sábado, 19 de abril de 2014

Sin respuestas

Cuarto empate consecutivo de un Atlanta que se aleja cada vez más de la punta. El título se le escapa al anterior puntero y las ilusiones están en baja en Villa Crespo: pocos confían en que pueda luchar por el segundo ascenso. Todavía está a tiempo: quedan varias fechas y el equipo de Pipa Cassano se mantiene por ahora cómodamente en la segunda posición, aunque los perseguidores se acercan. Todavía Atlanta puede recuperar el fútbol y clasificar al Reducido con mejores expectativas. 
Pero en los últimos partidos no hubo respuestas. Por el contrario, el Bohemio juega cada vez peor, y está cada vez más lejos del nivel que lo llevó a pelear arriba. Esta tarde-noche, los hinchas explotaron y, por primera vez en mucho tiempo, despidieron a los jugadores con estridentes insultos y silbidos. La gente, todavía dolida por el ascenso perdido en el ciclo Rondina, siente que nuevamente sufrirá una decepción. Las críticas al DT van en aumento: ¿se mantendrá la confianza de la CD al técnico que inicialmente había sido interino pero que por los buenos resultados se quedó definitivamente, como Javier Alonso en su momento? Por lo pronto, Cassano no tiene mucho margen de acción. Al revocar la sanción de Godoy y hacerlo entrar en la segunda etapa, ahora no parece haber muchos cambios posibles para meter en la alineación: los de adentro no andan bien, pero cuando entran los de afuera es peor.
Atlanta jugó un pésimo partido recibiendo en su cancha por primera vez en la historia a Ferrocarril Urquiza, hoy patrocinado por la Universidad Abierta Interamericana. El primer tiempo fue un desastre: el Bohemio fue inferior a su rival, no encontró la pelota y no generó una buena chance de gol en toda la primera etapa. Una imagen lastimosa, lamentable, estaba dejando un equipo que pretende luchar el ascenso. En el segundo tiempo, con el ingreso de Godoy, Atlanta mejoró un poco. Produjo, al menos, algunas situaciones de peligro, pero sin contundencia, sin constancia. No insistió, no pudo arrinconar a un rival débil, humilde, que festejó el empate como un triunfo. 
Villa Crespo fue un festival de errores, de pifias y pases al rival. Luego llegaron los insultos. Los ánimos están bajos, y Atlanta tiene que recuperarse lo más pronto posible si no quiere dejar pasar el tren este campeonato. Ahora se viene un choque duro de visitante en Morón.

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