiales fue un rival que dio demasiadas ventajas y por algo está en la anteúltima posición. Sus hinchas despidieron a los jugadores con insultos. La defensa dejó muy solos a los jugadores de ofensiva bohemios, que aprovecharon. Y en el ataque, la impericia hizo más sencilla la tarea de la defensa de Atlanta, otras veces con dudas en ese sector.
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