La mala racha de Atlanta sumó una nueva frustración. Hoy, aunque faltan varias fechas, ya el título resulta alejado de la realidad, con un Morón que se encamina derechito hacia al primer ascenso. El equipo sigue sin dar respuestas, acumula derrotas y va cayéndose en la tabla. Tal es así que la clasificación al Reducido está seriamente comprometida: un presente muy triste para un Atlanta que empezó la temporada en gran nivel, fue puntero por un buen tramo del torneo y tenía la pretensión de pelear por subir de categoría. Hoy el Bohemio es una invitación para sus rivales de turno. Les hace las cosas muy sencillas. Ruiz intentó dar un volantazo con varios cambios importantes para visitar a Barracas Central, pero nuevamente la apuesta táctica le salió mal y tuvo que cambiar sobre la marcha. Dejó a Ramos, García y Peralta en el banco, e incluyó a los juveniles Ochoa, que ya venía jugando, y Nakache, en su primer partido como titular. La innovación en defensa fue la inclusión de Otermin como lateral derecho, algo que debió modificar en el segundo tiempo ya que el ex capitán perdió siempre en los desbordes. El primer tiempo fue muy malo para el Bohemio, que sólo tuvo un minuto de lucidez en el que generó dos llegadas: un remate de Nakache sobre el arquero y un travesaño estrellado por Pons. Barracas llevó serio peligro cada vez que se animó a pasar mitad de cancha. Los defensores bohemios tuvieron grandes problemas para marcar, y el local pudo haber hecho una diferencia mayor que la que consiguió con un gol tempranero de Martin.
En el segundo tiempo, el Bohemio tuvo una ráfaga de 15 minutos de clara superioridad que no aprovechó totalmente. El ingreso de García fue clave. Ya Ruiz había cambiado totalmente el esquema: pasó del 4-3-3 al 4-4-2 y Gogna cambió posiciones con Otermin. En la primero que tocó García generó el penal que Pons convirtió en el empate parcial. Parecía que Atlanta se comía crudo a un Barracas confundido, pero no la pudo meter. Pons tuvo un cabezazo en el travesaño. En el mejor momento bohemio, Martin puso en ventaja nuevamente al local. Luego, con el partido ya moralmente terminado, se lució con una joyita para completar un hattrick.
Fue otro mal partido de Atlanta. Desorientado, sin solidez. Regaló un tiempo y fue débil en defensa. No tuvo contundencia para definir. Con un rato de fútbol no alcanza para ganar un partido. Se requiere concentración, firmeza y determinación durante 95 minutos. No se puede regalar un tiempo, no se pueden regalar tantos goles. El equipo está derrumbado y pareciera que Ruiz no sabe cómo reconstruirlo. ¿Tiene sentido que continúe en estas condiciones?
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