Sin embargo, Atlanta no acumuló méritos para ganar el partido. No tuvo respuestas futbolísticas para fabricar espacios y quebrar la defensa rival. El esquema con tres volantes centrales encontró importantes fallas en la circulación de la pelota y la generación de juego. Sin carrileros o jugadores que puedan explotar desequilibrar por los costados y abrir la cancha, Atlanta terminó dependiendo de las proyecciones de Perujo, y el juego centralizado de Galeano y Castro. Palisi, Sardella y Peláez debieron llevar la pelota por las bandas, algo a lo que no están acostumbrados.
Sobre el final del partido, las expulsiones primero de Barrionuevo y luego de Vicente le dieron la chance a Atlanta de ganarlo, como ante Merlo. Gracias a la ventaja numérica, el Bohemio pudo dominar totalmente la pelota, adelantarse en el campo y apretar a su rival contra el arco de Ramírez. Así, con más ímpetu que fútbol, generó oportunidades clarísimas de gol, pero no se dio la victoria. Ya era tarde.
El nivel de juego ha sido preocupante, así como el hecho de que Atlanta únicamente haya podido acercarse el triunfo cuando jugó con uno o dos hombres de más que su rival. El Gallego Méndez deberá trabajar para que el Bohemio recupere el juego por los costados, que le permita tener más alternativas ofensivas. Ante este panorama, la vuelta del lesionado Guzmán se hace desear.
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