El nuevo DT bohemio, Sebastián Méndez, no la tendrá sencilla en lo que será su tercera experiencia como entrenador. Notable ex-defensor, exitoso como jugador, retirado prematuramente, ya todos sus pergaminos perderán su valor cuando se enfrente a las hostilidades de la Primera B Metropolitana. Deberá demostrar su capacidad como técnico cuando llega a un plantel deshaciéndose y haciéndose casi de cero, con un presupuesto limitado a la hora de pensar en ofertas y contratos, y ante las exigencias de los hinchas que reclaman por el ascenso y no aceptan excusas. Esta temporada, Atlanta peleó arriba y terminó tercero, pero Rondina se fue entre insultos y cuestionamientos. Se pedía por un técnico más audaz. ¿Será el Gallego Méndez poseedor de esta cualidad? Lo cierto es que ante su llegada la mayor desconfianza pasa por su conocimiento de la categoría, algo que justamente Rondina tenía y de sobra... Pero bueno, ya veremos cómo acomodamos el discurso en función de los resultados, y si le va mal podremos decir que es la clave es que no conoce la B Metro.
Decimos entonces que Méndez tendrá la dura tarea de armar rápidamente un grupo, un plantel, encontrar el equipo. Los antecedentes recientes de la relación DT-hinchas en Atlanta son escalofriantes. Todos se fueron en medio de fuertes cuestionamientos. El caso paradigmático es el de Javier Alonso, DT anónimo del último campeón. Más allá de las críticas que recibió constantemente antes de coronarse, nunca tuvo su reconocimiento. Su nombre nunca fue coreado, se dijo que habia sido "un tipo con suerte". Fue, pronto, el primer fusible en la B Nacional. De la silla eléctrica no se salvaron hombres con un gran pasado en la institución, como Jorge Ghiso durante su conflictivo último ciclo en la B Nacional o el Pepe Castro, que comandó al equipo en la vuelta a la B Metro en 1999. Todos fueron criticados. Quizá la mejor relación DT-hinchas de los últimos tiempos haya sido la que tuvo Salvador Pasini, héroe de la Salvezza 2003, artífice de una gran campaña en la 2003/04, y ovacionado en su vuelta al banco en 2007, aunque tras esta temporada se fue con algunos problemas y acusaciones. El ciclo de Pasini en Chacarita no ayudó a recomponer esta relación.
No basta con salir campeón. Es complicado. Por suerte en algún momento la memoria del hincha se llena, tiene que borrar algunos archivos del disco, y quizá vuelve a pedir por los que tiempo atrás se fueron defenestrados, como el Pepe, como Pasini, como Alonso. En algún momento, se pedirá por Rondina. Mientras tanto, veamos qué va haciendo mal el nuevo DT así ya podemos ir anticipándonos al desastre anunciado. Y si no, de última, si las cosas salen bien, nos unimos a la caravana del festejo. Total, nadie se va a acordar en medio de los fuegos artificiales.
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