miércoles, 30 de noviembre de 2016

Lo barato sale caro

Teniendo uno de los presupuestos más altos de la categoría, muchos hinchas aparecen enojados con el rendimiento insatisfactorio de un equipo del que se esperaba más. Como ante cada crisis, la solución obvia y simple se busca por oposición a la realidad que no nos conforma. Claro que la realidad presenta una multiplicidad de elementos y resulta difícil distinguir cuál (o cuáles) es la causa del problema. Ahora pareciera que el problema radica en contar con un plantel caro, con jugadores que cobran grandes sueldos pero no rinden. Surge la hipótesis del plantel barato, con jugadores buenos pero que cobren bajos sueldos. Humildes, con hambre de gloria. Supongamos por un momento que existen varios buenos jugadores subvalorados con los cuales se pueda armar un plantel que ascienda (y no digo pelear el ascenso porque eso ya es insuficiente, ya lo hemos tenido de sobra estos años). Supongamos que sólo Atlanta quiere a esos jugadores y ningún otro club los quiere (porque en caso de que otro los quiera, por ley de oferta y demanda, el contrato sería cada vez más alto a medida que aumenta la competencia). Supongamos que tenemos el plantel barato, que las cuentas están claras, y que tenemos los buenos jugadores que nos permitan ser superiores al resto de los rivales. Ahora estos hombres deberán bancarse la presión desde la primera fecha. Atlanta es uno de los tres o cuatro equipos de la categoría en los que la obligación no es otra que ascender y cualquier otro resultado es un fracaso deportivo. Los hinchas lo hacen saber. No hay mucho tiempo para un proyecto de trabajo, para esperar resultados. Nosotros somos Atlanta, tenemos que ganar siempre, superar a todos los rivales, tener a los mejores jugadores ¡y que además cobren sueldos bajos!

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