miércoles, 23 de noviembre de 2016

UAI URQUIZA 1 ATLANTA 0

Se vino abajo el equipo que arrancó con todo el campeonato, la sensación, el gran candidato. Perdido, confundido, no consigue resultados y se diluye entre el pelotón de la mediocridad. Lo más preocupante es que no aprende de sus errores. Como en aquella primera derrota ante Morón, Ruiz pateó el tablero con cambios difíciles de comprender. El desenlace fue el mismo: en el entretiempo debió incluir a los buenos jugadores en la cancha, el equipo mejoró, pero no pudo torcer el desenlace final de una derrota dolorosa y evitable. El técnico regaló el primer tiempo parando un once sin alma, sin fútbol, que fue superado por UAI Urquiza. El local se puso en ventaja gracias a una nueva ingenuidad en el fondo bohemio, y pudo haber aumentado la cuenta con un tiro en el travesaño. Atlanta no jugaba a nada. No tenía generación de juego ni jerarquía individual para quebrar a un rival ordenado, sacrificado. En el entretiempo, la salida de Igartúa era cantada, al igual que las inclusiones de los relegados Seijas y Peralta. Sin embargo, Ruiz sorprendió completamente al armar un 3-4-1-2 con Rodríguez como líbero, y Guri García de enganche. Con una disposición más ofensiva y jugadores de mayor peso propio, la cosa fue distinta. Pronto el Bohemio se puso el traje de protagonista y empezó a acorralar al local a fuerza de buenas asociaciones ofensivas y agresividad. Peralta entró enchufado, se asoció con García, y Atlanta generó las chances que no había generado en el primer tiempo. Y de sobra. Fueron cinco clarísimas, pero falló en la definición. Mal momento de los delanteros del equipo, sin gol. No le alcanzó el buen segundo tiempo al Bohemio. Fue superior y mereció llevarse al menos un empate. La derrota fue un castigo por haber regalado increíblemente la mitad del partido. Y regalado también la punta.

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