sábado, 4 de febrero de 2012

RAMIRAZO

La alegría de los hinchas bohemios al terminar el partido tiene su explicación pese a que no se haya conseguido una victoria y que el empate en sí no es un resultado de mucha utilidad. Es que estaba todo dado para llevarse nada más que una derrota de Parque Patricios, y por eso el punto se festejó como si fuera un triunfo. El 2-2 en un atractivo encuentro fue demasiado premio para un Atlanta que fue superado pero que nunca se rindió. Huracán tuvo las chances más claras y las generó en generosa cantidad, pero sus dos goles no le alcanzaron para ganar. Al partido no le faltó polémica porque varios goles a favor del Globo fueron anulados, y por ello el público local se fue furioso con el arbitraje de Luis Álvarez y sus jueces de línea.

Se cerró la primera rueda de la temporada y el Bohemio suma 20 puntos. Tendrá que mejorar considerablemente su cosecha si quiere salvarse del descenso, aunque todo depende también de lo que hagan sus rivales. Por lo pronto, la premisa para esta segunda parte era mejorar en aquellas cuestiones en las que el equipo estaba en deuda: mayor seguridad en defensa, más presencia en el medio, más poder goleador. En el Ducó, Atlanta se vio superado por un Huracán más ambicioso e incisivo, aunque no invulnerable. El conjunto de Ghiso perdió mucho en el medio y sufrió especialmente por el sector izquierdo de la defensa. Le costó controlar la pelota y atacar con una cantidad de hombres suficientes como para herir. Aun así, con sus dudas y problemas, nunca dejó de luchar, no perdió la cabeza, y se las arregló para hacerle la vida difícil a un Globo que estuvo dos veces en ventaja pero no supo retenerla. La primera vez, Andrés Soriano empató en menos de un minuto tras una buena combinación de Castro y Guzmán: los hinchas locales no tuvieron ni tiempo de festejar el gol de Villegas. La segunda ya parecía definitiva. Fue en el segundo tiempo, y Ghiso tuvo que hacer algunos cambios para que su equipo fuera más ofensivo e intentara revertir la situación. El ingresado Nicolás Ramírez, jugando como carrilero por izquierda, fue la solución, porque de repente sacó un bombazo que dejó mudos a los locales. Fue un disparo de otro partido, como aquel que se mandó contra Ferro, en la última fecha del 2011. Esta vez sirvió para darle vida a un Bohemio que no hacía pie y que merecía la derrota que se reflejaba en el marcador.

Ahora se viene Aldovisi en Mar del Plata y habrá que tocar algunas cosas en el equipo. Galeano no anduvo bien como volante por izquierda, y Ramírez tiene todos los números para entrar en el once titular después de sus dos golazos consecutivos. Tampoco fue buena la labor de Ferragut como doble cinco. Quiles tuvo un aceptable debut.

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