martes, 4 de mayo de 2010

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 1 - Cole 0

ATLANTA 1 COLEGIALES 0

Quién hubiera dicho, hace dos fechas, que hoy por hoy nos encontraríamos en este escenario. Son las cosas del fútbol: Atlanta estaba casi eliminado con su empate ante Flandria, pero revivió con un infartante y agónico 4-3 a Brown en Adrogué, y las esperanzas, así como las chances, renacieron. Ahora, el equipo de Alonso tenía la obligación de vencer a Colegiales, uno de los animadores del torneo, si quería seguir con firmes posibilidades de clasificar al Reducido. A diferencia de otras ocasiones en donde el equipo -cuando tenía la gran oportunidad, cuando tenía ciertas obligaciones- fracasaba, esta vez no decepcionó y se llevó los tres puntos que permiten mantener viva la ilusión. Los hinchas que se acercaron con gran entusiasmo a Villa Crespo un lunes a las tres de la tarde pudieron irse contentos porque se había dado otro paso a la clasificación. Ahora resta ganarle a Almirante en Casanova. Que conste que lo que se viene no es nada fácil...

Javier Alonso paró en cancha los mismos once que habían derrotado a Brown. Un 3-4-1-2 con dos carrileros –Guzmán y Quiroga- con vocación ofensiva. No se puede decir que Atlanta haya jugado bien. Quizá tampoco pueda decirse que haya merecido la victoria. Pero vale mencionar que jugó los 90 minutos con una gran convicción, dando muestras de sacrificio y voluntad. No quedaron dudas de que fue a buscar el triunfo desde el inicio, más allá de que no siempre pudo dominar la pelota, más allá de que muchas veces haya errado en los caminos ofensivos. De todos modos, intentando atropellar al rival, no le faltaron ocasiones de gol. El premio llegó recién en el segundo tiempo: el arquero tuvo que dar dos rebotes para que finalmente la metiera quién sabe quién (¿Izquierdoz?). De atropellada, con más ganas que fútbol, con más ímpetu que juego. Era un premio para un Atlanta que había buscado, ya sea con los desbordes de Guzmán, con las intermitencias del Mágico, o con la valentía inoxidable de Soriano.

Fueron varias las cosas que hizo mal el Bohemio en el partido. Al jugar con línea de tres, los carrileros debieron bajar demasiado para marcar y no perdieron peso ofensivo. La defensa sufrió en varias ocasiones, sobretodo en el primer tiempo. Para colmo, Llinás atajó lesionado por decisión propia: el uno no quiere dejar el arco, pese a que con el pie está dando ventajas. Colegiales es un buen equipo, que sabe qué hacer en la cancha, y resultó un rival duro. Pero en el primer tiempo no supo aprovechar algunos desconciertos defensivos locales, y luego de la apertura del marcador no supo cómo quebrar la resistencia bohemia.

Porque claro, Atlanta terminó sufriendo como siempre para llevarse los tres puntos. Después del gol, Alonso armó dos líneas de cuatro para defender la ventaja conseguida. Colegiales fue en busca del empate y casi lo logra en tiempo de descuento, con un cabezazo que dio en el travesaño. Para mayor sufrimiento, Arancibia vio la roja directa, y le dará un dolor de cabeza al técnico a la hora de armar la defensa el próximo encuentro, en donde nuevamente Atlanta tendrá la obligación de ganar.

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