martes, 21 de febrero de 2012

Arde Atlanta

Jorge Ghiso no es más el técnico del club. Su ciclo fue más corto de lo pensado, y estuvo marcado por los escándalos y las polémicas. Ilusionó a todos con el triunfo inicial en La Plata, pero provocó un incendio con las dos estrepitosas goleadas recibidas ante River e Instituto. Luego, se recuperó con dos victorias consecutivas, pero nunca se pudo recomponer totalmente del Rivergate. Ghiso había dejado en claro que había agarrado el equipo sin saber que estaba integrado, según él, por jugadores de inferior calidad al resto de la categoría. "Es lo que hay", afirmó. La frase nunca se pudo borrar, y la relación entre el DT y el plantel arrancó mal desde el principio. Su primer error fue aceptar el cargo cuando no conocía la realidad a la que se iba a enfrentar. Podríamos decir en su favor que quizá aceptó la propuesta sin pensarlo, por el cariño que le tiene al club. No dudamos de la capacidad profesional de Vitrola: es un técnico de la categoría. Pero cometió un segundo gran error -el crucial, el que marcó su destino- que fue no darle confianza a un plantel que necesitaba un envión anímico. Ghiso podía pensar lo que quisiera para sus adentros (y quizá tenía razón), pero no tenía porqué hacer públicos sus pensamientos. Declarar que su plantel no era apto para la categoría fue su gran error y su condena. Si este plantel es lo que hay, había que tratar de llegar lo más arriba posible, y para ello no sólo se requiere conocimiento táctico, sino también mantener motivado al plantel.
Ghiso no pudo encontrarle la vuelta al equipo. Probó distintas variantes, puso seguramente lo mejor que tenía, pero los resultados no lo acompañaron. No estoy diciendo que no haya cometido errores eligiendo a sus titulares o su planteo táctico o los cambios, pero en general no había mucho más que hacer. ¿O acaso alguien cree que los partidos se ganan amontonando jugadores de ataque? ¿Acaso no se probaron diferentes defensas a lo largo de estos partidos?
Las culpas son compartidas. Vitrola Ghiso se equivocó pero tampoco merecía irse como se fue de Villa Crespo, agredido. Los jugadores no están rindiendo pero en nada servirá insultarlos y aumentar los nervios. La dirigencia es obviamente responsable, pero nada útil saldrá de los insultos y las amenazas. Atlanta arde, y no parece lo mejor tirar más leña al fuego. Está en cada uno ver si lo que grita en la cancha o escribe en internet es útil de alguna manera o si sólo sirve para generar más caos y confusión. Para descargar la bronca -que todos la tenemos- existen otras actividades.

2 comentarios:

Georges dijo...

Hay responsabilidades compartidas, sin dudas. Habría que bajar los decibeles de las críticas y los intereses y ponerlos en función de un sólo objetivo: mantener esta categoría. Y si descendemos que sea con la dignidad de haber luchado hasta el final. No me parece acertada la idea de la dirección técnica a Llinás, podría ser perjudicial para el equipo y para el mismo Llinás que no cuenta ni con experiencia ni con equipo de colaboradores probado. Se necesita urgentemente un técnico motivador exclusivamente centrado en pensar los partidos para mantener la categoría. No es tiempo de paladares negros ni de jogo bonito, sacrificio, fuerza y voluntad de permanecer en el Nacional B. No es tarea sencilla. Para ello necesitamos un ténico de experiencia y si sale mal, sale mal.

Anónimo dijo...

creo que definitivamente ya probaron todo falta ver a resch que x algo esta y es un jugador de velez sarfield hoy x hoy el mejor equipo!! hay que dejar que jueguen los pibes con ganas y dejarse de joder!!streve