Finalizó el ciclo de Sergio Rondina como DT de Atlanta. Había llegado sobre el final de la última temporada en la B Nacional, con el equipo casi descendido, y no pudo evitar lo inevitable. Ya en la Primera B Metro, el comienzo de campeonato fue muy malo, con el equipo sin ganar y en los últimos puestos de la tabla. Pero Gagliardo se fue asentando en el arco, Palisi se hizo dueño de la mitad de cancha y Soriano se erigió en hombre-gol. El equipo fue creciendo a fuerza de triunfos y, en un torneo parejo, logró hacerse de la punta, que anteriormente era propiedad de Platense. Rondina empezó jugando con un 4-4-2, pero obtuvo mejores resultados cuando pasó al 3-4-2-1 y luego, ya con Sanabria como titular, con un 4-4-1-1 con el que se afirmó en la punta y llegó a estirar una ventaja de 6 puntos sobre sus perseguidores. Pese a los resultados, Rondina fue siempre cuestionado por el nivel de juego del equipo, poco lucido, por los esquemas tácticos supuestamente defensivos y por la falta de otro delantero más que acompañara a Soriano arriba. Igualmente, Atlanta era uno de los equipos más goleadores del campeonato. Sobre el final del torneo, el equipo decayó: jugadores como Valdez o Soriano bajaron su nivel, la defensa perdió fortaleza y el Bohemio perdió peso ofensivo. Así entró en una terrible racha negativa en la que solamente pudo ganar un encuentro, frente a Morón como visitante. El resto fueron decepciones, sobretodo en Villa Crespo, en donde no pudo ganar partidos incluso accesibles. Nuevamente las críticas fueron para Rondina, al que se lo culpó por haber perdido el ascenso.
Ciertamente se cometieron errores sobre el final del torneo. A veces el equipo se retrasó demasiado y lo terminó pagando caro. El DT no supo resolver la caída anímica y futbolística de Atlanta, que no le pudo ganar ni siquiera a un descendido San Telmo. Sin embargo, personalmente considero que algunas críticas son injustas. Si se lo culpa al DT por haber perdido este ascenso, también se le debe reconocer el mérito de haber llevado a este equipo a pelear arriba, con un plantel muy limitado si se lo compara por ejemplo con el que salió campeón en la 2010/11. También vale el esfuerzo de los jugadores, que compensaron estas limitaciones con una gran fortaleza anímica y un constante sacrificio en la cancha. El análisis no puede quedarse en si el técnico puso dos delanteros o puso uno. Jugar con dos arriba no te garantiza nada, sobretodo si no tenés otro delantero de nivel en el plantel además de Soriano. Se puede ser ofensivo también jugando con volantes que lleguen, con laterales que pasen al ataque.
Rondina se va y pasa a la larga lista de los técnicos que se fueron cuestionados, criticados, insultados. Tampoco se salvó Javier Alonso de la lista, ni el ídolo Pepe Castro, ni el exitoso Ghiso. Ahora comienza una nueva historia con un nuevo técnico. ¿Quién será el próximo en sentarse en el banquillo de los acusados?
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