Atlanta volvió a perder y ya no es noticia. Es la cuarta derrota en cuatro partidos jugados, y el crédito del DT Capria está muy cerca de acabarse. Todo indica que si no consigue un buen resultado en Adrogué este lunes no seguirá siendo el técnico. ¿Cómo puede sostenerse si no un cuerpo técnico que pierde prácticamente sin discusión todos los partidos?
Esta vez el victimario fue Estudiantes de Caseros, que venía entonado con tres victorias en el torneo y el pasaje a cuartos de final de la Copa Argentina. Todo lo contrario a Atlanta, que en este semestre sólo acumula caídas. El Pincha, sin grandes méritos, vino a hacer su negocio a Villa Crespo. Sabiendo todos los problemas que enfrenta el local, el momento iba a llegar y lo iba a aprovechar. Nuevamente el Bohemio cayó en desventaja en el primer tiempo. Había empezado jugando un poco mejor que su rival, teniendo la pelota y mostrando mejores intenciones, aunque sin generar peligro. Pero luego se quedó, perdió el mediocampo y Estudiantes empezó a desnudar sus flaquezas defensivas. Una sucesión de errores y Juan Martín puso el 1-0.
En la segunda etapa Atlanta no pudo acercarse al empate. Estudiantes lo controló. Desde el banco no hubo respuestas más que acumular centrodelanteros en el frente de ataque. Para eso debilitó el medio y la defensa, que quedaron desguarnecidos, y pudo haber llegado el segundo gol visitante. El resultado ya parecía inevitable: otra derrota que está terminando con la paciencia de los hinchas para el técnico y los jugadores.
Como ya dijimos en otros partidos, Atlanta debe cambiar. Debe asumir como propio el compromiso de mantener el cero en el arco, equilibrar el equipo. Habrá que poner jugadores que sientan la marca en la defensa y asegurar mayor presencia en el mediocampo, aun a costa de reducir el poderío de gol. Esto se puede solucionar, pero el primer paso debe ser admitir el problema, realizar una autocrítica e intentar encontrarle la vuelta. Si no, seguiremos inmolándonos cada partido.
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