Fue pésimo el debut de Atlanta en este torneo corto que otorgará tres ascensos. Por donde se lo mire, es muy difícil extraer algo positivo, un dejo de esperanza pensando en lo que viene, que no es poco. La recuperación debe ser rápida porque el torneo es muy corto y porque ya el martes se viene un partido crucial: el clásico con Chacarita en Villa Crespo.
Las urgencias son grandes para un equipo que venía encaminado con la continuidad de Mayor y sufrió un duro golpe, totalmente impensado, con la ida de su técnico y el reemplazo por un DT que inicia su primera experiencia en ese cargo, y en una categoría que no conoce. El Mago Capria siempre ha pregonado un discurso del fútbol bien jugado y con pretensiones ofensivas, pero nada de eso pudo plasmar en el campo de juego. Ciertamente el mal estado del césped fue un impedimento: nunca se pudo jugar por abajo. Las imprecisiones fueron moneda corriente. Pero el que más sufrió fue Atlanta, que jugó un pésimo partido. En el primer tiempo no pudo dar dos pases seguidos ni llegar al arco rival. Sin juego en el mediocampo, sin potencia ofensiva, tampoco anduvo bien en la marca: dejó espacios, cometió errores, y así Fénix, que jugó un poco mejor en la primera etapa, pudo animarse a más y llegar al gol, con un remate de Gil tras pase de Santiago Bianchi.
En el segundo tiempo, el local se quedó con diez prontamente y parecía ser la oportunidad del Bohemio para encontrar el empate. La ventaja numérica le dio la chance de sufrir menos atrás y poder dominar la pelota y adelantarse en el campo. Pero no mejoró en el juego. Por insistencia, se acercó un poco más al gol, pero no pudo generar situaciones clarísimas para empatarlo, con todo el partido a su favor. El ingreso de Guzmán le dio una inyección de dinámica. No alcanzó.
Atlanta se fue con una derrota pero lo más preocupante es el nivel exhibido en Pilar, ante un rival que venía de ser la sorpresa del campeonato pero que se había desarmado completamente. La defensa quizá pueda ordenarse con la vuelta de Francés, que debía una fecha de suspensión. Y la presencia de Sardella parece obligada en un mediocampo que no tuvo marca ni fútbol. El nivel colectivo e individual fue muy bajo. Este debut pide cambios a gritos. De nombres y quizá también de esquema. ¿Se puede arriesgar a jugar con dos laterales con poca marca? ¿Se puede jugar con enganche cuando éste se encuentra en un nivel tan bajo? ¿Se podrá probar con un doble cinco?
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